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lunes, 11 de julio de 2016

LA REPÚBLICA ARGENTINA EL 9 DE JULIO CELEBRÓ SU BICENTENARIO COMO NACIÓN INDEPENDIENTE

Más de 400 mil personas presenciaron en la ciudad de Tucumán el pasar de las agrupaciones gauchas, los regimientos militares y sus bandas. Los héroes de Malvinas, fueron los más aplaudidos tanto en Tucumán como en Buenos Aires al día siguiente. Mauricio Macri encabezó la ceremonia junto a su mujer, todos los gobernadores y el rey emérito de España. Millones de argentinos vieron el acto transmitido en directo por el Canal 7, la Televisión pública.

El público argentino, después de décadas de ausencia, vivió un verdadero desfile patrio, sobrio, sin proselitismo ni propaganda política. Lleno de banderas argentinas. Una fiesta patriota como debe ser se desarrolló en Tucumán.

Después de firmar el "Acta del Bicentenario" junto a los gobernadores, el Presidente Mauricio Macri encabezó el acto principal frente a la Casa Histórica de Tucumán.

El presidente, en el acto por los 200 años de la Independencia, pidió que los argentinos no tengan “miedo” y que no escuchen “a los que se enfermaron con el poder”. “Algunas decisiones fueron duras, me dolieron, sé que a algunos argentinos les está costando”, dijo.

Las 10 frases del discurso del presidente Macri
A continuación, algunas de las definiciones del discurso del Presidente Mauricio Macri por los festejos del Bicentenario de la Independencia en Tucumán.

1. "No tengamos miedo, no escuchemos a aquellos que se han enfermado con el poder, porque ya empezamos a caminar en la dirección hacia un futuro mejor y con otros valores: con la cultura del trabajo, del esfuerzo personal, del diálogo después de años tratando de encontrar soluciones comunes.

2. "Tenemos que alejarnos de lo que pasó en los últimos tiempos, que creció el ausentismo, las licencias, las jornadas horarias reducidas. Cada vez que un gremio consigue reducir una jornada horaria, todos los demás argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo y no está bien.

3. "Encontramos un país y un Estado muy castigado por la mentira y la corrupción, que no sigue irritando todas las semanas".

4. "Tuvimos que tomar muchísimas decisiones, algunas fueron difíciles. dolieron, me dolieron y me siguen doliendo. Si hubiera habido una alternativa para tomar otra decisión, la hubiera tomado pero no existía".

5. "Hay un juego de cartas que a mí me gusta mucho: el truco. Pero no se aplica a la vida. Uno no puede andar día a día cantando falta envido sin nada, no puede hacer señales falsas. Al revés. Necesitamos señales claras, que tenemos compromiso y palabras porque eso potencia nuestras capacidades".

6 "Yo me comprometo a decirles la verdad, la verdad que es exigente, la verdad que es dura, que nos desafía porque tenemos que reconocer lo que nos pasa y ahí resolverlo."

7. "El mundo se ha interesado en nosotros, nos quiere acompañar pero saben que, somos un pueblo independiente, libre y depende de nosotros que nosotros marquemos el rumbo".

8. "Estamos trabajando denodadamente para tener la energía suficiente, porque sin energía no podemos vivir. Somos uno  de los países que más energía consume per cápita. Desde este lugar les tengo que pedir que aprendamos a utilizar la menor cantidad energía posible. No es culpa de ustedes. Fue culpa de una errónea política, además consumiendo energía de esa manera dañamos el medio ambiente".

9. "Siete meses es nada respecto a los doscientos años y nada a los doscientos años que vendrán; pero estoy convencido que en estos siete meses hemos aprendido a escucharnos más, a dialogar más y que hemos emprendido el camino del progreso.".

10. "Juntos vamos a recorrer esa brecha entre la Argentina que somos y las que podemos ser, la Argentina que somos y la que vamos a ser. Es aquí y es ahora. Es juntos, porque de otra manera no lo podemos hacer, desde esta casa histórica, es aquí y ahora y es juntos y es con la verdad y la solidaridad. ¡Vamos Argentina!. ¡Viva la patria y el amor!".

Por su parte, el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, habló de las diferencias cada vez más marcadas entre los argentinos en cuanto a las ideologías políticas. "No es un día para ahondar en la grieta, sino para mirar hacia adelante", sostuvo.

"El ideal de vivir la Argentina como una gran familia, donde la fraternidad y la solidaridad incluyan a todos, está muy lejos de haber sido alcanzado", comentó luego.

"No hay consenso sino donde hay sino donde hay diálogo. La mayoría no tiene siempre la razón, ni crea la verdad. Este clima de unidad, fraternidad y comunión es el que necesitamos para hacer realidad en la patria lo que nuestros padres soñaron", agregó.

"No hay libertad humana sin verdad. La libertad no está exenta de riesgos y de concepciones falaces. La aparente licitud de todo, la libertad absoluta, es una ilusión que lleva a la esclavitud", concluyó.

A los shows artísticos y musicales, se sumó por la tarde el desfile cívico-militar que se convirtió en un atractivo para miles de familias que no disfrutaban desde hace muchos años de un espectáculo de esta naturaleza y se volcaron masivamente hasta la zona de la avenida Mate de Luna, colmando los espacios a ambos lados de una de las principales arterias que tiene la capital tucumana.

También estaban en el acto la vice presidente Gabriela Michetti, el gobernador tucumano Juan Manzur, mandatarios de otras provincias, funcionarios nacionales e invitados extranjeros que llegaron a Tucumán por los actos de 9 de Julio.

El desfile en Tucumán
Participaron del desfile los regimientos militares y sus bandas; las agrupaciones gauchas que comenzaron a llegar desde hace días de diferentes rincones del país; las comunidades originarias; las colectividades de inmigrantes quienes a lo largo de estos dos siglos poblaron el país; representaciones de otras provincias y municipios, las escuelas de Tucumán, grupos musicales y de danzas.

Abrieron el desfile los "Infernales de Güemes" herederos de quienes detuvieron a ejércitos españoles en el norte argentino, para continuar con la Agrupación Bandera de Guerra (Escuela Área Militar, Bandera Naval Militar, Liceo Gregorio Aráoz de Lamadrid, Granaderos de San Martín, Bandera de Infantería, Cazadores de Montaña 5, Bandera del Grupo Artillería, Base de Apoyo Logístico Salta, Regimiento de Granaderos a Caballo, Escuela de Aviación Militar de las Fuerzas Armadas Argentina, Caballería de Exploración del Regimiento 5, Batallón de marina N°3, Liceo militar Aráoz de Lamadrid, Batallón de Infantería 10, Regimiento de Infantería de Montaña 20 “Cazadores de los Andes”, Compañía de Comunicaciones montaña 5.

Continuaron Base de Apoyo Logístico Salta, Policía de Tucumán, Gendarmería Nacional, Escuela de Gendarmería y Fuerzas Especiales, Centro de Reconocimiento y Operaciones contra el Narcotráfico, Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria, Escuela de Policía de Tucumán, Guardia de Infantería de las unidades regionales, Grupo Cero, División Canes.

Un toque diferente lo aportaron los autos del Turismo de Carretera, que llegaron hace varios días a Tucumán para participar de los festejos y por la tarde se dieron el gusto de hacer sentir el ruido de sus motores ante la multitud.

El "Acta de Compromiso para el Tercer Siglo de los Argentinos"
El presidente Mauricio Macri propuso a los gobernadores de todas las provincias la firma de un documento con objetivos para los próximos cien años del país.

El texto fue firmado el sábado 9 de julio en Tucumán por el propio Presidente, 21 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Estuvieron ausentes los gobernadores Alicia Kirchner (Santa Cruz), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Mario Das Neves (Chubut), quienes enviaron a los vicegobernadores. Todos los gobernadores estamparon su firma en un documento junto al presidente Mauricio Macri en la Casa Histórica de Tucumán.

Qué dice el "Acta de Compromiso para el Tercer Siglo de los Argentinos"
En el acto también estuvieron presentes el resto del gabinete del gobierno nacional, así como también legisladores de todo el país e invitados extranjeros. Todos presenciaron el compromiso para que el camino hacia el tricentenario "sea el del diálogo, la convivencia, y el del fin de las injusticias".

La firma se desarrolló en el salón de la Jura de la Independencia, en la que también se realizó un homenaje a los próceres de 1816, que incluyó la colocación de dos ofrendas de laureles.

A continuación, el texto completo del acta:

Hoy comenzamos a vivir el tercer siglo de nuestra patria. Sabemos que tenemos grandes desafíos por delante. Los próximos cien años serán obra de los hombres y las mujeres que compartimos este tiempo, unidos en el sentimiento fraterno de una historia común. El futuro lo haremos juntos.

Hace doscientos años, esta misma sala cobijó a un grupo de valientes que tuvo la decisión y el coraje de iniciar el camino de la nación independiente.

Cada una de las generaciones sucesivas que habitaron nuestro suelo contribuyó a legarnos esta Argentina de la que hoy todos somos parte. Ahora es el turno de quienes estamos vivos de honrar y hacer realidad los ideales que nos legaron los hombres de 1816 para proyectarlos a las nuevas generaciones de argentinos.

Nuestro primer siglo fue el de la emancipación y la organización nacional. El segundo fue el de la conquista de los derechos y la democracia. Hagamos juntos que el tercero sea el del diálogo y la convivencia, el del fin de las injusticias y el del cumplimiento estricto de nuestra Constitución Nacional. En paz, en unión y en libertad.

Viva la patria.

Los festejos del Bicentenario terminaron en Palermo, Buenos Aires
Los festejos del Bicentenario concluyeron el domingo 10 de julio con el desfile de bandas militares por las avenidas hasta llegar a Palermo, en Buenos Aires, para festejar el Bicentenario de la Independencia argentina.

El verdadero pueblo Argentino salió a la calle a festejar, en todas las capitales de provincia y en toda ciudad y pueblo. La gente disfrutó sin la presencia de ninguna bandera política, solamente ondeó  la bandera de Argentina como debe ser. Y un solo grito: “¡Argentina! “¡Argentina! “¡Argentina!”.

La marcha de San Lorenzo fue la primera que se escuchó sobre la avenida Del Libertador y fue saludada con banderas celestes y blancas por el público que se agolpó sobre las vallas y desde los balcones de los departamentos palermitanos.

Unas 12 bandas militares de distintos países y las fuerzas armadas argentinas participaron del desfile, una tradición que se reanudó por los 200 años de la independencia que se había interrumpido en el año 2000.

Las marchas militares, separadas por un espacio de entre 50 metros entre cada una de las bandas de música, se escuchaban a lo largo de la avenida Del Libertador, desde la calle Salguero hasta la calle Dorrego.

Del desfile participaron las bandas militares enviadas por 12 países para rendir homenaje al Bicentenario del país: se apreció a la Banda Militar de Música del Ejército de Bolivia, la de Conciertos del Ejército de Chile, la Banda de Música del Ejército del Aire de España, de la Armada de los Estados Unidos, de Paracaidistas de Francia, de Bersaglieri de Italia, la Real Fuerza Aérea de Marruecos, de Portugal, Paraguay, Perú, Brasil y Uruguay.

Mil músicos, cuatro mil efectivos nacionales, de las tres Fuerzas Armadas, la Marina Mercante, la Prefectura Naval y demás fuerzas de seguridad iniciaron así un desfile de poco más de 20 cuadras, luego de muchos años de no poder hacerlo. Del otro lado de las vallas, miles de personas portando solamente banderas argentinas los vivaron con emoción, alegría y un orgullo contenido, tras más de una década y media de silencio.

Las bandas luego estuvieron en el Campo Argentino de Polo, en Palermo, donde se desarrolló se desarrolló durante más de tres horas un hermoso festival de Bandas militares como hacía muchos años no se veía. Las bandas militares de los 12 países y también las de la Argentina pudieron desarrollar todos sus números, pese a que hubo amenazas de lluvia toda la tarde. El Canal 7 transmitió todas las actividades y tuvo uno de los ratings más altos de los últimos años.

Breve Reseña Histórica hasta llegar al 9 de julio de 2016
La historia de la Argentina es la cronología de sucesos acaecidos desde el comienzo del primigenio poblamiento humano en el actual territorio de la República Argentina hasta nuestros días.

Se inicia con los vestigios más antiguos de seres humanos en suelo argentino, los que fueron detectados en el extremo sur de la Patagonia, hace alrededor de 13.000 años. Las primeras civilizaciones agroalfareras se establecieron en el noroeste andino desde el siglo XVIII a. C.

Las ruinas de la ciudad de Tastil, declaradas Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 114 del mes de diciembre de 1997, fue la ciudad precolombina más grande ubicada en el actual territorio argentino. Se estima que en sus momentos de apogeo, a fines del siglo XV, la población de Tastil superaba los 2.000 habitantes y pudo llegar a 3000.

Se ubica a los 3.200 msnm en el Departamento Rosario de Lerma, Provincia de Salta, norte de la República Argentina; más precisamente en la quebrada del Toro por la que trascurre el río Toro. La superficie se halla cubierta por núcleos habitacionales, como 440 viviendas que fueron construidas con lajas de piedras sin argamasa, enterratorios, recintos diversos y calles sobreelevadas y sinuosas que conducen a espacios en los que tenían lugar las actividades comunales y públicas tendiendo a converger en una suerte de plaza central, así como sitios de molienda de granos (quinoa, maíz), corrales de llamas y plazas secundarias.

Tastil estuvo habitada por la etnia de los atacameños o atacamas y fue abandonada antes de la llegada de los españoles. Los estudios indican que tal abandono se debió a la invasión del Imperio incaico iniciada precisamente en el siglo de apogeo de la ciudad.

En los siglos XIV y XV el Imperio incaico conquistó parte de la actuales provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán (su extremo oeste), La Rioja, San Juan, el noroeste de Mendoza y posiblemente el norte de Santiago del Estero, incorporando sus territorios al Collasuyo que era la parte sur del Tahuantinsuyo o regiones del Imperio incaico. Tradicionalmente se atribuye la conquista al inca Túpac Yupanqui. Varios señoríos de la región, como los omaguacas, los atacamas, los huarpes, los diaguitas y otros, intentaron resistir pero los incas lograron dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano. Otros, como los sanavirones, los lule-toconoté y los comechingones resistieron exitosamente la invasión incaica y se mantuvieron como señoríos independientes.

Los Incas crearon centros agrícolas y textiles, asentamientos (collcas y tambos), caminos (el "camino del inca"), fortalezas (pucarás) y santuarios de alta montaña. Algunos de los principales son el pucará de Tilcara, la tambería del Inca, el pucará de Aconquija, el santuario de Llullaillaco, el shincal de Londres y las ruinas de Quilmes.

La historia escrita de lo que hoy es la Argentina, comenzó con los registros del cronista alemán Ulrico Schmidl que llegó en la expedición de Pedro de Mendoza y comienza su historia con Juan Díaz de Solís que fue asesinado por los aborígenes en 1516 cuando descubrió el Río de la Plata.

En 1519 y 1520 Hernando de Magallanes recorrió toda la costa de la actual Argentina durante la Expedición de Magallanes-Elcano, hasta el estrecho que lleva su nombre al que llegó el 21 de octubre de 1520.

En 1525 fray García Jofre de Loaísa dirigió una expedición que recorrió la Patagonia e incluso se estableció brevemente en el Puerto Santa Cruz para reparar dos naves.

En 1526 Sebastián Gaboto al servicio de España tomó contacto en Santa Catarina (Brasil) con los guaraníes que habían pertenecido a la expedición de Alejo García (se le considera el descubridor de Paraguay en 1524, era un sobreviviente de la expedición de Solís) y decidió ir hacia el Imperio de Plata, navegando aguas arriba el Río de la Plata conocido entonces como Río de Solís. El 9 de junio de 1527 Gaboto ordenó establecer dos fuertes: uno en el actual territorio uruguayo (San Salvador) y otro, al que llamó Sancti Spíritu, primer asentamiento europeo en el actual territorio argentino, en la actual provincia de Santa Fe, en la desembocadura del Carcarañá con el Paraná, a unos 50 km al norte de la actual ciudad de Rosario. Este fue el primer establecimiento español en lo que hoy día es la República Argentina. Cerca de su ubicación se levantó después el pueblo de Gaboto, en la provincia de Santa Fe, para conmemorar el hecho. Un expedicionario de Gaboto, Francisco César, llegó posiblemente a Córdoba. Gaboto remontó también el Río Paraná, el Río Paraguay y el Río Bermejo.

Diego García de Moguer llegó con tres naves a Sancti Spíritu poco después de Gaboto, en 1528 e intentó imponer su autoridad. Sorprendido e indignado, ordenó al capitán Caro (designado por Sebastián Gaboto), que abandonase el lugar, ya que esa era conquista que sólo a él le pertenecía por haber sido designado por Castilla para explorar esas tierras. Pero vencido por los ruegos de Caro y su gente para que fuese en auxilio de Gaboto, García siguió aguas arriba y entre lo que hoy día son las localidades de Goya y Bella Vista se encontró con el piloto veneciano, quien le obligó a cooperar en la búsqueda de la Sierra de la Plata, y juntos exploraron el río Pilcomayo, para seguir después hacia el estrecho.

Sin embargo el hambre y las derrotas con los timbúes que quemaron el fuerte, los obligaron a volver a España, donde difundieron las noticias sobre el Rey Blanco y el Río de la Plata.

A todo esto, en Sancti Spiritu, los españoles descuidaron la defensa del fuerte, y en septiembre de 1529, antes del amanecer, los indígenas tomaron por asalto la fortaleza. Sebastián Gaboto y Diego García de Moguer se encontraban en ese tiempo en el asentamiento de San Salvador, preparando hombres y embarcaciones, y no sabían nada de lo que se estaba desarrollando en Sancti Spiritu, hasta que vieron llegar a Gregorio Caro con los supervivientes, y la terrible noticia de la destrucción del fuerte. Inmediatamente Gaboto y García se dirigieron al fuerte intentando rescatar a sus hombres. En los alrededores de Sancti Spiritu hallaron algunos cadáveres completamente mutilados; los bergantines desfondados y hundidos, los almacenes saqueados e incendiados. Sólo dos cañones quedaron como testigos de la primera fortaleza que se levantó en tierra argentina.

En 1536 Pedro de Mendoza fundó el Puerto de Santa María del Buen Ayre. Sin embargo, el asentamiento fracasó debido a las hambrunas y los enfrentamientos con las tribus indígenas. Algunos de los habitantes de la población, privados de alimentos y sitiados por los indígenas locales, se vieron llevados al canibalismo. La ciudad fue abandonada, y sus pobladores se establecieron en Asunción, que se constituyó en centro de operaciones español en la región.

Ulrico Schmidl (1510–1581) fue un soldado viajero y cronista de origen alemán, que cuenta todos estos hechos, y es famoso por la publicación en 1567 de su Verídica descripción, relato de su participación en la conquista y colonización de la cuenca del río Paraná a lo largo de veinte años. Sus testimonios son valiosos por varios motivos: en primer lugar, provienen de un conquistador no español que a su vez publica fuera de España; en segundo lugar, es una de las primeras crónicas de los habitantes y territorios que luego compondrán las actuales Argentina y Paraguay.

Schmidl partió en 1535 hacia el Río de la Plata, integrando la expedición de Pedro de Mendoza. Junto a ella vivió los horrores de la primera fundación de Buenos Aires. Durante veinte años recorrió lo que llama “Paraíso de las selvas del Paraguay y el Chaco”.

Primera mención de Argentina
Martín del Barco Centenera (1535 - ¿1605?), fue un clérigo español de origen extremeño que participó activamente en la conquista y colonización de la región del Río de la Plata.

Estuvo presente en muchas de las primeras ciudades españolas fundadas en Sudamérica. Regresó a Asunción, donde ejerció el gobierno de la Iglesia por breve tiempo. Designado procurador de Buenos Aires ante la Corte de 1594, regresó definitivamente a España. Se le recuerda especialmente por ser el autor del "poema histórico" (como el mismo lo denomina) Argentina y conquista del Río de la Plata con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil, en el cual aparece por primera vez el topónimo "Argentina" para denominar a esta región.

La primera edición de su poema fue en el año 1602. Se describe casi un cuarto de siglo de esfuerzos españoles para colonizar aquello que con el tiempo sería la actual Argentina y sus tierras limítrofes en que fue testigo presencial y, por tanto, viene a llenar un vacío considerable en el conocimiento de la historia de ese periodo, de otra forma peor conocida. Alude además a las piraterías de Francis Drake y Thomas Cavendish y a los acontecimientos de importancia durante el gobierno del virrey Toledo en Perú. Varios de los violentos terremotos de la época también se mencionan y describen.

El Virreinato del Rio de la Plata
En un principio, el inmenso territorio del continente americano controlado por los españoles se dividió en dos jurisdicciones llamadas virreinatos: el de Nueva España, creado en 1534, y el del Perú, fundado en 1544; y dos Capitanías Generales, la de Yucatán (creada en 1542) y la de Nueva Granada (1564).

Pero los territorios a administrar seguían siendo muy extensos y difíciles de controlar y la corona española decidió subdividirlos y crear nuevos virreinatos y capitanías. Así, la Capitanía de Nueva Granada se transformó en Virreinato; se creó el Virreinato del Río de la Plata (1776) cuyos territorios del sur eran antes pertenecientes al Virreinato del Perú y se crean las Capitanías de Chile, Cuba, Venezuela y Guatemala.

Los virreyes eran los representantes directos del Rey en América y eran los funcionarios más poderosos en estas tierras. En un principio su nombramiento era vitalicio, pero cuando la corona notó que se volvían un tanto independientes y ambiciosos, les redujo el mandato a un período que iba de tres a cinco años, según los casos. Cuando terminaban su mandato debían someterse al "Juicio de residencia", en el que la Corona evaluaba la actuación del virrey y, sobre todo, si se había enriquecido injustificadamente durante su gestión.

Los virreinatos estaban a su vez divididos en gobernaciones, intendencias y municipios. Dentro de los municipios la institución más importante eran los cabildos que se encargaban del gobierno y la administración de las ciudades y sus alrededores. Cuando la situación lo requería podía convocarse a un "Cabildo Abierto" al que podían concurrir, como decían las invitaciones de la época "la parte más sana y principal de la población", es decir los vecinos propietarios. El poder judicial estaba representado por la Audiencia y a su cargo estaban los "oidores" que ejercían la justicia civil y criminal.

(Continuará)

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