Ubicado en la
Reserva Comunal Amarakaeri, Madre de Dios, es un impresionante monumento de roca que, con total claridad,
presenta un rostro humano que despierta la curiosidad de los pocos viajeros e
investigadores que pasan por el lugar.
El milenario rostro de piedra, en la Reserva Comunal de Amarakaeri, en Madre de Dios, Perú. |
Se
conoce esta cara de piedra desde 1935, pero permaneció olvidada en la profunda selva
amazónica de Perú, la roca con el Rostro
Harákbut en la reserva Amarakaeri fue redescubierta por la etnia de los Harákbut,
del mismo nombre para utilizarla como arma cultural en la conservación de su
territorio.
El
enorme rostro de rasgos andinos se
encuentra en lo alto de una gran cascada que vierte sus aguas en una
laguna. El rostro del anciano esculpido
en la roca refleja una mirada
profunda. Es como si estuviera
vigilando la región. Aunque originalmente es una formación natural, todo
apunta a que la mano del hombre la
terminó de moldear. Tiene una postura solemne y está orientada hacia el
este. En el lugar se siente una energía
diferente.
La
llaman Incacok, que en harákbut, la lengua nativa de los indígenas amarakaeri,
significa “Cara Inca”. Según los
testimonios de los ancianos Harákbut, hay
otros dos rostros monolíticos más en la selva, conectados por caminos
ancestrales que se dirigían a Cusco pero los que conocían como llegar a ellos
ya fallecieron.
La llaman Incacok que significa "Cara Inca". No cabe duda que esta formación natural fue moldeada por la mano del hombre. |
La tarea ha sido
iniciada por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado
(SERNANP) y el ECA Amarakaeri. Estos trabajos de investigación se realizan
en coordinación con el Ministerio de Cultura, el Consejo Harákbut Yine
Matsigenka-COHARYIMA, la población de la comunidad nativa de Puerto Luz y la
cadena de televisión internacional BBC.
En
su sitio web, SERNANP, informa que “la primera exploración al lugar se realizó
del 17 al 21 de mayo de 2016 y estuvo a cargo del arqueólogo Víctor Evangelista Reyes de la
Dirección Desconcentrada de Ministerio de Cultura de Madre de Dios. La segunda
prospección, que se realizó en el mes de julio, abarcó el territorio conocido como “Casa del Inka” ubicado al interior de la
Reserva Comunal Amarakaeri.”
En la Reserva de Amarakaeri, en Madre de Dios, se encuentran ruinas de una civilización olvidada con piedras de gran tamaño cubiertas por la vegetación. |
En 2014, los líderes harákbut Luis
Tayori y Jaime Corisepa condujeron una expedición que logró redescubrir el "rostro harakmbut" cubierto de vegetación, en un viaje financiado por las
Fundaciones Rainforest y Ford, con el objetivo de conectar a los nativos con su
pasado. La expedición fue filmada por el cineasta británico Paul Redman. El documental se estrenó en noviembre de 2014 en Lima, Perú.
Según los harákbut, esta es la "Piedra de los antepasados", podría ser incaica o mucho más antigua. |
Los
harákbut sabían de sus ancianos líderes que los incas llegaron al corazón de Amarakaeri para ocultar y salvar sus
tesoros del saqueo de los invasores españoles hace más de 500 años.
Tras
una incursión del Inca Túpac Yupanqui,
en siglo XV, el siguiente intento de conquistar el territorio que actualmente
ocupa el Departamento de Madre de Dios fue llevado a cabo por los españoles en 1566. Los huachipaeri
lograron atacar con éxito las haciendas de las tierras altas con cierta
frecuencia durante el período colonial.
Mujeres de la etnia Harakbut en Madre de Dios, Perú. |
La
explotación del caucho decayó en la selva peruana, porque los asesores ingleses de los grandes
extractores trasladaron
plantones de caucho a la isla de Java, Sumatra, Molucas colonizada por Inglaterra, que al producir el
caucho, bajó el precio internacional y
marco el fin de su explotación en el Perú y en Brasil.
El rostro pétreo pudo ser esculpido por una civilización preincaica que habitó en Madre de Dios entre el 2000 a.C. y 200 d.C. |
Harákbut es el nombre étnico y de la lengua que hablan las siguientes tribus con leves diferencias: amaracaeris, arasaeris, huachipaeris, sireneris, iñaparis, toyeris o toyoaris.
Tanto el rostro de
piedra, como los restos arqueológicos en la selva podrían corresponder al mismo
período de quiénes escribieron los Petroglifos de Pusharo, en Madre De Dios,
aproximadamente entre el 2000 a.C. y el 200 d.C. y por ende, tal
vez, los incas no tuvieron nada que ver con la autoría del rostro esculpido. Los indígenas actuales, los Harákbut y
otras etnias de la zona no serían más que descendientes de aquella civilización
perdida del 200 d.C. de la que apenas quedan vestigios.
Por Alberto Seoane
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