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jueves, 18 de julio de 2013

PRIMERA IMÁGENES DE VEGETALES MUTADOS POR LA RADIACIÓN DE FUKUSHIMA

Las instantáneas las difundió un cibernauta japonés y muestran tomates con forma de tumor, melocotones siameses, berenjenas fusionadas o lechugas gigantes.

Tomates mutantes de Fukushima.
Casi dos años y medio después del devastador terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter y posterior tsunami que arrasaron la costa japonesa, causando cerca de 15.000 muertos y dañaron gravemente la central nuclear de Fukushima Daiichi, siguen registrándose nuevos y preocupantes efectos derivados del accidente nuclear más grave desde el desastre nuclear de Chernóbil en 1986.

Berenjenas fusionadas nacidas
en los alrededores de Fukushima.
Según demuestran una serie de fotografías subidas a Internet, que muestran vegetales y plantas visiblemente mutados, la flora de la región ha quedado notablemente alterada por el escape nuclear del 11 de marzo de 2011.

Sin embargo, estos no son los primeros efectos detectados del escape nuclear. Apenas cinco meses después del desastre, niveles importantes de Cesio 137 y 134 fueron aislados en atunes cerca de la ciudad estadounidense de San Diego (California). Las cantidades son diez veces superiores a las detectadas en años anteriores. También se encontró un conejo que había nacido sin orejas vagando por las cercanías de la central.

Lechugas gigantes nacieron en la región
luego del escape de radiación.
El año pasado investigadores de la Universidad Ryukyu de Okinawa demostraron la existencia de un aumento de las mutaciones en los genes de las mariposas, en particular los que contienen información para el desarrollo de la forma de las alas y los ojos.

Como consecuencia, los animales tenían los ojos dañados y las alas más pequeñas de lo normal. Además, los científicos comprobaron que dichas anomalías genéticas se reproducían entre un 18 y un 34 de las ocasiones, en su segunda y tercera generación, pese a haberse apareado con mariposas sanas crecidas fuera de la zona afectada por la radiación.

Melocotones siameses nacieron
cerca de Fukushima.
Timothy Mousseau, un profesor de biología de la Universidad de South Carolina dedicado al estudio de la radiación en las cercanías de Fukushima, explicó a la cadena de televisión norteamericana ABC, que existen pruebas del aumento de las mutaciones en el área, pero que aún hace falta analizar más las muestras antes de extraer conclusiones definitivas. «Las fotos de los vegetales mutados son sugerentes, pero de momento, son solo anecdóticas. Investigadores cualificados necesitan verificar científicamente las mutaciones», explicó. 

Terrible contaminación radiactiva
La central de Fukushima se compone de seis reactores nucleares del tipo BWR que juntos constituyen uno de los 25 mayores complejos centrales nucleares del mundo con una potencia total de 4,7 GW. Fue construida y gestionada independientemente por la compañía japonesa TEPCO.

El 13 de marzo de 2011 el gobierno aumentó el radio de evacuación de diez a veinte kilómetros, llegando a 170.000 personas evacuadas. El día viernes 25 de marzo se volvió a aumentar el radio de evacuación hasta los treinta kilómetros desde la central en vista del aumento de la radiación en los alrededores.

Una grieta en la estructura del reactor empezó a liberar material radiactivo al mar, haciendo que el contenido en yodo radiactivo fuese en algunos momentos en las aguas circundantes de hasta 7,5 millones de veces superior al límite legal y que el cesio estuviese 1,1 millones de veces por encima de esos límites. Los primeros intentos de sellar la grieta con cemento y otros métodos fracasaron.

La compañía Tepco, a inicios de abril de 2011, empezó a verter al mar 11.500 toneladas de agua contaminada radiactivamente para liberar espacio dentro de la central con objeto de albergar otras aguas aún más contaminadas del interior de los reactores.

En junio de 2011, se confirmó que los tres reactores activos en el momento de la catástrofe habían sufrido la fusión del núcleo.

Agua radiactiva proveniente de
Fukushima, captada por un satélite
en marzo de 2012.
Investigadores del Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) analizaron en junio de 2012 muestras de agua y animales marinos, comprobando la presencia de radiación a una distancia de aproximadamente 300 kilómetros de la costa japonesa. De acuerdo con esta organización, los niveles de radiación son entre cientos y miles de veces mayores a lo que ordinariamente se registraría.

En agosto de 2012, científicos japoneses publicaron sus resultados sobre el estudio de mutaciones genéticas en mariposas del género Zizeeria expuestas a la radiactividad en la zona cercana a la central nuclear.

En junio de 2013, TEPCO, operadora de la central nuclear nipona Fukushima 1, detectó que el contenido de estroncio es 30 veces más alto y el de tritio, ocho veces mayor que el normal en las aguas de subsuelo cerca del segundo bloque de la central situado a 27 metros de la costa del mar.

Maíz de Fukushima con los genes
alterados por la radiación.
Según las pruebas tomadas de un pozo, el contenido de estroncio-90 es de 1.000  becquereles por litro, y el tritio, de 500.000 becquereles por litro, ó 116 veces mayor en el primer caso y 17 veces en el segundo, en comparación con los resultados obtenidos en diciembre de 2012, comunicó la TEPCO citada por la agencia Kyodo.

La TEPCO de momento no dio explicaciones exhaustivas sobre las causas del aumento de la radiación, pero afirmó que no hubo fuga de agua contaminada al mar. Expertos suponen que elementos radiactivos penetraron en el suelo, y de allí, en aguas subterráneas en abril de 2011, al producirse un importante escape de agua radiactiva tras la avería en Fukushima 1.

El jueves 18 de julio de 2013, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha anunciado que se ha registrado una fuga de "algo parecido a vapor" en el reactor tres de la central nuclear de Fukushima 1.

La fuga ha sido detectada a las 8.20 horas por uno de los trabajadores de la central a través de las cámaras de seguridad. La fuga no se ha detenido hasta alrededor de tres horas después, si bien la inyección de agua al reactor se ha mantenido estable.

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