En el norte de Queensland, Australia, existe una pintura que se desconoce su edad, donde aparece un plesiosaurio, rodeado de humanos celebrando su muerte.
La escena que describe la pintura de los Kuku Yalanji, sugiere una cacería de un animal marino de un descomunal tamaño. |
A primera vista parece la escena de una cacería. Solo
tres personas llevan lanza. Al menos hay dibujados cuatro niños. El animal, de cuello largo con aletas, aparece
en un espacio de agua, como un lago, junto a peces y una tortuga para comparar su tamaño. Su espina dorsal y su sistema digestivo, incluyendo
la dentadura también fueron dibujados, lo que sugiere que el animal fue cazado y descuartizado por la tribu. Incluso se observa
un hombre dentro de su estómago, presumiéndose que pudo haber sido tragado por
la criatura.
La etnia de los Kuku Yalanji comprende unas 360 personas. |
La pintura rupestre es conocida como “El monstruo de la bahía Bynoe”, publicada
en el diario The
Northern Territory News de Darwin,
Australia, el 2 de febrero de 1980, página 1, con el título: 'Dinosaur found in
NT harbour'.
Los aborígenes Kuku Yalanji, en Queensland Norte, tienen
una tradición, representada en dibujos rupestres, de un animal llamado Yarru o Yarrba, habitante de las lagunas de la región, que llega a atacar
seres humanos.
Vivienda de los antepasados de los Kuku Yalanji, en Queensland. |
Se calcula que los ancestros de esta tribu llegaron
a esa zona del norte de Australia en una migración entre el 30.000 y el 9.000
antes de Cristo. Llegaron probablemente de la India. Los Kuku Yalanji habitan en una zona selvática y lluviosa que tiene
unos 170 millones de años de existencia. En 1829 Gran Bretaña se anexionó
toda Australia.
Entraron por primera vez en contacto con europeos
en 1877, con la aparición de la explotación maderera en la cercanía de
los ríos Daintree y Bloomfield. Posteriormente llegaron
muchos blancos en busca de oro y hubo luchas violentas. En 1890 la tribu fue diezmada. Muy pocos sobrevivieron. Los aborígenes fueron
forzados a estar confinados en misiones, en Bloomfield en 1885, Mosman Gorge en
1916 y Daintree River en 1961. Su tradicional estilo de vida fue totalmente
cambiado.
Dos plesiosaurios aparecen en este mosaico romano del siglo II d.C. |
Hoy los Kuku Yalanji apenas llegan a ser 360 individuos gobernados por el Jabalbina
(“hogar de los ancestros”), un Consejo de Ancianos que administra las tierras
de la tribu, reconocido en 2007. La mayoría vive en un área protegida de 70.135 hectáreas.
Las abundantes representaciones en todo el mundo, como en la tradición oral de muchos pueblos, sugieren que el hombre en una determinada época convivió con dinosaurios. Obsérvese la similitud de la pintura australiana
con la representación de dos
plesiosaurios en un mosaico romano del siglo II d. C.
El punto verde con la letra D, marca el lugar donde habitan los Kuku Yalanji. |
Varias especies de dinosaurios pudieron haber
sobrevivido en Australia al menos hasta la llegada del ser humano. Australia
parece ser un reservorio natural de especies zoológicas y botánicas muy
antiguas, incluso de la Era Secundaria. Pero, a partir de hace unos 40.000 años el continente-isla comenzó a
desertificarse debido a una combinación de causas naturales y artificiales.
Las artificiales fueron precisamente los incendios y la caza de origen humano.
Gran cantidad de especies desaparecieron y su recuerdo persistió en los mitos
de los aborígenes.
Muchos paleontólogos se niegan a considerar la
posibilidad de que dinosaurios hayan sobrevivido en Australia y argumentan que el dibujo es una
representación metafórica de una deidad aborigen o que se trata de algún
marsupial desconocido que se ha extinguido.
Para ver otras pinturas rupestres con dinosaurios haga clic aquí:
Por Alberto Seoane
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En el libro de Job, se describe a in inmenso animal, cuyas características se parecerían mucho a las de un braquisaurio, lo llama Behemoth. Job 40: 15 al 24.
ResponderEliminarEn ese mismo libro se dscribe al Leviatán, una bestia muy parecida a un enorme liopleurodón, pero con la singularidad de que echaba fuego por su hocico, como un dragón, pero marino. Job 41.