HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


viernes, 29 de diciembre de 2017

¡FELIZ Y PRÓSPERO 2018!

El Año Nuevo es un hito de nuestro destino aún por escribir. Pensemos en un mundo mejor y será una realidad.

Que este 2018 venga lleno de paz, felicidad, trabajo, prosperidad, mucha salud, amor, esperanza y armonía.


Que Dios bendiga a todos los argentinos y los encuentre unidos y fraternos contra todos sus enemigos y derrame mil bendiciones a todos los lectores de nuestro blog y oyentes de Humanidad y Cosmos.

¡¡QUE TENGAN 365 DÍAS INOLVIDABLES!! 
LES DESEAN LOS CONDUCTORES DE HUMANIDAD Y COSMOS.

jueves, 28 de diciembre de 2017

TODO LO QUE UD. QUERÍA SABER SOBRE HERCÓLUBUS, NIBIRU, O EL DÉCIMO PLANETA PERO TEMÍA PREGUNTAR

El sistema solar no acaba en Plutón. Más allá se encuentran miles de cuerpos helados agrupados en el cinturón de Kuiper, la —hipotética— nube de Oort y otras estructuras que todavía no están demasiado claras. Y se sospecha que allí se encuentra oculto un planeta de gran tamaño no descubierto aún por la “Ciencia oficial”.

Hipotética órbita de Nibiru, Hercólubus,
Planeta X o Némesis. Clic para aumentar 

la imagen.
Ese astro es llamado indistintamente Planeta X, 10º Planeta, Nibiru, Hercólubus y Hercóbulus, Marduk, Ajenjo, Kólob, El Destructor, Némesis, Orcus, Lumi 229, Hades, Raja Sun, Tycho, etcétera.

Se calcula que tiene una órbita de 3600 años, Su tamaño es aproximadamente 4 veces mayor que Júpiter.

Ya desde el siglo XIX los astrónomos imaginaron que podía haber un planeta de gran tamaño más allá de Neptuno en base a supuestas anomalías en su órbita.

El famoso astrónomo Percival Lowell
(1855-1916), bautizó como Planeta X,
al mundo que perturbaba la órbita
de Neptuno.
El hipotético mundo que perturbaba la órbita de Neptuno fue bautizado con el nombre de Planeta X por el astrónomo Percival Lowell (1855-1916). 

Tras décadas de búsqueda, en 1930 Clyde Tombaugh descubrió al fin un planeta observando desde el mismo observatorio del fallecido Lowell. Pero pronto se descubrió que Plutón, como sería bautizado este nuevo mundo, era demasiado pequeño para ser el ansiado Planeta X. Así que los astrónomos continúan buscándolo hasta la actualidad, sin éxito por el momento.

El origen de Hercólubus
Los científicos lo llaman "Planeta X" y "10º Planeta". Los sumerios lo llamaban "Nibiru". Los babilonios lo denominaban "Marduk". En la Biblia se llama "Ajenjo". Los mormones lo llaman "Kólob". La NASA le da varios nombres: "Némesis", "Orcus" y "Lumi (229)". Theodor Grigull lo llamó "Hades". Un observatorio ruso lo llaman "Raja Sun" o "Gran Estrella". Algunos astrónomos lo llaman "Tycho" y también "Tyche". También se le llama "Barnard I".

Algunos de los nombres dados al Planeta X.
Cada cultura de la Tierra lo ha descrito con un nombre particular, porque es el cuerpo celeste más enigmático y se sospecha que está vinculado a nuestro pequeño sistema solar.

Hercólubus también llamado más correctamente Hercóbulus, es un planeta nombrado por primera vez por el médium y abogado brasileño Hercilio Maes (1913-1993). Maes ―quien supuestamente se contactaba por vía psicográfica con el extraterrestre Ramatís― nombra a Hercólubus en su obra Mensajes del astral (1956). Allí profetizó que los efectos más catastróficos sobre la Tierra se harían notar en 1999.

En 1959 el paramilitar brasileño Aladino Félix («Dino Kraspedón», 1905–2004) en su libro Contatos com os discos voadores (‘Contactos con los discos voladores’) lo nombra como Hercólubus.

En los años sesenta, el gnóstico colombiano Samael Aun Weor (Víctor Manuel Gómez, 1917-1977) nombra al planeta como Hercólubus.

El espiritista brasileño Hercilio
Maes, fue el primero en
mencionar a Hercóbulus
en el año 1956.
Se dice que en 1970 lo nombra el ufólogo peruano José Rosciano Holder («Yosip Ibrahim»), en su libro Yo visité Ganímedes.

En 1998, el gnóstico colombiano Rabolú (Joaquín Enrique Amórtegui Valbuena, 1926-2000) en su libro Hercólubus o planeta rojo (1998) cita a Samael Aun Weor. En general en las decenas de sitios web acerca de Hercólubus se le atribuye a Rabolú la idea completa. El libro se presenta como una profecía "a muy corto plazo", con advertencias contra las armas atómicas y la inmoralidad.

Hercólubus se encontraría en un supuesto sistema solar llamado Tilo, que estaría acercándose a la Tierra y en el siglo XX se profetizó que produciría la hecatombe apocalíptica del fin de los tiempos, el 11 de agosto de 1999, pero nada de eso sucedió.

El escritor Rabolú citó datos como que el planeta tenía un tamaño, 6 veces mayor que Júpiter y que la acción de su gigantesco campo gravitatorio sería el productor de una gran catástrofe. Afirma que Hercólubus se encuentra aproximadamente a 500 UA (unidades astronómicas: la distancia media entre la Tierra y el Sol, unos 150 millones de kilómetros) de la Tierra y que cuando se acerque hasta 4 UA de la Tierra, generará una catástrofe.

Hercólubus procedería de un supuesto
sistema solar llamado Tylo.
Según Rabolú en su libro, Hercólubus habría pasado por la Tierra hace unos 13.000 años, destruyendo la antigua civilización de la Atlántida.

Hercólubus, ha despertado la curiosidad en muchos seguidores de las filosofías pertenecientes a la corriente Nueva Era, que sostienen que la aproximación del supuesto Hercólubus purificará el aura terrestre.

El Planeta X o Décimo Planeta y el satélite IRAS
El 25 de enero de 1983 fue lanzado al espacio el satélite IRAS (Infrared Astronomical Satellite), un proyecto conjunto de las agencias espaciales de los Estados Unidos, Reino Unido y los Países Bajos.

Se afirma que satélite IRAS registró en
infrarrojo en 1983, esta imagen de Hercólubus
en los límites de nuestro sistema solar.
Su objetivo principal consistió en realizar un escáner completo del cielo a longitudes de onda infrarroja, un tipo de luz que no podemos ver con nuestros ojos pero que nos da información sobre la temperatura de un objeto.

Para conseguir el objetivo necesitó diez meses y finalmente se desintegró en la reentrada a la atmósfera terrestre el 21 de noviembre de aquel mismo año. Durante su periplo, en una órbita polar a 560 millas de la Tierra, el satélite IRAS rastreó cuatro veces seguidas, casi el 100% del cielo, utilizando longitudes de onda de 12, 25, 60 y 100 micrómetros, con resoluciones de entre 0,5 y 2 minutos de arco.

La astronomía infrarroja es la detección y el estudio de la radiación infrarroja (energía térmica) emitida por todos los objetos del universo. Todo cuerpo que tiene una temperatura por encima del cero absoluto irradia ondas en la banda infrarroja.

El satélite IRAS antes de ser lanzado
al espacio en 1983.
La astronomía infrarroja es un excelente método para el estudio del universo, en una gama de longitudes de onda de 1 a 300 micrómetros (un micrómetro o micrón es la millonésima parte de un metro). El ojo humano detecta solamente 1% de las ondas de luz de 0,69 micrones y 0,01% de las ondas de 0,75 micrones; no puede ver longitudes de onda mayores de 0,75 micrones, excepto que la fuente de luz sea extremadamente brillante.

Resultado de todo ello, fueron localizados más de medio millón de fuentes de irradiación infrarroja, y entre todas ellas sin duda, destaca la que saltó a numerosos medios de comunicación de todo el mundo el 30 de diciembre de 1983.

Según explicó el Washington Post, el 30 de diciembre de 1983, elMisterioso cuerpo celeste", en los límites de nuestro sistema solar, es tan grande como Júpiter y fue detectado en dirección de la constelación de Orión por un telescopio orbital.  

La publicación del Washington
Post
del 30 de diciembre de 1983.
Este enorme objeto en el Borde de nuestro sistema solar, sigue actualmente siendo un misterio. Los científicos de IRAS calcularon que estaba tan cercano como 50 mil millones millas y moviéndose hacia la Tierra".

El misterioso cuerpo fue visto dos veces por el satélite infrarrojo mientras escrutaba el cielo. En la segunda de las ocasiones, seis meses después de la primera, el enigmático objeto no se había movido del punto de localización inicial, fijado en el borde occidental de la constelación de Orión, con lo que se descartó de inmediato la posibilidad de que fuera un cometa, y más aún por el enorme tamaño que parecía reflejar, ligeramente superior al de Júpiter.

La distancia estimada se calculó en torno a los cincuenta mil millones de millas (algo más de ochenta mil cuatrocientos sesenta y siete millones de kilómetros), unas 537,89 UA (Unidad Astronómica, equivalente a la distancia media del Sol a la Tierra, 149.597.870 kilómetros).

"Esto sugiere que no es un cometa porque un cometa no sería tan grande como lo que hemos observado, y un cometa probablemente se habría movido" dijo el Dr. James Houck de la Universidad de Cornell.

Un miembro del equipo científico de IRAS, añadió posteriormente: "Si realmente está tan cerca, sería una parte de nuestro sistema solar".

Influencia de un misterioso planeta en los planetas del sistema solar
Cuando la Academia de Ciencias de París encargó a Alexis Bouvard revisar las posiciones exactas de los planetas, este descubrió que la órbita de Urano presentaba anomalías que hacían que su órbita no se correspondiera exactamente con lo que predecía la ley de la gravedad, lo que le llevó a predecir la existencia de un octavo planeta en el Sistema Solar, más allá de Urano.

Johann Galle (1812-1910), astrónomo
alemán, descubridor de Neptuno.
A partir de estas observaciones Urbain Jean Joseph Le Verrier (1845) y John Couch Adams investigan independientemente la posición de este octavo planeta, que fue localizado en 1846 desde el Observatorio de Berlín por Johann Galle y que recibió el nombre de Neptuno.

En septiembre de 1846, una semana después del descubrimiento de Neptuno, Le Verrier declara que debe haber otro planeta desconocido.

En 1877, David Todd usa un método gráfico para calcular la órbita de un planeta trans-neptuniano. Calculó una distancia media de 52 UA, período 375 años, y magnitud más débil que 13.

Órbita del misterioso cuerpo llamado
Planeta X, Nibiru o Décimo Planeta.
En 1879, Camille Flammarion añade otro indicio de la existencia de un planeta más allá de Neptuno: el afelio de los cometas periódicos tendía a agruparse alrededor de las órbitas de los planetas grandes. Júpiter tiene la mayor parte de esos cometas, y Saturno, Urano y Neptuno tienen sólo unos cuantos cada uno.

Flammarion descubrió dos cometas, el 1862 III con un período de 120 años y afelio a 47,6 UA, y el 1889 II, con un período algo mayor y el afelio a 49,8 UA. Este descubrimiento le llevó a deducir que había un planeta hipotético que se movía a unas 45 UA.

En 1880, el profesor Forbes realizó un estudio sobre las órbitas planetarias concerniente al afelio de los cometas. En 1900 Forbes calcula que existe un planeta trans-neptuniano moviéndose a una distancia de unas 100 UA, y otro más a 300 UA, con períodos de 1.000 y 5.000 años.

El astrónomo Hans E. Lau calculó
la existencia de dos planetas a
46,6 y 70,7 unidades
astronómicas de la Tierra.
En 1900, Hans-Emil Lau, de Copenhague, calculó dos planetas trans-neptunianos a 46,6 y 70,7 UA de distancia, con masas de 9 y 47,2 veces la de la Tierra, y la magnitud del planeta más cercano alrededor de 10-11. Las longitudes de esos hipotéticos cuerpos en 1900 eran de 274 y 343 grados, ambas con un gran error de 180 grados.

En 1901 Gabriel Dallet calculó un planeta desconocido a 47 UA con una magnitud de 9,5-10,5 y longitud en 1900 de 358 grados. El mismo año Theodor Grigull derivó una longitud para un planeta trans-neptuniano a menos de 6 grados del planeta de Dallet, y más tarde redujo la diferencia a 2,5 grados. Se suponía que este planeta estaba a 50,6 UA y período de 360 años, al que llamó "Hades". Grigull basó su trabajo principalmente en las órbitas de los cometas con afelio más allá de la órbita de Neptuno, probando si la atracción gravitatoria de tal cuerpo produciría las desviaciones observadas en el movimiento de Urano.

En 1904 Thomas Jefferson Jackson predijo tres planetas trans-neptunianos. "Oceanus" a 42,25 UA y período de 272,2 años y una longitud de 200 grados. "Trans-Oceanus" a 56 UA y período de 420 años. Y finalmente otro a 72 UA y período de 610 años.

En 1921 Grigull revisó el período orbital de "Hades" y lo cambió a 310-330 años, para ajustarse mejor a las desviaciones observadas.

El descubridor de Plutón, el
astrónomo estadounidense
Clyde Tombaugh (1906-1997).
En diciembre de 1929 un joven granjero y astrónomo aficionado, Clyde Tombaugh de Kansas, encontró a Plutón. La primera órbita computada para Plutón tenía una excentricidad de 0,909 y un periodo de 3.000 años. Esto arrojó algunas dudas sobre si era un planeta o no. Sin embargo, en enero de 1930 se confirmó su descubrimiento.

En 1942, R. S. Richardson utilizó el cometa Halley para calcular un planeta trans-plutoniano. Un planeta del tamaño de la Tierra a 36,2 UA, o a 1 UA más allá del afelio del Halley, retrasaría el paso del Halley por su perihelio para que concordase mejor con las observaciones. Un planeta a 53,3 UA, de 0,1 masas terrestres tendría un efecto similar.

En 1946, Francis M. E. Sevin sugirió un planeta trans-plutoniano a 78 UA.

En 1950, K. Schutte de Múnich utilizó los datos de ocho cometas periódicos para sugerir un planeta trans-plutoniano a 77 UA.

Plutón y sus cinco satélites: Caronte,
Hidra, Cerberos, Nix y Estigia.
En 1954, H. H. Kitzinger de Karlsruhe, calculó que el supuesto planeta estaba a 65 UA, con un período de 523,5 años, una inclinación orbital de 56 grados, y una magnitud estimada de 11.

En 1957, Kitzinger retomó el problema y concluyó nuevos elementos: dist 75,1 UA, período 650 años, inclinación 40 grados, magnitud alrededor de 10. En 1959 Kitzinger actualizó nuevamente sus cálculos del planeta trans-plutoniano. Retomó el problema otra vez en 1959, llegando a una distancia media de 77 UA, período de 675,7 años, inclinación 38 grados, excentricidad 0.07 años.

En 1972, Brady predijo un planeta a 59,9 UA, período 464 años, excentricidad 0,07, inclinación 120 grados (es decir, en una órbita retrógrada), magnitud 14-14, y del tamaño de Saturno aproximadamente. Tal planeta trans-plutoniano reduciría los residuos del Cometa Halley significativamente hasta el paso por el perihelio de 1456.

En 1976, Tom van Flandern buscó un 10º planeta por las desviaciones orbitales de Urano Y Neptuno. Examinó las posiciones de Urano y Neptuno en los años 70. Las órbitas calculadas para Neptuno se ajustaron a las observaciones sólo durante unos años, y luego comenzaron a discordar. La órbita de Urano se ajustó a las observaciones durante una revolución, pero no durante las revoluciones previas. En 1976, Tom van Flandern se convenció de que había un décimo planeta.

La órbita de Plutón atraviesa el Cinturón de
Kuiper. Clic en la ilustración para ampliarla.
En 1976 se publica el libro El Duodécimo Planeta, del investigador y Arqueólogo Zecharia Sitchin donde expone los datos que dejaron los sumerios escritos en tablillas de arcilla. Los sumerios, primera civilización conocida, vivieron en la antigua Mesopotamia 3.500 años a. C. aproximadamente. El término "sumerio" es el nombre común dado a los antiguos habitantes de baja Mesopotamia por sus sucesores, los acadios, que nada tenían que ver con la civilización que los precedió.

Los sumerios describieron un gran planeta que llamaban "Nibiru" (planeta del cruce), cuya órbita se cruza con la Tierra cíclicamente. Los babilonios le dieron a este planeta el nombre de su principal deidad, Marduk. Sitchin con todos estos datos arqueológicos llega a la conclusión de que la órbita de Hercólubus o Nibiru es de 3.600 años, alcanzando en cada órbita un punto muy próximo a la Tierra.

El escritor Zecharía Sitchin con la réplica
de una inscripción sumeria.
En 1978, James W. Christy calculó la masa de Plutón y vio que tenía que haber otro planeta más grande desconocido. La masa de Plutón era muy difícil de determinar. Se dieron distintos valores en diferentes momentos - el problema no se aclaró hasta que James W. Christy descubrió a Caronte, la luna de Plutón, en junio de 1978. ¡Se demostró entonces que Plutón sólo tenía el 20% de la masa de nuestra Luna! Eso hizo a Plutón desesperadamente inadecuado para producir perturbaciones gravitatorias medibles en Urano y Neptuno. Plutón no podía ser el Planeta X. Es decir, el planeta encontrado no era el planeta esperado.

En enero de 1981, varios periódicos declararon que la órbita de Plutón señalaba que existía un 10º planeta. La información provenía de un astrónomo del Observatorio Naval americano, que explicó en una reunión de la Sociedad Astronómica americana, que la irregularidad en la órbita de Plutón indica que el sistema solar contiene un 10º planeta.

Duodécimo planeta Nibiru o Marduk.
"Un objeto realmente grande está, allí más allá de los planetas exteriores." Artículo escrito el 17 de junio de 1982 por el Ames Research Laboratory de la NASA.

En 1983 se lanza el IRAS (Satélite Astronómico Infrarrojo) que encontró al Décimo Planeta o  Hercólubus.

En 1987 los investigadores John Matese y Daniel P. Whitmire sugirieron un décimo planeta a 80 UA con un período de 700 años y una inclinación de quizás 45 grados, como una alternativa a su hipótesis de "Némesis".

En 1987, John Anderson del JPL (Jet Propulsion Laboratory) examinó el movimiento de las naves Pioneer 10 y Pioneer 11, y de ahí Anderson concluyó que muy probablemente existe un décimo planeta. El JPL había excluido las observaciones de Urano anteriores a 1910 en sus efemérides, mientras que Anderson tenía confianza en las primeras observaciones. Concluyó que el décimo planeta debía tener una órbita altamente elíptica, que lo llevara demasiado lejos como para ser detectado ahora, pero que periódicamente lo trajera suficientemente cerca como para dejar su huella perturbadora en las órbitas de los planetas exteriores. Sugiere una masa de cinco masas terrestres, un período orbital de unos 700-1.000 años, y una órbita muy inclinada.

Posible órbita del planeta situado más
allá de Plutón.
En 1987, la New Illustrated Science & Invention Encyclopedia, muestra un Diagrama astronómico con las sondas Pioneer y un 10º planeta. En el volumen 18 en la página 2488, tiene un diagrama con los planetas del sistema solar, la posición de las 2 sondas Pioneer, una estrella oscura exterior al sistema solar y el Décimo planeta situándolo a 4,7 billones de millas.

Los científicos se refieren a la "anomalía o efecto de las Pioneer", como al fenómeno de desviación observada de las trayectorias "lógicas" en la parte exterior del Sistema Solar, que tuvieron las sondas espaciales Pioneer 10 y Pioneer 11, provocadas por una desaceleración de velocidad inexplicable (un nanómetro por segundo cuadrado) que logró desviarlas ante el asombro del control de seguimiento de la NASA unos 400.000 kilómetros, diez veces el perímetro de nuestro planeta, y hasta su pérdida de contacto por agotamiento de sus baterías.

Dirección de las sondas Pioneer y Voyager.
Hacer clic en el dibujo para ampliarlo.
Desde entonces, ambas deben vagar en algún punto desconocido del espacio profundo. La Pioneer 10 fue lanzada el 3 de marzo de 1972, logrando hitos en la historia espacial como ser la primera sonda que atravesó el cinturón de asteroides y que llegó hasta el planeta Júpiter, o ser el primer objeto fabricado por el ser humano que escapó del Sistema Solar.

La Pioneer 11 fue lanzada el 5 de abril de 1973. A su paso por Júpiter logró fotografiar la "gran mancha roja" y estudiar las regiones polares del planeta, así como algunos de sus satélites. El día 1 de septiembre alcanzó Saturno, obteniendo las primeras fotografías a corta distancia existentes de él, descubriendo dos nuevos satélites y nuevas divisiones entre los anillos que rodean al planeta. El agotamiento de sus baterías mientras se adentraba en el borde exterior del Sistema Solar, determinó el final de su misión a finales de 1995. La desaceleración y el posterior desvío en la ruta de las Pionner se debieron a la atracción de la masa de un gran planeta "X" desconocido más allá de la frontera conocida de nuestro Sistema Solar.

Plutón en el centro, y su luna Caronte.
En octubre de 1988 R.S. Harrington del Observatorio Naval de Estados Unidos, escribe un artículo titulado "Posición del Planeta X". En el NASA Astrophisics Data System publica en The Astronomical Journal, Volumen 96 Número 4, es un estudio donde calcula la localización del Planeta X por la perturbación orbital que muestran Urano y Neptuno. Y calculó la siguiente posición:

Igual que Urano, Neptuno también presenta anomalías en su órbita, por lo que se dio por hecho que tenía que haber un noveno planeta, planeta que se pusieron a buscar los astrónomos y que creyeron encontrar en 1930 con el descubrimiento de Plutón.

El problema es que Plutón resulta ser demasiado pequeño para alterar las órbitas de Urano y Neptuno, y además también presenta incongruencias en su órbita.

Diversos periódicos con titulares sobre
el Planeta X o el Décimo planeta.
Las anomalías en las órbitas de Urano, Neptuno y Plutón requieren de la presencia de un cuerpo celeste con enorme masa.

En 2005 el telescopio espacial Hubble descubre dos nuevos satélites de Plutón, Nix e Hidra.

En 2011 el Hubble descubre otro satélite de Plutón que se bautizó Cerbero y en 2012 descubre a Estigia. Pero el Planeta X seguía sin aparecer.

Ese cuerpo que perturba las órbitas es el Planeta X, Nibiru o Hercólubus que con su inmensa masa y su poderoso campo magnético provoca esas desviaciones en las órbitas de los mencionados planetas.

Hercólubus y el Cinturón de Kuiper
El "cinturón de Kuiper" es un conjunto de objetos tales como cometas, asteroides y planetoides que orbitan a una distancia del Sol que oscila entre las 30 UA y las 50 UA.

Gráfico bastante real del tamaño del Cinturón
de Kuiper que rodea nuestro sistema solar.

Clic en la imagen para ampliarla.
Más de 800 objetos del cinturón de Kuiper han sido observados. El 4 de junio de 2002 se descubrió Quaoar, un objeto de tamaño inusual. Este cuerpo resultó tener un tamaño de la mitad que el de Plutón. Al ser también mayor que la luna Caronte, pasó a convertirse durante un tiempo en el segundo objeto más grande del cinturón de Kuiper. Otros objetos menores del cinturón de Kuiper se fueron descubriendo desde entonces.

Pero el 13 de noviembre de 2003 se anunció el descubrimiento de un cuerpo de grandes dimensiones mucho más alejado que Plutón, al que denominaron Sedna. El objeto Sedna destronó a Quaoar del puesto de segundo objeto transneptuniano más grande. Su pertenencia al cinturón de Kuiper está cuestionada por algunos astrónomos que lo consideran un cuerpo demasiado lejano, representante quizás del límite inferior de la nube de Oort.

La extraña órbita del planeta enano llamado Sedna también muestra a los científicos la presencia de un planeta gigante. Varios investigadores creen que la inusual órbita de Sedna, 12.000 años de órbita oval de tiempo sólo puede ser explicada por la presencia de un cuerpo celeste con una inmensa masa.

Ubicación del misterioso planetoide
Sedna, descubierto en 2003 más allá
del Cinturón de Kuiper.
Mike Brown, quien descubrió a Sedna en 2003, dijo: "Sedna es un objeto muy extraño que no debería estar ahí". "No hay manera de colocar a Sedna en donde está. Nunca se acerca lo suficiente como para verse afectada por el Sol, pero tampoco se aleja lo suficiente del Sol para verse afectado por otras estrellas." "La única manera de conseguir esa órbita excéntrica es tener un cuerpo gigante muy cerca."

El planetoide Orcus (con designación provisional 2004 DW) fue descubierto el 17 de febrero de 2004, es un objeto del cinturón de Kuiper. La forma de su órbita es similar a la de Plutón (ambos tienen perihelios sobre la eclíptica), pero está orientada de manera diferente. Tiene un satélite natural bautizado Vanth. Fue descubierto por Mike Brown y T.-A. Suer utilizando imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble el 13 de noviembre de 2005.

El 29 de julio de 2005 se anunció el descubrimiento de tres nuevos objetos: Eris, Makemake y Haumea, ordenados de mayor a menor. En un principio, se creyó que Eris era mayor que el propio Plutón, por lo que se lo llegó a apodar como el Décimo planeta y considerándoselo en su momento como el legendario Planeta X. Sin embargo, la sonda de la NASA New Horizons ha revelado en 2015 que el diámetro de Plutón es de 2370 kilómetros, o sea, alrededor de 80 kilómetros mayor que las estimaciones previas y, por tanto, ahora sabemos con seguridad que Eris (2326±12 km) es ligeramente más pequeño que Plutón. Estrictamente hablando, Eris no pertenece al cinturón de Kuiper.

Límite de nuestro sistema solar hasta el
Cinturón de Kuiper. El planetoide Eris
pertenecería al borde interior de la
Nube de Oort.
Los orígenes y estructura actual del cinturón de Kuiper todavía no han sido aclarados. El “acantilado de Kuiper” es el nombre que le dan los científicos a la parte más alejada del cinturón de Kuiper. Es una incógnita que ha existido durante años. La densidad de objetos en el cinturón de Kuiper decrece drásticamente, de ahí su nombre de acantilado.

Curiosamente, en el borde exterior del cinturón de Kuiper se encuentra el más absoluto de los vacíos, pues la densidad de objetos cae espectacularmente, convirtiéndose en un final abrupto.

Eso se debe a la existencia de un planeta lo suficientemente grande como para atraer con su gravedad a todos esos cuerpos hacia su órbita. Diferentes investigaciones estiman que este planeta, Hercólubus, Planeta X o Nibiru, está orbitando a una distancia de unas 100-200 UA del Sol.

La Nube de Oort
En los fríos y oscuros límites exteriores del sistema solar existe la nube de Oort (también llamada nube de Öpik-Oort, en honor a Ernst Öpik y Jan Oort) es una nube esférica de objetos transneptunianos que se encuentra en los límites del sistema solar, casi a un año luz del Sol, y aproximadamente a un cuarto de la distancia del sol a Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro sistema solar. El cinturón de Kuiper está situado unas cien veces más cerca del Sol que la nube de Oort. Según algunas estimaciones estadísticas, la nube podría albergar entre uno y cien billones de objetos, siendo su masa unas cinco veces la de la Tierra.

La Nube de Oort contiene miles de millones
de objetos espaciales.
A pesar de que la nube de Oort, no se ha observado directamente (un cuerpo en esas distancias es imposible de detectar hasta en rayos X), los astrónomos creen que es la fuente de todos los cometas de período largo y de tipo Halley.

Se han descubierto objetos de gran tamaño en la nube de Oort: Sedna, Eris, Makemake, Haumea y un nuevo objeto descubierto el 10 de noviembre de 2015 aún sin nombrar. Todos ellos se encuentran en la nube de Oort interior. El 26 de marzo de 2014 se anunció el descubrimiento de un nuevo objeto, que sería el segundo más grande de la nube tras Sedna, identificado como 2012 VP113. El 10 de noviembre de 2015 la revista Nature publicaba anunciando el descubrimiento de un nuevo objeto transneptuniano localizado en los márgenes inferiores de la nube de Oort. Dicho objeto sería el más lejano del sistema solar, récord que antes ostentaba el planeta enano Eris.

Todo indica que la nube de Oort se formó como remanente del disco protoplanetario que se formó alrededor del Sol hace 4600 millones de años. La hipótesis más aceptada es que los objetos de la nube de Oort se formaron muy cerca del Sol, en el mismo proceso en el que se crearon los planetas y los asteroides, pero las interacciones gravitatorias con los jóvenes planetas gaseosos como Júpiter y Saturno expulsaron estos objetos hacia largas órbitas elípticas o parabólicas. Se han realizado simulaciones de la evolución de la nube de Oort desde su formación hasta nuestros días y éstas muestran que su máxima masa la adquirió 800 millones de años tras su formación.

El planeta Némesis
En 1984, Richard A. Müller, Piet Hut y Marc Davis sugirieron la posibilidad de que el Sol pudiera tener una compañera estelar que lo orbitara. Dicho objeto hipotético recibió el nombre de Némesis, que sería probablemente una enana marrón y orbitaría muy cerca de donde creemos que se encuentra la nube de Oort. Némesis poseería una órbita elíptica, por lo que cada 26 millones de años pasaría a través de la nube, bombardeando cometas al sistema solar interior, lo que explicaría la periodicidad de las extinciones en la Tierra. Un año más tarde, D. Whitmire y J. J. Matese sugirieron la posibilidad de que Némesis pudiera tratarse de un pequeño agujero negro; y en el 2002 este último propuso la existencia de un planeta gigante muy distante que sería el causante de que una gran parte de los cometas que llegan al sistema solar interior provengan de una región concreta de la nube de Oort.

Para Philip Schneider Némesis estará
cerca de la Tierra en 2052.
En 1995, Philip Schneider habló acerca de una gran amenaza cósmica.  Durante una conferencia en el mes de septiembre Schneider (un geólogo e ingeniero que trabajó en la construcción de bases militares para el gobierno de EE.UU.) contestó a la pregunta de un caballero sobre un planeta desconocido y dijo:

"Némesis es una enana café, probablemente hueca, quizás no sea siquiera una estrella y es tan masiva que está jalando cometas y material meteórico hacia ella, y basura espacial y escombros. Será una amenaza. Supuestamente estará aquí en 2052."

En el año 2000, científicos rusos se reunieron para discutir sobre el Planeta X, Hercólubus o Némesis. Andrei Shukshin un periodista ruso, informó que un grupo de científicos en Rusia, sostuvo varias reuniones en el año 2000 para discutir sobre el planeta situado en los confines de nuestro sistema solar. Los expertos incluso se preguntaron abiertamente si Rusia todavía existiría como país después del paso de Hercólubus.

La Nube de Oort envuelve al sistema solar
y luego viene el Cinturón de Kuiper.
El 12 de abril del 2005 la NASA realiza una fotografía de un extraño objeto espacial, que es denominado Lumi (229). En 2006 la NASA fotografía a Lumi (229) o Hercólubus nuevamente.

El 25 de noviembre de 2006, la Coronel rusa Marina Popovich (Cosmonauta y piloto) y su ex-marido el General Pavel Popovich explican que ellos son conscientes de que Hercólubus viene hacia nosotros y de las destructivas consecuencias que tendrá.

En 2008, el 29 de febrero, los astrónomos de la Universidad de Kobe en Japón, Tadashi Mukai y Patryk Lykawka afirman que hay un planeta desconocido en el límite del sistema solar. La investigación fue publicada en el The Daily Galaxy. Calcularon que hay un nuevo planeta que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica cada 1.000 años, en un plano inclinado unos 20 ó 40 grados, según las previsiones de los científicos a partir de efectos gravitatorios observados en Neptuno.

Según sus cálculos estaba a una distancia de unas 100 UA. (La unidad astronómica es la distancia media entre la Tierra y el Sol: unos 150 millones de kilómetros) con un tamaño de hasta dos tercios del de la Tierra. Estos cálculos refuerzan la hipótesis de la existencia de un Planeta X, pero nada hace pensar que su órbita pueda ser distinta a la del resto de objetos del cinturón de Kuiper.

Podría existir una enana marrón, una estrella
oscura más allá de Plutón.
El Diario Indian Press publica el 18 de diciembre del 2009 la pregunta que hace un parlamentario al Primer Ministro Indio: "¿Es cierto que el planeta X se está dirigiendo hacia la Tierra a una velocidad de 20.000.000 millas por año y podría llegar cerca o colisionar en cualquier momento a partir del 2010 causando destrucción así como terremotos y tsunamis?".

El 12 de Marzo de 2010, Paul Sutherland, escribe en el diario The Sun, un artículo titulado: "Earth Under Attack from Death Star":

"Los científicos informan que una estrella invisible podría orbitar el Sol y haber sido la causante de bombardeos mortales de cometas hacia la Tierra". Esta estrella es una enana marrón de un tamaño cinco veces mayor que Júpiter y podría ser la culpable de las extinciones masivas que se han producido en la Tierra periódicamente. La estrella llamada Némesis por científicos de la NASA, es invisible ya que sólo emite luz infrarroja.

Matese y Withmire calculan que Némesis
o el Planeta X es un inmenso planeta
cuatro veces mayor que Júpiter.
Los astrofísicos John J. Matese y Daniel P. Whitmire presentan un estudio en la Cornell University Library el 26 de abril 2010 explicando la influencia del planeta Némesis o Hercólubus en los cometas de la nube de Oort.

Explican que los cometas en el sistema solar interior proceden en su mayoría de la misma región de la Nube de Oort, y eso se debe a la influencia gravitacional de un compañero solar que perturba esa parte de la nube, esparciendo los cometas a su paso. En este estudio calculan que Némesis es un inmenso planeta 4 veces mayor que Júpiter.

Nibiru entra en escena
Nibiru, para los babilonios, era un cuerpo celeste asociado con el dios Marduk. Nibiru significa "lugar que cruza" o "lugar de transición".

Supuesta órbita de Nibiru.
La primera mención moderna de Nibiru la hizo el ufólogo de origen ruso Zecharia Sitchin en un libro publicado en 1976 titulado El Planeta número 12. En aquella obra, Sitchin aseguraba haber descifrado tablillas de la antigua Mesopotamia en la que se describe un planeta llamado Nibiru.

Siempre según las interpretaciones de Sitchin, Nibiru es el doceavo planeta del Sistema Solar en el sistema cosmológico de los antiguos babilonios. Pero ellos contaban también a la luna y al Sol, por ende, Nibiru es el Décimo planeta que todos buscan.

Asegura Sitchin que Nibiru aparece cada 3.600 años y es el responsable de la creación de La Tierra, y el cinturón de asteroides tras chocar con otro planeta llamado Tiamat que orbitaba entre Marte y Júpiter.

Según asegura Sitchin Nibiru está habitado
y aparece en nuestro sistema solar
cada 3.600 años.
Sitchin, según sus estudios de la cultura sumeria afirma que el planeta Tierra fue visitado por extraterrestres en el pasado y que el ser humano tiene un origen extraterrestre.

Afirma que humanoides del planeta Nibiru, llegaron a la Tierra hace 445.000 años guiado por Enki, y se establecen en Eridu, en Mesopotamia, para extraer oro de las aguas del Golfo Pérsico.

Los seres humanos fueron modificados genéticamente por estos seres y el conocimiento sobre astronomía, matemáticas, arquitectura, entre otras ciencias, les fue otorgado por estos astronautas a los que llamaron Anunnaki o “aquellos que bajaron del cielo”.

Hace 400.000 años según Sitchin ya había siete asentamientos mineros de los extraterrestres en nuestro planeta.

Ilustración de la órbita de Nibiru.
Nibiru tenía varias lunas, y algunas de ellas chocaron con Marte, y finalmente con Tiamat que estaba ubicado entre los planetas Marte y Júpiter. Debido a estos choques, Marte perdió la mayor parte de su atmósfera y todas sus formas de vida. Tiamat fue cortada en 2 piezas, y también perdió la mayor parte de sus formas de vida, incluyendo los dinosaurios, la forma de vida más avanzada en Tiamat. Una parte de Tiamat formó el Cinturón de Asteroides, y Nibiru comenzó una órbita alrededor del Sol de 3.600 años.

Después de este acontecimiento, nuestro sistema solar consistía del Sol y 10 planetas: Mercurio, Tierra, Marte, Cinturón de Asteroides, Júpiter, Saturno, Urano, Nibiru, Neptuno y Plutón.

Así sería el sistema solar en tiempo
de los sumerios.
De acuerdo con Sitchin, uno de los satélites de Nibiru habría chocado con el planeta hipotético Tiamat, y a raíz de esta colisión se creó el planeta Tierra por un lado y el Cinturón de asteroides por otro.

Dice que el primitivo sistema solar estaba conformado por el sol y nueve planetas, el Sol o Apsu, «aquel que existía desde el principio». Mercurio o Mummu, consejero y emisario de Apsu. Venus o Lahamu, «dama de las batallas». Marte o Lahmu, «deidad de la guerra». Luego estaba Tiamat, «doncella que dio la vida». Júpiter o Kishar, «el primero de las tierras firmes». Saturno o Anshar, «el primero de los cielos». Plutón o Gaga, consejero y emisario de Anshar. Urano o Anu, «él de los cielos» y Neptuno o Nudimmud (Ea), «creador ingenioso».

Posteriormente, el planeta Tierra se crearía a raíz de la colisión entre uno de los satélites de Nibiru y Tiamat. Más tarde Tiamat se desintegra por la fuerza gravitacional de Nibiru o Marduk.

Según varios autores, este sería el
tamaño de Hercólubus, Nibiru o como
quieran llamarlo.
Con respecto a la luna, el satélite principal de Tiamat, Kingu, tomó este nuevo rol dentro del sistema solar, convirtiéndose en el satélite del nuevo planeta, la Tierra.

Como conclusión, la densa masa de Nibiru o Hercólubus, y su alto magnetismo cargado de plasma es tal que rompe la superficie de cada planeta por el que pasa.

Nuestro sol y cada planeta en nuestro sistema solar están siendo ya afectados por el acercamiento de este enorme planeta. La llegada de Hercólubus con su poderoso campo magnético repercutirá en la Tierra provocando el cambio de posición de los polos, y el consiguiente cambio del lecho de los océanos entre otros grandes cambios en la Tierra.

La NASA es totalmente consciente de lo que se espera. Todas las grandes potencias lo saben. El Vaticano también está totalmente al tanto de lo que va a suceder. La Tierra está a punto de pasar, de nuevo, por masivos cambios terrestres, que son cíclicos, como resultado del cruce de nuestro 10º planeta, Hercólubus o Nibiru, a través de nuestro sistema solar.

Detalle de una inscripción sumeria donde
podría estar representado Nibiru. 

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Ante estas informaciones no es necesario caer en pánico. Pasarán  años hasta que esto suceda, pero es siempre una buena práctica tener siempre una pequeño depósito de víveres. También organizar grupos de supervivencia no es mala idea para cuando llegue el momento, ya sea en nuestra generación o en la siguiente.

Pero por sobre todo, si esto llegase a pasar no hay que tener miedo, hay que conservar la calma sabiendo que todo sucede por alguna razón.

Por Daniel Verón