Este 28 de junio se cumplieron tres años de su fallecimiento en Rosario, en total anonimato, salvo por doce alumnos/amigos que asistimos a darle el último adiós en el cementerio de La Piedad.
Hablaba perfectamente el español, latín, griego, alemán, inglés, francés, italiano, gallego, portugués, eslovaco y ruso. También comprendía el quechua, guaraní, aimara, mapuche, toba, náhuatl, hebreo, rumano, catalán, vasco, bable, provenzal, lituano, sardo, árabe, y sánscrito.
Salvador Costa Parga, en su casa, en la sala donde enseñaba. Foto tomada el día 28 de enero de 2002 por Alberto Seoane y Mariano Notario, para el portal digital Nuevos Tiempos, ya desaparecido. |
Desde niño tenía facilidad para los idiomas y comenzó a leer a los 4 años. Su formación universitaria se realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de la ciudad de La Plata, donde fue docente en Letras, especializándose en Lingüística. Allí conoció a don Amado Alonso (1896-1952), el lingüista que fue discípulo de Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos de Madrid.
El primer diccionario argentino
Entre los años 1951 y 1956, Costa Parga dio charlas de divulgación científica por Radio Universidad de la Plata, en su propio programa titulado: A Través de las Palabras, donde divulgaba algunos de los temas que lo apasionaban, como la astronomía, antropología y ciencias naturales.
En 1956 creó y redactó el primer diccionario enciclopédico editado en la Argentina, el Diccionario Enciclopédico Códex. El libro contiene 500 mil vocablos de los cinco idiomas más difundidos (alemán, inglés, francés, italiano, portugués) con sus equivalentes en castellano y viceversa. Los editores fueron personas sin ningún tipo de solvencia moral que no lo tuvieron en cuenta a la hora de los créditos intelectuales, nunca le pagaron por su trabajo ni le dieron un porcentaje de los réditos económicos por esta obra que se distribuyó en toda la Argentina y se hicieron varias ediciones.
Entre los años 1951 y 1956, Costa Parga dio charlas de divulgación científica por Radio Universidad de la Plata, en su propio programa titulado: A Través de las Palabras, donde divulgaba algunos de los temas que lo apasionaban, como la astronomía, antropología y ciencias naturales.
El Diccionario Enciclopédico Códex de 1956, obra por la que Costa Parga no percibió ni un centavo. |
A fines de 1956 vino provisoriamente a Rosario donde vivía su hermana Deolinda Luisa, y desde la Capital Federal, en el año 1969, comenzó a colaborar con el grupo de Antropología, de la antes llamada Facultad de Filosofía y Letras, hoy Facultad de Humanidades y Artes de Rosario.
En 1970, junto con el gran antropólogo Dick Edgar Ibarra Grasso (1917-2000), permaneció un año en Bolivia dando clases de Lingüística en la Universidad de Cochabamba. Regresó un año después a Buenos Aires donde se desempeñó como traductor e intérprete de documentos en 5 idiomas para el Banco Central de la República Argentina. Comentaba que le tomaron examen cinco personas, cada una especializada en un solo idioma. Paradójicamente, su sueldo era ¡el de un ordenanza!
Se establece en Rosario
Se establece en Rosario
En 1971, se radicó definitivamente en Rosario y se inició en la tarea docente en lo que era la Facultad de filosofía y Letras, bajo la dirección de Ricardo Orta Nadal, en cuya cátedra de Antropología se desempeñó junto a Dick E. Ibarra Grasso y Germán Fernández Guizzetti (1930-1986).
Integró un equipo enviado por la UNR, que realizó un trabajo de campo, básicamente limitado a investigar en el léxico practicado por las comunidades qom o tobas que habitan en la selva chaqueña. Un año después del inicio del gobierno militar, los militares hicieron desaparecer su cátedra de Formación de investigadores, y lo envían a donde estaban los fósiles y vasijas con la finalidad de anotar y clasificar ciertos libros que había allí, con el cargo de "empleado no-docente" hasta 1983.
Algunos de sus descubrimientos
Entre sus descubrimientos se encuentra el origen del idioma tupí-guaraní. En 33 páginas el profesor Costa Parga demuestra las coincidencias con lenguas habladas en el sudeste de Asia, concretamente, hay similitudes entre el vocabulario de lenguas habladas en Filipinas e Indonesia con el tupí-guaraní hablado en gran parte de Sudamérica.
En 1989 se jubiló y se dedicó a dar clases particulares en su domicilio hasta casi su fallecimiento en 2009. Sus investigaciones incluyen innumerables monografías en su mayor parte inéditas.
Algunos de sus descubrimientos
Paralelamente continuó investigando en los ratos libres sobre antropología y Lingüística y sus trabajos monográficos se encuentran en el archivo del CIDOC (Centro de Investigación y Documentación Científica de la Universidad de Rosario).
Distribución de las lenguas tupí en violeta y tupí-guaraníes en rosa. |
También encontró una relación del quechua y aimará con la familia ugrofinesa (húngaro, finlandés, samoyedo, lapón, estonio), encontrando 120 palabras idénticas, además de muchas características gramaticales comunes.
En 1989 se jubiló y se dedicó a dar clases particulares en su domicilio hasta casi su fallecimiento en 2009. Sus investigaciones incluyen innumerables monografías en su mayor parte inéditas.
Paralelamente, publicó colaboraciones con explicaciones históricas y etimológicas en diversos diarios como La Capital y las revistas Diálogos, Salud, Galicia en Rosario y otros medios de comunicación.
En el año 2005 publicó su obra de doscientas páginas: Nuestros nombres y apellidos, en una edición artesanal que contó con la colaboración de uno de sus alumnos. Contiene la explicación del origen y significado de más de 3.850 nombres, también de algunos de los apellidos más comunes en el idioma español. Algunas reflexiones de su parte también se encuentran en esta obra que ninguna editorial le quiso publicar. No obstante, el profesor fotocopiaba el original que le costaba 18 pesos en el 2006 y vendía cada copia a 15 pesos, perdiendo tres pesos con cada ejemplar y ni así conseguía que alguien se los comprara.
Salvador Costa Parga explicando una etimología, el 28 de enero de 2002. Foto tomada por Mariano Notario y Alberto Seoane. |
En el año 2005 publicó su obra de doscientas páginas: Nuestros nombres y apellidos, en una edición artesanal que contó con la colaboración de uno de sus alumnos. Contiene la explicación del origen y significado de más de 3.850 nombres, también de algunos de los apellidos más comunes en el idioma español. Algunas reflexiones de su parte también se encuentran en esta obra que ninguna editorial le quiso publicar. No obstante, el profesor fotocopiaba el original que le costaba 18 pesos en el 2006 y vendía cada copia a 15 pesos, perdiendo tres pesos con cada ejemplar y ni así conseguía que alguien se los comprara.
Su pasión eran los idiomas, varias veces me dijo con sus vivaces ojos celestes que “él no dominaba a los idiomas, sino que los idiomas lo dominaban a él”.
Una vida estoica dedicada a las palabras
Costa Parga vivía con una jubilación mínima y cuando ya no pudo pagar más el alquiler en una pensión, se mudó a la casa de la calle 3 de Febrero casi Alsina, en el barrio de Echesortu, en la ciudad de Rosario, vivienda gentilmente cedida por la tía de un alumno, con la condición de que abone los impuestos. Allí pasó austeramente casi sus últimos veinte años, solo, practicando su sistema lacto-ovo-vegetariano, acompañado de más de 800 libros y de un radiograbador donde escuchaba música clásica, temática donde también era un experto.
Una vida estoica dedicada a las palabras
Costa Parga vivía con una jubilación mínima y cuando ya no pudo pagar más el alquiler en una pensión, se mudó a la casa de la calle 3 de Febrero casi Alsina, en el barrio de Echesortu, en la ciudad de Rosario, vivienda gentilmente cedida por la tía de un alumno, con la condición de que abone los impuestos. Allí pasó austeramente casi sus últimos veinte años, solo, practicando su sistema lacto-ovo-vegetariano, acompañado de más de 800 libros y de un radiograbador donde escuchaba música clásica, temática donde también era un experto.
El “Profe” como le decíamos sus alumnos particulares, siempre anheló una universidad capacitada y sin contaminación política; también quiso que se hiciera un doctorado en Lenguas y siempre aspiraba a la excelencia, no a la mediocridad. Solía repetirnos a los alumnos que "cada día él trata de ser menos ignorante".
El Profesor Costa Parga en su casa con tres de sus alumnos, Carlos Rovira, Alberto Seoane y Omar Re. |
Costa Parga era capaz de desentrañar los secretos que esconden las palabras, pero una personalidad tan singular y brillante, que sabía tanto y dominaba tantos idiomas, era molesta para sus colegas en la Facultad, quiénes, con suerte, lograban chapurrear algo en un par de lenguas más allá del castellano.
Lo cierto es que el antropólogo, lingüista y docente Salvador Costa Parga tras su jubilación, vivió el resto de sus años injustamente olvidado por sus pares de la UNR y de la UNLP, condenado al ostracismo por las autoridades municipales, y provinciales, se fue para siempre este gran sabio sin poder dar al mundo todo sus conocimientos.
Sólo 12 personas que lo conocimos, estuvimos presentes en el entierro, en el último rincón del Cementerio de La Piedad, casi junto a la pared por donde pasa la autopista. El domingo 28 de junio de 2009 nos dejó un gran hombre a los 87 años de edad.
La lección que este notable sabio y maestro nos deja en este milenio que estamos comenzando, es que es preciso no perder la pasión por la última verdad y el anhelo por su búsqueda, junto con la audacia de descubrir otros caminos que enriquecen y amplían nuestra comprensión y nuestra vida.
Por Alberto Seoane
Si el lector no tuvo la suerte de tratarlo personalmente, puede ver al profesor Salvador Costa Parga gracias a dos videos realizados en su casa que han quedado para la posteridad:
Excelente articulo, muy humano e inspirador. Lamentablemente las autoridades politicas, academicas y financieras son muy mediocres para apreciar el talento de un gigante intelectual como Costa Parga.
ResponderEliminarFelicitaciones por mantener vivo su ejemplo.
Patricio (del chat de "Contacto con la Creacion"
Me he permitido "copiar y pegar" este texto en un artículo que publiqué en mi blog recordando a Salvador y esperando que todos podamos contribuir a que su figura no se olvide. Espero sea de su agrado, está publicado en http://ensulaberinto.com.ar/index.php/argentina/rosario/los-genios-no-deben-morir/
ResponderEliminarMis saludos y felicitaciones por este texto!
Qué duda cabe que las luchas políticas y por los pocos puestos de trabajo están dejando cada vez en manos de más gente mediocre la Escuela de Antropología. Se recuerdan pioneros, innovadores, verdaderos investigadores y estudiosos, con sus aciertos y errores como Buenaventura Terán, Costa Parga, etc, todos ellos genios, marginales y olvidados
ResponderEliminarsoy una de las enfermeras que tuvo el honor de cuidarlo en sus ultimos dias.. el llega al pami, vigil pero sin poder comunicarse, totalmente temeroso de cualquier estímulo que se le brindase, cambiarle una sábana, lavarle la cara,.. cualquier cosa..
ResponderEliminarllega en pésimo estado de higiene, deshidratado, desnutrido, lastimado..
en los dias que fueron pasando poco a poco lo fuimos rescatando, lo higienizamos, le brindamos ropa limpia que nosotros mismos fuimos llevando porque el nada tenía, se fue alimentando poco a poco, primero nosotros le dabamos de comer, después el poco a poco lo fue haciendo solo..
se hidrató, comenzó a hablar con pequeña dificultad pero nos alcanzó para poder comunicarnos..
sus heridas fueron sanando..
y así comenzamos de a poco a indagar en la vida de este pequeñito hombre que estaba a nuestros cuidados..
fuimos conociendo así su vida.. y vimos videos de él que nos emocionaron hasta las lágrimas..
nuestro Salvador era un genio.. abandonado por esta sociedad que discrimina nuestros ancianos.. y por esta política que sólo busca beneficiar a aquellos que le van a servir cuando los necesiten.. y si vamos al caso.. Salvador y tantos como él no pueden cortar calles, quemar cubiertas.. etc.. etc..
un policia lo encontró caido en su domicilio (que tampoco era suyo) después de estar caido varios días y al no verlo los vecinos hicieron el llamado.. así comprendimos el estado en que llegó Salvador..
y ahora.. donde iba a ir Salvador?.. le encontraron un geriatrico.. y (no se el porque de esa estupidez humana) le informaron que iba a ir alli.. (en lugar de decirle que era otro hospital hasta que se recupere definitivamente, y no matarle las esperanzas..)
al momento de recibir la noticia se tapo la cara con ambas manos y se puso a llorar..
y así se fue..
a la semana volvió Salvador.. otra vez desconectado de la realidad.. deshidratado.. dormido.. triste.. olvidado por muchos y recordado por pocos.. sus alumnos.. sus enfermeros..
y así partio a la vida eterna.. esta vez nada pudimos hacer por el..
nosotros no conociamos a Salvador.. no sabiamos quien era.. el nunca hizo nada por nosotros.. pero que semilla el plantó en su vida para que en el momento final encuentre gente que lo cuidara de la forma que lo hicimos?? no lo se.. sólo Dios lo sabe..
estés donde estés.. gracias Salvador por darnos la posibilidad de cuidarte.. de aprender tando de vos.. de tu increible vida.. hoy como muchas veces, te recuerdo..
Paula..
Yo era alumno de él, mi madre trabajaba en Pami y le gestionó la afiliación (Salvador, cuando no, en contra de todo sistema y trámite). Lo llevamos en taxi con otro alumno. Lo trataron maravillosamente, se recuperó muchisimo, volvio a leer y a darnos lecciones. Estoy muy agradecido por el trabajo que han hecho con él. Recuerdo que les preguntaba el nombre a las enfermeras y les decia cual era el origen etimologico de su nombre. Un saludo
EliminarAprendí con él que la Primavera es el primer verano y que Kopenhague y La Habana tienen la misma raiz -HOF - que significa "Puerto" - Fue por 1956. 60 años después, la nota es exacta y su imagen de hombrecito en bicicleta que no se ajustó a la realidad le acompañó hasta el más allá. Seguramente sigue indagando en los misterios de los idiomas que tanto le apasionaban. Ploni Almoni - (la firma es una humorada para Salvador )
ResponderEliminarFui alumno suyo un año, despues me fui a vivir a otro país. Siempre lo recuerdo. Ahora estoy leyendo a gnte que dice cosas distintas, Carme Huerta por ejemplo. Pero siempre esta presente Salvador cada vez que se me despierta la curiosidad por una palabra. Trabajo con gente de muchos paises, casi todas lenguas romances, cada dia trato de aprender algunas palabras nuevas, "trato de ser menos ignorante". Un grande. Un gran saludo
ResponderEliminarTomé clases con Salvador en su casa de calle 3 de Febrero. Muy generoso con su tiempo y con sus conocimientos. No aceptaba que le pagásemos nada. Con el tiempo aceptó que le alquilara un volquete para limpiar de escombros su patio. Él tenía planes para hacer su huerta. Lo hice, estuve seis horas acarreando tierra y escombros. Quedó muy agradecido. Vivía en condiciones infrahumanas. Recuerdo que nos contaba que las lauchas lo mordían de noche en su camastro. No tenía 800 libros ni mucho menos. Algunas decenas. También hice gestiones con un arquitecto, Horacio ROBERTO, para que colocaran un perfil doble T atravesando las vigas de madera que amenazaban desplomarse sobre él y sus alumnos. El perfil sé que llegaron a ponerlo, seguramente parte de una donación generosa.Recuerdo su costumbre de agregarle leche al mate que nos convidaba.
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ResponderEliminarMe crie en Echesortu y a mis 20 años, por medio de un amigo a quien Salvador le enseñaba ingles lo conocí, apenas nos presentaron me dijo, usted sabe que su apellido proviene de las montañas en España, yo lo mire a mi amigo y por lo bajo le dije, esta re loco este tipo. El me contesto, el loco sos vos, escuchalo, es un genio. Salva como le decíamos nosotros nos pidió ayuda para moverle un pedazo de tierra donde luego plantamos radicheta y otras cosas más que no recuerdo. El venía a cada rato a ver como estaba quedando el trabajo y nos hablaba de cosas que yo a mi edad no comprendía o no quería escuchar. A la siguiente semana ya estaba enseñándome latín, la realidad es que desde que nos habría la puerta de su casa hasta que salíamos de ella, no dejaba de enseñarnos y de compartir vivencias suyas. Era un genio, recuerdo que tenía otro alumno de nacionalidad peruana que también lo ayudaba. Las clases de Latín duraron muy poco, yo no estaba dispuesto a aprender ese idioma, a esa edad lo mío era la joda y el deporte, pero seguí yendo a su casa con mi amigo para ayudarlo con su gran huerta, limpiarle o barrerle las hojas, estar con él, porque realmente daba gusto escuchar sus enseñanzas, la docencia que tenía en su hablar, en sus gestos, aprendíamos sin darnos cuenta hasta de sus silencios. Que gran persona, que ser humano especial que era, vivía sin luz y sin pretensiones de la más mínima o básica, pero él era feliz de esa manera y cada vez que llegaba un alumno, se le iluminaban los ojos, el solo quería enseñar y transmitir sus conocimientos. Fue un gusto el haberlo podido conocer y realmente me hubiera gustado aprender más de él.
ResponderEliminarDescubrimiento en Google de Omar de su admirado y respetado Profesor de Linguistica Don Salvador Costa Parga
ResponderEliminarLean los comentarios de quienes fueron sus alumnos...y de quienes lo ayudaron en la última etapa de su vida.
Estamos emocionados al ver que existen personas buenas, muy buenas y generosas!
Lastima que AQUELLOS que hubieran podido colaborar con el Maestro no lo hicieron!!!
Claro... Costa Parga no tuvo trascendencia porque no era político, ni vanidoso de su sabiduría, insuperable e hasta hoy!!!!
Que bronca tengo!!!!Pobre Argentina, mi Argentina
!!!
Yo lo conocí por poco. Fui en algún momento a hacerle una entrevista para un trabajo del terciario y se suponía que iba a ir a aprender alemán pero la realidad es que no me sentía cómoda sola porque ya en esa época parecia un poco perdido. Sin embargo, me lamento no haber continuado yendo,nunca más conocí una persona que tuviese esa pasión por la lengua y entrar en la casa de 3 de Febrero era para mí como ir a un mundo de fantasía con todos esos libros amarillentos y ese patio que en mi recuerdo era inmenso y tenía un árbol de nísperos tremendo.
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