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lunes, 11 de febrero de 2013

MÉDICOS AFIRMAN QUE “CURARON” A UN VAMPIRO EN TURQUÍA


A través de los siglos, los vampiros han sembrado el terror en todas partes del mundo. Mientras que para unos es una fantasía y para otros es algo bien real.

Ahora, surgió otro caso actual, de un individuo adicto a beber sangre humana. Se trata de un joven turco que ha sido diagnosticado que padece vampirismo por ser adicto a beber sangre humana, un hábito que en cierto punto llega a ser socialmente peligroso.

El vampiro turco es un joven de
23 años, el cual, si no bebía
sangre, sufría convulsiones.
Según informó el canal NBC News el 8 de febrero, el vampiro es un joven casado de 23 años de edad, que se cortaba los brazos, el pecho y el vientre con hojas de afeitar, recogía su sangre en una taza y se la bebía. 

Pronto se volvió tan adicto que se dirigió a otras fuentes para satisfacer su hábito, al que describió "tan urgente como respirar". Afirmó que si no bebe sangre sufre convulsiones.

Esta persona, cuyo nombre y ciudad de residencia la policía y la justicia no revelan para preservar su integridad, incluso indujo a su padre a que le obtuviera bolsas del fluido corporal de los bancos de sangre, según el informe publicado en el Jornal de Psychotherapy and Psychosomatics.

El hombre fue detenido varias veces por apuñalar y morder a otros para recoger y beber su sangre. Fue diagnosticado por primera vez en 2011, donde el joven reconoció que desde hacía dos años (o sea, desde 2009) era aficionado a beber sangre.  

También sufre amnesia, depresión crónica y el trastorno de identidad disociativo (TID), es decir, en el individuo coexisten varias personalidades. Tiene pérdidas de memoria en su vida cotidiana y en muchas ocasiones viajaba a lugares desconocidos para él, sin tener ningún conocimiento de cómo llegó hasta allí.

Los médicos del Hospital Militar de Denizli, en el suroeste de Turquía, vinculan el caso a los abusos y negligencia que presuntamente sufrió en su niñez. A esos factores también se pueden haber sumado (antes de convertirse en vampiro) la muerte de su hija con tan sólo 4 meses de edad y el asesinato de su tío, y fue testigo de un asesinato brutal donde la cabeza y el pene de una víctima fueron cortados, según lo informado por las autoridades.

El vampirismo según la ciencia
Los médicos dirigidos por Direnc Sakarya del Hospital Militar de Denizli diagnosticaron al hombre con trastorno de identidad disociativa, depresión crónica y alcoholismo. Pero aparte de su terminología médica, los médicos afirmaron estar sorprendidos dado que el hombre era el primer paciente que trataban con los síntomas de “vampirismo”. En el informe médico los doctores teorizaron sobre su comportamiento:

Christopher Lee, interpretando
a Drácula.
Los médicos afirmaron que no tenían conocimiento sobre los orígenes de su comportamiento, pero según explicaron, el cuerpo humano no está bien adaptado para digerir la sangre. Mientras que pequeñas cantidades pueden ser inofensivas, cualquier persona que consuma sangre regularmente corre el riesgo de hemocromatosis o incluso la transmisión de enfermedades a través de la sangre bebida, siempre y cuando se trate de personas.

El Dr. Direnc Sakarya junto a tres colegas psiquiatras, insistió en que “el joven no quería dañar a nadie sino que disfrutaba del olor y el sabor de la sangre”. Se le hizo un tratamiento durante cinco semanas, con entrevistas de apoyo y medicación, lográndose que remitiera el hábito de consumir sangre, aunque los trastornos disociativos se mantienen, según afirmó. Su hábito de beber sangre no era una adicción, era el resultado de problemas psicológicos que yacían en el fondo. Nos centramos en ese trastorno básico y la conducta de beber sangre terminó”, aclaró el experto.

Muchos expertos en lo paranormal afirman que este caso turco se puede tratar de un supuesto caso de posesión demoníaca. Argumentan que en los trágicos acontecimientos vividos por las personas, más si son sangrientos, pueden ser puertas para la entrada de entidades de todo tipo, desde el bajo astral hasta los demonios más perversos del inframundo.

Lo real es que, en el afán de proteger a la humanidad, muchas personas han profanado los cuerpos ya muertos de supuestas personas acusadas de vampirismo, así fue como los eliminaron clavándoles estacas o quemándolos. Pero cada tanto, surge algún individuo sediento de sangre que nos recuerda que la realidad supera a la ficción.

Vampiros reales a lo largo de la historia
A lo largo de la historia son muchas las personas que fueron consideradas verdaderos vampiros, algunas fueron mujeres como la condesa Elizabeth Bathory, descendiente de Vlad Tepes, más conocido por el nombre de Drácula, pero de las historias reales de horror de ambos, hablaremos en otra oportunidad, solo mencionaremos ahora a una vampira menor, Enriqueta Martí Ripollés, la vampira de Barcelonaque vivió en el inicio del siglo XX.

Enriqueta Martí, la vampira que
aterrorizó Barcelona en 1912.
Esta entidad monstruosa, por llamarla de alguna manera, aterrorizó Barcelona hasta 1912 raptando a todo niño que encontraba alejado de sus padres. Secuestraba a los niños, los prostituía y los asesinaba para extraerles la sangre, el tuétano de los huesos, grasas y con ello, una parte de la sangre la bebía y con la otra elaboraba mágicas pociones para sus clientes de la alta burguesía. Una superstición catalana decía que la sangre de los niños inmunizaba contra la tuberculosis, lo mismo que la grasa de niño frotada en el pecho.

Cuando fue detenida por primera vez se conoció que había nacido en 1868, y desde niña había sido sirvienta y luego comenzó a ejercer la prostitución. De día se disfrazaba de mendiga, vistiendo harapos y pidiendo limosna. Se hacía amiga de los niños que luego asesinaba. No tenía ninguna necesidad de mendigar ya que su doble trabajo como proxeneta y prostituta le daban suficiente dinero para vivir sin problemas. De noche se vestía con ropas lujosas, sombreros y pelucas, y se hacía ver en el Teatro del Liceo, en el Casino de la Arrabassada y otros lugares donde acudía la clase acomodada de Barcelona.

Fotos de niñas desaparecidas aparecían con
frecuencia en los periódicos de Barcelona, sin
sospechar que habían sido secuestradas y
asesinadas por Enriqueta Martí.
En 1909, fue detenida en un piso que regenteaba en Barcelona, donde prostituía a niños cuyas edades eran de 3 a 14 años. Gracias a sus contactos con altas personalidades barcelonesas que contrataban sus servicios como proxeneta infantil, Enriqueta nunca tuvo un juicio por el asunto del burdel y el proceso se perdió en el olvido judicial y burocrático.

Al mismo tiempo que hacía de proxeneta de niños, también ejercía la profesión de bruja. Los productos que utilizaba para fabricar sus pociones, ungüentos, pomadas y cataplasmas, estaban compuestos por restos humanos de las criaturas que mataba, que llegaban incluso a ser desde niños de pecho hasta criaturas de 9 años. De esos niños lo aprovechaba casi todo, la grasa, la sangre, los cabellos, los huesos (que normalmente transformaba en polvo); por esta razón no tenía problemas para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas.

La niña Teresita Guitart junto a sus padres,
su hermano y los policías que la
rescataron de una muerte segura.
Enriqueta Martí fue detenida definitivamente el 27 de febrero de 1912, tenía 43 años y sucedió diecisiete días después de secuestrar a  su última víctima, la niña Teresita Guitart Congost. Cuando entraron los policías, en el número 29 de la calle Poniente, hoy Joaquim Costa, encontraron dos niñas en el piso. Una de ellas era Teresita Guitard Congost y la otra una niña llamada Angelita. Antes de la llegada de Teresita a la casa, contó Angelita que había otro niño, de cinco años llamado Pepito. Angelita declaró que vio como Enriqueta lo había matado en la mesa de la cocina. Angelita era realmente la hija que había robado a su cuñada María Pujaló a quien había asistido en el parto, haciéndole creer que la criatura había muerto al nacer para quedarse con ella.

La niña Angelita es rescatada por la policía.
En una habitación cerrada con llave los policías encontraron unas cincuenta jarras, potes y palanganas con restos humanos en conservación: grasa hecha manteca, sangre coagulada, cabellos de criatura, esqueletos de manos, polvo de hueso, etc. También potes con las pociones, pomadas y ungüentos ya preparados para su venta.

En su piso del barrio de Raval, y en otros pisos donde vivió en Barcelona, se encontraron ocultos, los huesos de un total de doce niños. En todos ellos se encontraron falsas paredes y en los techos restos humanos. Se sospecha que mató a decenas de niños más, tal vez, centenares en todos los años de su extraña y diabólica vida. El periodista Luis Antón del Olmet, contemporáneo del caso, escribía: "Estamos ante una de las criminales más tremendas y crueles de las que se tienen noticia. Movida por un fanatismo vesánico, ha ido matando niños durante diez años para sacarles las grasas y fabricar ungüentos". 

Esta asesina serial catalana, dio
lugar a varias publicaciones
relatando sus aberrantes crímenes.
Si Martí mataba, digamos, un niño por mes para el tratamiento de los ricos, y el año tiene 12 meses, multiplicados por diez años, tenemos 120 asesinatos como mínimo. En uno de sus departamentos, se encontró una lista con nombres de familias y personalidades muy importantes de Barcelona. Esta lista fue muy polémica ya que entre la población se creyó que era la lista de clientes ricos de Enriqueta. La policía intentó que la lista no transcendiera. Pero corrió el rumor que en ella había médicos, abogados, políticos, empresarios y banqueros. Según ella declaró a los agentes, era una experta como curandera y sabía cómo confeccionar los mejores remedios y que sus preparados eran muy bien pagados por la gente adinerada y de buena posición social.

Falleció en la prisión Reina Amalia el 12 de mayo de 1913, debido a una brutal paliza y luego por un linchamiento por parte de sus compañeras de la prisión. Hubo cierta especulación sobre que antes de ser linchada la vampira ya estaba muerta, debido a un envenenamiento por encargo de alguien muy importante interesado en su desaparición. 

Prisión Reina Amalia donde fue linchada la
vampira por las propias reclusas.
La asesina solía repetir mientras aguardaba el día de su juicio: "Como sé que me subirán al patíbulo, quiero que conmigo suban los demás culpables”. El asesinato de la malvada mujer no dio oportunidad que en un juicio se supiese toda la verdad y todos los secretos que escondía. Pero la realidad es que existió y aún se recuerda a Enriqueta Martí, la vampira de Barcelona.

Otros famosos vampiros fueron: Petar Blagojevic, Arnold Pavle y Sava Savanovic. Las historias sobre ellos las encontrará aquí:

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