Un grupo
de arqueólogos mexicanos ha descubierto en un túnel de más de cien metros de
largo, a 18 metros de profundidad, debajo de la pirámide de la Serpiente
emplumada, miles de objetos, piedras preciosas y figuras de madera de gran
valor.
Ingreso del túnel bajo el templo de la Serpiente Emplumada o de Quetzalcoátl. |
Tras varios años de exploración del túnel del
que tuvieron los primeros indicios en 2003 y fue despejado el 26 de mayo de 2011 bajo el Templo de la Serpiente
Emplumada, en el complejo
arqueológico de Teotihuacán, los arqueólogos entraron al mismo que se
encontraba sin profanar desde 1.800 años.
Los investigadores del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH) mexicano revelaron que las paredes y el techo están salpicados de
minerales con los que probablemente los teotihuacanos recreaban el inframundo.
El descubrimiento está compuesto de más 50.000 piezas arqueológicas con un gran
valor económico y simbólico. El lugar, donde se encontraron los objetos,
que datan de unos 250 años después de
Cristo, habría servido tanto para investir a los gobernantes como para
enterrarlos.
Caracoles marinos de más de 60 centímetros encontrados en el túnel. |
Hay piezas de todo tipo, entre piedras de jade, conchas y caracoles marinos, cerámica, esculturas y
diversas figuras, semillas de diversas plantas, pelotas de hule, restos óseos
de aves y felinos, cuchillos de obsidiana y pedernal, así como objetos de
madera en perfecto estado. Los estudios de fechamiento con carbono
14 han determinado que este pasaje subterráneo funcionó entre principios de
nuestra era hasta los años 250 d. C., antes de que se construyera la ciudadela
de Teotihuacán.
Estatua hallada en el túnel a 18 metros de profundidad. |
También se encontraron unas 15.000 semillas de tuna, tomate, maíz y restos de flores de calabaza,
“que muestran la variedad de la flora que consumían los pueblos prehispánicos
de principios de nuestra era”, dijo Gómez.
Algunos de los objetos de la civilización teotihuacana con un gran valor económico y simbólico. |
Estatuas ofrendadas a los dioses desenterradas en el túnel que tiene al menos, 103 metros de largo. |
Luego de
extraer manualmente unas 950 toneladas
de tierra y piedras que los teotihuacanos utilizaron para sellar el camino del
túnel que comienza a 15 metros de profundidad, pero desciende hasta los 18
metros al final, donde hay tres cámaras subterráneas.
Más de 50.000 piezas arqueológicas esperan ser desenterradas en Teotihuacán. |
Detalle del túnel bajo el templo de Quetzalcoátl. Clic en la imagen para ampliarla. |
Actualmente, los restos de Teotihuacán constituyen la zona de monumentos arqueológicos con mayor afluencia de turistas en México, por encima de Chichén Itzá y Monte Albán.
Las leyendas afirman que fue creada por gigantes
La ciudad había sido abandonada
mucho tiempo antes del arribo de los españoles a Mesoamérica. De acuerdo
con las fuentes coloniales, los nahuas
pensaban que Teotihuacán fue construida por los Quinametzin, una raza de
gigantes que pobló el mundo durante la era anterior y cuyos sobrevivientes se
encontraban ocultos.
Respecto a los Quinametzin, fueron la humanidad creada durante
el Sol de Lluvia. Su gobernante, de acuerdo con algunas versiones del mito, era Tláloc, a quien le correspondió
ser el sol que alumbró durante la tercera época cosmogónica, que concluyó
cuando Quetzalcóatl hizo
que lloviera fuego y los Quinametzin murieron quemados.
Un grupo de indígenas del valle de México arrastran el cuerpo muerto de un Quinametzin o gigante. |
Plano de la ciudad de Teotihuacán. |
Los arqueólogos trabajando en el túnel. |
El Tlaloc II, uno de los robots que descubrió las 3 cámaras subterráneas. |
Según los investigadores, se han identificado distintos
indicadores de que no solo se trata de un túnel para depositar ofrendas, sino
que es una metáfora del inframundo,
hipótesis a la que han llegado y estudian la configuración y orientación del
pasaje subterráneo.
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