HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


viernes, 29 de noviembre de 2013

LAS MATANZAS MÁS GRANDES EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

Desde que existe el ser humano no dejado de matar a sus semejantes. No hay pueblo que no tenga en sus tradiciones batallas y guerras entre humanos o contra dioses y semidioses. Desde que se registran los sucesos del hombre, prácticamente no ha pasado un solo día sin provocar derramamientos de sangre.

Homo Sapiens vs. Homo Neanderthalensis (24.000 a.C. 14.000 a.C.)
Hace 24.000 años, los Homo Sapiens llegaron a Europa y se encontraron con los Homo neanderthalensis al compartir las mismas regiones cuando las condiciones climáticas eran benignas. Los Neandertales, que llevaban unos 190.000 años evolucionando en el continente europeo, se extinguieron en tan sólo 10.000 años por el asedio del hombre moderno, que causó probablemente la extinción de estos ancestros al perseguirlos a regiones cada vez más desoladas, propiciando la endogamia de su reducida población, y con ello su agotamiento genético.

Guerra de Kurukshetra (3.102 a.C.)
Otros afirman que sucedió hace 12.000 años. Fue una guerra, en la cual un gran número de antiguos reinos participaron como aliados de los clanes rivales de los Kuru y Pandava. La localización de la batalla fue Kuru-kshetra (campo de los Kuru), en el actual estado de Haryana, en el Norte de la India.

Pintura de la gran batalla de Kurukshetra,
más de tres mil años antes de Cristo.
El Mahábharata cuenta que la batalla duró dieciocho días, durante los cuales grandes ejércitos procedentes de toda la India lucharon en ambos lados. La mitología de la batalla de Kurukshetra se describe también en la Batalla de los Diez Reyes, mencionada en el Rig Veda. Según el libro, el ejército de los Pandavas, mandado por Dhristadyumna, se dividía en 7 "divisiones" sumando 1.530.900 hombres, mientras sus rivales, los Kauravas al mando de Bhishma sumaban 11 "divisiones" o 2.405.700 hombres. La batalla fue increíblemente costosa para ambos bandos, sobreviviendo solo 8 pandavas y 4 kauranas a ésta.

Guerra entre Umma y Lagash (2.454 a.C.-2425 a.C.)
Hace 4.500 años, las ciudades sumerias de Lagash y Umma se enfrentaron en una guerra que duró más de un siglo, la primera de la que tenemos testimonios escritos. Lagash y Umma eran dos de las principales ciudades-estado del país de Sumer. Eannantum, sexto rey de Primera dinastía de Lagash derrotó a Umma, Uruk, Ur, Ki-Utu, Kish y Mari. Gobernó sobre todo Sumer. Sus conquistas dejaron como mínimo 3.600 muertos.

Batalla de Uruk (2.271 a.C.)
Es uno de los encuentros más decisivos en la empresa de conquista de Sumeria por parte de Sargón I de Acad. Hubo 8040 muertos. Durante su campaña militar Sargón atacó la ciudad de Uruk y la destruyó. Los sobrevivientes huyeron y se unieron a una fuerza de una cincuentena de ciudades sumerias al mando de Lugalzagezi de Umma antiguo rival de Sargón. El rey de Umma fue capturado y llevado a Nippur encadenado del cuello.

El rey Naram Sin pierde 120.000 Hombres (2254 a.C.)
El rey de Acad, Naram Sin, descendía de la dinastía acadia que comenzara Sargón. Era hijo del tercer rey de la misma Manishtushu, que bautizó a su hijo Naram-Sin («Aquél al que ama el dios Sin»). Comenzó su reinado con una gran sublevación de más de veinte reyes mesopotámicos a los que venció con contundencia. A partir de ahí Naram-Sin se lanzaría a la conquista del mundo conocido, extendiendo sus dominios desde Elam al mar Mediterráneo. Conquistó Siria, la región de Alepo y descendió hasta el Sinaí, que fue quitado a Egipto. Tales fueron sus triunfos que ordenó esculpir la estela de Naram-Sin y se autoproclamó dios.

Conquistas de Sargón y Naram-Sin.
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Según consta en sus monumentos, las conquistas de Naram-Sin se debieron a que su dios le había concedido un arma única, el «Arma del Dios», y también a que los otros dioses le habían dado su consentimiento explícito -o incluso le habían invitado- a entrar en sus regiones. La principal incursión de Naram Sin fue en dirección noroeste, y entre sus conquistas estuvo la de la ciudad estado de Ebla, cuyo archivo de tablillas de arcilla, ha provocado un enorme interés científico. Del mismo modo que Naram Sin podía atribuir sus victoriosas campañas al hecho de haber tenido en cuenta las órdenes de sus dioses, su caída se atribuyó también al hecho de haber ido a guerrear contra el mundo de los dioses. Llegando a lo que ahora es Irán, sus ejércitos invadieron las tierras montañosas de Gutium y Elam al este de Mesopotamia encontrando fuerte resistencia. Naram-Sin decidió atacar al enemigo con un gran ejército. «Con la llegada del primer año, envié a 120.000 hombres, pero ninguno volvió vivo», confesó Naram-Sin en su inscripción. Gran cantidad de tropas fueron aniquiladas durante el segundo y el tercer año, y Acad comenzó a sucumbir ante la muerte y el hambre. Se dice que poseía el ejército más grande hasta el momento: 360.000 hombres bajo su mando.

Destrucción de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim (2025 A.C.)
Estas ciudades del valle de Sidim fueron borradas del mapa con todos sus habitantes por “fuego divino”. El rey de Sodoma era Bera y el de Gomorra era Birsha. Sinab era el rey de Adma y el de Zeboim era llamado Semeber. Donde estaban estas ciudades hoy se ubica el Mar Muerto. Como mínimo murieron 50 mil personas.

Moisés mata a los idólatras (aproximadamente 1300 a.C.)
Moisés baja del Monte Sinaí y ve que los hebreos adoran un becerro de oro, rompe las tablas de la Ley, llama a aquellos que toman el lado de Jehová y ordena el exterminio a cuchillo de los idólatras. Cerca de 3.000 son sacrificados. El mandamiento “no matarás”, era súbitamente olvidado por quien traía la noticia de su obligatorio cumplimiento.

Bajorrelieve en Abu Simbel que representa a
Ramsés II derrotando a sus enemigos.
Batalla de Qadesh (1274 a.C.)
Fue un combate de infantería y carros en la que se enfrentaron las fuerzas egipcias del faraón Ramsés II y las de Hatti o hititas de Muwatallis. La batalla ocurrió en las inmediaciones de la ciudad de Qadesh, en lo que hoy es territorio sirio, y, tras haber comenzado con ventaja para sus enemigos, se saldó con un gran éxito egipcio, aunque con numerosas pérdidas. Los hititas eran una confederación que mandó a la batalla a 3.700 carros y 40.000 infantes. Los egipcios por su parte pusieron 2.000 carros y 16.000 hombres. Los egipcios sufrieron la peor parte. Es la primera batalla registrada que generó un tratado de paz documentado, el Tratado de Qadesh, dieciséis años después.


Los israelitas masacran a los habitantes de más de 60 ciudades (alrededor de 1270 a.C.)
Bajo Moisés, logran vencer a Sehón rey de Hesbón “y destruimos todas las ciudades, hombres mujeres y niños; no dejamos uno solo”, dice en Deuteronomio Cap. 2 vers. 34.

Siguen con su avance y derrotan a Og rey de Basán según está escrito en Deut. Cap. 3 vers. 4-6: “Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og rey de Basán. Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños”. Se calculan unos 63.000 asesinatos.

Guerra de Troya (1250 a.C.-1240 a.C.)
Los griegos movilizaron 50 mil guerreros
para combatir a 30 mil troyanos.
Según Homero, los helenos movilizaron 50.000 hombres en 1000 barcos y murieron más de 500 soldados griegos y casi todos los 30.000 guerreros troyanos junto con más de 4.000 habitantes de Troya. Afirman los investigadores que la Troya de Homero debió ser las ruinas conocidas como Troya VII según los registros arqueológicos.

Los hebreos llegan a Canaán (1240 a.C.)
Las tribus nómades hebreas, tras deambular de un lado para otro, cruzan el río Jordán para iniciar la conquista de la región de Canaán o Palestina. El protagonista de la conquista fue Josué, hijo de Nun, que era “el jefe de seguridad” de Moisés. Se trató de un proceso muy violento, entre los que llegaban del desierto para tomar las ciudades-estado con una cultura mucho más desarrollada.

Cuando tomaron la ciudad de Jericó, tal como relata la Biblia, mataron a cada hombre, mujer y niño. Cortaron las cabezas de sus víctimas y las clavaron en estacas y las dejaron expuestas. Las demás culturas que habitaban la región fueron casi exterminadas con el paso de los años. Moabitas, amonitas, filisteos, jebuseos, cananeos, heveos, amorreos, gergeseos, araceos, madianitas, etc. eran las etnias que había en esa tierra y se calcula que en ese tiempo, Canaán tenía una población de 200.000 habitantes aproximadamente.

La masacre de la ciudad de Hai (alrededor de 1240 a.C.)
30.000 guerreros israelitas entran en la ciudad de Hai, en Canaán o Palestina y pasan a filo de espada a sus 12.000 habitantes y la incendian. A continuación, Josué conquistó las ciudades de Maceda, Libna, Laquis, Eglón, Hebrón y Debir. En todas ellas, al igual que en Jericó o Hai, la totalidad de sus habitantes fue pasada a cuchillo. Después de que los israelitas venciesen a Jabín, rey de Hazor, fueron 31 reyes asesinados con sus respectivas ciudades, completando la conquista de “la tierra prometida”, se completó la conquista de “la tierra prometida”. Se calcula más de 57.000 muertes. 

Campaña de Asurbanipal (668 a. C. 630 a.C.)
Asurbanipal matando un león. Relieve
hallado en su capital Nínive.
El rey asirio Asurbanipal, durante el período de su reinado, se dedicó a incorporar la totalidad de Egipto, llegó a Tebas y conquistó Susa, esta última capital del reino de los medos, a los territorios asirios. Él mismo se jactaba de haber “pasado por las armas a tres mil guerreros y arrojados a muchos otros a las llamas, además de haber cortado, nariz, orejas, manos y ojos a muchos otros”.

Guerras entre etruscos y griegos (540 a.C.- 480 a.C.)
Los etruscos se aliaron con los cartagineses en el 545 a. C. contra de los helenos, y esta alianza obtuvo una importante victoria en la batalla naval de Alalia, alrededor del 537 a. C. La flota etrusco-cartaginesa (estimada entre 100 y 120 naves) se dirigió a un reciente asentamiento griego, Alalia, en Córcega con la intención de destruirla. A ella se enfrentó una escuadra focense de apenas 60 naves. Los griegos consiguieron suplir la inferioridad numérica con su superioridad táctica, por lo que lograron destruir la flota enemiga. Sin embargo, este resultado fue en realidad una victoria pírrica para los griegos, cuyas pérdidas fueron tan cuantiosas que hubieron de renunciar a su política expansionista. Se dice que 40 de las 60 naves utilizadas fueron destruidas, y de las restantes muchas quedaron dañadas. Las pérdidas etrusco-cartaginesas son desconocidas. Tras ella, los etruscos retuvieron Córcega y los cartagineses Cerdeña, pero Cartago, que se veía más poderosa que la Liga Etrusca, salió ganando en el resto del reparto del poder. Esa batalla marcó el fin de la Edad de la Colonización griega.

Cartago siguió luchando contra los helenos, y en el 480 fue derrotada por una alianza entre los dorios de Siracusa y los focenses de Massilia. Esto privó a los etruscos de un poderoso aliado. En el 480 a. C., se dio la batalla de Himera, una colonia griega al norte de Sicilia, entre griegos y cartagineses, venciendo los griegos, comandados por la ciudad de Siracusa, coincidiendo con el decaimiento del comercio etrusco.

Los etruscos, que ya empezaban a sufrir sublevaciones en las aldeas latinas que dominaban, quisieron salir de sus dificultades acabando con lo que parecía ser la fuente de sus problemas: la ciudad griega de Cumas. Así, en 474 a.C, Etruria envió su flota naval a conquistar la poderosa ciudad portuaria de Cumas, fundada en la península itálica por los griegos en el 1054 a.C. Hierón I, tirano de Siracusa, se alió con Aristodemo, el tirano de Cumas para defenderse contra la expansión etrusca hacia el sur. Con su ejército greco-siciliano pasó al continente y venció al de la Liga Etrusca en la batalla de Cumas. La batalla de Cumas fue una batalla naval en el 474 a.C. entre los navíos de Siracusa y Cumas contra la flota etrusca en el golfo de Nápoles. Después de su derrota, los etruscos perdieron gran parte de su influencia política en Italia. Se perdió el control del mar y sus territorios fueron asumidos por los romanos, samnitas y galos. Los etruscos más tarde se unieron a la fallida expedición ateniense contra Siracusa en el 415 a.C., que terminó con la derrota en 413 a.C. lo que contribuyó aún más a su desprestigio.

Guerras greco-púnicas (600 a. C. -265 a.C.) 
Fueron una serie de conflictos armados entre Cartago y las polis de la Magna Grecia, encabezadas por Siracusa, por el control de Sicilia y el Mediterráneo occidental.

Colonias fenicias y de la Hélade.
Desde la batalla de Marsella (600 a.C.) hubo varios enfrentamientos greco-púnicos hasta que llegaron a la gran batalla de Himera, en Sicilia. Según cuentan las crónicas de Tucídides, griegos de Focea, en la península de Anatolia, emprendieron la fundación del establecimiento comercial o emporion de Massalia (Μarsella) superando a la flota cartaginesa que controlaba el mar en esa zona. Marsella comerciaba con las ciudades griegas de Emporiae (Ampurias) y Rhoda (Rosas), ambas en Gerona, España. Luego vino la batalla de Lilibea en el que los griegos fueron derrotados por los fenicios y sus aliados (580 a.C.) y la destrucción de una nueva colonia llamada Heraclea, en Sicilia. Entre 540 y 545 a.C. los cartagineses lucharon contra los griegos de Alalia, Córcega, que quería fundar una nueva colonia en la isla de Cerdeña. Otra vez los cartagineses destruyeron en Sicilia varias ciudades griegas y provocaron verdaderas matanzas. Tomaron la ciudad de Erice, en el extremo noroccidental de Sicilia y mataron al fundador, el príncipe Dorieo de Esparta (510 a.C.).

La Primera guerra siciliana (480 a. C.)
Hacia el 480 a.C. Gelón, tirano de Siracusa, respaldado en parte por otras polis griegas, intentó unificar la isla bajo su mandato. Cartago no podía quedarse de brazos cruzados ante esta amenaza, y pasó a la ofensiva aprovechando la invasión persa de Grecia.

 

Los griegos lucharon duramente contra etruscos
y cartagineses por el control del Mediterráneo.
Cartago eligió el momento de atacar en el mismo año que la flota persa atacó la Grecia continental. El control de Sicilia era un valioso premio para Cartago, ya que envió la mayor fuerza militar hasta la fecha bajo la dirección del general Amílcar Magón; al mando de trescientos mil hombres en 300 naves de transporte y 200 naves de guerra (según cálculos, solo pudieron reunirse 50.000). De camino a Sicilia, sin embargo, Amílcar Magón sufrió pérdidas, posiblemente graves, debido a las malas condiciones meteorológicas. Después de desembarcar en Ziz, el equivalente púnico de Panormus, actual Palermo, fue derrotado contundentemente por Gelón en la batalla de Hímera, unos 45 kilómetros de distancia de Palermo. Se cuenta que ocurrió el mismo día que la batalla de Salamina en Grecia. Gelón había dado orden de no hacer prisioneros y se produjo la matanza de unos 50 000 hombres. Magón o bien fue muerto en la batalla o se suicidó por la vergüenza. La derrota debilitó gravemente a Cartago, y el viejo gobierno de la arraigada nobleza fue sustituido por la república cartaginesa. El rey continuó existiendo, pero tenía muy poco poder en la mayoría y se le confió el Consejo de Ancianos.

La Segunda guerra siciliana (410 a.C. - 340 a.C.)
Alrededor del año 398 a.C. se aunaron una serie de circunstancias que desembocaron en la Segunda Guerra Siciliana.

 

En el 410 a.C., Cartago se había recuperado de las serias derrotas de la guerra anterior. Justo un año después de su embarazosa derrota en Hímera, Cartago había conquistado la mitad del norte de la moderna Túnez, fundando y fortaleciendo sus colonias en el norte de África, como Oea y Leptis, hoy Trípoli. Cartago también había patrocinado a Aníbal Magón, el nieto del derrotado Amílcar, y comenzó los preparativos para apoderarse de Sicilia. En 409 a.C., Aníbal Magón se encontraba en Sicilia con sus fuerzas. Tuvo éxito en la captura de las ciudades menores como Selinus, moderno Selinunte, donde se libró la primera batalla de la llamada Segunda Guerra Siciliana. El sitio se prolongo diez días y triunfó Aníbal Magón (de la familia Magónida, no el famoso Aníbal de la familia Bárcida) sobre los griegos dorios de Selinunte. Hubo 16.000 muertos y 6.000 prisioneros griegos. Magón también saqueó Hímera, con un saldo de 3.000 muertos y 3.000 prisioneros ejecutados, donde su abuelo había sido derrotado 79 años antes, antes de regresar triunfalmente a Cartago con el botín de guerra. Pero el principal enemigo de Cartago en Sicilia, Siracusa, permaneció intacta, y en el 405 a.C., Aníbal Magón llevó a cabo una segunda expedición, esta vez para reclamar la isla en su totalidad. Esta vez, sin embargo, encontró con una resistencia feroz y mala fortuna. Durante el sitio de Agrigento, las fuerzas cartaginesas fueron devastadas por la peste, con 6.000 muertos y el propio Aníbal Magón sucumbió a ella. Aunque su sucesor, Himilcón, amplió con éxito la campaña, capturó la ciudad de Gela, recuperó la fortaleza cartaginesa de Motia, en poder de Dionisio I, el nuevo tirano de Siracusa, y capturó Mesina. Por último fue sitiada la propia Siracusa. El asedio comenzó con gran éxito en 397 a.C., pero en el 396 a.C., una vez más, la peste asoló las fuerzas cartaginesas, y el asedio se abortó. En los siguientes sesenta años, las fuerzas griegas y cartaginesas participaron en una serie de constantes escaramuzas y fueron víctimas de la peste. En 340 a.C., Cartago fue arrinconada por completo en la esquina sudoeste de la isla, y una precaria paz reinó en la isla. En tanto, los cartagineses aprovecharon para armar un gran ejército compuesto de libios y reclutaron mercenarios de entre los íberos, celtas y ligures. También se ocuparon de construir barcos de guerra. Transportaron sus fuerzas a Sicilia que desembarcaron en Lilibea (actualmente Marsala). Los generales cartagineses Asdrúbal y Amílcar estaban al mando de un ejército de invasión. Las tropas sumaban en total, incluyendo las fuerzas previamente estacionadas ya en Sicilia, más de setenta mil infantes; caballería, carros de guerra, y parejas extra de caballos no menos de diez mil; doscientos barcos de guerra; y más de mil mercantes transportando caballos, armas, comida y demás cosas.

Del lado greco-siciliano pusieron a Timoleón de Corinto, que no se desalentó, sin embargo, aunque conocía el tamaño de las fuerzas enemigas mientras él se veía reducido a un puñado de soldados. Timoleón reunió a sus mercenarios inmediatamente, junto con los siracusanos y sus aliados, convocó una asamblea general, y exhortó a su audiencia con las palabras adecuadas a hacer frente al combate decisivo. Cuando todos aplaudieron e hicieron aclamaciones, urgiéndole a conducirlos de inmediato contra los bárbaros, hizo campaña con no más de doce mil hombres en total, de los cuales 1000 eran jinetes y el resto infantería.

Timoleón de Corinto venció
a más de 10 mil cartagineses.
Con su grupo heterogéneo donde la mayoría eran mercenarios, Timoleón marchó hacia el oeste, atravesando la isla. Llegó al territorio de Agrigento marchó contra el enemigo que estaba acampado no lejos. Llamando a las tropas a una asamblea, los exhortó con un discurso, describiendo la cobardía de los fenicios y trayendo a la memoria el éxito de Gelón en la Primera Guerra greco-púnica.  

Timoleón llegó cerca de Selinunte, y obtuvo una victoria decisiva en el río Crimiso. Hubo una dura lucha, pero como los griegos eran superiores en valor y en entrenamiento, se produjo una gran matanza de bárbaros. El resto comenzó a huir. Más de diez mil soldados cartagineses fueron muertos y no menos de quince mil fueron hechos prisioneros. La mayoría de los carros fueron destruidos en la batalla pero doscientos fueron capturados. El tren de bagaje, con las acémilas y la mayoría de los vehículos, cayó en poder de los greco-sicilianos. La mayoría de las armas se perdieron en el río, pero mil corazas y más de diez mil escudos fueron llevados a la tienda de Timoleón. La batalla dio como resultado también el acopio de gran cantidad de riquezas, porque los cartagineses llevaban consigo abundancia de copas de oro y plata; estas, así como el resto de propiedades personales que eran muy numerosas a causa de la riqueza de los púnicos, Timoleón permitió que los soldados las conservaran en su poder como premio por su valentía. La victoria consiguió muchos años de paz para los griegos en Sicilia.  

En la propia Cartago, cuando las nuevas de la magnitud del desastre llegaron, todos decayeron de ánimo y enviaron embajadores experimentados a Sicilia con instrucciones de hacer la paz sobre las condiciones que fueran posibles. Timoleón recibió a los embajadores y negociaron con él sin demora, les aseguró la paz sobre la condición de que todas las ciudades griegas fueran libres, que el río Licos o Halycos, fuera la frontera de sus respectivos territorios, al oeste del mismo estaban los escasos territorios de Cartago en Sicilia y en el tratado los púnicos no prestarían ayuda a los tiranos que estaban en guerra con los siracusanos.   

En este tiempo, también, Timoleón capturó y ejecutó a Postumio el Etrusco, quien había estado interrumpiendo con sus piraterías el tráfico marítimo con doce naves corsarias, y había entrado en Siracusa como una ciudad amiga. Así pues, habiendo establecido la paz en todas partes a lo largo de Sicilia, hizo posible que las ciudades experimentaran un enorme incremento de su prosperidad.

La Tercera guerra siciliana (315 - 307 a. C.)
En 315 a.C. Agatocles, el tirano de Siracusa, se apoderó de la ciudad de Messana, actual Mesina. En 311 a.C. invadió la última factoría cartaginesa en Sicilia, lo cual rompió los términos del vigente tratado de paz, y sitiaron Akragas, hoy Agrigento. Amílcar, nieto de Hannón, capitaneó con éxito el contraataque cartaginés. En 310 a.C., ya tenía bajo control la mayor parte de los territorios de Sicilia y había sitiado la mismísima Siracusa.

 

Agatocles con 14 mil griegos venció a
dos ejércitos en las afueras de Cartago.
En la desesperación, Agatocles dirigió secretamente una expedición de 14.000 hombres al norte de África, con la esperanza de salvar a su gobierno llevando un contraataque contra la propia Cartago. Su estrategia tuvo éxito: Cartago se vio obligada a replegar a Amílcar y la mayor parte de su ejército de Sicilia para hacer frente a la nueva e inesperada amenaza. Los dos ejércitos se enfrentaron a las afueras de Cartago, y el ejército cartaginés, a las órdenes de Hannón y Amílcar, fue derrotado. Agatocles y sus fuerzas sitiaron Cartago, pero fueron repelidos por sus inexpugnables murallas. Tras ello, los griegos se contentaron con la ocupación del norte de Túnez, hasta que fueron derrotados dos años más tarde, en el 307 a.C. Agatocles y sus hombres escaparon de vuelta a Sicilia, donde negociaron un tratado de paz con los cartagineses, en el que mantuvieron Siracusa como un bastión de poder griego en Sicilia a pesar de la pérdida de gran parte de su poder y de la estratégica ciudad de Mesina.

Después de que Agatocles pidiera la paz, Cartago disfrutó de un breve período de control de Sicilia, que finalizó con la guerra con Pirro (280 a.C.-275 a.C.), llegado de Epiro. Roma, a pesar de su proximidad a Sicilia, no participó en las Guerras Sicilianas de las 5ª y 4ª centurias antes de Cristo, debido a sus campañas de liberación de los etruscos y la conquista de la península Itálica.

Guerras entre las ciudades-estado griegas (500 a.C.-146 a.C.)
Las luchas entre las polis griegas entre el 500 a.C. y 146 a.C. donde se calcula que hubo 305.000 combatientes muertos.

Guerras Médicas (499 a. C. -449 a. C.)
El ateniense Milcíades venció a los
persas en la batalla  de Maratón.
Fueron una serie de conflictos entre la Antigua Grecia y el Imperio  persa. Hubo tres, y tras una serie de batallas, terminaron con la victoria de los griegos. Los persas movilizaron unos 2.500.000 hombres según Heródoto. Los griegos movilizaron 110.000 hombres de todas las ciudades estados. La Primera Guerra Médica comenzó cuando los jonios intentaron reconquistar las ciudades de Asia menor que habían caído bajo el poder persa. Tras sofocar la rebelión, reconquistando los persas una tras otra las ciudades jonias, Darío I, decidió atacar Atenas. Su ejército al mando de su sobrino Artafernes, desembarca en Maratón y es derrotado por 10.000 hoplitas al mando de Milcíades en el 490 a.C. Las bajas persas ascendieron a más de 6.400 hombres, mientras los griegos sólo perdieron 192.

La Segunda Guerra Médica comenzó en 480 a.C. cuando Jerjes I intentó someter a Grecia. En la Batalla de las Termópilas acaba con Leónidas y sus 300 espartanos, más 1000 guerreros de otras regiones. Pero Jerjes perdió 10.000 persas. Poco después el ateniense Temístocles con 180 trirremes derrota a la poderosa flota persa en la batalla naval de Salamina. Al año siguiente llega otro poderoso ejército medo de 300.000 hombres, según Heródoto que es derrotado por 110.000 griegos bajo el mando de Pausanias en la llanura de Platea. Mardonio, el comandante persa murió en combate, al igual que 51.000 de sus soldados que fueron hechos trizas por las tropas griegas, que por una vez y sin que sirviera de precedente, habían aunado esfuerzos y combatido juntas. Los griegos hicieron 3.000 prisioneros. 43.000 medos huyeron siendo hostigados en su recorrido por los montañeses. En ese mismo día, 60.000 persas son derrotados en la playa de Micala, Jonia y sus barcos incendiados.

En el año 467 a.C. se inicia la Tercera y última Guerra Médica con la derrota del ejército persa en la batalla del río Eurimedonte. Los griegos estaban al mando de Cimón, hijo de Milcíades que se  anticipó a la flota persa-fenicia y la atacó en su propia base en el sur de Turquía, capturando o destruyendo 200 trirremes. La guerra continuó con pequeñas victorias griegas y en el 448 a. C. Pericles firma la paz con Artajerjes I. Los griegos con su valor y estrategia impidieron que el imperio aqueménida conquistara Europa, los griegos pagaron un alto precio en vidas pero lograron triunfar.

Ester ordena la matanza de los seguidores de Amán (474 a.C.)
En el imperio persa, Ester, la concubina del rey Jerjes I, obtiene la autorización para matar a los seguidores del ministro Amán. En un día fueron degolladas 75.000 personas en las 127 provincias persas.

Campaña de Alejandro Magno en Oriente y Egipto (334 a.C.-323 a.C.)
El Imperio de Alejandro Magno en el 323 a.C.
Tras la muerte de Filipo en el año 336 a.C. su hijo, Alejandro asumió el trono. Alejandro, de 20 años de edad y ya siendo un afamado y respetado líder militar pronto siguió con la tendencia expansionista de su padre. Su exitosa campaña para conquistar Persia tuvo una serie de batallas importantes. La Batalla del Río Gránico en el 334 a.C. fue la primera en la que el macedonio Alejandro Magno se enfrentó y derrotó a los persas. La batalla tuvo lugar en el noroeste de la actual Turquía, cerca del emplazamiento de Troya. Hubo 7.500 muertos y 2.000 prisioneros. Le siguió la Batalla de Issos (333 a.C.) con 7.000 guerreros griegos muertos y 20.000 persas muertos. Siguió el Asedio de Tiro (332 a.C.) con un saldo de 400 guerreros griegos muertos. 8.000 muertos de Mileto, y 30 mil civiles convertidos en esclavos. En el mismo año el Sitio de Gaza (332) con 10.000 muertos. El número de mujeres y niños vendidos como esclavos es desconocido. Finalizó su conquista con la victoria de la Batalla de Gaugamela (331 a.C.). Alejandro y sus aliados perdieron 5.000 guerreros en la batalla pero los persas tuvieron 40.000 muertos, consolidándose el poderío del macedonio. La campaña de Alejandro finalizó en la India con la Batalla del Hidaspes (326 a.C.). Del lado de Alejandro Magno hubo 4.000 muertos de infantería, 280 muertos de caballería, 8.000 heridos. Del otro lado, del rey Porus, entre sus bajas había 12.000 muertos de infantería, 400 muertos de caballería, 9.000 hombres capturados, 80 elefantes capturados.

Guerras de Pirro (280 a.C.-275 a.C.)
Pirro (318 a.C. -272 a.C.) era el rey de Epiro y también ostentó la corona de Macedonia brevemente en dos ocasiones. Es considerado uno de los mejores generales de su época, y uno de los grandes rivales de la República Romana durante su expansión.

Los habitantes de Tarento le rogaban que en nombre de todos los griegos italianos enfrentase a la República Romana. Viajó a Italia en 280 a.C. llevando consigo un ejército griego de 20.000 infantes, 3000 jinetes, 2000 arqueros, 500 honderos y 20 ó 50 elefantes, según las fuentes. Previamente había enviado a Milo, uno de sus generales, con un destacamento de 3000 soldados.

Derrotó a Roma en la batalla de Heraclea de Lucania, que había durado un día completo, y fue probablemente la llegada del anochecer lo que salvó al ejército romano de 30.000 hombres de una destrucción completa. Durante el combate, en el que los elefantes tuvieron un papel decisivo para la victoria de las fuerzas de Pirro, resultaron muertos 14.880 romanos y 1310 resultaron prisioneros. Los romanos también perdieron 246 jinetes. Mientras en el bando griego hubo alrededor de 13.000 bajas.

Pirro, rey de Epiro.
Luego avanzó hasta Anagni, a menos de 30 kilómetros de Roma pero se volvió al enterarse que Roma había pactado una alianza con sus enemigos etruscos y otros) y llegaba un poderoso ejército romano. Pirro realiza una lenta retirada estratégica y vuelve a derrotarla en 279 a.C. cerca de Asculum en Apulia. Pirro maniobró hasta situar a sus enemigos en llano, donde los romanos fueron derrotados después de dos días de combates donde murieron 6000 romanos, mientras Pirro, de acuerdo a lo que rezan sus Comentarios, perdió 3.505 soldados. Esta victoria griega, con tan escaso margen y grandes pérdidas, llevó a la creación del término “victoria pírrica” para referirse a una victoria que se consigue con un gran coste humano. Pirro, en un momento posterior a la batalla, dijo: «Otra victoria como esta y estaremos acabados», aunque otras fuentes sugieren que fue: «Otra victoria como esta y volveré solo a Epiro».

En 278 a.C. le pidieron desde Siracusa que los ayudara a vencer a los cartagineses. Consiguió grandes éxitos iniciales, expulsando a los cartagineses y conquistando la ciudad fortificada de Erice, en un asedio en el cual fue el primero en subir las escalas y se distinguió como de costumbre por su coraje. Fue proclamado rey de Sicilia, título que destinó a su hijo Heleno (en herencia de su abuelo, pues era hijo de la hija de Agatocles). Durante su estancia en la isla, conquistó la mayor parte de la Sicilia púnica, pero no pudo capturar la ciudad cartaginesa de Lilibea. En el 276 a.C. Pirro asedió la ciudad y expulsó a los cartagineses de sus otras posesiones, pero los púnicos enviaron suministros por el mar, y Pirro hubo de levantar el sitio a los dos meses.

En el otoño de 276 a. C. fue atacado por una flota cartaginesa, perdiendo setenta de los barcos de guerra que había obtenido en Sicilia. En el 275 a.C. se enfrentó a los romanos y fue derrotado en la batalla de Benevento, murieron 11.000 de sus mejores griegos y 9.000 romanos. Pirro se vio obligado a retirarse y llegó a Epiro a finales de 274 a. C. tras una ausencia de seis años. Trajo de vuelta sólo 8000 infantes y 500 jinetes.

Guerras de los Romanos (477 a.C. Hasta el 456 d.C.)
La península itálica en el 400 a.C.
Desde su crecimiento como ciudad, Roma estuvo en permanente guerra con sus vecinos. Ya sea contra los sabinos, ecuos, o contra los etruscos con los que libraron tres guerras del 477 a.C. al 396 a.C. o los samnitas con otras tres guerras (343 a.C. al 290 a.C.) o enemigos exteriores como los volscos derrotados en el 338 a.C. Finalmente, la ciudad cayó en el 456 en poder de los pueblos germánicos.

Guerras Púnicas (264 a.C.-146 a.C.)
La Primera Guerra Púnica entre romanos y cartagineses por el dominio del Mar Mediterráneo tuvo lugar entre el 264 a.C. y el 241 a.C.): 400.000 muertos, la mayoría romanos.

Segunda Guerra Púnica (218 a.C. -202 a.C.)
Se destaca aquí la batalla de Cannas  (o Cannæ) que tuvo lugar el 2 de agosto del año 216 a. C., entre el ejército púnico, comandado por Aníbal Barca, y las tropas romanas, dirigidas por los cónsules Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo. Desarrollada en la ciudad de Cannas, en Apulia, al sudeste de Italia, la batalla terminó con la victoria del ejército cartaginés, a pesar de la acusada inferioridad numérica de éstos. Tras la misma, Capua y varias otras ciudades estado italianas abandonaron el bando de la República romana. Aunque la batalla no supuso la victoria final cartaginesa en la Segunda Guerra Púnica, se la recuerda como uno de los más grandes eventos de táctica militar en la historia, y la más grande derrota de la historia de Roma. En toda esta guerra murieron 300.000 hombres, un tercio en Italia y otro en Hispania, el resto se reparte en los demás frentes de batalla.

Tercera Guerra Púnica (149 a.C.-146 a.C.)
Así era el plano de la ciudad de Cartago, que
tenía medio millón de habitantes cuando
fue destruida por los romanos.
De los 500.000 habitantes de Cartago solo 55.000 sobreviven a la guerra, los sobrevivientes son esclavizados (445.000 muertos).

Guerras Ilirias (229 a.C.-168 a.C.)
Las Guerras Ilirias fueron cuatro y enfrentaron a Roma con las tribus de Iliria.

Guerras Macedónicas (215 a.C-179 a.C.)
Fueron tres guerras que enfrentaron a Filipo V de Macedonia y a su hijo Perseo contra Roma. Terminó con 20.000 macedonios muertos y 11.000 prisioneros. Las pérdidas romanas fueron muy inferiores.

La Batalla de Magnesia (190 a. C.)
Fue una guerra romana contra Antíoco III, eufemísticamente llamado el Grande, de la Dinastía Seléucida. En esta batalla los romanos pasaron por encima de 53.000 de sus soldados y no frenaron hasta garantizarse el control de Grecia y asegurarse la estabilidad de la inestable Asia Menor.

Guerras serviles o Rebelión de los esclavos (135 a.C.-71 a.C.)
Kirk Douglas en el papel de Espartaco, en
la película homónima de 1960
dirigida por Stanley Kubrick.
Hubo tres Guerras por el levantamiento de los esclavos que dejaron 1.000.000 de esclavos muertos. La Tercera y última fue dirigida por Espartaco que reunió más de 120.000 esclavos y culminó tras sucesivas batallas entre el 73 a.C. y 71 a.C. con la crucifixión de seis mil esclavos rebeldes supervivientes alineados a lo largo de la vía Latina, la carretera de Roma a Capua.

Guerra Cimbria (113 a.C.-101 a.C.)
Los cimbrios eran un pueblo germánico que se enfrentó a Roma dejando 275.000 a 310.000 muertos de ambos bandos. Los cimbrios fueron prácticamente exterminados. Tito Livio dice que solo quedaron vivos 100 mil prisioneros.

Guerra Social (91 a.C.-88 a.C.)
Roma se enfrenta a sus antiguos aliados en la península Itálica que termina con 300.000 muertos.

Guerras Mitridáticas (89 a.C.-63 a.C.)
Contra Mitrídates el Grande que reinaba en Ponto, Asia Menor. La primera se llamó Vísperas asiáticas (88 a. C.) muriendo 80.000 a 100.000 ciudadanos romanos ejecutados. En la segunda (83 a.C.), los romanos fueron derrotados y la Tercera Guerra Mitridática (74 a. C. -65 a.C.) terminó con 300.000 pónticos y 100.000 armenios muertos.

Guerra de las Galias (58 a.C. -51 a.C.)
Durante la Guerra de las Galias, Julio César conquistó 800 ciudades, subyugó 300 tribus celtas y germanasun millón de personas fueron vendidas como esclavos y entre 400.000 y un millón de celtas murieron en el campo de batalla y en múltiples incursiones. El Imperio Romano, durante siete siglos, exterminó y esclavizó a millones de personas. Miles de estos esclavos fueron obligados a luchar a muerte en los juegos públicos, convirtiéndose así en gladiadores.

La matanza de los niños ordenada por Herodes,
pintada en un códice medieval del siglo X.
Matanzas de los Inocentes (4 a.C.)
Instigada por Herodes I el Grande (73 a.C.-4 a.C.), rey de Judea. Este episodio es conmemorado el 28 de diciembre. La crueldad de Herodes pasaría a la posteridad por un suceso que tuvo lugar durante su reinado: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por él. Como es bien conocido, los Magos de Oriente fueron conducidos por la estrella hasta el lugar en el que había nacido el Mesías, en Belén, y allí adoraron al niño y le ofrecieron sus presentes. Entonces Herodes, envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Se especula con que el número de bebés asesinados osciló entre 3.000 y 15.000.

El desastre de Teutoburgo (9 d.C.)
Arminio, un caudillo germano desafió a Roma. Se envió al general, Publio Quintilio Varo, para que mantuviera la paz en la región. Así, Varo fue nombrado jefe del ejército romano en Germania, al mando de cinco legiones. Varo había sido gobernador de Siria. Mediante estudiadas tretas, Arminio logró atraer a tres de las cinco legiones hacia un lugar que él conocía muy bien, el bosque de Teutoburgo. Las fuerzas comandadas por Varo, que sumaban unos 20.000 hombres sin contar los familiares de los soldados, se adentraron en el bosque de Teutoburgo en busca de los rebeldes germanos. Casi todos fueron exterminados, incluido Varo. El joven oficial Casio Querea, que pasaría a la posteridad por matar al emperador Calígula, dirigió la huida de un grupo de legionarios, quienes escaparon de la trampa mortal en la que Arminio había convertido el bosque de Teutoburgo, amparados en la oscuridad de la noche y le contaron a Augusto lo que sucedió. Los germanos también mataron a civiles (esclavos personales, las familias de los oficiales, comerciantes de todo tipo y hasta prostitutas), se calcula que los muertos pudieron ascender a más de treinta mil. La masacre de Teutoburgo fue, por lo tanto, una de las derrotas militares más rotundas de toda la Historia.

Persecución a los cristianos (30-313)
Más de 100.000 cristianos martirizados en el Imperio Romano.

Boudica o Boadicea, la reina
celta que desafió a Roma.
Rebelión de Boudica (60-61 d. C.)
Una reina celta en Britania desafió a Roma. 70.000 romanos y aliados y 80.000 britanos rebeldes murieron según Tácito.

Guerras judeo-romanas (66-135 d.C.)
Hubo tres, la primera del 66 al 73 d.C. tuvo 600.000 muertos según Tácito. La segunda fue la Guerra de Kitos (115-117) con 240.000 muertos en Chipre y 200.000 en Cirene. La tercera fue la Rebelión de Bar Kojba (132-135) con 580.000 muertos.

Batalla del Monte Graupius (84 d.C.)
Tuvo lugar en la zona de los montes Grampianos, en Escocia, en el marco de la conquista romana de Britania. En dicha fecha, un ejército romano formado por unos 20.000 hombres, al mando de Julio Agrícola (gobernador de Britania), venció a unos 30.000 miembros de las tribus caledonias, al mando del jefe Calgaco, causándoles unas diez mil bajas (según recoge el historiador Cornelio Tácito, fuente principal de las informaciones sobre la batalla y yerno y biógrafo de Agrícola) a cambio de tan sólo 360 bajas propias. En concreto, el relato de Tácito aparece en su obra De vita et moribus Iulii Agricolae.

Guerra de Marco Aurelio contra Partia (161-166)
Terminó con 400.000 persas muertos y 100.000 esclavizados.

Rebelión de los Turbantes Amarillos (184-205)
Costó la vida de 3 a 7 millones de chinos.

El emperador Teodosio ejecuta a los Tesalonicenses (390)
El gobernador de la ciudad griega de Tesalónica metió en la cárcel a un auriga del circo, muy querido de la multitud. El pueblo no estaba dispuesto a renunciar a las exhibiciones que ofrecía cada vez que se celebraban carreras en el circo. Así pues, los fanáticos seguidores del auriga se amotinaron, asaltando los edificios públicos. En la algarada, el gobernador fue asesinado por las turbas enardecidas, así como el propio jefe militar de la zona y algunos magistrados. El auriga fue liberado por sus seguidores más radicales. Teodosio, tuvo noticia de lo que estaba ocurriendo en Tesalónica. El emperador se dejó arrebatar por la ira: «Ya que toda la población es cómplice del crimen, que toda ella sufra el castigo». Cuando los tesalonicenses se hallaban en el circo para asistir a la reaparición del auriga, los pretorianos cerraron todas las salidas del recinto. Comenzó entonces una degollina brutal, en la que los soldados asesinaron metódicamente a todos los espectadores. La carnicería se prolongó a lo largo de cuatro horas, sin ninguna distinción de edad, sexo o grado de implicación en la revuelta. La arena del circo quedó regada con la sangre de entre 7.000 y 15.000 inocentes.

Entre los años 400 a.C. y 500 d.C. los romanos perdieron más de 885.000 hombres en los campos de batalla.

Invasiones de los pueblos germánicos.
Invasiones bárbaras (siglos III-V)
Consistió en invasiones, guerras civiles, hambrunas, pestes, ruina económica y baja en la tasa de la natalidad el imperio pudo perder unos siete millones de habitantes.


Rebelión en Constantinopla (532)
Así como hoy existen aficionados a equipos deportivos, en Constantinopla existían dos facciones que pugnaban en las carreras de carros, los “azules” y los “verdes”. Casi toda la población de la ciudad pertenecía a alguno de los dos bandos. El emperador Justiniano apoyaba a los “azules”. En enero del año 532 el emperador recargó con impuestos a los ciudadanos para recaudar dinero y pagarle a los persas y a los bárbaros para pacificarlos. Los “verdes” organizaron una rebelión en el Hipódromo, que se fue extendiendo por toda la ciudad atacando y destruyendo edificios públicos. Justiniano estaba a punto de huir de la ciudad pero su esposa Teodora mantuvo la calma y lo retuvo. Ordenó a los generales Belisario y Narsés terminar con los disturbios. Reunieron a los rebeldes en el hipódromo con el argumento de negociar y allí mataron a 30.000 de ellos. 

La Revuelta de An-Lushan (755-763)
Entre 755 y 763 el líder militar An-Lushan, étnicamente de origen centroasiático, príncipe Lan de Yan, que vivió durante la dinastía Tang en China, instigó una rebelión contra el poder imperial. Como consecuencia de la represión murieron 35 millones de personas. El propio An Lushan fue asesinado por su propio hijo cuando contaba con 54 años.


Masacre de Verden (782)
Carlomagno ordena decapitar a 4.500 líderes sajones.

Las Cruzadas (1096-1444)
Se calcula que los caballeros Cruzados
produjeron 5 millones de muertes.
Entre 1096 y 1444, la Europa católica lanzó múltiples expediciones armadas denominadas cruzadas con la excusa de recuperar Tierra Santa pero motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente. En ellas se marchó contra los musulmanes, pero también contra los cristianos orientales, rusos y bizantinos, contra el movimiento de los cátaros en el sur de Francia y contra los judíos. Una de las peores matanzas fue la que sucedió tras la toma de Jerusalén en 1099 por los caballeros cruzados. Todos los musulmanes de la ciudad fueron asesinados, incluyendo mujeres, niños y ancianos. Murieron asesinados 40.000 civiles. Lo mismo sucedió con los judíos que habitaban en la ciudad que fueron quemados vivos dentro de su sinagoga. Se calcula que las diversas matanzas y guerras llevadas a cabo por los cruzados produjeron 5 millones de muertes a lo largo de tres siglos y medio.

Masacre de los Latinos (1182)
La Masacre de los Latinos tuvo lugar en Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino, en mayo de 1182. Fue una matanza a gran escala de católicos o comerciantes "latinos" y sus familias, quienes en ese tiempo dominaban el comercio marítimo y el sector financiero de la ciudad. Aunque no existen datos exactos, se estima que gran parte de la comunidad latina, unas 60.000 personas, fueron exterminadas o se vieron forzadas a abandonar la ciudad. Las comunidades genovesas y pisanas fueron las más afectadas por las matanzas, y unos 4.000 sobrevivientes fueron vendidos como esclavos al Imperio Otomano.

Bizancio saqueada por los venecianos (1204)
Un usurpador bizantino, Alejo IV Angelo, hermano menor del gobernante del momento, Alejo III Angelo sobornó a los integrantes de la Cuarta Cruzada compuesta mayoritariamente por venecianos con la intención de que no vaya a Jerusalén y se desvíe hacia Constantinopla para reponer en el trono de Bizancio a su padre, Isaac II. A cambio de la ayuda de los Cruzados venecianos, Alejo IV se comprometía a pagarles 200.000 marcos de plata y participar en la Cruzada con 10.000 hombres, además de mantener a perpetuidad un regimiento de quinientos caballeros en el Santo Sepulcro. El Dux de Venecia y el jefe de la expedición, Bonifacio II de Monferrato, acogieron con agrado esa propuesta, ante ellos se les abría una oportunidad única para entrar como conquistadores en la legendaria capital del Imperio bizantino.

La flota cruzada navegó rumbo al Bósforo. Al vislumbrar en la lejanía las murallas de la majestuosa ciudad, el 23 de junio de 1203, los cruzados no pudieron ignorar el hecho de que en dos mil años nadie había conseguido conquistarla, pese a que había sufrido una veintena de grandes asedios (persas, ávaros, árabes, búlgaros, eslavos, etc). Alejo III al ver a la poderosa flota de 210 navíos se dio a la fuga, abandonándolo todo, incluso a su esposa. Alejo IV tomó el poder y pudo así reponer en el trono a su padre, Isaac II. Para dar tiempo al nuevo monarca a reunir la suma con la que tenía que pagar el inestimable servicio realizado por los cruzados, éstos se dedicaron a saquear las mezquitas que habían sido levantadas en la ciudad con el beneplácito de los últimos emperadores. Pero las acciones de los cruzados, que se extendieron a otros puntos de la ciudad, provocaron las quejas de sus habitantes. Alejo IV acabó rogándoles que se retiraran fuera de las murallas para no ocasionar mayores problemas. Éstos accedieron a trasladar su campamento al exterior pero el tiempo iba pasando y los nuevos gobernantes de Bizancio se mostraban remisos a pagar su deuda. El enojo y la frustración comenzaron a hacer mella en el espíritu de los cruzados corrompidos. La tensión entre los habitantes de Constantinopla y sus indeseables huéspedes fue creciendo, hasta que se hizo insoportable.

La Cuarta Cruzada en vez de ir hacia Jerusalén,
se desvió y saqueó Constantinopla.
Achacando la presencia de los cruzados a Isaac II y su hijo, éstos fueron depuestos durante una revuelta popular. El trono recayó en Alejo Ducas, que fue coronado con el nombre de Alejo V. Su primera medida fue estrangular a Alejo IV y molerle los huesos a mazazos. Los cruzados recibieron con preocupación la noticia de que su deudor había desaparecido. El nuevo Basileus no les debía nada, por lo que la visión de los 200.000 marcos de plata prometidos se iba esfumando por momentos. Entonces los codiciosos 10.000 cruzados asaltaron las murallas el viernes 8 de abril de 1204. Habían construido torres de asedio y las habían acoplado a la proa de los barcos, para que los asaltantes pudieran enfrentarse a los defensores a su misma altura. Pero fueron rechazados. El segundo día de lucha no fue mejor para los cruzados. Éstos utilizaron grandes escaleras para trepar hasta lo más alto de la muralla, pero los asaltantes eran rechazados violentamente. Los cuerpos sin vida de los cruzados iban cayendo desde lo alto de las murallas, como un sangriento aviso a los cruzados que trataban de escalar los muros. Al tercer día los cruzados rebasaron la muralla por varios puntos y no tardaron en inundar las calles de la ciudad. Viendo imposible resistir, una delegación del clero de Santa Sofía se dirigió al campamento occidental para presentar la rendición, confiados en poder evitar el saqueo. Pero fue inútil, los cruzados c[orrieron hacia los palacios y las iglesias, que custodiaban toneladas de riquezas. Los formidables tesoros que encontraron les dejaron sin habla. Los cruzados se lanzaron al robo y al saqueo, destruyendo todo lo que no tenía valor. El botín se reunió en tres iglesias especialmente seleccionadas por su enorme tamaño.

Tras dar rienda suelta a su codicia, desataron sus peores instintos, violando, mancillando, asesinando y decapitando por doquier. Fueron miles los bizantinos que vieron segada su vida por la furia de los cruzados, incluyendo mujeres y niños. Las calles de Constantinopla quedaron anegadas en sangre. La ciudad fue saqueada durante tres días. No se libró ni una iglesia ni un monasterio. La Biblioteca de Constantinopla fue destruida. Los cronistas se hicieron eco de las atrocidades perpetradas por los conquistadores, miles de civiles fueron asesinados a sangre fría. Miles de mujeres, incluso monjas fueron violadas por el ejército de los cruzados, barrios enteros quedaron reducidos a escombros humeantes y Constantinopla quedó prácticamente inhabitable. Alejo V huyó en un barco de pesca y nunca más se supo de él.

Los pocos que pudieron escapar de la masacre huyeron al interior del país, especialmente a la ciudad de Nicea, aliada de Constantinopla y los que pudieron se fueron a Italia, Hungría, Rusia, Francia o Alemania. Los cruzados francos, venecianos, alemanes, de Flandes y de varias ciudades de Italia se instalaron en algunos palacios e iglesias. Todo el oro, la plata, las piedras preciosas o el Tesoro del Estado, además de las reliquias religiosas o los altares de las iglesias, fue robado y llevado a países occidentales, siendo vendido al mejor postor. El paso de los cruzados había acabado con la gloria de la gran urbe y con los tesoros artísticos y arquitectónicos que había en ella. La que poco antes era una ciudad arrogante, orgullosa, altiva e invulnerable, ahora no era más que una ciudad fantasma. Se dijo que la cantidad total de Constantinopla fue saqueada unos 900.000 marcos de plata. Una vez establecidos en Constantinopla, los cruzados fundaron un estado cruzado conocido como Imperio Latino, con capital en la misma ciudad. Los cruzados se proclamaban como los sucesores cristianos del Imperio Bizantino. Balduino IX, conde de Flandes, fue coronado como su primer emperador el 16 de mayo de 1204, a pesar de las pretensiones de Bonifacio de Montferrato. El Imperio Latino finalizaría en 1261, cuando Miguel VIII Paleólogo reconquistó Constantinopla, derrocando al último emperador latino, Balduino II. Había 500.000 habitantes en 1204 en Constantinopla, y solo tenía 35.000 en 1261. La ciudad nunca recuperaría el antiguo esplendor aunque sobreviviría hasta 1453.

Las Matanzas de los Mongoles (1206-1472)
Durante el siglo XIII, las distintas y múltiples invasiones llevadas a cabo por los mongoles al mando de Gengis Khan y Hulagu en el Asia Central produjeron la cifra de al menos 30 millones de muertos, en su mayoría musulmanes, aunque algunas fuentes cifran en 60 millones. La población de la región, originalmente de sesenta millones, se redujo a diez millones, debido a las muertes y a los refugiados que huyeron a otras comarcas.

Gengis Khan, fundador del imperio mongol.
En el año 1207 se unificaron las tribus mongolas y avanzaron hacia Asia, Medio Oriente y Europa. La iniciativa fue de Gengis Khan, fundador del primer Imperio mongol, el imperio más extenso de la Historia. Bajo su liderazgo como Gran Khan, los mongoles comenzaron una oleada de conquistas que extendió su dominio a un vasto territorio, desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. En la primera fase de esta expansión, las hordas mongolas conquistaron importantes reinos de Asia, como el de los kirguises en 1207, el reino Xia Occidental entre 1206 y 1209; el reino uigur en 1209, el Imperio Jin del norte de China, entre 1211 y 1215, saquea Pekín, el Imperio tanguta, el Kanato de Kara-Kitai en 1218 y el Imperio corasmio entre 1218 y 1223. Solamente Gengis Khan (1162-1227), entre los años 1215-1227 masacró a 4 millones de personas. Kublai Khan, entre los años 1252-1279, lo superó, asesinando a 19 millones de personas. En 1258 Hulagu Khan, nieto de Gengis y hermano de Kublai conquistó el Califato Abásida que culminó en la  toma, saqueo e incendio de Bagdad. Una semana duró la matanza y destrucción: los mongoles arrasaron y destruyeron mezquitas, palacios, bibliotecas y hospitales. Debieron morir cerca de 200.000 personas.

La Masacre de los Cátaros (1209)
En 1208, el representante papal Pedro de Castelnou fue asesinado, supuestamente por orden del conde de Toulouse Raimundo VI, partidario de los cátaros. El papa pronunció entonces un anatema contra el noble tolosano y declaró sus tierras «entregadas como presa». Esto equivalía a una llamada directa a todos los condes, barones y caballeros de su reino para acudir a la confiscación de las posesiones de aquéllos que simpatizasen con la causa albigense o cátara. Había comenzado la Cruzada contra los cátaros. El 22 de Julio de 1209, las tropas de Simón de Montfort sitiaron Béziers, con el propósito de entrar en la ciudad y extirpar de ella la herejía cátara. El obispo de Béziers, que se encontraba entre las tropas de Simón de Montfort, se acercó a las murallas de la ciudad, ofreciendo la paz a sus habitantes si entregaban a todos los cátaros, fuesen estos hombres, mujeres o niños. Pero la población de Béziers se negó a entregarlos, al considerar esta injerencia una afrenta al modo de gobernarse de la ciudad. El representante de los sitiados respondió al obispo que, antes de acceder a esa exigencia, «preferían ahogarse en el mar». Cuando la mayoría de habitantes de Béziers habían sido pasados a cuchillo, comenzó el ansiado saqueo. Este debía ser llevado a cabo por los nobles, que debían encargarse de repartirlo entre las tropas, pero los mercenarios que integraban el ejército de Simón de Montfort preferían ser ellos mismos los que dispusiesen de lo conquistado. La discrepancia degeneró en una sangrienta disputa entre los propios cruzados, que acabaría con el incendio de la ciudad por parte de los nobles, tras ponerse a salvo fuera de las murallas y dejando dentro a los mercenarios.

Béziers quedó reducida a cenizas, convirtiéndose en una enorme pira en la que fueron incinerados los cuerpos de sus habitantes, sin distinción entre herejes y leales al papa. Se calcula que a entre 20.000 y 40.000 se les arrebató la vida en esta masacre.

Guerra de las Vísperas Sicilianas (1282)
Se conoce así a la matanza de 2000 franceses en Sicilia en el año 1282, que acabó causando el fin del reinado de Carlos I de Anjou en la isla, sustituido por la influencia de la Corona de Aragón.

Pintura sobre Las Vísperas Sicilianas,
de Francesco Hayez (1846).
El 30 de marzo de 1282, cuando las campanas de las iglesias de Palermo llamaban al oficio de vísperas, se produjo un levantamiento del pueblo de Palermo, que masacró la guarnición francesa (angevina) presente en la ciudad. El levantamiento se extendió a otras localidades de la isla, como Corleone y Mesina, hasta que se expulsó completamente de la isla a los franceses. Los sicilianos llamaron en su ayuda al rey Pedro III de Aragón. Pedro III podía alegar en favor de su causa los derechos de su mujer Constanza, hija del rey Manfredo, de la casa de Hohenstaufen, que gobernó en Sicilia y Nápoles hasta su derrota y muerte a manos de Carlos I de Anjou en la batalla de Benevento.

Se afirma que la chispa que encendió la rebelión en Palermo fue el ultraje que unos franceses perpetraron a unas damas sicilianas. Un agravio adicional resultó del traslado del centro del poder de Palermo a Nápoles, lo que relegó a la antigua capital a un papel secundario. Pero lo que más resentimiento causaba hacia los franceses era su actitud arrogante y despótica. La organización del reino se basaba en una clase dirigente casi exclusivamente francesa. Esta llenó Sicilia de soldados y funcionarios que trataban tanto al pueblo como a la nobleza autóctona con desprecio, ofendiendo su honor continuamente.

La versión tradicional sitúa la chispa que encendió la revuelta en la plaza frente a la iglesia del Espíritu Santo de Palermo, en la que se festejaba el lunes de Pascua y numerosos habitantes de la ciudad se habían reunido para asistir a los oficios vespertinos. En la plaza, junto al templo, llegó un grupo de franceses borrachos. Uno de ellos, un sargento, se dirigió a una joven casada y empezó a molestarla. Su esposo, furioso, sacó un cuchillo y le apuñaló. Los demás franceses acudieron a socorrerle y a vengarle, pero los palermitanos, más numerosos, los rodearon y les dieron muerte justo en el momento en que las campanas de la iglesia y las de toda la ciudad empezaban a tocar.  Iniciada la rebelión, la ira popular recorrió las calles de Palermo. Al grito de "¡Muerte a los franceses!", los habitantes de Palermo asesinaron a los cerca de 2.000 franceses que se encontraban en la ciudad, incluyendo a ancianos, mujeres y niños. Llegaron a asaltar conventos en busca de clérigos. En las jornadas siguientes el levantamiento se extendió, en primer lugar, por las villas y ciudades cercanas, y después, por toda la isla. Únicamente Mesina se mantuvo del lado de los franceses, aunque finalmente se unió a los pocos días a la rebelión.

Masacre de los Genoveses (1303)
Se conoce como la masacre de los genoveses al enfrentamiento armado que se produjo en septiembre de 1303 en Constantinopla entre la colonia de mercaderes genoveses residentes en la ciudad y las tropas almogáraves enviadas por el Reino de Aragón. Las fuentes historiográficas divergen sobre cómo y quiénes provocaron el enfrentamiento, pero coinciden sobre el resultado del mismo: los almogávares masacraron a unos 3.000 genoveses.

Guerra de los Cien años (1337-1453)
Fue un conflicto armado que duró en realidad 116 años, entre los reinos de Francia e Inglaterra. Uno de los personajes más famosos en esta contienda fue Juana de Arco. La guerra terminó después de más de 22 batallas alternando los triunfos hasta llegar a la victoria final de Francia con la batalla de Castillon. Murieron en total unos 59.000 soldados del lado inglés y unos 53.000 del lado francés.

Masacres de Tamerlán Timur (1369-1405)
El imperio mongol en el momento de su
mayor expansión.
Costaron la vida de 10 a 20 millones de personas en Medio Oriente, India, Asia y Rusia. Se calculan en 30 a 40 millones de chinos muertos, 2 millones de húngaros, 2 a 4 millones de persas y musulmanes. En cuanto a la población rusa en 1300 eran de 7 a 7,5 millones se redujo a 500 mil tras la invasión tártara dirigida por los mongoles, cerca de 3 millones de ucranianos, rusos y polacos fueron esclavizados por los mongoles.

Batalla de Nicópolis (1396)
La Batalla de Nicópolis tuvo lugar en dicha ciudad búlgara el día 25 de setiembre de 1396 y enfrentó a las fuerzas del Imperio otomano contra una coalición de húngaros-franceses, con derrota de estos últimos. La mayoría del ejército de 15.000 hombres fue destruido; una pequeña parte escapó, incluido Segismundo I de Hungría. Unos 3.000 prisioneros fueron ejecutados.

Guerras Husitas (1420-1434)
Una escena de las Guerras Husitas. Sobre
los carros se situaban los Husitas.
Se desarrollaron contra los seguidores de Juan Huss (1370-1415) y Jerónimo de Praga (1360-1416) ambos murieron quemados en la hoguera por el clero pensando que así terminaban con los disidentes. Pero sus seguidores se multiplicaron, eran los husitas, un movimiento cristiano reformista que fue mal visto por la Iglesia Católica. Para exterminarlos se organizaron verdaderas carnicerías y los husitas se defendieron con toda clase de armamentos, hubo al menos 40 sangrientas batallas en el nombre de dios. El Papa Martín V (1417-1431) personalmente se propuso exterminar a los husitas. Cuando se firmó la paz habían muerto 150.000 cristianos.

Batalla de Varna (1444)
La Batalla de Varna tuvo lugar el 10 de noviembre de 1444 cerca de Varna en el este de Bulgaria. En esta batalla el Imperio otomano bajo el mando del sultán Murad II derrotó a los ejércitos polaco y húngaro al mando de Vladislao I de Hungría y Juan Hunyadi.

Un gran ejército otomano de alrededor de 60.000 guerreros avanzó sobre Varna y le salieron a enfrentarlo 20.000 cruzados. Los cristianos sufrieron de 11.000 a 13.000 bajas. Los otomanos perdieron de 8.000 a 20.000 soldados. El ejército otomano estaba tan destrozado que fueron incapaces de perseguir al ejército cristiano y continuar la campaña en la Europa central. Muchos de los prisioneros europeos fueron asesinados o vendidos como esclavos.


Masacre de la población cristiana de Constantinopla (1453)
La caída de Constantinopla a manos de los turcos fue una verdadera masacre. Donde habían vivido más de medio millón de almas, después de hambrunas y la peste de 1448, quedaban apenas 40.000 y apenas había entre 5.000 a 7.000 soldados para la defensa. Ante los preparativos de un inminente asedio, 700 italianos comandados por Pietro Davanzo, huyeron en la noche del 26 de febrero en media docena de barcos.


La caída de Constantinopla en 1453.
El sultán Mehmet II con un poderoso ejército de entre 160.000 y 300.000 hombres sitió completamente la ciudad. Mediante un inmenso cañón de nueve metros de longitud y otra docena más de menor tamaño, comenzó a demoler las murallas exteriores o de Teodosio. Las tropas otomanas entraron en la ciudad el 29 de mayo, después de dos meses de asedio, con el batir de tambores penetran a través de las brechas de las murallas que  se derrumban y realizan el rebasamiento de los genoveses, venecianos y los defensores  españoles,  masacraron a todos y cada uno con sus sables. El emperador Constantino XI se vistió de soldado y luchó hasta su última gota de sangre en las murallas (se dice que mató a la hiperbólica cifra de 600 asaltantes). Fueron violadas y decapitadas todas las mujeres (entre ellas 4.000 monjas) incluso los bebés. Durante tres días se sucedieron el pillaje y los asesinatos. Salvo las catedrales y otros edificios notables, la ciudad fue quemada y los soldados crucificados y empalados. Se destruyeron todos los altares, todas las campanas se fundieron, y todas las iglesias se convirtieron en mezquitas y bazares. Unos pocos centenares de sobrevivientes fueron encadenados juntos para venderlos en el mercado de Ankara. Era el final de una civilización única, romana, helénica y cristiana, que jamás volvería a resurgir. 

Las masacres de Vlad Tepes (1456-1459)
Vlad III, segundo de tres hermanos, heredó de su padre el nombre y el apodo. Vlad II fue gobernador del pequeño Estado de Transilvania. El sobrenombre de Dracul le vino, precisamente, por su significado (dracul proviene de la voz latina draco, que significa «dragón» y también en Rumania es sinónimo de “Diablo”). El sufijo «-a» en rumano equivale a la denominación de «hijo de», se traduciría como Vlad «Hijo del Dragón» o «Hijo del Diablo». Vlad III nació en 1431 en Sighisoara, Transilvania, aunque luego gobernaría en el sur de Rumania. El 3 de julio de 1956, el conde Vlad Drácula establecerá un reino de auténtico horror, venganza y barbarie. Además, en este periodo comienza a ser conocido por otro sobrenombre que atiende a su tristemente célebre manera de ajusticiar a los reos. El empalamiento fue el perverso método de ejecución que distinguió sus actuaciones ejemplarizantes y Tepes (El Empalador) el apodo que le acompañó hasta su muerte.

En su lucha por unir Rumania Vlad III encontró que existían muchos personajes que ansiaban su cargo. Así, en medio de conspiraciones, sospechas de traición e interminables luchas, pone en marcha una política de eliminación de todo aquello que suponga una amenaza para él y para sus planes de orden en el Estado.

En 1459 lanzó un ataque contra la ciudad de Brasov, 3.000 habitantes de Brasov fueron calcinados en la hoguera. En 1460 capturó a Dan III, que intentó derrocar a Vlad. Lo obligó a cavar su propia tumba, a asistir vivo y consciente al oficio religioso de su propio funeral e, inmediatamente después, fue decapitado.

Otro episodio destacado en las belicosas hazañas del «héroe» rumano tiene que ver con una cita que le propone el sultán Mehmed II por mediación de un griego llamado Catavolinos. El turco quiere que vaya a Giurgiu para despachar un asunto concerniente a fronteras. Drácula, en efecto, acude a la entrevista pero con un plan secreto. A una señal del voivoda, un ejército oculto atacaría por sorpresa al destacamento enemigo. De esta forma consiguió hacer prisioneros a su jefe, Hamza-beg, y al griego Catavolinos. A las afueras de Tirgoviste se instaló un bosque de estacas. En cada una de ellas fue ensartado un soldado apresado; las dos más altas fueron destinadas al turco y al griego. Giurgiu y gran parte de la margen derecha del Danubio acabaron en manos de Vlad. El balance de esta batalla queda detalladamente reflejado en una carta que el mismo Drácula remite a Matías, rey de Hungría, fechada el 11 de enero de 1462. En dicha misiva el príncipe cuenta: «Han muerto 23.809 hombres, además de los 884 quemados en sus casas y cuyas cabezas no han podido ser presentadas».

Esta intrigante frase, así como la exactitud de las cifras reflejadas, se deben a que los combatientes tenían encomendada la tarea de reunir escrupulosamente todas las cabezas cortadas de sus enemigos. De manera que, si sumamos las cantidades de caídos en el ejército contrario, tenemos que en aquella batalla las huestes del Empalador consiguieron acabar con 24.693 turcos.

Las crónicas hablan de crueldades tales como la de hacer enterrar hasta la cintura a varios de sus servidores para después atravesar sus torsos con flechas. Los horripilantes crímenes del Hijo del Dragón parecían no tener límites. En una ocasión, pidió que le trajeran desde Vurcia a 400 niños para enseñarles la lengua de Valaquia; el verdadero destino de aquellos inocentes fue el horno donde fueron encerrados y quemados. De la misma zona de Vurcia llegaron los 600 hombres que fueron empalados tras ser apresados cuando se dirigían a otros territorios.

También fueron tristemente celebres sus sangrientos banquetes. Nada más inaugurar su segundo y más continuado reinado, Vlad invitó a 200 boyardos (nobles terratenientes eslavos) asesinos de su padre y de su hermano mayor, a una gran fiesta. Terminada ésta, todos los comensales fueron apresados. Las mujeres y ancianos fueron empalados y el resto enviados como esclavos a construir un castillo a orillas del río Arges. En otra ocasión, fueron mendigos los invitados. Tras la comida les quemaron vivos dentro del edificio en el que se encontraban. Eliminó la pobreza acabando con los pobres. Esto se fue repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado. Llegaron a morir 3600.

Por último, la leyenda habla de otro tétrico banquete que tuvo lugar cuando compareció ante Vlad Tepes un gitano acusado de robar. Drácula ordenó que fuera cocido vivo en una gran olla y después, obligó a todos los componentes de su familia a comerlo. Lo mismo le ocurrió a un tal Zegano que, tras negarse a ahorcar a un ladrón, provocó las iras del noble, que hizo que lo cocieran y lo dio a comer a sus conciudadanos. En otra ocasión, Vlad reunió a los trescientos gitanos de una comarca, mandó que asaran a los tres líderes para que los demás los comieran o, a cambio, se alistaran al frente turco; si no, todos serían asados. Los gitanos optaron por lo segundo.

Y hablando de magnos festines, se sabe que este príncipe siniestro se deleitaba cenando rodeado de muertos y agonizantes. Ello constituiría una analogía entre el Drácula histórico y el vampiro. El príncipe rumano disfrutaba mojando pan en la sangre de sus víctimas, que recogía en cuencos para tenerla disponible en su mesa. Después engullía el pan ensangrentado, una parte básica en su dieta saturada de proteínas.

En la lista de atrocidades atribuidas al príncipe de Valaquia se encuentran suplicios de la más diversa índole: decapitaciones, mutilaciones de narices, orejas, órganos sexuales o, en el caso de algunas mujeres, pezones; vaciado de ojos; enterramientos o cremaciones en vida; atormentados que morían cocidos en ollas hirvientes; torturados que eran desollados vivos y todo un largo etcétera de sufrimientos que asustan tanto por su número como por su naturaleza.

Una caravana de comerciantes alemanes en su ruta desde Serbia hasta Hungría no paró en Valaquia a comerciar con Vlad. Éste, al enterarse de la falta de respeto hacia él y su pueblo, mandó capturar la caravana y asesinar a los 600 comerciantes que la componían exceptuando a dos; a uno de ellos le sacó los ojos y al otro le cortó la lengua y los hizo volver con las cabezas de los comerciantes a Serbia.

Pero sin duda, el modo de ejecución más practicado en el reinado de este sanguinario guerrero fue el empalamiento. Este servidor del horror se cuidaba de que las puntas de las estacas donde iban a ser ensartados aquellos desdichados estuviesen redondeadas. Ordenaba lubrificarlas abundantemente con aceites para que el fatídico palo penetrara en las entrañas de la víctima empujando y moviendo de su sitio los órganos internos sin desgarrarlos, lo que producía espantosos dolores en el martirizado. Los verdugos perseguían con esto la más lenta de las agonías, evitando así una muerte «demasiado» rápida o instantánea. Aunque los grabados del siglo XV nos muestran a reos que son atravesados por el vientre o por el pecho, también lo hacían por la boca. Sin embargo, el método empleado habitualmente era el de introducir la fatal vara por el ano del sujeto. Poco a poco, el cuerpo se iba clavando más y más hasta que la víctima moría lentamente por la punzada y su exposición a los agentes meteorológicos. Supuestamente, entre 40.000 y 100.000 personas murieron de esta manera, o a través de otros métodos de tortura, a manos de los hombres del Empalador que murió en 1476. Con frecuencia, Vlad los dejaba pudriéndose los cuerpos durante meses. En 1461, un ejército turco que pretendía invadir Valaquia se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a más de 23.000 prisioneros turcos, húngaros, rumanos, búlgaros y colonos alemanes y sus familias empalados allí mismo, descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a ambas orillas del Danubio. Vlad Țepes es considerado un héroe nacional en Rumania.

La Conquista de América (1492-1810)
Se calcula que antes de la llegada de los europeos existían en América unos 90 millones de indígenas. La conquista de América por los europeos y la expoliación de ésta por sus herederos criollos ha provocado, aproximadamente, la muerte por guerras y enfermedades de alrededor de 20 millones de personas hasta la independencia, entre matanzas, represiones y las múltiples enfermedades derivadas del encuentro intercultural.

Batalla de Mohács (1526)
Fue la derrota del ejército húngaro comandado por el joven rey Luis II de Hungría, a manos del ejército otomano, al mando del sultán Solimán el Magnífico. Esta batalla tuvo lugar el 29 de agosto de 1526 en Mohács, a 170 km al sur de Budapest. Cinco reinos le hicieron frente a Solimán que avanzó hacia el norte con un ejército formado por unos 65.000 soldados, 45.000 de ellos regulares, tomando Belgrado (donde ejecutó a 500 prisioneros) y alcanzando la frontera húngara. La batalla apenas duró dos horas. Las fuerzas húngaras fueron prácticamente aniquiladas y el mismo rey murió en la batalla. Murieron 20.000 hombres de Hungría. Los turcos tuvieron solo 1500 muertos.

Mongoles provocan matanza en la India (1526-1707)
Unos 20 millones de naturales de la India mueren asesinados por el Imperio Mongol.

Las Guerras de Religión en Francia (1562-1598)
Las guerras entre católicos y los protestantes franceses de doctrina calvinista o hugonotes, entre 1562-1598, causaron la muerte de al menos 3 millones de seres humanos. Entre las masacres más recordadas se encuentra “La noche de San Bartolomé” (el 24 de agosto de 1572) en París cuando una gran cantidad de hugonotes (protestantes franceses) fueron asesinados por los bandos católicos. Las rebeliones se extendieron por varias ciudades francesas, muriendo más de 30 mil personas en todo el país en sólo una noche en toda Francia.

Masacre de Novgorod (1570)
El zar Iván el Terrible en 1570 basándose en acusaciones infundadas emitidas por el arzobispo de Novgorod descargó un golpe cruel y terrible sobre esta antigua ciudad provocando un número de muertes indeterminado de miembros de la buena sociedad de Novgorod, algunos ajusticiados por su propia mano, extremidad que gustaba de exhibir y junto a la que utilizaba una extensión artificial en forma de temible mazo de hierro del que sobresalía un espantable bastón del que nunca se separaba. Años después, y como sintiese una enfermiza antipatía por esta misma ciudad de Novgorod, volvió a atacar a la misma a sangre y fuego, produciendo una auténtica matanza entre toda la población durante las cinco semanas que duró la ocupación.

La ciudad vio aterrorizada cómo acabaron pereciendo cerca de 60.000 de sus habitantes. No obstante, y como solía hacer en ocasiones semejantes, tras esta orgía de sangre el Zar sintió la necesidad ineludible de entrar a rezar en el convento de San Nicolás, en la misma diezmada ciudad de Novgorod. Aparentó en aquel templo un sincero arrepentimiento de sus crímenes que, a la postre, resultaba temporal.

Novgodod fue saqueada, incendiada y arrasada hasta los cimientos. La ocuparon durante cinco semanas y comenzaron asesinando a todos los hombres y ancianos. Las mujeres fueron torturas y ejecutadas y las niñas de entre 10 y 15 años utilizadas como esclavas sexuales durante esos 35 días. Después de la matanza, la hambruna y las epidemias extendieron más muerte por el territorio.

Ese mismo año continuaron en Moscú las matanzas y las ejecuciones en masa. Un gran número de familias de nobles fueron completamente exterminadas, incluyendo a los sirvientes y campesinos a su servicio, y las torturas alcanzaban a todos. Muchos eran ahogados, estrangulados o azotados hasta la muerte, también eran habituales los empalamientos o las víctimas quemadas vivas o asadas a fuego lento.

Persecución cristiana en Japón (1587-1865)
La llegada de los primeros sacerdotes católicos en Japón se inició a comienzos de 1549, principalmente por jesuitas patrocinados por el Reino de Portugal. Muy poco tiempo después comenzaron a llegar sacerdotes pertenecientes a las órdenes mendicantes como la de los dominicos y los franciscanos, patrocinados por España. En 1587 se dicta el primer edicto de persecución contra los cristianos en Japón. En 1597 un grupo de cristianos fueron ejecutados mediante crucifixión el 5 de febrero en Nagasaki. Se los conoce como los 26 mártires de Nagasaki. Se calcula que durante el inicio del siglo XVII al menos 5.500 cristianos fueron asesinados. En 1637 estalló una rebelión de cristianos y uno de los líderes fue el adolescente cristiano Amakusa Shiró. Cerca de 37.000 rebeldes fueron muertos durante los combates, la mayoría de ellos cristianos. En 1867 se terminaron las persecuciones y se le permitió a la Iglesia Católica abrir un templo en Nagasaki. Se descubrió que habitaban clandestinamente 30.000 cristianos en la región. En todo este periodo murieron asesinadas entre 210.000 y 300.000 personas.

Guerras civiles en Rusia (1598-1613)
Provoca 5 millones de muertos.

Cacería de Brujas en Europa (1600-1699)
De 60 mil a 80 mil víctimas en toda Europa mueren quemadas o por ahogamiento, torturas y enfermedades.

Manchúes conquistan China y caída de la dinastía Ming (1616-1644)
La dinastía Ming reinó entre los años 1368 y 1644. La conquista manchú de China (1618-1644) produjo la muerte de no menos de 25 millones de personas. Comienza una nueva dinastía, la Qing.

Guerra de los Treinta Años (1618-1648)
Afectó principalmente a Alemania, movilizó cerca de un millón de combatientes. Murieron de 3 a 11,5 millones de civiles.

Guerras civiles de Inglaterra y Escocia (1639-1651)
Dejó 268.000 muertos.

Guerra Civil de Irlanda e Invasión Inglesa (1641-1653)
616.000 muertes.

Expansionismo Mongol (1646-1707)
El emperador Aurangzeb Alamgir se enfrenta a 100.000 guerreros hindúes y musulmanes. En la India mueren 2.600.000 personas en guerras, rebeliones y represalias.

Rebeliones en Polonia (1648-1657)
Deja un saldo de 4 millones de víctimas.

Asedio de Candia (1648-1669)
En la isla de Creta mueren 120 mil soldados turcos y 30.000 soldados y civiles venecianos.

Masacre de Drogheda (1649)
El 11 de setiembre de 1649, Oliver Cromwell, masacró a 2.800 patriotas irlandeses sitiados en la ciudad de Drogheda, al norte de Dublín. Además asesinó a unos 4000 civiles, entre ellos 300 mujeres.

Rebelión de Cosacos (1667-1671)
En Rusia estalla esta revuelta que deja 100.000 muertos.

Guerra Franco-Holandesa (1672-1678)
Deja 342.000 muertos.

Gran Guerra Austro-Turca (1683-1699)
Provoca 384.000 muertes en total.

Guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697)
680.000 muertes.

Gran Guerra del Norte (1700-1721)
Entre Suecia Finlandia y Estonia contra Rusia, Polonia, Lituania, Dinamarca, Noruega, Sajonia, Prusia y otros países. Dejó más de 464.000 muertos. El 66% son civiles muertos por la represión.

Guerra de Sucesión Española (1701-1713)
Murieron de 400.000 a 500 mil soldados y de 100.000 a 200 mil civiles.

Reconquista Irania de Persia (1722-1727)
Dejó 261.000 muertos.

Segunda Guerra de Sucesión Polaca (1733-1738)
Entre 88.000 y 98.000 muertos.

Guerras Ruso-Turcas (1736-1791)
De 200.000 a 236.000 muertos.

Invasiones Afgano-Persas de la India (1738-1761)
Dejó 223.000 soldados muertos. Las víctimas civiles de varias masacres perpetradas nunca fueron contabilizadas.

Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748)
También conocida como Guerra de Silesia dejó 360.000 muertos.

Guerra de los Siete años (1755-1763)
Dejó 1.500.000 muertos.

Guerra Zungar (1755-1757)
Zungaria fue anexada al Imperio chino y deja un saldo de 600.000 muertos. Es la actual provincia china de Xinjiang.

Guerra Ruso-Circasiana (1763-1864)
El Imperio Ruso se enfrenta en sucesivas ocasiones con los circasianos del Cáucaso provocando 3.450.000 muertes de ambos bandos.

Guerras de Mysore (1766-1799)
En la primera que duró desde 1766 hasta 1769 murieron 4.000 hindúes como mínimo y 2250 británicos. En la segunda (1780-1784), murieron 10.000 guerreros de Mysore y 3.100 soldados británicos. En la tercera (1789-1792), murieron 2.250 soldados británicos. En la cuarta (1798-1799), murieron más de 7.400 personas.

Genocidio en Bengala (1769-1773)
Desde 1757 la Compañía Británica de las Indias Orientales administra la economía de Bengala y para reducir la población provoca la muerte de 10 millones de bengalíes por desnutrición y enfermedades.

Rebelión Szchwan (1771-1776)
En China estalla esta revuelta que deja 120.000 muertos.

Independencia de los Estados Unidos (1775-1783)
Mueren 40.000 soldados y marinos independentistas. También fallecen 48.000 colonos, nativos y esclavos. Francia pierde 10.000 soldados y marineros. Mueren 5.000 soldados y marineros españoles. Del lado británico mueren 42.000 soldados, 7.500 mercenarios de Hesse-Cassel, y 500 guerreros algonquinos e iroqueses.

Genocidio de indígenas en Norteamérica (1775-1890)
370.000 muertos (20.000 colonos blancos).

Guerras Anglo-Marathas (1775-1818)
Hubo tres guerras que entre los ingleses y esta Confederación hindú. La primera finalizó en 1782. La segunda estalló en 1802. La tercera en 1817. Dejaron un saldo de 400.000 muertos en total, entre británicos e hindúes.

Guerras Cafres (1779-1879)
En Sudáfrica se suceden nueves Guerras Cafres entre los nativos y los Bóers y británicos. Las muertes eran tantas que no se han contabilizado. Se calcula que murieron más de 65.000 aborígenes, 1.000 bóers y 16.000 británicos, entre otros.

Rebelión indígena de Perú (1780-1783)
Tupac Amaru II organiza una gran rebelión en el Virreinato del Perú que provoca entre 80.000  y 100.000 muertes.

Colonización de Nueva Zelanda (1780-1840)
En la invasión británica de Nueva Zelanda murieron más de 140.000 maoríes y unos pocos europeos a causa de la guerra y enfermedades. Había 240.000 maoríes en 1770 y quedaron 100.000 en 1840 cuando finalizó la “Guerra de los Mosquetes”. En 1845 comienzan las Guerras Maoríes que finalizarán en 1872 con 60.000 maoríes muertos y 700 colonos y soldados británicos caídos en las mismas. En 1896 quedaban apenas 40.000 maoríes.

Colonización de Australia (1788-1921)
Fue otra verdadera carnicería que terminó con la masacre de la mayor parte de la población nativa, que ascendía a 300.000 habitantes en 1788. Los 5.000 aborígenes de Tasmania fueron exterminados entre 1800 y 1877. En los combates también murieron 2.000 colonos británicos.

Masacres durante la Revolución francesa (1789-1794)
La Revolución Francesa, casi siempre se pinta como un suceso positivo en la historia mundial, lo que no se dice es que fue una verdadera carnicería. El 70% de los guillotinados era gente campesina y del pueblo. Mujeres y niñas desde los dos hasta los 90 años eran violadas por grupos y luego les cortaban las gargantas. Se les desnudaba y eran colocadas en enormes montones de cadáveres junto con los hombres ya asesinados. Muy seguido, los cadáveres eran puestos en posiciones sugestivas y obscenas antes de ser quemados o enterrados. En el oeste de Francia y en la región de la Vendée fueron masacradas 400.000 personas, campesinos, mujeres, niños y ancianos por ser católicos.

Del 2 al 7 de setiembre de 1792 se realizaron más de 1.400 ejecuciones, en su mayoría, prisioneros militares, prostitutas, sacerdotes y detenidos políticos que fueron despedazados por hordas de “voluntarios” pagados y se les dio todo el vino que pidieran.

Entre junio de 1793 y julio de 1794 se vivió la etapa conocida como El  Terror donde se guillotinó a 45.000 personas, en su mayoría inocentes. Otras 11.000 personas murieron en prisión por inanición, enfermedades o asesinados. Los revolucionarios franceses cometieron el más grande genocidio de su tiempo en Europa.

Independencia de Haití (1791-1804)
La Revolución haitiana fue la primera revolución de América Latina, que culminó con la abolición de la esclavitud en la colonia francesa de la isla de Santo Domingo también llamada La Española, y la proclamación de la República de Haití. Aunque ocurrieron cientos de revueltas de esclavos en el Nuevo Mundo la revuelta de esclavos de Santo Domingo iniciada en 1791 fue la única en conseguir una independencia duradera bajo un estado libre. Sin embargo, las potencias de esa época no reconocieron inmediatamente la independencia de Haití y no perdonaron la revolución de los esclavos; se le impusieron bloqueos económicos y no se ayudó al desarrollo del estado. Incluso la propia Francia, que desde 1789, proclamaba las consignas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, envió varios ejércitos para someter a los negros haitianos y continuasen siendo esclavos. La igualdad entre los hombres tampoco se aplicaba a los mulatos. Para ellos no tenía validez la Declaración de los Derechos del Hombre, demostrando que la Revolución Francesa fue una gran farsa de la masonería.

En 1794, Inglaterra envió una poderosa expedición de 60.000 hombres para apoderarse de la colonia francesa. Muchos esclavos se pusieron del lado de los británicos, otros seguían leales a Francia y otros no estaban con ninguno de los dos bandos. En 1798, los británicos abandonaron la isla de La Española completamente derrotados por los ex esclavos. En 1802 Francia envió un poderoso ejército de 24.000 hombres para someter a los sublevados en la isla. Tras una gran batalla, fueron vencidos y se reinstauró la esclavitud. La guerra continuó y la colonia se independizó de Francia con el nombre de Haití.

Generó de 345.000 a 375.000 muertos. Entre ellos, unos 45.000 soldados británicos y 75.000 soldados franceses. Unos 40.000 colonos blancos, franceses de nacimiento, fueron ejecutados.

Continúa la Revolución Francesa (1793-1794)
263.000 asesinatos.

Guerras napoleónicas (1794-1815)

Costó la vida de 4 millones de soldados europeos (incluyendo 1,7 millones de franceses). Murieron un millón de civiles, entre ellos 600 mil franceses.

Rebelión del Loto Blanco (1796-1805)
Mueren 100.000 rebeldes en China.

Rebelión de Irlanda (1798)
Murieron 28.000 irlandeses independentistas, 1500 soldados británicos y 1000 civiles irlandeses leales a los invasores.

Estranguladores Thugs (1800-1838)
Provocaron en la India 500 mil asesinatos comprobados por estrangulación. Los thugs mataban en honor a Kali.

Rebelión de Egipto (1805-1811)
Provocó 56.000 muertos. De ellos, 5000 eran soldados ingleses.

Guerras Ruso-Turcas y de Crimea (1806-1878)
Dejaron 1.520.000 muertos.

Guerra de la Independencia Española (1808-1814)
Fue una guerra larga y destructora: Francia perdió unos 200.000 hombres y España entre 300.000 y 500.000.

Guerra Anglo-estadounidense de 1812 (1812-1815)
20.000 muertos.

Guerra Gurka en Nepal (1814-1816)
Murieron 5.000 británicos y 20.000 guerreros gurkas.

Campañas de Shaka (1816-1828)
Costó la vida de 1 a 2 millones de personas.

Birmania (1823-1887)
Durante la 1ª Guerra Birmana (1823-26) murieron 15.000 británicos, 10.000 soldados birmanos y 5.000 civiles. En la Segunda (1852-1853), murieron 15.000 soldados británicos y 12.000 birmanos. En la Tercera (1885-87), murieron 4.000 británicos y 2.500 birmanos. Inglaterra movilizó 20.000 hombres y los birmanos a 50.000 combatientes.

Afganistán (1838-1919)
En la Primera Guerra Afgana (1838-1842) murieron 12.000 civiles británicos y 5.000 soldados del Imperio. También 7.000 guerreros afganos. En la Segunda Guerra Afgana (1878-1880), murieron 15.000 soldados en total de ambos bandos. En la Tercera, en 1919, murieron 3.000, entre ellos 2000 británicos y europeos.

Pakistán (1843-1895)
Hubo en total unas 9.062 muertes de las cuales 2.562 corresponden a soldados británicos.

Guerras Sikhs (1845-1849)
En la primera (1845-46) murieron 16.000 sikhs como mínimo y 4.000 británicos. En la segunda (1848-49), murieron 10.000 sikhs y 2000 británicos.

Motín de los Cipayos (1857)
Murieron 19.000 soldados. De ellos 2000 soldados británicos en combates y masacres. Otros 9.000 soldados ingleses por enfermedades. Y 8.000 soldados y civiles hindúes en combates y masacres.

Rebelión Taiping (1851-1864)
La Rebelión Taiping fue una guerra civil con grandes connotaciones religiosas y sociales, que ocurrió en el sureste de China entre los años de 1851 y 1864, en las que se enfrentaron las fuerzas imperiales de la dinastía Qing y el Reino Celestial de la Gran Paz, un estado revolucionario teocrático gobernado por un místico cristiano autodefinido como Mesías (inclusive declarándose hermano menor de Jesucristo y enviado de Dios para erradicar el culto al demonio). Las fuentes más fiables establecen en 20 a 25 millones las muertes provocadas por esta confrontación.

Rebelión de Panthay (1856-1873)
En China, murieron 1 millón de personas.

Guerra Anglo-Persa (1856-1857)
Murieron 500 británicos y 1.500 persas.

España invade Marruecos (1859-1860)
España moviliza 35.000 soldados, mueren 4000 de ellos y 6.000 marroquíes como mínimo.

Guerra Federal en Venezuela (1859-1863)
Mueren 150.000 personas.

Rebelión Miao en China (1860-1872)
Dejó 75.000 muertes.

Rebelión Dungan (1862-1877)
Enfrentó a las tribus musulmanas del oeste chino, apoyados por Rusia, y los ejércitos Qing. Costó la vida de 8 a 12 millones de personas. Se calcula que la población de la provincia de Shaanxi paso de 13 a 7 millones.

Bután (1864)
Hubo 7.000 muertos discriminados en 2.000 soldados británicos y 5.000 guerreros de Bután.

Guerra de la Triple Alianza (1864-1870)
Argentina, Uruguay y Brasil atacan a Paraguay. 440.000 muertos a 1.200.000. Paraguay perdió del 60% al 85% de su población total y al 90% de la población masculina.

Guerra Anglo-Etíope (1867-1868)
Mueren 1.000 guerreros etíopes y 400 soldados británicos.

Guerra de los Diez años en Cuba (1868-1878)
Mueren 40.000 guerrilleros cubanos, 60.000 civiles y 90.000 españoles.

Revolución Septembrina (1868)
En España se produce esta sublevación que deja 1.600 muertos.

Guerra Franco-Prusiana (1870-1871)
Mueren 528.000 civiles y 202.000 soldados de ambos bandos.

Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
En España se vuelve a derramar sangre entre hermanos generando 50.000 muertos.

Rebelión de Aceh (1873-1914)
Holanda hace frente a una revuelta matando entre 25.000 y 125.000 nativos. También mueren 2.300 soldados holandeses en combate y otros 23.000 holandeses por enfermedades de la selva.

Masacre de Bulgaria (1876)
15.000 cristianos son asesinados por los turcos.

Hambruna en la India (1876-1879)
Los ingleses deciden hacer un genocidio y Lord Lytton lo lleva a cabo murieron de 6,1 a 8,2 millones de hindúes.

Guerras Zulú (1878-1887)
En Sudáfrica los zulúes movilizan 60.000 guerreros para resistirse a los ingleses, en la primera guerra (1878-1879) mueren 8.000 guerreros zulúes y 2.430 soldados británicos. En la Segunda Guerra en 1887 se movilizan 120.000 zulúes y mueren 40.000 de ellos y del bando británico 2.000 soldados. En 1906 estalla una rebelión entre los zulúes y fueron masacrados 2.000 guerreros por los ingleses.

Guerra del Pacífico (1879-1883)
Chile invade Bolivia y Perú: 14.000 muertos.

Primera Guerra Bóer o de Transvaal (1880-1881)
Los ingleses movilizan en Sudáfrica 50.000 soldados frente a 10.000 bóers. Mueren 8.000 británicos y 3.000 bóers.

Francia invade Túnez (1881)
Mueren 1000 personas.

Guerras Mahdístas (1881-1899)
Provocó 93.000 muertes, de ellas 10.000 eran de soldados británicos.

Ocupación de Egipto (1882)
Inglaterra movilizó 17.000 soldados. Hubo más de 2080 de ambos bandos.

Guerra chino- francesa (1884-1885)
Mueren 2.100 soldados franceses y 10.000 combatientes chinos.

Nigeria (1886-1906)
Mueren más de 15.000 personas, entre ellas 3.000 soldados británicos.

Primera Guerra de Melilla (1893)
España mantiene su posesión colonial en Marruecos movilizando 25.000 soldados y milicianos. Termina con 1272 muertos de ambos bandos.

Zimbabwe (1893-1896)
Se producen dos guerras llamadas Matabele en la primera que estalla en 1893 mueren 2.000 soldados británicos, 3.000 guerreros matabeles y 7.000 guerreros mashomas. La segunda estalla en 1896 y mueren 1.000 británicos y 2.000 matabeles como mínimo.

Segunda Guerra de Cuba (1895-1898)
Mueren 9.000 guerrilleros cubanos, 170.000 civiles, 45.100 españoles y 5000 norteamericanos.

Hambruna en la India (1896-1900)
Nuevamente los británicos deciden eliminar por inanición a los habitantes. Víctor Bruce es el responsable de las muertes de 6,5 a 8,4 millones de nativos del país.

Guerra de Canudos (1896-1897)
La guerra de Canudos (o campaña de Canudos) fue un conflicto entre el ejército brasileño y los integrantes de un movimiento popular de contenido socioreligioso liderado por Antonio Conselheiro. Transcurrió entre 1896 y 1897, durante los primeros años del Brasil Republicano, en la entonces comunidad de Canudos, en el interior del estado de Bahía, en la región Nordeste del país. La Guerra de Canudos propiamente dicha duró un año y, según la historiografía, se movilizaron más de diez mil soldados de 17 Estados brasileños, distribuidos en cuatro expediciones militares. Se calcula que murieron más de 30 mil personas, culminando con la destrucción total de la ciudad que sirvió de escenario.

Uganda (1897-1901)
Mueren 24.000 nativos y 5.000 británicos.

Somalia (1898-1920)
Finaliza con 100.000 muertos, entre ellos 200 soldados británicos.

(Continuaremos la historia de estas masacres hasta la actualidad en otro artículo. Tengan paciencia). 

6 comentarios:

  1. Exelente, nunca habia leido tanta muerte en un mismo lugar.

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  2. Bien, por este trabajo. Y apenas empiezan otro nivel de cifras, en el siglo XX. y más exactas.

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  3. falta la pacificacion de la araucania 1870

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  4. Muchas gracias por el gran trabajo realizado. Excelente tarea.
    Ánimo.
    Es evidente que el infierno está aquí y que sobra sitio en el cielo.
    Da que pensar tanta crueldad en el ser humano(?).

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  5. Habría que agregar el actual genocidio de niños en el vientre de sus madres, la mayor matanza de toda la historia de la humanidad.

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