jueves, 23 de enero de 2014

ESTALLÓ UNA SUPERNOVA

Este fenómeno no se veía desde hace 27 años. Sucedió en la galaxia M82 hace 11,4 millones de años luz y recién ahora nos está llegando su resplandor.

Ubicación de la explosión de la
supernova en la galaxia M82.
La supernova que estalló en la galaxia M82, también conocida como la Galaxia del Cigarro, es de una magnitud de 11,7. La brillante explosión se produce cuando muere una estrella masiva.

La luz de esta explosión nos está llegando desde unos 11,4 millones de años luz de distancia. “Es muy raro tenerlas tan cerca como esta”, dice Brad Tucker en la Universidad Nacional Australiana en Canberra a la publicación NewScientist.

La poseedora del récord actual apareció a unos 168.000 años luz de distancia (51,4 kiloparsecs) en una pequeña galaxia satélite de la Vía Láctea. Sin embargo, eso fue en 1987, y la nueva supernova es la más cercana que hemos observado desde entonces.

Secuencia de imágenes de la
supernova de 1987 captadas por el
Telescopio Espacial Hubble.
La distancia relativamente corta de esta supernova implica que podría proporcionar una oportunidad para detectar uno de los objetos más de moda de la astronomía moderna, el neutrino astrofísico. Estas partículas fantasmales raramente interactúan con la materia ordinaria, y no se les ha visto llegar de fuera del Sistema Solar desde la supernova de 1987 catalogada como SN 1987ª, que fue una supernova que tuvo lugar en las afueras de la Nebulosa de la Tarántula (NGC 2070), situada en la Gran Nube de Magallanes. La supernova anterior a la de 1987 fue observada por primera vez el 9 de octubre de 1604 por Johannes Kepler en la constelación de Ofiuco, en la Vía Láctea, a 20 mil años luz de distancia.
El astrónomo Brad Tucker junto al telescopio
más antiguo que existe en Australia,
del año 1886, en el Monte Stromlo.

La detección de una nueva tanda de neutrinos del espacio profundo por el observatorio IceCube situado en la base Amundsen-Scott en la Antártida el año pasado, ha reavivado el interés en las esquivas partículas y su capacidad para funcionar como una nueva “longitud de onda” para la observación del universo.

Los científicos de IceCube dicen que es poco probable que su observatorio detecte alguna cosa llegada desde la galaxia M82, porque está demasiado lejos. Pero los detectores más sensibles en otros lugares pueden haberlos grabado ya, dado que las supernovas emiten neutrinos antes de explotar en el rango visible. “Deben estar en algún disco duro de ordenador”, dice Tucker.

La galaxia M82, antes del estallido de
la supernova.
La explosión también es de una variedad particularmente útil conocida como tipo Ia (emiten un brillo muy superior al de la galaxia que las contiene). Los astrónomos las utilizan como “candelas estándar” para medir distancias en el universo, porque se cree que todas las de tipo Ia tienen el mismo brillo. Esto es importante para la comprensión de la energía oscura, la fuerza desconocida a la que se le atribuye la expansión del universo con un aumento de aceleración.

"Creemos que una supernova de tipo Ia se produce cuando los densos cadáveres estelares llamados enanas blancas interactúan con las estrellas cercanas, robándoles materia hasta que alcancen una masa límite y explotan. Pero nadie ha visto todo este proceso en el momento en que ocurre", dice Tucker de la Universidad de Camberra.

La galaxia M82 el 22 de enero de 2014, luego
de la explosión de la supernova.
"Eso hace que la nueva explosión resulte especialmente emocionante, ya que la galaxia del cigarro se ha estudiado en detalle gracias a las imágenes del telescopio espacial Hubble". “Es probable que la estrella que explotó se haya reflejado directamente”, dice Tucker. “En realidad estoy trabajando en los datos en este momento.”

Si los astrónomos logran encontrar la estrella moribunda en las imágenes del pasado y son capaces de hacer una lectura precisa de su brillo antes y después de la explosión, podrían ser capaces de reducir las incertidumbres en las mediciones de la energía oscura en un factor de dos, dice Tucker. Eso sería suficiente para distinguir entre diferentes modelos de energía oscura y su impacto final sobre el destino del universo. “Una sola estrella que explotó podría ayudarnos a descubrir cómo terminará el universo”, dice Tucker.

La supernova no es visible a simple vista, pero se pone más y más brillante rápidamente y debería ser visible con prismáticos en las próximas semanas.

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