Existen decenas de casos
en el mundo de personas que, entran en una realidad donde el tiempo no
transcurre como en nuestra dimensión y cuando regresan han pasado meses, décadas
e incluso cientos de años. Por ejemplo, un caso en China, medio día en una
cueva fueron 12 años en el exterior. Monjes en Europa que se internaron en un
bosque y al regresar a su lugar habían pasado 300 años.
|
Los mundos paralelos son reales y superan todo lo imaginable. |
Junto
a nosotros existen varios reinos sobrenaturales muy diferentes, en algunos casos, un mundo paralelo es
similar al nuestro pero con eventos históricos diferentes, aunque en otros son
lugares sombríos que en nada se parecen a nuestro mundo. La temática de los
universos paralelos y de otras dimensiones es muy frecuente en la ciencia
ficción, pero la realidad supera todo lo imaginable.
La
idea de la posible interacción entre estos universos a través del intercambio
espontáneo de partículas permite especular que puedan existir “portales” en ciertas áreas que permiten a ciertas
entidades viajar a nuestra dimensión y a los humanos de aquí viajar a esa otra
realidad. Estas entidades pueden ser espíritus, elfos, hadas, extraterrestres,
o algo que desconocemos en la actualidad. Los portales se pueden encontrar en
lugares concretos de todo el mundo.
En
España existen dos leyendas de personajes
que incursionaron en ese mundo paralelo donde el tiempo transcurre más
lentamente, ellos son San Virila en el 900 aproximadamente y San Ero en el
1176. Ambos monjes quedaron extasiados escuchando un ave canora y cuando regresaron a su lugar habían pasado
300 años.
Lo que le sucedió a
San Virila
En
España existe el monasterio de Leyre, en Navarra. En él está ubicado el panteón
en el que yacen los primeros monarcas del reino de Pamplona. Allí reposan también los restos de San
Virila, un monje nacido en Tiermas (Zaragoza) cerca del monasterio de San
Salvador de Leyre, del que llegó a ser abad. Su figura histórica está documentada en el libro gótico de San Juan de
la Peña.
|
El monasterio de Leyre a 50 km de Pamplona. |
Virila
era un abad benedictino muy preocupado
por entender el misterio de la eternidad, por comprender cómo era posible
vivir eternamente sin llegar a aburrirse y dejar de ser feliz. Un día, este
monje fue al bosque y se ensimismó con
el bello canto de un ruiseñor.
Luego
bebió agua de una fuente y se quedó dormido. Al despertar, encontró el camino
de vuelta al monasterio tras una larga búsqueda, pero quedó contrariado al ver que el tamaño de la iglesia y otras dependencias
era mayor de lo que él recordaba. Cuando entró en el monasterio, nadie supo
reconocerlo ni él pudo identificar a ninguno de los monjes que ahora ocupaban
Leyre, sin embargo, los monjes integraron a Virila en la vida monástica hasta
que, un día, revisando antiguos libros en el archivo del cenobio, los monjes descubrieron que se trataba del
abad Virila, integrante de ese monasterio, que había desaparecido en el bosque
trescientos años antes.
|
San Virila se quedó dormido escuchando un ruiseñor y cuando regresó habían pasado 300 años. |
Hecha
la revelación, cuando todos estaban reunidos en la sala capitular, se abrió la
bóveda de la misma y una voz se dirigió a Virila diciéndole: "si tan pronto te pasaron los
trescientos años escuchando el canto de un ruiseñor, imagina cómo pasará el
tiempo en compañía del Altísimo".
Entonces,
un ruiseñor entró a la abadía con un anillo en el pico. El ruiseñor colocó el anillo en el dedo de San Virila y éste volvió a
ser abad hasta su fallecimiento en el año 950, a los 80 años de edad.
Lo que le sucedió a
San Ero
Ero
de Armenteira fue un noble gallego del siglo XII cuya historia aparece relatada
en una de las Cantigas de Santa María,
recopiladas por el rey Alfonso X el
Sabio. Tuvo cierta noche un sueño en el que la Virgen les decía tanto a él
como a su mujer que fundasen un monasterio, para que así tuviesen descendencia
espiritual, mucho más importante que la terrenal (el hecho es que ellos no
tenían hijos). Así que Ero decidió
transformar uno de sus palacios en monasterio y se convirtió en su abad.
|
Monasterio de Armenteira, en Galicia, fundado por San Ero. |
Así,
fundó el Monasterio de Santa María de
Armenteira, en Meis, Pontevedra, Galicia, al cual acudieron cuatro monjes cistercienses
en 1149, enviados por San Bernardo, abad de Claraval, en Francia que lo designó
su primer abad y lo fue por 26 años hasta su desaparición. Durante su
estancia en el monasterio el abad se preguntaba a menudo sobre la edad del
hombre y cómo sería el Paraíso. Así pues, un
día, paseando por los bosques cercanos al monasterio, Ero quedó cautivado por
el cantar de un ruiseñor y se sentó bajo un árbol para contemplarlo. Entró
en un profundo trance en el que pasó
trescientos años sin darse cuenta y al regresar al monasterio preguntó por
los monjes y nadie pudo contestarle; preguntó por el abad Ero y le respondieron
que desapareció hace 300 años. Ero entendió lo ocurrido y falleció en ese instante a los pies de los nuevos monjes del
monasterio, alcanzando a decirles que él era Ero, el monje que había
desaparecido hace 300 años.
En la Cantiga 103,
como señala el propio rey Alfonso X en sus Cantigas
de Santa María, se cuenta que Ero solía salir algunos días del monasterio y
caminar por el bosque. Uno de esos días se encontraba en una huerta, junto a
una fuente, con el agua más cristalina que nunca y se sentó bajo la sombra de un roble. Ero empezó a reflexionar y
rezó a la Virgen: para poder ver el Paraíso antes de morir. Un pajarillo empezó a cantar, y el monje perdió la noción del tiempo.
Pasaron 300 años, y el abad volvió al monasterio. Cuando llega al monasterio
éste no se parece en nada al que él conoció. Hay más monjes, los edificios son
más grandes y modernos. El prior le preguntó quién era, y, al responder que era
el abad Ero, los monjes se arremolinan alrededor del recién llegado, y hablan a
la vez, se santiguan, alzan las manos al cielo y uno de los monjes corrió a la
biblioteca en busca de un voluminoso y viejo libro, y en voz alta lee: “Santo
Ero de Armenteira, noble y piadoso varón, fundador y abad de este monasterio,
quien nunca más fue visto después de salir a meditar al monte Castrove”. Y
desde aquella desaparición habían transcurrido trescientos años. Ero, al darse
cuenta del paso del tiempo, cayó fulminado a los pies de los monjes.
|
Estatuilla de San Ero de Armenteira. |
Según
la historia, era primavera y tan bien trinaba el ave que Ero se pasó allí
trescientos años como si hubiera sido un rato. ¿Qué pájaro sería aquel? Alfonso X, en las Cantigas, solo lo describe
como “passarina” (paxariña se le llama hoy, en algunos sitios de Galicia, al
pájaro lavandera. Pero esta ave ligera no es capaz de estarse quieta ni un
minuto. Ero aparece, en una talla de Armenteira, con un pájaro en el hombro; es
oscuro y con el pecho blanco: un mirlo de agua. Pero este extraño buceador
apenas canta. Ramón del Valle-Inclán, que era de aquellas tierras, duda entre
la cotovía y el ruiseñor. Las cotovías son más aficionadas a los campos
abiertos. En un bosque junto a una fuente, seguro que era un ruiseñor. Y no hay
otro que cante como él.
Actualmente se
calcula que desde la fuente más cercana hasta el monasterio, hay un paseo de 8
kilómetros al borde del río.
Relato bretón del
monje Yves
También
existen muchas similitudes en el relato
bretón referente al monje Yves, quien, buscando leña en el monte escuchó el
canto de un pajarito que estaba posado en la rama de un árbol y quedó
embelesado por la melodía.
|
El ruiseñor, una de las aves más melodiosas, aparece casi siempre en las historias de viajes a mundos paralelos. |
El
monje persiguió al ave durante todo el día y, al regresar al monasterio, los
monjes no lo reconocieron ni él les supo explicar lo ocurrido pues durante este breve período de tiempo habían
transcurrido 300 años. Pero lo dejaron entrar, y no fue hasta años después que
encontraron escrito en unos documentos que trescientos años antes había en el
lugar un monje cuyas señas y biografía coincidían con la de Yves.
El monje del
monasterio de Heisterbach
En
la Edad Media, el monasterio de Heisterbach, en Alemania, estaba situado en
medio de un lindo bosque cerca del Petersberg. En aquel entonces, los monjes
pasaban sus días orando y trabajando.
Uno de ellos muchas veces reflexionaba sobre el salmo "para Él, 1000 años
son como un único día", sin jamás comprenderlo enteramente.
|
Ruinas del coro de la abadía medieval de Heisterbach, en Alemania. |
Un
día, cuando el monje se paseaba por el jardín del monasterio, reflexionando,
escuchó cantar a un pájaro que nunca había oído antes. Sorprendido y encantado, lo siguió al bosque por una pequeña puerta
en el muro alrededor del monasterio en el bosque y se alejó marchó más y más
hasta que sus piernas ya no lo llevaron, entonces se sentó en un tronco y se
durmió.
Cuando
se despertó, quiso regresar en seguida al monasterio, y llegó allí en la tarde.
Entró para unirse a los monjes para el rezo de noche... y se quedó parado pues
no vio ninguna cara familiar. Entonces
les rogó que le presentaran a su abad. Allí les dijo su nombre, el año de su
entrada en el monasterio y el nombre del abad en aquel entonces. Un largo
silencio siguió estas palabras.
|
En el bosque de Petersberg, cercano al monasterio, hay centenares de cruces de piedra bordeando los senderos. |
Por fin el abad le
dijo que 300 años habían pasado desde entonces. Uno de los monjes añadió que
había leído en los viejos documentos de un monje que había desaparecido en el
bosque y que nunca había vuelto. Entonces el monje comprendió: "para Dios,
1000 años son como un único día".
Una sonrisa feliz apareció en su cara, se cayó y cerró los ojos para siempre.
Obsérvese
que en todas estas leyendas medievales,
no falta el ave cantora, el árbol y el monje que regresa y comprueba los 300
años que pasaron.
La leyenda galesa
de Shon ap Shenkin
Existe
en Gales la historia de Shon ap Shenkin,
un joven que una hermosa mañana de verano se sintió cautivado por una
melodía mágica y se sentó bajo un árbol a escucharla. Cuando se extinguieron
los últimos acordes de aquella música, se
levantó y se quedó sorprendido al ver que el árbol que le cubría, y que antes
fuera verde y frondoso, se había secado.
|
Shon ap Shenkin, el galés que se quedó cautivado escuchando una melodía mágica. |
Al regresar a su hogar, observó
que la casa estaba extraordinariamente cambiada, algo más vieja y recubierta de
hiedra. En el umbral de la puerta, estaba de pie un extraño, un viejo que
saludó a Shon y le preguntó que deseaba. Shon, sorprendido, respondió que hacía
unos minutos que había dejado a su padre y a su madre en esa misma casa. Le preguntó el viejo cómo se llamaba.
"Shon ap Shenkin", le respondió el muchacho. Una palidez mortal cubrió el rostro del viejo, que contestó: "Cuando
era un niño oí hablar muchas veces a mi abuelo, tu padre, de tu extraña desaparición".
Al oír esto, Shon ap Shenkin se deshizo en polvo sobre el umbral.
Historia escocesa
de una incursión a un mundo paralelo
Más
afortunado fue un labrador de Glen Etive,
una de las zonas más misteriosas de Escocia, el cual, una noche de Año Nuevo vio salir luz de un sìthean (una colina de las
hadas) y decidió entrar allí. Las hadas lo invitaron a bailar y él accedió a
ello.
|
Cuenta la leyenda que un labrador de Glen Etive, Escocia, permaneció casi un año en otra realidad paralela y para él fueron apenas unos minutos. |
Su
compañero, que se había quedado fuera, al ver que no salía fue asustado al
pueblo y contó lo ocurrido, pero nadie le creyó. Así, pues, la siguiente víspera
de Todos los Santos se dirigió de nuevo al sìthean junto con tres hombres más,
y vio una luz como la que había visto aquella vez. Entró, vio a su compañero y
le dijo: "Ya es hora de que salgas
de aquí", "Espera a que acabe este baile; no hace ni un minuto que
entré", respondió el otro.
"Ni hablar,
creo que te has pegado un buen baile, visto que ha durado desde la víspera de
Año Nuevo a la de Todos los Santos (el 31 de Octubre)". Y le hizo caso a su
amigo y salió del lugar encantado.
En Irlanda Bran mac
Febal y Oísin regresaron de ese mundo paralelo
Hay
varias leyendas irlandesas que describen ese mundo que coexiste con el nuestro.
Las tradiciones escocesas e irlandesas
lo llaman el Sidhe (mundo de las hadas). Las más impactantes son la de Bran y Oisín.
|
Bran llegó con su barco a una tierra maravillosa situada más allá de Irlanda, en el Atlántico. |
Bran mac Febal era un príncipe
irlandés que un buen día escuchó una
música que lo adormeció y al despertar encontró una rama plateada de la cual
colgaban flores de manzanas. La llevó a palacio, la enseñó a los nobles y ese
día Bran tenía organizado un banquete en su casa, mientras estaba cenando con todos los reyes de Irlanda, se acercó una
chica muy bella, tenía unos ojos claros, una piel blanca y el pelo era rubio, y
le preguntó que de dónde se había sacado una rama que parecía de plata, Bran le
dijo que se la había encontrado en la playa cuando estaba durmiendo.
La
chica se puso a cantar una canción sobre una
isla donde estaban los bienes de Emhain Abhlach, una tierra paradisíaca donde
hay manzanos y no existía el dolor, el odio ni la muerte, donde la música, los
placeres y el vino son interminables. La mujer desaparece llevándose la rama. Bran
salió atrás de ella pero la chica desapareció. Terminado el banquete, Bran
quiso hacer un viaje hacia la isla de los manzanos, así que escogió muy bien su
tripulación de veintiocho hombres y zarparon
hacia Occidente en busca de tal lugar que recuerda a Avalón, también llamada la
Isla de las Manzanas.
El audaz Bran viajó
veintisiete días y veintisiete noches, hasta que uno de sus hombres gritó, Bran le
preguntó qué pasaba y el hombre dijo que un carruaje iba flotando en el mar,
era el barco de Manannán, hijo de Lir, que
iba a la tierra de los hombres para tener un hijo y le dijo que la isla que
buscaba ya estaba cerca.
|
Todos los compañeros de Bran consiguieron esposa en Tir na mBan, la Tierra de las Mujeres. |
Llegaron
en primer lugar a la Isla de la Alegría,
en la cual la gente reía y se comportaba como si estuviese ebria. Bran envió a uno de sus hombres a investigar en la isla
y tras pisarla comenzó a comportarse de la misma forma y Bran no tuvo más
remedio que abandonarlo.
Después
de poco tiempo Bran llegó a otra isla, cuando
estaba a punto de bajar una mujer se acercó al barco y le dijo que baje sin
tener miedo, Bran bajó y le vio a la cara a la joven, era la misma mujer que
había ido al banquete. Habían alcanzado finalmente Tír na mBan, la Tierra de las Mujeres, y allí fueron recibidos por
una comitiva de Hadas y estuvieron lo que les pareció un año y todos
consiguieron esposa, pero un día un
joven de la tripulación le dijo a Bran que ya tenían que regresar porque había
dejado a sus padres enfermos a una prometida para casarse. Convenció a Bran
y decidió regresar a su tierra.
|
Al no poder descender en Irlanda, Bran partió de nuevo hacia alta mar y no se lo volvió a ver jamás. |
Bran y sus hombres prepararon
la nave y partieron de nuevo hacia Irlanda, pero antes de zarpar la reina de
Tír na mBan les advirtió que no pisaran tierra firme. Pero tras llegar a
Irlanda el hombre que había convencido a Bran para volver, Nechtan mac Collbran, saltó a tierra e inmediatamente queda convertido en polvo, pues había pasado más de un
siglo.
Bran
vio en la orilla a un hombre desconocido y le preguntó quién era, Bran le explicó
su origen y el hombre se quedó muy sorprendido, la mujer que acompañaba al
hombre le dijo que había escuchado una
historia de un tal Bran, que le había contado el bisabuelo. Bran contó desde
el barco su historia para que se acuerden de él y la expedición partió de nuevo
hacia alta mar y no se la volvió a ver jamás.
Interesante es
también la historia de Oisín
Un
día, vigilando la costa cercana a Kerry, el
héroe irlandés Fionn y sus soldados, los Fianna, vieron salir del mar a una
bellísima mujer de cabellos dorados. Ella era Niamh la de los Cabellos de
Oro, se detuvo frente a Fionn y le contó que estaba enamorada de un hombre de Irlanda y quería casarse con él y
llevárselo a Tír Tairngire, la tierra de la promisión también llamada Tir
Nan Og, la Tierra de la Juventud, su país, donde el tiempo no existía. Y en ese
momento miró y sonrió a Oisín, el hijo
de Fionn. Oisín se montó entonces en el corcel blanco de la bella Niamh y
partieron ambos a Tír Tairngire (Tierra
de promisión). Allí fueron recibidos calurosamente por Manannán mac Lir,
señor de aquellas tierras y padre de Niamh y parecía que esta historia iba a
tener un final feliz. Era una tierra de
belleza, donde la hierba estaba siempre verde y las frutas y las flores podían
ser recogidas del mismo árbol a la vez, donde las fiestas, la música, el amor,
la caza y otras diversiones eran interminables y donde la muerte no existía.
|
Oisín y Niamh cabalgando en un corcel blanco rumbo a Tirn Tairngire. |
Oisín
se casó con Niamh y fueron felices, pero después
de unos tres años en ese lugar, Oisín añoraba a Irlanda, a su padre y a sus
compañeros y le pidió a su esposa que le diese el corcel blanco con el que
poder visitar su tierra natal. Ella le
rogó encarecidamente que no se marchase pero al final accedió con la condición
de que permaneciese constantemente montado en el caballo y no tocase el suelo.
Y así Oisín marchó de vuelta a su patria a través del Océano.
Al
llegar a Irlanda, Oisín notó que todos
los lugares que su padre y sus compañeros frecuentaban estaban ahora
deshabitados; y no veía a ninguno de los Fianna por ninguna parte,
únicamente a hombres normales y corrientes... ¿Qué había sucedido con ellos?
Preguntó entonces a los hombres del lugar y ellos le dijeron: "¿Los
Fianna? ¿Fionn mac Cumhail? Nunca hubo nadie llamado así, antiguamente se
solían contar historias acerca de los Fianna, una raza de gigantes que se
comían a la gente, pero ya nadie las cuenta".
|
Oisín pasó 3 años en Tir Tairngire, una tierra de belleza donde el pasto estaba siempre verde. |
Oisín se dio cuenta
de que habían pasado trescientos años desde su partida, mientras que él
había pensado que habían sido únicamente tres. Le contó a los hombres la
verdadera historia de los Fianna y tras ello pensó en regresar de nuevo a Tír
Tairngire, pero antes de partir un hombre le dijo que probase la historia de
los Fianna levantando una gran roca con una sola mano. Oisín lo hizo, pero
mientras levantaba la roca, se desprendió la silla de montar cayendo él al
suelo... y en ese momento los
trescientos años que habían pasado cayeron sobre él y se convirtió en un
anciano.
El
célebre patrono de los irlandeses San
Patricio, en tiempos del cristianismo naciente en la isla, en el siglo V, se
encontró con Oisín y logró bautizarlo. El
interés del santo por las tradiciones antiguas permitió que obtuviese de este
sobreviviente de las viejas glorias irlandesas informes de primera mano.
En Japón
Una
de las leyendas japonesas más populares, que pasó al papel en el siglo XV, pero
seguramente es unos cientos de años más antigua es la del pescador que visita
el reino submarino sobrenatural de Ryugu-jo, descubriendo finalmente que en los tres días que pasó allí habían
pasado trescientos años en su tierra.
|
Urashima Taro en el reino submarino. |
El
pescador japonés se llamaba Urashima Tarō
y por salvar a una tortuga de unos niños que la ponían boca arriba y reprendiéndolos
por su mala acción, les quitó la tortuga y la llevó al mar. Por ese gesto, es
recompensado y transportado mágicamente al Palacio del dios Dragón (o Ryūgū-jō), en el reino submarino de
Ryugu-jo.
Ese
reino era maravilloso. Sus casas eran de esmeralda y los tejidos de oro; el
suelo estaba cubierto de perlas y grandes árboles de coral daban sombra en los
jardines; sus hojas eran de nácar y sus frutos de las más bellas pedrerías. Permanece
allí durante tres días, y Urashima Tarō finalmente
desea volver a su hogar para visitar a su moribunda madre. La bella princesa
una bella princesa Otohime le da una caja misteriosa, diciéndole que no debe
abrirla nunca si
quería volver a verla. Confundido, Urashima Tarō nada sobre la tortuga,
saliendo del palacio.
|
Urashima Taro y la princesa Otohime. |
Al
llegar a su hogar todos habían cambiado. Pregunta a la gente si han oído hablar
de la familia Urashima o de Urashima Tarō pero nadie recuerda nada. Finalmente
encuentra un viejo; se quedó un momento pensativo, y al cabo de un rato le dijo
que casi lo había olvidado, pero recordó que el hijo único de un matrimonio de
la aldea, un día salió a pescar, y a partir de entonces nadie volvió a saber lo
que le sucedió. Se llamaba Urashima Tarō y lo dieron por muerto hace
ya 300 años. Entonces, dolido, el pescador se sentó bajo un árbol y abrió
la caja. Al abrirla, Urashima se convierte en un anciano. De la caja viene una
voz: «Te dije que no debías abrir la
caja nunca. En ella moraba tu edad.»
Cuando
a la mañana siguiente fueron los muchachos a bañarse a la playa, vieron tendido en la arena a un hombre
decrépito, sin vida: era Urashima que había muerto de viejo.
Un caso en la China
antigua
Se
suele decir que un día en el Cielo es un año en la Tierra. En algunos lugares,
es incluso más de un año. En otra
dimensión asociada a la Tierra, un campesino chino pasó medio día que fue igual
a 12 años en la realidad nuestra.
|
El chino Wen Guangtong un día encontró una gran caverna habitada por humanos. |
Este
es el caso que le sucedió a Wen
Guangtong, que era de Teng, un pueblo del condado de Chenxi que está a unos
49 km, río arriba de Chenzhou por el lado norte del río.
En
el año 26 del reinado del emperador Wen de la dinastía Song Liu (420-479 d.C.),
un día Wen Guangtong descubrió un
cerdo salvaje comiendo los vegetales de su jardín. Le disparó al cerdo con una
flecha y lo lastimó. Lo siguió hasta la entrada de una cueva y entró. Luego de caminar 300 pasos, la cueva de
repente se iluminó y aparecieron cientos de casas delante de él. Vio al cerdo
correr en un chiquero al lado de una de las casas.
Un
anciano salió de la casa y le preguntó: “¿Eres el que disparó a mi cerdo?”.
Guangtong respondió: “El cerdo estaba comiendo mis verduras. No lo hice sin
razón”. El anciano respondió: “No está
bien si alguien permite que su vaca pase al jardín de otro, pero es aún peor
que robes la vaca, por el hecho de que pise tus verduras”.
|
"Es bueno que usted entienda la gravedad de su error", le dijo el anciano al visitante. |
Guangtong
se dio cuenta de que lo que dijo el viejo tenía sentido y se disculpó con él
por dispararle a su cerdo. El anciano respondió: “Es bueno que usted entienda la verdad de su error. Este es el castigo
que merece el cerdo, por lo que no tiene que disculparse más”.
El
anciano invitó Guangtong a su casa. Adentro vio a más de 10 personas vestidas
como estudiantes. Un profesor les
explicaba las enseñanzas de Lao Tsé. En el lado oeste de la casa, 10 personas
más estaban tocando una música muy hermosa. Mientras escuchaba, un servidor
terminó de preparar una comida y todos comieron. Sintiéndose muy cómodo y medio
ebrio, Guangtong dejó de beber.
Empezó
a observar a la gente en las calles. Se vestían de manera similar a los del
mundo exterior, pero ese lugar era muy
tranquilo y hermoso. Hubiera sido muy difícil encontrar algo así en el mundo
exterior. Guangtong sentía que quería quedarse allí para siempre.
|
El lugar era muy tranquilo y hermoso. |
Pero
el anciano, dueño del cerdo no le permitió quedarse. Le pidió a un joven que lo llevara de regreso y luego cerrara la puerta
de forma segura para que nadie más desde el exterior pudiera entrar. Mientras
caminaban, Guangtong preguntó al joven
acerca de las personas que vio en la casa.
“La gente de la
casa son todos los sabios”, dijo el joven. “Vinieron
aquí para escapar del cruel régimen del rey Jie en la dinastía Xia (1728-1657
a.C.). Todos se volvieron inmortales después de aprender el Tao. El maestro es
Heshang Gong.
“Mi
nombre es Wang Fusi de la dinastía Han. Vine aquí porque tengo preguntas acerca
de Lao Tsé y el Tao Te Ching. He sido
servidor durante 120 años y ahora soy un portero, ¡pero todavía no he
obtenido las verdaderas enseñanzas de Lao Tsé!”.
Después
de que llegaron a la entrada de la cueva, de
mala gana se despidieron. Sabían que no volverían a encontrarse.
|
Al día siguiente llevó a los aldeanos a la cueva pero la entrada fue bloqueada por una gran piedra que les fue imposible moverla. |
Cuando
Guangtong salió de la cueva, encontró las flechas donde las había dejado, pero
todas estaban podridas y destrozadas. Doce
años habían pasado en el mundo humano y su familia había hecho un servicio
funeral por él hacía ya mucho tiempo. Cuando apareció en el pueblo, ¡todo el
mundo se sorprendió!
Al
día siguiente llevó a los aldeanos a la cueva. Encontraron la entrada, pero fue bloqueada por una enorme piedra que
les fue imposible moverla.
Algunos casos en el
siglo XX
Estos
hechos de visitas fugaces a una realidad paralela se siguen sucediendo
esporádicamente, así tenemos un caso publicado en la revista Fate en abril de 1959 donde se narra la experiencia
de Frances E. Peterson, de Keokuk,
Iowa, que en 1935 viajaba a casa con su
marido y sus cuatro hijos después de pasar un fin de semana en Misuri.
Durante el camino tomaron un desvió hasta un paisaje rústico.
|
Observaron mujeres y hombres vestidos con ropa de otra época. |
Cuando llegaron
al final del pintoresco paisaje vieron a
varias mujeres con sombreros de sol y faldas largas con baldes de madera
llenando agua de un pozo. También había hombres con largas barbas y vestidos
con ropa de épocas pasadas. Parecían estar cuidando rebaños de ovejas y cabras
o recogiendo leña.
Debido
a que se quedaron enamorados de la pintoresca escena, la familia preguntó a los
habitantes de un pueblo cercano sobre el “asentamiento”, sin embargo, les
dijeron que no existía ese lugar, en esa zona no vivía nadie. Convencidos de
que realmente existía, Frances y su marido regresaron
al lugar varias veces después, pero no encontraron ninguna evidencia de los
inusuales lugareños en el valle. Todo esto sugería que la familia había
sido transportada temporalmente algún punto poco comprendido entre las
diferentes realidades.
Más allá del arco
de piedra
Un
caso interesante de viajes a otra dimensión ocurrió en 1956, cuando un
cazador de tesoros llamado Ron Quinn, su hermano Chuck y algunos amigos se
encontraba en las montañas del sureste de Arizona en busca de misteriosos
tesoros perdidos españoles y minas de oro. Tres semanas después de comenzar
su aventura, los aventureros establecieron un campamento una noche, y en esa
misma noche vieron dos grandes bolas de luz de color verde azulada flotando en
el cielo oscuro y estrellado. Los desconcertados aventureros determinaron que
no eran bengalas, ni ningún tipo de aeronave conocida.
|
Ron y Chuck Quinn sufrieron varias experiencias extrañas en 1956. |
Las
extrañas bolas de luz estuvieron revoloteando por la zona durante varios
minutos antes de desaparecer detrás de algunas montañas. La noche siguiente,
sucedió el mismo fenómeno. Cuando explicaron su experiencia a un vaquero
llamado Louie Romero, este les dijo que las
luces inexplicables eran un fenómeno muy recurrente en la zona, y llevaban apareciendo
desde 1939.
En
un momento durante sus viajes, el grupo de aventureros pasó por lo que parecía
un arco de piedra, que destacaba por ser una especie de anomalía en el paisaje,
un objeto fuera de lugar. Un nativo les explicó que el arco de piedra estaba rodeado de extrañas historias y rumores, como
que si una persona pasaba a través de la puerta no volvía a salir, y que los
objetos lanzados no aparecían al otro lado, ganándose el nombre “Portal de los
dioses”. También había quien aseguraba que en ocasiones aparecían personas
del “portal” como si fueran fantasmas.
|
Chuck Quinn encontró unas geodas en el lugar. |
Cautivado
por todas estas historias extrañas, Quinn y su equipo decidieron volver para
encontrar el misterioso arco e investigarlo. Cuando lo encontraron hicieron
todo tipo de experimentos, como tirar objetos a través de él, pero no pasó
nada. Cada vez más escépticos, algunos de los miembros del equipo decidieron
regresar. Sin embargo, días después ocurrieron extraños acontecimientos. Un
día, mientras se encontraba cerca del portal recogiendo algunas geodas, Roy y
otro miembro del equipo vieron como el
arco de piedra emitía unos reflejos y un calor intenso, a pesar de que era
enero. El extraño fenómeno duró unos pocos minutos, tiempo suficiente para
sentir una creciente presión dentro de sus oídos.
Pero
el incidente más extraño ocurrió años después de que la expedición hubiera
terminado. Cuatro años después Chuck Quinn decidió regresar al portal de
piedra. El aventurero subió por las empinadas laderas rocosas, hacia el arco,
parando para tomar un poco de aire. Fue aquí mientras miraba hacia el oeste
sobre el majestuoso paisaje cuando se
dio cuenta de que había un cañón que no debería estar allí. Desconcertado,
descubrió que se encontraba a un kilómetro de distancia por donde había subido.
De alguna manera fue transportado a un lugar diferente. El extraño suceso lo
convenció de que, efectivamente, había algo extraño en el arco de piedra y se
marchó para siempre de ese lugar. ¿Era el arco de piedra una especie de puerta
de entrada a otra dimensión?
Esto
son solo algunos de los casos que parecen demostrar que hay una conexión entre las diferentes dimensiones y que por algún
motivo que desconocemos, en ocasiones podemos acceder. Está claro que para
algunos son simples historias, pero para otros son evidencias de la existencia
de universos paralelos.
El caso del español
Pedro Oliva Ramírez
Aproximadamente
a las 23:00 horas del día 9 de noviembre
de 1986, el perito industrial Pedro
Oliva Ramírez afirma que se encontraba en dirección hacia Alcalá de
Guadaira desde Sevilla, España. Repentinamente durante su viaje sufrió un
susto, pues al hacer una curva, se
encontró conduciendo en una autopista de seis carriles. Se encontraba rodeado
por estructuras externas en un terreno muy raro. Conducía viendo cosas
desconocidas como edificios de viviendas de veinte pisos, estructuras no
identificadas y hierba de unos 60 cm de altura a lo largo del borde de la
carretera. Todo era extremadamente extraño. El hombre sintió una sensación
de dolor, mientras un coro de voces sonaba a la distancia. Una voz se destacó entre las demás, indicándole que permaneciera
tranquilo: solamente había sido transportado a otra dimensión.
|
Pedro Oliva Ramírez vivió en 1986 una
experiencia inquietante que nunca olvidará. |
Ramírez afirma
haber pasado conduciendo una hora por la carretera en ese extraño lugar, con
automóviles en las pistas laterales cuyos modelos le eran completamente
desconocidos.
El pobre viajero continuó perdido hasta que encontró una desviación a la
izquierda, donde los carteles apuntaban hacía Alcabala, Málaga y Sevilla.
Ramírez comenzó a conducir en dirección a Sevilla, pero cuando se detuvo, se
quedó absolutamente sorprendido mirando a su casa, en Alcalá de Guadaira. Había llegado a su destino… tomando un
atajo entre universos. Cuando rehízo su recorrido no logró localizar la
desviación, o señal alguna de la autopista de seis carriles.
Aclaró
que el recorrido entre Sevilla y Alcalá
de Guadaira lo solía realizar en una media hora: él empleó tres horas y cinco
minutos y un consumo de combustible equivalente a unos doscientos
kilómetros y algo. Ramírez aun busca respuesta a lo ocurrido, sin mucho éxito
hasta el momento.
Lo que le sucedió a
Carol Chase McElheney
En
el año 2006, Carol Chase McElheney conducía
hacia la ciudad de Perris, California de vuelta a casa en dirección hacia San
Bernardino, cuando decidió hacer un alto
en su ciudad natal, Riverside.
|
Carol Chase intentó visitar Riverside, su ciudad natal, pero se encontró
con otra totalmente diferente. |
Sin
embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Carol se diera cuenta de que no
estaba en su ciudad, a pesar de que su localización geográfica era la correcta.
La mujer afirma que no logró encontrar
la casa donde pasó su infancia ni la de los miembros de su familia. En
realidad, ella no pudo reconocer ninguna de las casas, pese a que todos los
números eran los mismos. El cementerio donde sus abuelos habían sido
sepultados no era más que un predio cercado y rodeado por la maleza.
¿Acaso
estaba en la ciudad equivocada? Esta sería una explicación lógica a lo sucedido
si la mujer no hubiera encontrado algunas referencias que le resultaban
familiares, como la facultad o su colegio. Sin embargo, su alivio al encontrar
algo que le era familiar le duró muy poco, pues después de dio cuenta de la
misteriosa atmosfera que rodeaba a los habitantes del lugar. Desconcertada,
Carol entró en University Avenue, un lugar donde normalmente había
restaurantes, hoteles y otros negocios, pero era un área descuidada y cubierta
de grafitis, y algo de la gente de allí la asustaba. Tenía miedo de salir del coche, sentía que si interactuaba con la
gente, se quedaría allí para siempre. Después de otro par de horas
frustrantes y angustiantes sin reconocer las cosas, volvió a Perris. Carol no puede explicarlo, pero las
personas que veía eran seres siniestros, que le ocasionaron inmediatamente un
estado de pánico que no pudo contener.
|
Carol sentía que si llegaba a interactuar con la gente, se quedaría allí para siempre. |
Sin
demoras, puso el pie en el acelerador y huyó del lugar lo más rápido que pudo. Carol cree que se tropezó con una dimensión
paralela, en el que Riverside era un lugar muy oscuro.
Su
historia no pudo ser confirmada porque cuando
regresó a Riverside algunos años después para el funeral de su padre, ella se
encontraba exactamente en la misma ciudad en la que pasó su infancia. Nunca
volvió a encontrar la dimensión alternativa en Riverside.
En
octubre de 2014, investigadores de la Universidad Griffith, en Brisbane, en
Australia, y de la Universidad de California, en Estados Unidos, propusieron
que los universos paralelos no solo
existen sino que, además, interactúan entre ellos influyéndose unos a otros con
una sutil fuerza de repulsión. Es decir, que en lugar de evolucionar de forma
independiente, estos mundos cercanos se condicionan.
|
Los universos paralelos vibran a diferentes velocidades y algunos de ellos, se superponen a nuestra realidad. |
Según
podemos entender, los multiversos están
vibrando a diferentes velocidades y algunos mundos paralelos, literalmente, se
superponen a nuestra realidad.
Hay
muchas preguntas sin respuesta, sin embargo, se debe empezar por alguna parte. Como siempre, cada uno debe sacar sus
propias conclusiones respecto a la existencia de realidades paralelas que
coexisten simultáneamente con la nuestra.
Por Alberto Seoane