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domingo, 1 de julio de 2012

BATALLA DE MARSÁ MATRÚH Y LÍMITE MÁXIMO EN EL ALAMEIN DEL AVANCE ARROLLADOR DE ROMMEL

Sus tropas ítalo-germánicas vencen a los ingleses en Marsá Matrúh y Fuka llegando el 30 de junio de 1942 hasta El Alamein, en Egipto.

El Mariscal Erwin Rommel,
apodado "El zorro del
desierto".
Tras la rendición de Tobruk, donde la lucha solo duró 28 horas (rendición de 33.000 soldados británicos y de la Commonwealth), Rommel, comandante del Afrika Korps, continúa empujando a los ingleses dentro de Egipto, los vence en Marsá Matrúh y alcanza El Alamein, ubicado a 100 Km al oeste de Alejandría, completamente agotadas sus Divisiones Panzer y corto de equipo y abastecimientos, se ve obligado a detenerse mientras los ingleses huyen en estampida. A pesar de sus continuas peticiones a Berlín de suministros y recomposición de sus fuerzas no es oído. En Berlín consideraban a El Alamein un frente menor, mientras que para los ingleses era su frente principal.

Los panzer les pisan los talones a los británicos
El impacto de la derrota de Gazala y luego la caída de Tobruk sobre la moral británica es el más duro de la guerra, según Churchill. En el Cairo los ingleses queman documentos secretos en los jardines de su embajada, preparando una hipotética retirada de Egipto ante el arrollador avance alemán. Esta nueva conquista de Tobruk hizo a Hitler ascender a Rommel con el título de Mariscal de Campo, en el bando británico, Sir Claude Auchinleck destituyó al general Ritchie y tomó el mando personalmente del VIII Ejército. El ascenso a mariscal no fue acogido con demasiado entusiasmo por el pragmático Rommel que le llegó a decir a Hitler: "No quiero el bastón de mando sino combustible para mis carros."

Panzer y soldados del Afrika Korps
avanzando por el desierto.
Rommel mantuvo en todo momento la persecución del VIII Ejército inglés dentro de Egipto para evitar que se recuperase. El primer intento para detener a Rommel tuvo lugar en el importante nudo de comunicaciones de Marsá Matrúh, donde los británicos intentaron formar una nueva línea defensiva. Rommel no les dio oportunidad para ello. Haciendo otra vez de la movilidad su mejor virtud, el 26 de junio atacó la posición de Marsá Matrúh, en territorio egipcio. Nuevamente, usó la infantería italiana para fijar las fuerzas británicas del perímetro, y envió a sus tanques por el flanco sur para caer sobre la retaguardia del 8º ejército.

El ejército ítalo-germano del mariscal Rommel inicia así su ofensiva del Egipto británico, Hacia el este avanzan, desde el sur hacia Marsá Matrúh, la 90ª división ligera y la 21ª división acorazada, unos 2.500 infantes con 60 carros, con el plan de cercar a las tropas británicas frente a ellas con el apoyo de la 15ª división acorazada.

Usando sus divisiones blindadas (alemanas e italianas) en dos columnas paralelas, Rommel ejecutó una maniobra de doble tenaza al sur de Marsá Matrúh: la 90ª ligera y la Littorio cercaron la 5ª División Blindada india, mientras que la 2ª columna, formada por la 15ª y la 21ª panzer lograban otro cerco más al sur; mientras que la 90ª ligera completaba el cerco llegando a la costa detrás de Marsá Matrúh.

General Sir Claude Auchinleck comandante
en jefe de las fuerzas británicas
en el Cercano Oriente.
Sir Claude Auchinleck, viendo que todo el dispositivo inglés estaba en peligro, ordenó entre el 27-28 de junio una retirada general hasta la nueva línea de defensa que se estaba preparando en El Alamein, la última línea de resistencia que podía organizarse al oeste de Alejandría y apenas un centenar de kilómetros distante de la ciudad.

La primera decisión de Auchinleck al tomar el mando de sus tropas, fue ordenar el repliegue hacia las posiciones de El Alamein. Churchill estaba desesperado y le pedía ayuda urgente a los norteamericanos.

Mientras preparaba las posiciones de El Alamein, Auchinleck libraba intensos combates dilatorios, primero en Marsá Matrúh el 26 de junio y después en Fuka el 28 de junio, en ambos combates los ingleses fueron vencidos. Tuvieron muchas bajas, incluyendo la destrucción de la 29ª Brigada India de Infantería en Fuka.

Las fuerzas italianas fueron las primeras que entraron en la ciudad antigua de Marsá Matrúh, eran los dos batallones del 7° Regimiento de Bersaglieri junto con los tanquistas de la División Italiana Blindada Littorio quienes cercaron y obligaron la rendición de más de 6.000 defensores de la fortaleza británica, además de capturar 40 tanques y una cantidad enorme de suministros.

Caída de Marsá Matrúh
El sábado 27 de junio de junio de 1942, el general Kleemann con 1600 tropas del AfrikaKorps cortan la retirada a la 2ª división neozelandesa y a numerosas unidades de blindados británicas e hindúes, que son atacadas por la 15ª división acorazada germana excedido en número 10 a 1 y a 15 millas de la unidad más cercana del Eje. En el enfrentamiento, al día siguiente el 60% del cuerpo británico logró huir hacia El Alamein.

Un suboficial italiano registra
a prisioneros indios.
En tanto, las tropas Bersaglieri rodean y asaltan la fortaleza de Marsá Matrúh, el regimiento 7 de Bersaglieri del coronel Scirocco se destacó y tomó 6.000 prisioneros (ingleses, hindúes y sudafricanos) al amanecer del día 29 de junio, en la doble tenaza de Marsá Matrúh, a solo 160 kilómetros al oeste de Alejandría. El resto de los efectivos del VIII Ejército británico logran escapar en dirección al sur y al este, concentrándose en el pueblo de El Alamein.

En el camino hacia El Alamein, los británicos en desbandada y los alemanes en frenética carrera avanzan, separados muchas veces apenas por menos de 200 metros por el flanco sur, pero no se disparan entre sí, lo importante era ganar la carrera. El 30 de junio, en el pueblo de El Alamein, el Grupo de Combate del capitán Briel, adelantándose 100 Km a las fuerzas de Rommel, ataca con fuego de artillería de 88 y 105mm. Pronto la RAF contraataca deteniendo el bombardeo.

Lo que quedaba del VIII Ejército británico, bajo mando directo de Claude Auchinleck, fortifica, refuerza y mina el sector de El Alamein, en Egipto, empleando prisioneros italianos. El Alamein era una insignificante estación de tren en la costa, pero estratégica.
El paso es guarnecido con las unidades aliadas que se retiran de Libia. Churchill pidió a Roosevelt que los norteamericanos les envíen cuantos tanques Sherman puedan; se enviarán 300 tanques y 100 cañones en un convoy a través del Atlántico.

Evacuación británica
La posición británica en Egipto pasaba por un momento crítico. La derrota de Marsá Matrúh había provocado el pánico en el cuartel general británico de El Cairo. En lo que se conoce como "el Miércoles de Ceniza", en el cuartel general británico, en las unidades de retaguardia y en la Embajada Británica, los ingleses quemaron frenéticamente documentos confidenciales en previsión de la entrada de las tropas del Eje en la ciudad.

Tanque inglés Crusader, alcanzado por
un cohete antitanque alemán.
Los británicos no dudaban que el “Zorro del desierto” continuaría avanzando y comenzaron a evacuar los cuarteles generales a Siria y Palestina. Las autoridades británicas en El Cairo prepararon las maletas, mientras el personal femenino que prestaba servicio en el Estado Mayor anglo-americano es trasladado a Somalia. La carretera que conduce a Alejandría se encuentra atestada de vehículos de todo tipo, cargados hasta el tope y miles de soldados aliados, usando todo tipo de transportes, marchan en dirección al Nilo.

Tras la victoria de Marsá Matrúh, Rommel pensó que un último esfuerzo lo llevaría a Alejandría, pero sin saberlo, se dirigía a una posición formidable que Auchinleck había escogido por sus ventajas defensivas naturales; la línea de El Alamein.

Esta línea ofrecía una ventaja crucial: no podía ser flanqueada. Su extremo norte, descansaba en el mar Mediterráneo, mientras que su flanco sur limitaba con la intransitable Depresión de El-Qattara, con un sector central muy accidentado y dominado por pequeñas alturas como la Sierra Ruweisat y Alam Halfa, era un terreno ideal para establecer una defensa firme. Auchinleck se dio cuenta de las ventajas que ofrecía esta línea defensiva y mandó construir una serie de fortificaciones para reforzar las defensas naturales del terreno, que se extendía a lo largo de unos 50 km entre El Alamein y la depresión de Qattara.

El día 30 de junio, Rommel lanzó su primera ofensiva
Básicamente se trataba de repetir la maniobra empleada contra Tobruk unos días antes. Rommel envió a la 90ª ligera en un ataque frontal, y amagó con enviar sus divisiones panzer (15ª y 21ª) hacia el Qattara para luego hacerlas virar hacia el nordeste y cortar la retaguardia del perímetro del El Alamein. El plan era bueno, pero Rommel, que no había podido ordenar un reconocimiento aéreo porque en su avance había dejado atrás los aeródromos de la Luftwaffe, desconocía la profundidad de las defensas británicas. Además, cuando las divisiones alemanas aparecieron ante El Alamein, fueron sometidas a violentos bombardeos aéreos.

Nada más comenzar el ataque, las cosas comenzaron a frenarse para el ejército ítalo-germánico. La 90ª ligera llegó frente al perímetro de El Alamein pero fue rechazada por la artillería británica y por elementos de la 4ª brigada blindada. Al sur, la 15ª y la 21ª panzer tomaron algunos puntos fuertes, pero fueron rechazadas por el intenso fuego de las posiciones británicas en la sierra Ruweisat.

Segunda ofensiva
El 1 de julio la 90ª División Ligera "Afrika" atacó a lo largo de la costa, pero la 1ª División Sudafricana en la llamada "caja" de El Alamein, apoyada por el fuego de artillería pesada, los repelió. Aproximadamente a las 10 de la mañana del 1 de julio la 21ª División Panzer atacó Deir el Shein. La 18ª Brigada India llevó a cabo una lucha desesperada durante el resto de la jornada, pero al anochecer los alemanes consiguieron sobrepasarles. No obstante, el tiempo que habían ganado así permitió a Auchinleck organizar la defensa del borde occidental de la cresta Ruweisat.

Tercera ofensiva
El 2 de julio Rommel ordenó la reanudación de la ofensiva, intentando que el Afrika Korps se dirigiese sobre la cresta Ruweisat para desbordar las posiciones surafricanas en El Alamein. Por entonces las fuerzas del Afrika Korps se reducían a 37 tanques de los 55 con los que había comenzado el ataque, guiaba a 18.000 soldados frente a 40.000 enemigos y 150 blindados. Además, contaban con alrededor de 800 cañones. Rommel era consciente del desequilibrio de fuerzas, pero se lanzó al ataque confiando en que se pudiese desbordar la posición de El Alamein gracias a la superioridad de maniobra de sus tropas. Mientras que la defensa británica de la cresta se apoyaba en una formación improvisada llamada Robcol, que consistía en un regimiento de artillería de campo, otro de artillería antiaérea ligera y una compañía de infantería. Robcol, conforme a una práctica común en el ejército británico para las formaciones ad hoc, tomó el nombre de su comandante, el general de brigada Roberto Waller, comandante de artillería de la 10ª División de Infantería India. Robcol fue capaz de ganar tiempo, y a última hora de la tarde dos brigadas acorazadas británicas intervinieron en la batalla. Rechazaron los repetidos ataques del Eje, que tuvieron que retirarse antes del anochecer.

Los británicos reforzaron Ruweisat durante la noche del 2 de julio. El Robcol ampliado pasó a llamarse Walgroup. Durante todo este tiempo, la Fuerza aérea británica sometió a las unidades del Eje a intensos ataques aéreos.

Continúa la ofensiva
El día siguiente, 3 de julio, Rommel continuó el ataque contra la cresta Ruweisat. Esta vez con el XX Cuerpo Italiano Motorizado. Durante la mañana, la combinación del fuego de artillería británico y los constantes ataques aéreos detuvieron el avance del Afrika Korps; el 3 de julio la Royal Air Force realizó un total de 780 salidas. Aunque los británicos habían conseguido parar al Afrika Korps, la 132ª División blindada italiana “Ariete” hizo progresos a lo largo de la cresta Ruweisat hasta que se encontraron con los más numerosos y mejor armados tanques británicos de la 4ª Brigada Acorazada.

Panzer III, tenía un cañón de 50 mm
y una ametralladora MG de 7,92 mm.
Para aliviar la presión sobre la derecha y el centro de la línea del VIII Ejército, el XIII Cuerpo - situado a la izquierda - avanzó desde la "caja" de Qattara (conocida por los neozelandeses como la "caja" Kaponga). El plan era que la 2ª División de Nueva Zelanda, con los restos de la 5ª División India y de la 7ª Brigada Motorizada bajo su mando, girase hacia el norte para amenazar al flanco y a la retaguardia del Eje. Esta fuerza se encontró con la artillería de la División blindada “Ariete”, que se dirigía al flanco meridional de la división como parte de su ataque a Ruweisat. El comandante italiano ordenó a sus batallones luchar por separado, pero la “Ariete” perdió a 531 hombres (cerca de 350 fueron hechos prisioneros), 36 piezas de artillería, seis u ocho tanques y 55 camiones. Al final del día la División “Ariete” tenía solamente cinco tanques. Una feroz batalla de tanques entre el Afrika Korps y las 22ª y 4ª Brigadas Acorazadas frustraron los intentos de Rommel de reanudar el ataque.

El Afrika Korps disponía sólo de 36 Panzers, sus tres divisiones alemanas tenían sólo 1200-1500 efectivos cada una, y sus hombres estaban agotados y operando al límite de sus líneas de suministro. Del lado italiano tenía 51 tanques y unos 4000 efectivos. El 4 de julio Rommel ordena a las fuerzas del Eje pasar a la defensiva. Al sur, el Grupo de Nueva Zelanda era contenido el 5 de julio por el fuego de la artillería pesada de la División “Brescia”, y durante tres meses fueron contenidos todos los ataques británicos pero no se lograba avanzar por falta de suministros de combustible, municiones y víveres que apenas alcanzaban una cantidad mínima.

El límite máximo del avance en el frente africano
El ataque ítalo-alemán se estancó, carente de cobertura aérea y enfrentado a las posiciones defensivas enemigas, no pudo profundizar ni abrir ninguna brecha.

Los hombres de Rommel, tras un largo avance, se encontraban extenuados y simplemente no daban más de sí. La ofensiva se había estancado, y Rommel no tuvo otro remedio que poner sus fuerzas a la defensiva. La primera batalla de El Alamein termina en tablas y se inmoviliza el frente africano a 100 kilómetros de Alejandría. Se consiguió detener el avance de Rommel pero sin derrotarlo.

Máximo despliegue del Tercer Reich,
durante la Segunda Guerra Mundial.
Asustados, los británicos han volado el puerto de Alejandría, trasladando sus buques a Haifa y Port Said. Pero ahora tenían la ventaja de que se encontraban muy cerca de sus principales bases de suministros y además, gracias al desciframiento de las claves alemanas, los británicos estaban destruyendo grandes cantidades de buques mercantes del eje, estrangulando la logística del África Korps. Tampoco Hitler se preocupaba por abastecerlo de combustible, tanques y aviones, ya que para él era más importante el frente ruso. Rommel durante junio recibió 5.000 toneladas de suministros, comparadas con las 34.000 de mayo, y 400 vehículos, comparados con los 2.000 de mayo. El estancamiento, precisamente la situación que el mariscal germano había deseado evitar, era un hecho.

A la izquierda, Rommel dando
instrucciones a sus hombres
en El Alamein, Egipto.

El día 17 de julio de 1942 visitaron a Rommel los generales Kesselring y Cavallero, interlocutores ante los que el Mariscal no se anduvo con rodeos. “Si no se hace algo decisivo en el aspecto del aprovisionamiento, estamos ante una derrota total”.


Afortunadamente, Kesselring estuvo en condiciones de prestar apoyo aéreo a Rommel y el frente se estabilizó. Pero la situación apenas mejoró con el suministro de combustible, municiones y alimentos. La primera batalla de El Alamein se la puede dar por finalizada el 27 de julio de 1942.

Cuantos más éxitos conseguía el mariscal y más se alejaba hacía el este, más aumentaban sus problemas logísticos y sus dificultades para seguir en pie de guerra ya que los suministros desembarcaban en Trípoli y Tobruk, a cientos de kilómetros de distancia y en el trayecto eran atacados por aviones de los Aliados.

Monumento actual en la ruta de
Alejandría, en el kilómetro 111, punto
máximo del avance italiano el 1º de
julio de 1942. Reza que fue la
fortuna no el valor, lo que les
impidió seguir más adelante.
Las bajas ítalo-alemanas eran considerables, aunque mayores eran las pérdidas británicas (13.000 soldados británicos muertos en julio), y perdieron además 60 mil hombres que eran prisioneros. Las fuerzas del Eje tenían en África más prisioneros enemigos que hombres para custodiarlos (los prisioneros eran enviados por tandas a Tobruk, donde eran embarcados rumbo a campos de prisioneros en Italia). Mientras tanto, el VIII Ejército británico se reorganizaba y reconstruía recibiendo continuamente tropas de refresco. Esto dejaba a Rommel en una grave disyuntiva: o se lograba romper la línea enemiga, o la posición de El Alamein sería insostenible para las fuerzas del Eje ante un enemigo reforzado con toneladas de armamentos por los Estados Unidos y plenamente abastecido como el 8º Ejército.

En octubre de 1942 los ahora anglo-americanos (220.000 hombres), vuelven contraatacar con la incorporación de 300 tanques Sherman M4, que se suman a los 1.000 que habían reunido los británicos y cien cañones norteamericanos, además de 1.585 aviones de la RAF, iniciando la Segunda batalla de El Alamein y el principio del fin para las fuerzas del Eje en África.

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