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domingo, 24 de junio de 2012

CON KENNETH ARNOLD COMENZÓ LA HISTORIA MODERNA DE LOS OVNIS

Cuando este piloto civil, hace 65 años, avistó nueve objetos voladores no identificados volando sobre el monte Rainier, no sabía que se iniciaba una nueva etapa histórica sobre estos extraños vehículos aéreos.

Kenneth Arnold tuvo oportunidad de ver
a 9 objetos brillantes volando sobre
el Monte Rainier, en Washington.
La historia de los Ovnis no es nueva, hay avistamientos reportados desde la noche de los tiempos por todas las civilizaciones, incluso fueron reportados muchas veces en los últimos siglos que nos precedieron con nombres como “aeroplanos fantasmas”, “dirigibles luminosos” y un largo etcétera.

En realidad, ya tres días antes, el 21 de junio habían sido vistos 6 objetos sobre la Isla Maury en el estado de Washington y también sobre Oklahoma. Otros testigos también vieron objetos extraños los días 22 y 23 de junio.

El avistamiento
Pero el 24 de junio de 1947 sería el punto de despegue, el punto de partida que se centra en el piloto civil Kenneth Arnold que buscaba con su avioneta en el Estado de Washington un avión perdido de la USN sobre el monte Rainier. Aseguró, volando a 2,8 Km de altura, haber visto a unos 35 Km de distancia sobre los 3 Km de altitud 9 objetos brillantes volando en formación de norte a sur a 1.900 Km/h y haciendo extrañas maniobras en el cielo; a los mismos se los bautizó como “platillos volantes”, nombre que no le dio él sino un periodista.

Los objetos se desplazaban a casi
2000 kilómetros por hora.
Arnold se asombró que estos objetos, según él, podían hacer bruscas e increíblemente rápidas maniobras con la mayor naturalidad. Dada la distancia de observación se supuso que su tamaño era grande.

Arnold declaró que los objetos no parecían aviones convencionales; así se iniciaba imparable un fenómeno que sería mundial. En las siguientes semanas, en solo mes y medio, se registrarían 850 avistamientos solo en los Estados Unidos.

El piloto
Kenneth A. Arnold nació en Subeka, Minnesota, el 29 de marzo de 1915 y falleció el 16 de enero de 1984.

Arnold tenía 32 años cuando
tuvo el avistamiento que lo
haría famoso mundialmente.
En 1932 participó en los Juegos Olímpicos de Estados Unidos en buceo (salto de trampolín); fue inspector de guardavidas de la Cruz Roja en 1932, 1933 y 1934. Enseñaba a nadar y bucear en un campo de exploradores y en la piscina municipal de Minot, Dakota del Norte.

En 1938 comenzó a trabajar para Red Comet, Inc. de Littieton, Colorado, fabricante de aparatos automáticos contra incendios. En 1939 lo nombraron gerente de distrito para una parte de los estados del oeste y en 1940 estableció su propio abastecimiento de controladores de fuego, llamado Gret Western Fire Control Supply.

Ha trabajado desde entonces como ingeniero independiente de control de fuegos, por lo que manejó, distribuyó, vendió e instaló toda clase de equipos automáticos y manuales contra el fuego en las zonas rurales de cinco estados del oeste.

Su primera experiencia en vuelo comenzó en Minot, Dakota del Norte, y el certificado de piloto lo obtuvo en 1943, en Portland, Oregón, y desde 1945 tenía su propio aeroplano, con el que cubría todo mi territorio, volando desde entonces entre cuarenta y cien horas mensuales.

Fue un piloto con licencia de piloto 333487, empleado del Servicio Forestal de los EE.UU. de Boise, Idaho, Estados Unidos, que a la edad de 32 años contempló el que está considerado como el primer avistamiento oficial de un Ovni en los Estados Unidos, a pesar de haber sido precedido por decenas de otros incidentes similares aunque menos divulgados.

Ubicación del estado de Washington.
El martes 24 de junio de 1947 despegó en su avioneta Callair 2, comprada en enero, era unas tres plazas monomotor diseñadas y fabricadas en Afton, Wyoming, como avioneta de gran rendimiento y para gran altitud, ideada para el trabajo en montañas. Arnold trató de encontrar una aeronave militar extraviada. Al acercarse al monte Rainier, en el estado de Washington, en la costa del Pacífico, aseguró haber visto en horas de la tarde, aproximadamente a las 15, a 9 objetos inusuales volando en formación. Los objetos volaban entre el Monte Rainier y el Monte Adams y describió los objetos como sumamente brillantes por el reflejo de la luz solar, con un vuelo errático ("como la cola de una cometa china") y con una "tremenda velocidad". Los nueve se desplazaban a unos 10.000 pies de altitud y a una velocidad estimada de más de 1.200 millas por hora (2.000 kilómetros p/h). Después de su avistamiento que duró unos tres minutos, Arnold aterrizó en Yakima, Washington, donde hizo un informe de rutina al representativo de la Administración de Aeronáutica Civil.

Los reportes de prensa y los orígenes del término "platillo volador"
En su camino de regreso a Boise se detuvo en Pendleton, Oregon, donde repitió su historia a un grupo de personas en el que se encontraba un reportero de periódico, el editor del diario local East Oregonian. Bill Bequette, malinterpretó lo descripto y lanzó la noticia con un titular que decía “Flying Saucers” (“Platillos Volantes”). Su testimonio obtiene de este modo una rápida e inesperada trascendencia que horas más tarde logra alcance nacional. La historia de Arnold fue ampliamente divulgada por Associated Press y por otras agencias de noticias.

Arnold observó 9 objetos por 3 minutos.
Varios años después, Arnold afirmó haber dicho al reportero que los objetos "volaban erráticamente, como un plato lanzado al agua", y así fue como nació el término "platillo volador". Otro término común para describir lo que Arnold vio es "discos voladores". Arnold se sintió malinterpretado ya que su descripción se refería más al movimiento de los objetos que a su forma.

Sin embargo, la verdadera descripción de Arnold acerca de la forma de los objetos es más complicada. Después de su experiencia, él describió a los objetos como delgados y planos, redondeados en el frente pero cortados por atrás, más o menos como un plato o un disco. En una entrevista de radio que tuvo lugar dos días después del avistamiento, los describió como "parecidos a un pastel que es cortado a la mitad con una especie de triángulo en la parte trasera". Ese mismo día Arnold fue citado en la prensa estadounidense de la siguiente manera: los objetos "tenían forma de platillos y eran tan delgados que difícilmente podía verlos". El siguiente día el diario de Portland, Oregon escribía la cita de Arnold: "tenían forma de medias lunas, ovalados en la parte frontal y convexos en la trasera. ... se veían como grandes discos planos".

Repercusión del avistaje en Monte Rainier
Arnold reportará oficialmente el incidente ante las autoridades con 'espíritu patriótico' en la inteligencia que los objetos voladores de origen desconocido pudiesen representar un riesgo para la seguridad nacional.

Kenneth Arnold señala el dibujo exacto
del objeto que observó en 1947.
El incidente tiene características difíciles de explicar para Arnold dado que sus velocidades de desplazamiento aparentes superan las de cualquier avión conocido, lo cual en base a su estimación es confirmado oficiosamente por voceros militares. Las observaciones de Arnold son relacionadas poco más tarde con otros avistajes simultáneos, realizados por otros testigos civiles, aparentemente del mismo fenómeno en las cercanías de Cascade Mountain.

En Washington DC el Departamento de Guerra manifestó no contar con información acerca del misterioso suceso. Un vocero del Ejército, sorprendido por el reporte de Arnold acerca de objetos volando a 2.000 kilómetros por hora declaró, 'Por lo que se ningún objeto vuela tan rápido, a excepción de los cohetes V-2 que lo hacen a una velocidad cercana a los 6.000 kilómetros (3.500 millas) por hora y eso es demasiado rápido como para poder ser vistos.'

El monte Rainier, donde se produjo
el avistaje de la escuadrilla.

El reporte de Arnold despierta el interés de la prensa nacional que propaga la noticia con los más diversos matices e interpretaciones comenzándose a popularizar la expresión de 'platos voladores' para describir el fenómeno. Paralelamente la inteligencia militar también demuestra su interés en el suceso, que está llamado a iniciar una serie de históricas controversias sobre este tipo de apariciones y también sobre la persona del propio Arnold cuyas observaciones no tardarán en ser cuestionadas y rebatidas por expertos de la Fuerza Aérea y desacreditadas por algunos medios de prensa.

Simultáneamente, las declaraciones de Arnold, un piloto con más de 1000 horas de vuelo, comienzan a recibir respaldo. Un testigo, de nombre Savage, en Oklahoma City declara haber observado desde tierra el desplazamiento en el cielo a increíble velocidad de objetos similares, mencionando en su testimonio un particular zumbido que supone proveniente de los objetos, los que además han dejado trazas visibles al desplazarse por el cielo. Savage ha descartado inicialmente reportar el suceso. Su caso no será el único. Seis días más tarde el Oregon Daily Journal publica otro testimonio calificado. En Bakersfield, California, Richard Rankin, un veterano aviador con más de 7.000 horas de vuelo en su haber se revela como uno de los primeros testigos del fenómeno; un día antes que Arnold ha observado una formación de entre 7 y 10 discos voladores. Conocedor de la tecnología aérea militar actual no duda en afirmar de qué se trata de naves no convencionales y nunca vistas. Rankin ha decidido finalmente brindar testimonio con motivo de la trascendencia que está adquiriendo el caso. (Oregon Daily Journal - Julio 2, 1947 - Rankin Report Adds Credence to 'Disks').

Recreación artística de los objetos
vistos por Arnold el 24 de junio.
Durante los siguientes días comienzan a acumularse otras desconcertantes apariciones de características similares especialmente a lo largo de la costa oeste e incluso en Canadá llegando a contabilizarse más de 100 casos. La repercusión de los mismos los convierte en noticia de tapa de la mayoría de los diarios y el tema comienza a preocupar a la opinión pública. La situación escala en pocas semanas hasta límites impensados multiplicándose las apariciones y obligando a militares y científicos a recurrir a las más diversas y absurdas explicaciones para responder a los interrogantes del público a través de los medios.

El Oregon Journal del 26 de  junio de 1947 reproduce las declaraciones de un testigo en Kansas City que informa haber avistado pocas horas después de los sucesos de Monte Rainier nueve objetos similares a los descriptos por Arnold. Los nuevos testimonios amplifican la inicial trascendencia del avistaje de Monte Rainier y ganan la atención del público que comienza a requerir una explicación sobre el suceso. Entretanto la posibilidad de desacreditar a Arnold comienza a tomar cuerpo en círculos aeronáuticos al adjudicar su visión a reflejos producidos por el sol en su propio aeroplano.

Comparación entre la nave vista por
Arnold y un avión Horten Ho 229.
A pocas horas de empezar a trascender a nivel nacional el avistaje de Monte Rainier su repercusión comienza a tener efectos indeseados para Arnold quien es acosado por la prensa en busca de nueva información y por personas que creen ver en el suceso presagios apocalípticos o evidencias de extraterrestres. Las observaciones de Arnold no encuentran respaldo en ningún registro de radar, tal cual ocurrirá con las demás apariciones que se sucederán durante las próximas semanas. Sin embargo la posibilidad en el futuro de rastrear y fotografiar estos objetos será bastante frecuente y constituirá una de las más contundentes y objetivas evidencias del fenómeno.

Algunos cuestionamientos publicados en el periódico Oregonian sobre el propio Arnold llegan a adjudicarle problemas visuales, lo cual lo obliga a un desmentido formal sobre el particular. La imposibilidad de aportar una fotografía del avistaje ha sido la principal contrariedad de Arnold, sin embargo, un testigo de Eugene logra una toma fotográfica con una máquina de bajo costo de un nuevo avistaje en la zona de Oregon. El revelado muestra sólo pequeños puntos de una supuesta formación aérea que el laboratorio desestimará adjudicándolos a defectos del negativo.


A la izquierda Arnold mostrando el objeto
que vio en 1947. A la derecha un avión
alemán Horten IX también
clasificado como Ho 229.
 Para entonces el suceso comienza a dejar de ser un caso local para adquirir una nueva dimensión, durante estas horas comienzan a sucederse apariciones en los estados de Oregon y Washington, algunas de ellas nocturnas, hay reportes desde Bellingham, Yakima, Portland y Wenatchee, en este último caso es reportado un platillo oscilando a muy baja altura.

Arnold se muestra coherente con su testimonio cada vez que se lo preguntan: “La historia de lo que observé en los montes de Cascade, por increíble que pueda parecer, es positivamente cierta. Nunca he pedido ni he querido la menor notoriedad por haber estado en el lugar apropiado en el momento adecuado. Informé sobre algo que, con toda certeza, cualquier piloto habría informado. No creo de ningún modo que mi observación se debiera a una sensibilidad de la vista distinta a la normal en cualquier piloto”.

Avión YB-49 en vuelo, basado en las
alas volantes de los hermanos
Reimar y Walter Horten.

“Algunos periodistas y expertos sugirieron que había estado viendo reflejos o incluso un espejismo. Es totalmente falso, pues no sólo observé los objetos a través de los cristales de mi avioneta, sino que abrí las ventanillas laterales y pude hacerlo sin que nada se interpusiera entre ellos y mi vista. (Sin gafas de sol.) Aunque a alguien que esté en tierra dos minutos le resultan un tiempo muy breve, un piloto que esté en el aire puede mirar gran número de cosas, y a cualquiera de ellas que se halle dentro de su campo de visión la verá probablemente unas cinco o seis veces”, declaró Arnold tapándole la boca a los escépticos.

Desde aquel 24 de junio de 1947, la asociación “platillo volador” y extraterrestres, era un hecho que se afianzó en la sociedad. Indiscutiblemente, a los estamentos militares, les vino como anillo caído al dedo la relación que hacía la gente entre los avistamientos de naves desconocidas con las posibles visitas de extraterrestres, para poder así encubrir todos aquellos proyectos secretos (negros) que en un momento dado pudiesen ser observados y tal vez, lo que vio Arnold fue una flotilla de naves aéreas construidas en secreto con los planos robados a los alemanes tras su rendición, pero esa, es otra historia.

Por Alberto Seoane

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