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viernes, 8 de noviembre de 2013

ALERTA EN CORRIENTES POR LA PRESENCIA DE CARACOLES GIGANTES

Dos ejemplares fueron hallados en una vivienda de la capital provincial. Se trata de una plaga de los cultivos altamente tóxica para los humanos.

Los dos ejemplares de caracoles gigantes
africanos detectados en Corrientes.
Como si no fuera poco la presencia de especies exóticas que se han convertido en verdaderas plagas, como la rata europea dispersa en casi todo el país, ahora aparecen caracoles gigantes africanos, una de las plagas más dañinas y tóxicas del mundo.

Su aparición en una vivienda del barrio Yapeyú, en la capital correntina, causó alarma en la población y llevó al Ministerio de la Producción local a emitir un alerta sanitario y productivo.

El nombre científico de la especie es Achatina fúlica. Puede llegar a medir hasta 30 centímetros de largo. Es altamente tóxico para humanos y animales; es causante de ceguera en niños y graves daños en flora nativa y cultivos.

El Achatina fúlica puede llegar a medir hasta
30 centímetros de largo y es altamente
tóxico para humanos y animales.
Desde el Ministerio de Producción de la provincia de Corrientes recomendaron a la población que evite tocar los ejemplares, sobre todo su baba. En tanto, llamó a cuidar en extremo la higiene de frutas y verduras que pueden haber llegado a estar en contacto con estos moluscos. La mejor medida de prevención es lavarlas con abundante agua potable.

Desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informaron que ya se encuentran en Corrientes analizando la situación, recorriendo las viviendas del área para dar a conocer a la población sobre los alcances de esta plaga, su peligrosidad y cómo identificarla. Advirtieron que si bien los moluscos hallados se corresponderían con el Achatina fúlica, aún resta una última confirmación técnica.

El caracol gigante africano puede llegar
a poner hasta 500 huevos por vez.
El Achatina fúlica es originario de zonas tropicales y subtropicales de África oriental. Se trata de una de las cien especies invasoras más dañinas del mundo. A nivel mundial, está reconocida como una plaga que afecta la biodiversidad, la salud pública y la productividad agrícola. Es de fácil reconocimiento por su tamaño y colores; son hermafroditas y es muy prolífico: puede poner hasta 500 huevos por vez.

El caracol gigante fue detectado por primera vez en 2010, en Misiones. Actualmente, la especie se encuentra restringida en zonas urbanas de la ciudad de Puerto Iguazú, tratando de eliminarla definitivamente. Si bien la presencia de la plaga continua, la densidad poblacional sigue siendo baja.

Morfología del caracol gigante africano.
En muchos países, los caracoles gigantes son adoptados como mascotas. No obstante, se trata de una especie prohibida en varios otros, como España o los Estados Unidos. Debido al tráfico de mascotas, llegó a colonizar lugares tan alejados de su origen como las islas del Pacífico o América del Sur.

La baba de este molusco es altamente tóxica para las personas. Puede causar meningoencefalitis eosinofílica y angiostrongiliasis abdominal en humanos, transmitida por la Angiostrongylus cantonensis, lombriz que parasita los pulmones de las ratas.

Recomendaciones de Senasa
Si encuentra en su jardín un ejemplar similar al Achatina fúlica, se recomienda:
-No tocar los caracoles.
- Evitar el contacto con la baba del caracol, especialmente con ojos, nariz y boca.
- Lavar con agua potable las verduras, porque pueden haber estado expuestas a su baba.
- Si se toca un caracol, hay que lavarse inmediatamente las manos; también si se tocan superficies que pueden haber estado expuestas a su baba.
- No comer los caracoles.
- No utilizarlos como carnada, mascotas o adorno.
- No utilizar veneno contra el caracol, ya que los molusquicidas son extremadamente tóxicos para niños, mascotas y la fauna nativa.
- Eliminar del jardín restos de madera, materiales de construcción o cualquier otro elemento que pueda servirle de refugio.
- En caso de hallarlos, tomarlos con guantes impermeables (látex), colocarlos en una bolsa, aplastarlos y enterrarlos, o introducirlos en un recipiente con dos partes de agua y una de cloro. Los guantes también deben ser enterrados o quemados.
- No permitir que los niños participen en la captura de caracoles.
- No trasladar los caracoles a otras zonas. Tampoco plantas u otros elementos del hogar donde los caracoles o sus huevos podrían alojarse.

Otras especies invasoras de la Argentina
Entre los animales que han invadido el territorio argentino se destacan: los castores canadienses en Tierra del Fuego; el ciervo colorado en La Pampa, San Luis y norte de los bosques patagónicos; el jabalí europeo que ocupa vastos sectores del bosque del norte de la Patagonia, bosques del Espinal en La Pampa, San Luis y Entre Ríos; el antílope negro en el Iberá en Corrientes; la ardilla de vientre rojo en la provincia de Buenos Aires y provincias de Santa Fe y Córdoba; el estornino pinto en Buenos Aires, Mendoza y San Juan; el mejillón dorado (Limnoperna fortunei), un molusco que afecta a centrales atómicas y plantas potabilizadoras e industriales, al obstruir tuberías en todo el tramo Paraná-Río de la Plata. El alga “moco de agua” (Didymosphenia geminata), en Mendoza y en varios cuerpos de agua de la Patagonia; wakame (undaria pinnatifida), un alga del Pacífico que ya abarca una extensión de 10 kilómetros frente a Puerto Madryn, crece de modo descontrolado en el fondo del mar y brinda mucha sombra. Al reducir el ingreso de la luz, afecta a otras algas.

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