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martes, 31 de mayo de 2016

A 45 AÑOS DE AQUELLAS FIGURITAS ÚNICAS QUE SE LLAMARON “¡PLATOS VOLADORES AL ATAQUE!”

En el otoño de 1971 una casa editora de figuritas en Argentina lanza a la venta una nueva colección sobre ídolos del fútbol, algo que sucedía todos los años. En cada sobre se venden dos figuritas redondas con los jugadores, y una rectangular, grande con la foto de cada equipo y como curiosidad dos figuritas rectangulares que cuentan una invasión extraterrestre a nuestro planeta, haciendo foco en la República Argentina.

La colección "¡Platos voladores al ataque!",
se componía de 100 figuritas inolvidables.
Estas insólitas figuritas de la invasión a la Tierra no se coleccionaban dentro del álbum de fútbol, y los chicos no tenían donde pegarlas. Eran 100 ilustraciones y cada una tenía un título y el resumen de cada dibujo en el reverso. La colección llevaba por título “¡Platos voladores al ataque!”, y fueron guionadas por el gran Héctor German Oesterheld y dibujadas nada menos que por Alberto Breccia.

En esta colección argentina de 1971 la
Tierra sufre dos invasiones, la primera
desde Plutón y la segunda de Saturno.
Estas figuritas de Ciencia-ficción a todo color tenían un tamaño de 6 centímetros por 9 centímetros. Eran cien en total, venían de a dos por paquete, junto a otras dos redondas que traían futbolistas y la otra muy grande y rectangular, impresa en unos cartones gruesísimos de 13,5 x 7,5 cm que era la foto de los equipos de fútbol del campeonato argentino. Esta colección apareció para su venta en el año 1971, poco después de empezar las clases.

El dibujante Alberto Breccia
(1919-1993).
Según dichos del propio dibujante Alberto Breccia (1919-1993), fueron escritas y dibujada hacia 1969, pero recién se pusieron a la venta en el otoño de 1971. El álbum se llamaba: “Súper Fútbol”, y traía el subtítulo: “con Supertarjetones”. Lo que se sabe, es que estaban hechas a pedido de un imprentero que vivía por la zona de Constitución, según explicó Alberto Breccia a la gente de la revista Fierro, en una nota sobre estas figuritas (que apareciera en Fierro Nº 33, de mayo de 1987.

Como autor de este artículo quiero comentar a los lectores que, más de la mitad de las figuritas “¡Platos voladores al ataque!” sin álbum donde pegarlas, las tuve en mis manos cuando yo tenía siete años, y como a mis amiguitos no les gustaban, yo las cambiaba por las de fútbol que tenía en mi poder. Me costaba conseguirlas porque mis padres no me daban dinero para comprar figuritas.

Ataque extraterrestre
sobre Buenos Aires.
Yo cursaba Segundo Grado y para mí las ilustraciones de la invasión a la Tierra era lo más valioso del contenido del paquete de figuritas. En ellas se narra la increíble historia de una invasión extraterrestre a la Tierra, su casi completa destrucción y su posterior salvación gracias a los esfuerzos de un grupo de 5 arriesgados niños argentinos.

Según afirman todos los investigadores consultados, la idea y el texto de la invasión son obra de Héctor German Oesterheld (1919-1978). En 1957 fundó, junto con su hermano Jorge, Editorial Frontera, que comenzaría publicando versiones noveladas de las historietas de su creación como Bull Rocket (1952) y el Sargento Kirk (1953). El éxito impulsó a Oesterheld a publicar las revistas Hora Cero y Frontera, la mayor parte de cuyos contenidos escribía él mismo. Sus revistas se agotaban y la editorial se expandió creando títulos anexos como Hora Cero Semanal, Hora Cero Extra (Mensual) y Frontera Extra. En 1961 quebró la editorial.

Héctor German Oesterheld
en una foto de 1959, clic
en la misma para ampliarla.
La colaboración entre Breccia y Oesterheld no era cosa nueva, ya había quedado atrás Ernie Pike (1957), Sherlock Time (1958), Mort Cinder (1962), Richard Long (1966) y la frustrada e inacabada remake de El Eternauta (1969) para la revista Gente. Oesterheld ya había realizado una exitosa publicación de El Eternauta en su revista Hora Cero Semanal, desde setiembre de 1957 hasta su finalización en 1959 con el dibujo de Francisco Solano López. El Eternauta narra una invasión extraterrestre a la Tierra centrada en Buenos Aires. La misma comienza con una nevada mortal ante el asombro de su protagonista, Juan Salvo. 

Comienza la invasión
El total, las 100 ilustraciones ordenándolas numéricamente narran en sus dorsos la siguiente y sorprendente historia.

El guión de todas las figuritas era obra de
Héctor German Oesterheld y los dibujos
correspondían a Alberto Breccia.
Todo comienza cuando un plato volador hace estrellar un automóvil. En el interior aparece muerta una mujer. El crimen presenta extraños ribetes: a la víctima le han arrancado el corazón. El corazón de la joven señora es extraído de su cuerpo todavía tibio y llevado por el Plato Volador hasta el remoto Plutón, donde es trasplantado al pecho de un plutonio.

Los plutonios quieren los corazones de
los terráqueos para prolongar sus vidas.
Sucede que los plutonios –habitantes de Plutón–, han descubierto que el corazón humano, trasplantado en sus organismos les prolonga la vida en aproximadamente diez mil años. Todos los plutonios quieren ahora recibir corazones humanos, la única solución es invadir la Tierra para realizar la gran cosecha de corazones.

Los invasores plutonios provocan un
hundimiento en Palermo con el ataque
de platillos subterráneos.
El ataque de los ejércitos plutonianos no puede ser más despiadado. Traen armas jamás vistas, que ya emplearon con éxito en otros mundos, como el proyector del Terror y los Rayos de Superneutrinos que aniquilan a las defensas de Buenos Aires.

Robar corazones, éste es el motivo de la invasión; primero atacan objetivos militares, luego las grandes ciudades y después... ¡Destrucción total!... hombres, mujeres y niños mueren por el Rayo de Superneutrino.

La figurita N° 5 muestra a los
Señores de la Guerra de Plutón.
Desde los Señores de la Guerra de Plutón hasta el último de los guerreros, están convencidos que en tres días terrestres la invasión habrá triunfado e inmediatamente podrá comenzar la cosecha de corazones.

Los cuarteles resisten con heroísmo invencible, segundos antes de ser desintegrado, el cabo argentino Ramón Ansaldo con su ametralladora emplazada en una azotea derriba una nave invasora, pero Platos Voladores subterráneos con rayos desintegradores provocan grandes hundimientos.

Los supertanques de los
terrestres son bombardeados
con meteoritos.
Los países lanzan sus aviones de combate que son neutralizados con un poderoso Rayo Magnético, los jets alcanzados por esta arma se atraen entre sí con fuerza irresistible y chocan entre ellos precipitándose al suelo. 

Las potencias mundiales lanzan sus misiles nucleares que poco pueden hacer contra el poderío de los plutonios. Derriban algunas naves enemigas pero son miles.

Aunque la invasión afecta a todo el planeta se ve la heroica defensa de los cuarteles de Palermo, donde las bajas de guerreros plutonios son incontables.

Rayos de los plutonios convierten
en momias a los habitantes de Rosario.
Los plutonios también provocan la desaparición de la Plaza de Mayo por un terremoto provocado. En la ciudad de Rosario, un rayo terrible convierte en momias a las personas que toca.

Nada puede oponerse a los atacantes plutonianos que siguen trayendo nuevas armas, como el Rayo Feroz, que convierte en fieras embravecidas a los pacíficos animales que pastan en los campos. También a las personas, disparan ese rayo sobre la ciudad de Córdoba y sus habitantes se matan entre sí. Otra arma poderosa es la de las Plantas Carnívoras, que corren veloces sobre las raíces y devoran cuanto encuentran, o el ataque de caracoles y escarabajos gigantes, y gigantescos dinosaurios, invulnerables a las balas.

Caracoles gigantes avanzan
aplastando todo a su paso.
Contraataca la Tierra con supertanques, pero los plutonios los destruyen bombardeándolos con meteoritos. 

Y continúa el ataque general, tienen el Rayo del Tamaño que reduce la estatura y ahora hace crecer a un chico de trece años, Cholo, hasta más allá de las nubes.

Cholo, el niño gigante, muere
heroicamente destruyendo
 varias naves invasoras.
El niño aprovecha la oportunidad para destruir varias naves de los invasores hasta que lo eliminan con disparos de rayos mortales. 

Todo parece perdido pero la salvación llega también desde el espacio exterior.

Los salvadores son los saturninos, némesis de los plutonios. Sellada la alianza terrestre-saturnina comienza el contraataque. Saturno, eterno rival de Plutón, acude en ayuda de la Tierra, pero en la ayuda se oculta la traición: Plutón será vencido tras monstruosos combates. 

Se entabla una terrible batalla galáctica entre las fuerzas plutonias y las flotas saturninas formadas por naves cigarro que se acercan a la Tierra. 

Dorso de las figuritas explicando los
pormenores de la invasión, ahora de 

los saturnianos. Clic para leer el texto.
Los plutonios provocan una gran tromba marina que se alza hasta 2000 metros de altura y destruyen numerosas naves saturninas. Una gran base submarina de los plutonios es atacada con Proyectores de Antimateria por las naves cigarro de los saturninos y destruida.

Londres, París, Río de Janeiro son
borradas del mapa.
Los saturninos, utilizando un gas mortíferamente risueño para los de Plutón, los eliminan de la faz de la Tierra y todos festejan la recuperación. La alegría dura poco: los saturninos son ahora los que comienzan el ataque, valiéndose de uno de los anillos de su planeta. 

Saturno quiere la tierra para sí, la atacará con la más terrible de las armas, su anillo... La Tierra es arrasada, son borradas del mapa Londres, París, Río de Janeiro, ya le toca a Buenos Aires...

La nave argentina Esperanza despega
rumbo a Saturno para salvar a la Tierra.
El final parece inexorable. Desde el Sur, precisamente de Argentina, llega la nueva solución contra los invasores extraterrestres: un niño, Bocha, nacido en Mendoza que está pasando unos días en la casa de sus tíos en el barrio de Palermo observa la desesperada defensa de la ciudad.

Bocha y sus cuatro amigos en la
nave Esperanza.
Con sus amigos y un maestro de escuela de Bahía Blanca, Mario Vélez, cruzan sus destinos y van al encuentro del profesor Lanús, quien ha construido una nave espacial –la Esperanza–, con el fin de llegar al planeta enemigo. Mediante la instalación de un potente dispositivo quiere lograr sacar de su órbita a Saturno para que choque con Plutón.

La nave despega desde Bahía Blanca, con cinco chicos tripulantes y una carga pesada, el Supermotor creado por el doctor Lanús, un sabio del lugar, amigo del maestro Vélez.

El emperador Uaur había enviado a
conquistar nuestro planeta a robots
saturninos teledirigidos.
A estas alturas nos enteramos que en el anillado planeta solo queda un habitante, el emperador Uaur III, quien en realidad había enviado como soldados a la Tierra a robots teledirigidos.

El anillo que circunda su planeta es cortado y la parte más externa trasladada a la Tierra por poderosas naves de empuje. Una vez colocado en ella, con ánimo de topadora, arrasan con todo...


Al poner en marcha el Supermotor, ya
antes de chocarse los dos planetas
se resquebrajan.
Y cuando todo hace prever la destrucción y el anillo en su avance llega casi hasta Buenos Aires, los chicos ponen en marcha en Saturno el Supermotor y lanzan al planeta contra Plutón:

“Ya antes de chocarse, los dos planetas se resquebrajan, se desintegran, llameantes fragmentos parecen perseguirse en ciego, vertiginoso torbellino de fuego. Desde muy lejos, Bocha y sus compañeros contemplan el cataclismo”.

Plutón y Saturno son destruidos
y se salva la Tierra.
Al instante “los cigarros”, naves saturninas que estaban en la Tierra, se detienen, lo mismo que el anillo, ya que dependía de la energía mental de Uaur, el emperador. Apenas la muerte apagó el cerebro del emperador de Saturno, el anillo se desintegró, se hizo polvo. Así termina la segunda invasión.

Los saturninos mueren en la Tierra al
apagarse el cerebro de su emperador.
Buenos Aires se ha salvado. El mundo, aunque destruido, vive. Bocha, junto a cuatro amigos, decidieron asumir el desafío y lograron cumplir su misión, terminando definitivamente los problemas para nuestro planeta. Los niños vuelven sanos y salvos, siendo recibidos como los héroes que son. Los chicos argentinos son aclamados al regresar y comienza la reconstrucción del planeta, con un nuevo orden mundial: la Argentina queda en situación privilegiada ya que es el país que menos daños ha sufrido.

Publican nuevamente las 100 figuritas
“¡Platos voladores al ataque!” es una curiosidad absoluta a nivel mundial ya que se trata de una colección de figuritas, escrita por Oesterheld y dibujada por Breccia, en un trabajo por encargo, aunque apareció sin acreditar a los autores. 

En las figuritas "¡Platos Voladores al Ataque!",
la humanidad muestra una resistencia heroica.
La referencia inmediata para esta colección es la serie estadounidense de tarjetas Mars Attacks (“Marte ataca”) de 1962, en la que se inspiró Tim Burton para su película Mars Attacks! de 1996. Pero las figuritas realizadas en Argentina son absolutamente originales y ni comparación tienen con las norteamericanas de 1962. No es un plagio o copia barata, esta invasión de 1971 tenía ese toque genial que sabía imprimirle esta dupla única de la historieta Argentina.

Cuando Buenos Aires está a punto de ser
arrasada, 5 niños argentinos que viajan
al espacio, salvando al planeta Tierra.
Javier Doeyo, que nunca olvidó estas figuritas, experimentado editor de historietas y afines, imaginó la posibilidad de reeditar nuevamente las añoradas figuritas “¡Platos voladores al ataque!”. De hecho, buceando en las aguas del coleccionismo llegó a reunir bastantes para su patrimonio personal. Pero no fue hasta que se contactó con Rafael Bitrán que la idea realmente pudo concretarse.

En el año 2002 salió a la venta el álbum de
las figuritas que conocieron los niños de 1971.
Bitrán, licenciado en historia, con varios trabajos publicados, hace ya varios años que viene atesorando la que tal vez sea la colección de figuritas más importante del país. Hacia él terminó encaminando sus pasos Doeyo, en la creencia de que el total de 100 cartones estaría en sus manos. Creencia acertada, vale aclarar.

Algunas de las 100 ilustraciones de las
figuritas "¡Platos Voladores al Ataque!".

Hacer clic en ellas para ampliarlas.
En septiembre de 2002 Javier Doeyo presentó en forma de libro la historia, reproduciendo en blanco y negro las figuritas, acompañando la edición con la reproducción en colores de las mismas, tal como salieron en nuestra infancia.

El libro fue editado por Ancares Editora, que ha logrado reunir (luego de una investigación de más de cinco años), la colección completa y acompañada de un libro de 64 páginas con la historia gráfica que puede leerse de un tirón, con su correspondientes textos debajo, más un set fascimilar en colores con las 100 figuritas tal como salieron en 1971. Las figuritas se venden junto al libro.

Dorso del álbum editado en el 2002
conteniendo ilustraciones de estas insólitas
figuritas que despertaron la imaginación de
millones de niños argentinos.
El libro trae, además, un prólogo acerca de la obra a cargo del especialista en ciencia ficción Elvio Gandolfo, una investigación sobre la colección de figuritas originales realizada por Rafael Bitrán, el mayor coleccionista de figuritas del país, y una profunda aproximación a la obra de Breccia y Oesterheld realizada por el editor español Antoni Guiral.

Gracias a ellos, las inolvidables figus de “¡Platos voladores al ataque!” jamás desaparecerán de la memoria colectiva de los argentinos.
Por Alberto Seoane

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