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jueves, 9 de abril de 2015

LA AVIACIÓN JAPONESA EN 10 MINUTOS HUNDE EL PORTAAVIONES BRITÁNICO HERMES

El portaaviones británico HMS Hermes, se hundió en el océano Índico el 9 de abril de 1942, tras ser atacado por 70 aviones japoneses. Se hundió con 307 tripulantes.

Mapa de la ex Ceilán, hoy
Sri Lanka.
El 9 de abril la flota japonesa se dirige a Columbo, capital de Ceilán y atacan el puerto de Trincomalee, al este de la isla de Ceilán. Los ingleses se retiran a la isla de Kilindali.

En la noche del 8 de abril, el portaaviones inglés Hermes zarpó de Trincomalee para evitar el ataque japonés con dirección al sur, siguiendo un curso paralelo a la costa de Ceilán. Iba acompañado por el destructor Vampire, el petrolero SS British Sergeant, la corbeta Hollyhock, y el barco almacén Athelstane. Para el amanecer del 9 de abril, ya habían abandonado la bahía.

Los aviones caza Zero de los japoneses
eran superiores a los aviones británicos.
A las 6 de la mañana, hora local, del 9 de abril, 85 aviones japoneses atacaron a las instalaciones británicas en Trincomalee. Los británicos respondieron con 17 Hurricanes y 6 Fulmars, todos los aviones que tenían disponibles. Los japoneses solamente atacaron a las instalaciones aéreas y navales, ya que ya no había navíos en la bahía; además, derribaron a ocho Hurricanes y un Fairey Fulmar. Simultáneamente, los británicos enviaron nueve bombarderos Blenheim a defender la base británica atacada por el almirante Nagumo. A las 10.25, los Blenheim tuvieron que enfrentarse a cazas Zero, que derribaron a cinco aparatos británicos y dañaron gravemente al resto. Los atacantes sobrevivientes tuvieron que retirarse sin reportar haber causado daños al enemigo. El ataque a la base en tierra mató a 85 civiles.

Portaaviones inglés Hermes hundiéndose el 9 de
abril de 1942 por ataque de aviones japoneses.
El portaaviones Hermes (D 95) dejó la Base Naval de Trincomalee, Ceilán, escoltado por el destructor australiano Vampire y mientras navegaban 20 millas al sur de Batticaloa el portaaviones fue avistado por un hidroavión Aichi E13 A “Jake” del Haruna a las 8:55. De inmediato se enviaron 70 bombarderos desde los portaaviones Sōryū, Hiryū y Akagi. El HMS Hermes no contaba con aviones sobre su cubierta, por lo que no podía defenderse adecuadamente contra los bombarderos enemigos que lo atacaron a las 10:35, frente a las costas de Batticaloa.

El Hermes recibió el impacto de 37 bombas y
se hundió en 10 minutos con 307 hombres.
El portaaviones y los barcos que lo rodeaban son atacados por 70 aviones japoneses D3A1 “Val” armados con bombas de 250 Kg escoltados por 6 A6M2 “Zero”, 45 “Val” atacan al Hermes logrando 37 impactos, otros 16 atacan el destructor Vampire que es alcanzado por 13 bombas muriendo 9 hombres. Otros 9 aviones atacan al British Sergeant y barco almacén Athelstone.

El destructor australiano Vampire también
se hundió recibiendo 13 bombas japonesas.
Los aviones japoneses se lanzaron desde 3.300 metros a estribor del buque con el sol a sus espaldas, desde el Hermes se abrió fuego con cada arma de a bordo, pero estaba claro que sin el apoyo de cazas no podía hacer mucho. En pocos minutos, el portaaviones HMS Hermes recibió 37 impactos, y se hundió en diez minutos junto con 307 hombres. De la escolta, el HMAS Vampire y la corbeta HMS Hollyhock también fueron hundidos al sur-sureste de Batticaloa, Ceilán, en el Océano Índico, junto con dos cargueros. Luego, el barco hospital Vita fue al lugar de la derrota británica y recogió 590 sobrevivientes.

Lugares donde los japoneses hundieron los
barcos enemigos en el Índico. Clic para ampliar.
El portaaviones de 10.850 toneladas HMS Hermes estaba al mando del Capitán R. Onslow que murió en el ataque. Fue el primer buque de la Royal Navy especialmente diseñado como portaaviones. Entró en servicio en julio de 1923. Tuvo su base en China hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial donde fue trasladado a las Indias Orientales y dedicado a la caza de buques corsarios alemanes. En 1940 colisionó con un mercante blindado resultando seriamente dañado. Fue reparado en Sudáfrica y desde allí, una vez en servicio, volvió a operar contra los buques corsarios alemanes por la costa de África. En abril se unió a la Flota Oriental del almirante Sommerville.

El petrolero SS British Sergeant otro de
los buques hundidos 9 de abril.
Terminado el ataque las fuerzas japonesas regresaron al Pacífico, la flota estaba compuesta por 5 portaaviones: Akagi, Soryu, Hiryu, Shokaku y Zuikaku, 4 acorazados: Hiei, Kirishima, Kongo y Haruna, 2 cruceros pesados: Tone y Chikuma, 11 destructores: Tanikaze, Urakaze, Isokaze, Hamakaze, Shiranui, Kasumi, Cagero, Arare, Hagikaze, Maikaze y Akigumo, y 6 buques de aprovisionamiento: Shinkoku Maru, Kyokuto Maru, Kenyo Maru, Nippon Maru, Toei Maru y Kokoyo Maru.

El atolón de Addu, en las Maldivas donde
estaba escondida la flota británica para
no enfrentarse a la flota japonesa.
Por su parte, el resto de la flota británica (26 barcos de guerra) estaba escondida al mando del Almirante Sir James Sommerville que prefirió quedarse en el atolón de Addu, en las Islas Maldivas, antes que entrar en combate y ser vencido. De esta manera, cuando la flota nipona se encontraba en posición de ataque a Trincomalee, Sommerville se encontraba a 1600 kilómetros de distancia, al mando de dos portaaviones, cuatro cruceros ligeros, cinco acorazados, doce destructores y dos barcos de guerra holandeses.

Foto del Almirante Nagumo.
La pericia con la que el Almirante Nagumo llevó la incursión en el Océano Índico contrastó con el bajo rendimiento de la RAF y de la Royal Navy. En efecto, la debilidad aérea en Ceilán fue latente y no pudo proteger a la flota británica, que aunque no fue destruida, tuvo que retirarse. A pesar de su cobardía, el Almirante Somerville logró evitar la destrucción de los portaaviones Indomitable y Formidable, ya que estos fueron enviados al oeste antes del inicio de los ataques nipones.

Incursiones japonesas en el Océano índico.
Hacer clic en el mapa para ampliarlo.
En vista de que Ceilán y Malasia poseían la mayor cantidad de reservas de caucho del Imperio Británico, los británicos temieron por la seguridad de la primera, ya que Malasia ya había sido ocupada por los japoneses. En efecto, la incursión japonesa en el Índico demostró la fragilidad del control británico en la región, pero el peligro fue exagerado, ya que los japoneses no contaban con las tropas ni los recursos para invadir la isla. De todas maneras, los británicos temieron por un tiempo la invasión nipona, pero no contaban tampoco con las fuerzas navales para evitarla.

El balance de la incursión naval japonesa en el Índico termina totalmente exitoso, dejando un saldo entre el 5 y 9 de abril de 1942 de 1 portaaviones británico hundido, junto a 2 cruceros, 2 destructores, 23 barcos mercantes (112.312 toneladas) y más de 40 aviones ingleses derribados.

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