El Ucumar o Ucumari
es un ser que aparecía antes de la llegada del hombre blanco, en el Noroeste
argentino. Según cuenta la leyenda el ucumar es un antropoide cubierto de pelos
de la cabeza hasta los pies con fisonomía humana, de un 1,60 a 1,70 metros aproximadamente,
de grandes pies y grandes manos.
Así es la descripción del Ucumar o Ucumari. |
El
Ucumar vive en las cuevas de las montañas y lugares alejados de los humanos. Merodea
por los ríos y arroyos bañándose en ellos. Según la literatura popular, el Ucumar (una especie de hombre-oso), que
a veces sale de la tupida selva de yungas para raptar una mujer con la que satisfacer
sus bajos instintos.
En
Bolivia, se lo conoce como Jukumari
y habita las zonas boscosas del Departamento de Chuquisaca. Los jukumaris eran una raza más numerosa en la antigüedad y conocedores
de la maldad de los hombres, evitaban de todas las formas posibles encontrarse
con ellos. Tanto el ucumari y el jukumari están emparentados con mitos precolombinos
milenarios. Ucumar en voz
quichua y aimara y significa en ambos idiomas: Oso. Si bien la existencia del oso “ucumar” está confirmada,
que es el único oso sudamericano, la criatura de la que hablamos nada tiene que
ver con el úrsido.
Sus
apariciones se producen por lo general en
horas de la noche o bien a la madrugada, antes del alba, pues las sombras
le sirven de camuflaje. Si los perros lo atacan, se defiende a garrotazos.
Mapa con la ubicación del Cerro Macón. Clic para ampliar la imagen. |
El
17 de julio se cumplieron 60 años desde que se dio a conocer la noticia sobre el hallazgo de huellas humanoides enormes
en el cerro Macón, en la provincia de Salta.
En
la década de 1950, una noticia publicada por el diario El Tribuno de Salta, sobre el
hallazgo de huellas humanoides gigantes en el cerro Macón, en Tolar Grande, atrajo la atención de
científicos y aventureros de todo el mundo.
De acuerdo a la descripción de los testigos, las huellas del Ucumar son similares a las del Yeti, Sasquatch, Pie Grande, Almasty, etcétera. |
El
martes 17 de julio de 1956, el
ingeniero Claudio Level Spitch, a
cargo de un grupo de investigadores que trabajaba en el cerro Macón a más de
5.600 metros de altura, relató: "Encontramos
huellas de una dimensión formidable que se dirigían zigzagueantes hacia la
imponente cumbre del nevado y que, por lógica deducción, no pertenecían a un
ser humano ni a ningún animal de la región".
Testimonio del arriero Ciriaco Taritolay, publicado el 27 de julio de 1956 en el diario El Tribuno. |
En
una entrevista realizada por El Tribuno,
Spitch explicó: "Observamos enormes
huellas humanas... que superan la de los elefantes".
Detallaba:
"Las huellas tenían unos 40
centímetros de diámetro, con gran similitud a las que se encontraron en el
Himalaya y que dieron origen a la leyenda del Yeti".
Por
aquel entonces, se multiplicaron en la zona los testimonios de los lugareños que aseguraban, que por las noches
escuchaban espantosos aullidos que los llenaban de terror.
Una
de las historias que tuvo mayor repercusión pública fue la relatada por un arriero y transportista de nombre Ciriaco
Taritolay, de 65 años, quien aseguró haberse cruzado cara a cara con un
extraño ser. "Era alto, fornido,
peludo y con grandes pies", recordó el hombre. Taritolay, quien
portaba un arma de fuego, quiso dispararle, pero el gigante logró escabullirse
ágilmente entre las enormes rocas de la montaña puneña.
El cerro Macón, de 5611 metros, en Salta, donde se hallaron las huellas hace 60 años. |
La
cima de esta montaña es un típico santuario de altura, que constituye una valiosa fuente de estudio arqueológico sobre las culturas
prehispánicas.
"Las huellas
no pudieron ser de animales de la zona"
El
doctor en geología Ricardo Alonso
contó a El Tribuno, que efectivamente
en la década del 50 surgieron una serie de relatos de la aparición de un
extraño ser, caracterizado principalmente por tener pies enormes y dejar sus
huellas en lugares inhóspitos, como grandes montañas y nevados. En aquellos
tiempos, andinistas locales como Milenko
Jurcich, Yosko Suitanich (Club Andino del Norte - Facultad de Ciencias
Naturales) y el Dr. Apolo Ortiz,
contaron historias al respecto. Daban cuenta de la aparición de huellas humanas
enormes en el cerro Macón.
Huellas del ucumar encontradas en julio de 1956 en el cerro Macón. |
Alonso
explicó: "Lo cierto es que en esa región no es habitada por una gran
variedad de animales y en la zona del
Macón solo pudieron dejar sus rastros algunos burros, llamas o un puma, pero
este último caso sería muy raro. Ninguno de estos ejemplares pudo dejar huellas
semejantes a las descriptas por los testigos".
En
la Argentina, la tradición oral del ucumari se extiende por todo el Noroeste (Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, parte de
Formosa, Chaco y Santiago del Estero).
El
nombre Valle del Uco, en Mendoza sería un
recuerdo de la presencia de este humanoide en tiempos no tan lejanos, lo que
probaría que su distribución geográfica fue más amplia.
Por Alberto Seoane
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