50 hombres perfectamente entrenados intentan matar al “Zorro del desierto”, en la noche del 17 al 18 de noviembre
de 1941, pero la operación fracasa por la ineptitud de los comandos británicos ya que Rommel ni siquiera se encontraba en África.
El comandante Teniente Coronel Geoffrey Keyes muere en el ataque y el capitán Campbell es capturado. Solo dos ingleses
lograron regresar con vida luego de caminar cinco semanas por el desierto.
El Mariscal de Campo Rommel (1891-1944). |
El
genial Erwin Rommel, al que sus
enemigos atribuyen habilidades milagrosas por su prodigioso liderazgo
militar, es el objetivo de esta acción. Entre las tropas británicas
hay una gran admiración por Rommel y sus logros. En sólo dos meses, Rommel ha cambiado radicalmente el curso de la
guerra africana, forzando a los británicos, que se habían acostumbrado a
atacar, a retirarse.
Conscientes de la
importancia del líder enemigo los británicos intentan eliminarlo. Creen que si lo matan iban a socavar la moral de
las fuerzas del Eje en el Norte de África.
El 10 de
noviembre de 1941 un pequeño destacamento de comandos británicos partió de
Alejandría a bordo de los submarinos HMS Torbay y HMS Talisman. En el
primero se encontraban el Teniente Coronel Geoffrey Keyes, dos
oficiales y 22 hombres y en el segundo el Coronel Robert Laycock, dos oficiales y 24 hombres. Cuatro días más tarde
llegaron ante las playas del área de Cyrene, Libia. Su objetivo: asaltar los Cuarteles Generales del Mariscal Erwin Rommel, Jefe
del Afrika Korps, y
asesinarlo.
Imagen del submarino británico HMS Torbay. |
En
la tarde del 15 de noviembre de 1941 dos submarinos emergen en la costa de
Cirenaica 300 kilómetros detrás de las líneas ítalo-alemanas. De los 50 hombres unos mueren ahogados por
el fuerte oleaje, siete botes se dan vuelta, algunos hombres logran reembarcan
en el submarino, agotados por el esfuerzo y otros se pierden en la oscuridad de
la noche.
En
total 30 hombres del 11º grupo de
comandos escoceses logran reunirse en la orilla. Su jefe es el
Teniente Coronel Geoffrey Keyes,
hijo del almirante sir Roger Keyes, jefe de todos los comandos especiales y de
todas las incursiones secretas hechas por el ejército británico. A Keyes
lo acompaña otro oficial, el Capitán Campbell.
Chescem el-Kelb, playa rocosa donde desembarcaron los comandos británicos que querían matar a Rommel. |
A las 18:30 horas, Haselden
hizo señales con su linterna y veinte minutos después la primera de las lanchas
llegó entre la oscuridad. Sin embargo, antes que todos los comandos pudieran
desembarcar de los submarinos, el mar se encrespó, por lo que del equipo de Laycock tan sólo siete
hombres y el propio Laycock pudieron llegar a tierra.
En la playa los esperaba John Haselden (1903-1942). |
Laycock, decidió permanecer
en el punto de encuentro con la munición de reserva y tres hombres a la espera
de que llegaran el resto de sus hombres. Él
era la única persona, además de Keyes, que tenía un conocimiento global del
plan y sería necesario para guiar a sus hombres en el caso de que finalmente
lograsen regresar a la costa para reembarcar en los submarinos.
El coronel Robert Laycock, en una foto del año 1944. |
Por medio de algunos informadores árabes,
Keyes cree saber que el Cuartel General de Rommel se encuentra en la antigua
prefectura de Beda Littoria en Cirenaica, por donde circulan oficiales de alta
graduación. Cuando amanece el 16 de
noviembre, los comandos se refugian en una gruta donde permanecen todo el día
debido a la intensa lluvia.
El sargento Jack Terry, uno de los dos fracasados comandos que lograron salvar el pellejo luego de caminar 5 semanas por el desierto. |
La
realidad es, que no se trataba del Cuartel General del "Zorro del Desierto",
puesto que entre julio y agosto, se había formado el numeroso "Grupo
Acorazado Afrika", y en ese local
funciona la Dirección de la Intendencia, de la cual dependen todas las fuerzas
ítalo-alemanas.
El General Erwin Rommel, en el momento en que los
comandos ingleses atacaron el edificio de Sidi-Rafa, se encontraba de visita en Roma, habiendo regresado durante el transcurso
del día 18 al Norte de África.
Se inicia el ataque el 18 de noviembre de 1941
Cerca
de las 22 horas los comandos británicos llegan al poblado de Al Bayda donde creen que está
el cuartel general de Rommel, uno de
ellos pisa una lata y los perros del pueblo comienzan a ladrar alertando a los
guardias. Dos oficiales italianos se acercaron a ver qué sucedía y se
encuentran con los ingleses, pero el capitán Robert Campbell les habla en alemán y les
dice que son alemanes. Los dos uniformados se retiraron.
Fotografía del edificio que atacaron los comandos británicos en la ciudad de Al Bayda, Libia el 18 de noviembre de 1941. |
Keyes y sus hombres se aproximan en la
oscuridad de la noche y en medio de una tormenta, al que creen es el Cuartel
General de Rommel. Los comandos llegan a su objetivo a las 23.59 horas. Bajo
la lluvia, con otro hombre Keyes corta la red metálica que rodeaba el jardín de
“la villa de Rommel” que no era tal. En
dos grupos atacan la casa por delante y por detrás. Keyes comanda el grupo
que ataca por delante.
Ilustración del momento en que el capitán Campbell asesina al guardia de la puerta. |
El
guardia que es fuerte como un toro se abalanza sobre el primer comando del grupo —que inicialmente
evita hacer uso de las armas de fuego— rodando ambos contra la puerta de la
Oficina de Armas y Municiones. Incapaz de reducirlo de forma silenciosa, Campbell le disparó. ¡Los británicos
acababan de perder el elemento sorpresa!
Comienza la balacera
Despertados
por el ruido, los dos suboficiales que duermen dentro, toman sus pistolas
ametralladoras, el sargento Lentzen
abre la puerta y dispara. Al mismo tiempo Keyes
ha lanzado las granadas de mano y caen en medio de la habitación. El
suboficial Kovacic que todavía se encontraba parado en el centro de la
habitación recibe el impacto de la explosión de lleno y queda muerto en el
piso. El primer jefe de transporte Bartel
que iba a saltar de la cama tiene tiempo de dejarse caer y resulta ileso.
Interior de la casa de Al Bayda donde los británicos creían que se encontraba Rommel. |
Cuatro alemanes muertos
El
segundo grupo no puede entrar por la puerta trasera, pues un enorme depósito de
agua impide la entrada. Los tiros continúan y se oyen explosiones de
granadas. Un alemán, el Teniente Jager,
sale expelido por una ventana, después de la explosión de una granada en la
habitación contigua. Un disparo de los comandos lo deja muerto en el
sitio. Afuera también hay disparos, un
joven soldado de veinte años que duerme en una carpa de campaña aparece en la
escena y es recibido por una ráfaga de metralleta que lo deja tendido en
tierra. Es el último muerto en la operación.
Ilustración del combate en el interior de la casa donde los ingleses creían erróneamente que se hallaba Rommel. |
La captura del resto
Los
alemanes realizan una batida en los pueblos cercanos pero no encuentran a los
británicos. Entonces un carabinieri italiano que conoce a los árabes muy bien,
da la solución: ofrecer 40 Kg de harina y 10 de azúcar por cada inglés que
capturen. Inmediatamente los
comandos británicos son encontrados uno por uno.
El teniente coronel Geoffrey Keyes, comandante de la operación, muerto en acción por los disparos del teniente Kaufholz. |
Jack Terry y sus diecisiete hombres se reunieron con Laycock y sus tres hombres en el punto de encuentro, sin saber nada de Cook y su grupo de seis. Durante las primeras horas del día 18 de noviembre, los comandos han logrado establecer contacto con el submarino Torbay mediante una lámpara Aldis. Sin embargo, de nuevo el mar se encuentra demasiado picado para lanzar las lanchas neumáticas. Al romper el alba, la presencia de los británicos no ha pasado desapercibida. Primero se han acercado al área Carabinieri árabes, a continuación pequeños grupos de alemanes y finalmente italianos, que han abierto fuego sobre Laycock y sus hombres, forzándolos a abandonar su posición y huir hacia el interior. Laycock ha ordenado a sus hombres conformar pequeñas unidades de no más de tres hombres y escapar del área en dirección a una playa alternativa donde el submarino Talisman los estaría esperando, al área de Slonta, donde se sabía operaba el Long Range Desert Group o a los wadis al norte de Cyrene, donde podrían permanecer ocultos hasta que les llegasen noticias del desarrollo de la Operación Crusader.
La tumba de Geoffrey Keyes y de otros comandos británicos a los que los alemanes les dieron cristiana sepultura. |
La “Operación Flipper" había sido un gran fracaso británico, habiendo conseguido
muy pocos objetivos (destruir algunos postes de comunicaciones, no más) y virtualmente todos los hombres de la
fuerza de Comandos de Oriente Medio involucrados en la operación murieron o
cayeron prisioneros.
Churchill le hizo creer al pueblo inglés que Rommel se había salvado del atentado porque "había ido a la boda de un jeque árabe y regresó después del ataque". |
Lo
cierto es que Rommel no estaba en África en el momento del ataque de los
comandos sino en Roma desde el 1º de noviembre, pidiendo suministros y
refuerzos que les eran negados desde allí. Pasó su 50º cumpleaños con su esposa
en Roma. Cuando Rommel regresó el 18 y se enteró del fracasado ataque se ofendió
y declaró que “era indignante que los británicos sean tan estúpidos de pensar
que su cuartel general estaba 250 millas detrás del frente, cuando todo el mundo
sabe que el cuartel general de Rommel está siempre en la primera línea de
batalla”.
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