Los anfibios fueron
hallados en la provincia de Santa Fe, podrían usar su intensa coloración verde
para ver y ser vistos. Este es el primer caso detectado entre más de 7.600 especies de anfibios.
Ejemplar de Hypsiboas punctatus a la luz natural. |
La
rana punteada (Hypsiboas punctatus) es un anfibio arbóreo que vive en los
bosques tropicales de América del Sur. Su principal característica hasta ahora
era el punteo sobre una piel casi
translúcida que va del amarillo al rojizo. Pero un grupo de investigadores
argentinos y brasileños han descubierto algo que la hace aún más especial: es fluorescente y creen que usan estos
pulsos de luz para comunicarse.
En
una investigación publicada en la revista Proceedings
of the National Academy of Sciences (PNAS), un grupo interdisciplinario de
investigadores de la Argentina y Brasil presentaron el primer caso de
fluorescencia natural en anfibios, en una
especie de rana arborícola que tiene una muy amplia distribución en Sudamérica
(Hypsiboas punctatus).
Provincia de Santa Fe, Argentina, donde fueron capturados varios anfibios de la rana punteada y estudiados, hallándose que los ejemplares son fluorescentes. |
“Este hallazgo permitió
encontrar nuevos compuestos fluorescentes que pueden tener aplicaciones
científicas o tecnológicas y genera nuevas preguntas sobre la comunicación
visual en anfibios”,
explicaron los investigadores del Conicet.
Durante
la investigación se vio que los ejemplares juveniles y adultos de Hypsiboas
punctatus producían una intensa
fluorescencia verde azulada en su superficie cuando se los iluminaba con luz
UV-A/azul.
Este
es el primer caso que se conoce de un anfibio con fluorescencia natural y,
según los autores, esta característica
haría que en condiciones de iluminación natural aumenten su brillo y puedan
verse mejor entre ellos.
“Hypsiboas
punctatus es una especie nocturna y, en los ambientes naturales donde vive, la fluorescencia contribuye en un 18-30 por
ciento del total de la luz que emerge de estos animales, mientras que el
porcentaje restante corresponde a la luz que reflejan. Esto es bastante
novedoso teniendo en cuenta que, en ambientes terrestres, en general se
considera que la influencia de la fluorescencia en la coloración es
irrelevante”, explica el biólogo argentino Carlos
Taboada, primer autor del trabajo y estudiante doctoral en el Museo
Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN-Conicet) y en el
Instituto de Química, Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía
(Inquimae, UBA-Conicet).
La rana fluorescente Hypsiboas punctatus iluminada con luz ultravioleta. |
Se
sabe, además, que los ojos de las ranas
tienen su máxima sensibilidad en la zona del espectro de la luz donde ocurre la
fluorescencia y pueden reconocer esta fluorescencia entre ellas.
El investigador Carlos Taboada, primer autor del trabajo de investigación y Julián Faivovich, del Conicet. |
Al
parecer, el fenómeno ocurre por una
combinación de emisión de glándulas de la piel y de linfa, que es filtrada por
las células pigmentarias también de la piel, que en esta especie es
translúcida. El origen de la fluorescencia se debe a unas moléculas
fluorescentes -o fluoróforos- nunca antes vistas. Las bautizaron hyloinas.
Este
trabajo, además de abrir las puertas a más estudios sobre ecofisiología y
comunicación visual de anuros, también plantea
posibilidades de un potencial desarrollo biotecnológico a partir del
descubrimiento de las hyloinas.
La fluorescencia de la Hypsiboas punctatus o rana punteada es el primer caso que se conoce entre las más de 7600 especies de anfibios que existen. |
Otro
factor en juego fue la piel traslúcida
de estas ranas, que deja ver esos fluoróforos presentes en un tejido subcutáneo
y en las glándulas de la piel de estos animales.
Una rana punteada en su ambiente natural. Produce una intensa fluorescencia verde-azulada. |
Aunque
la fluorescencia en otros animales cumple variadas funciones, en las ranas aún
está por determinar. Sin embargo, los investigadores creen que les ayuda a
desenvolverse durante la noche, comunicarse y, quizá, encontrar pareja. Lo
explica la bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, María Gabriela Lagorio, a la revista especializada Chemistry World: "Las especies de
anfibios tienen fotorreceptores en sus
ojos optimizados para la visión en azul y en verde. Así que estos componentes
deben realzar el resplandor de estas ranas en condiciones crepusculares".
Taboada
confesó a BBC Mundo que su
descubrimiento no fue reciente, aunque se haya dado a conocer ahora.
A pesar que el grado de fluorescencia de la rana punteada es alto (hasta un 30%), el ojo humano no es suficientemente sensible, se requiere de luz ultravioleta para ver su brillo. |
Taboada
y su colega Andrés Brunetti, también
presente durante el hallazgo, no querían
que lo de la "rana fluorescente" se convirtiera en una de esas noticias
sensacionalistas que luego nunca son investigadas.
Durante
estos años lograron desentrañar el
complejo mecanismo que permite a la Hypsiboas punctatus (tal su nombre en
latín) aumentar su brillo naturalmente.
A
pesar de que el grado de fluorescencia
de las ranas es alto (hasta un 30%), esta no puede verse a simple vista ya
que el ojo humano no es suficientemente
sensible.
Afirman los científicos que la fluorescencia de la rana punteada tendría que ver con la comunicación entre los anfibios. |
"Sabemos
que las ranas en general y ésta en particular tienen máxima sensibilidad visual
a la noche, porque son nocturnas, de día
no están activas, y de noche tienen interacciones sociales complejas",
explicó Taboada.
Una
teoría es que la fluorescencia podría
verse distinta en machos y hembras (aunque el ojo humano no logre ver esa
distinción) y que el fenómeno cumpla un papel social.
El hallazgo de la fluorescencia de la rana punteada plantea posibilidades de un potencial desarrollo biotecnológico a partir del descubrimiento de las hyloinas. |
“El
hallazgo de nuevas moléculas fluorescentes siempre es interesante porque hoy en día las técnicas que utilizan
fluorescencia son herramientas que se usan en distintos campos de la ciencia,
como por ejemplo, en biofísica de proteínas, inmunología, microscopías de
fluorescencia, detección y secuenciación de ADN, entre muchas otras”,
concluye Taboada.
La
fluorescencia es un fenómeno físico por el que un cuerpo que recibe luz a una
determinada longitud de onda, la devuelve a otra longitud de onda mayor. En la
naturaleza hay peces, tortugas, escorpiones y hasta loros fluorescentes. Pero este sería el primer caso detectado entre
las más de 7.600 especies de anfibios. La H. punctatus absorbe luz en la
franja ultravioleta del espectro electromagnético y la emite en la región azul a verde.
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