El tribunal condenó a la clínica a pagar 400.000 euros
por niño intercambiado, 300.000 euros a los tres padres concernidos y 60.000
euros a los dos hermanos y una hermana.
Sophie Serrano da a luz a los 18 años y le cambian la hija nacida el 4 de julio de 1994. |
El tribunal de la ciudad de
Grasse dictaminó que la clínica donde se produjo el error, ubicada en la ciudad
de Cannes, les pague 1,88 millones de
euros. Los afectados habían pedido 12 millones.
Dos bebas hijas de distintas madres fueron colocadas en la misma incubadora. |
Un miembro del equipo
médico intercambió a ambos bebés, los entregó a sus falsos progenitores, e ignoró las dudas expresadas por ambas
madres, ubicadas en distintas habitaciones sobre la identidad de sus hijas, que se basaban en el pelo de éstas. Los
médicos en su ineptitud insistieron en que se trataba de los bebés correctos. Así,
las madres volvieron a sus casas con los bebés cambiados sin insistir en que notaban algo extraño.
Diez años después, el
marido de Sophie Serrano, ante el nulo parecido de la niña con él, se hizo un test de paternidad que reveló
que no era el padre biológico. Esto provocó la separación de la pareja. El hombre la dejó convencido que la niña era "la hija del cartero".
Tiempo después, Sophie Serrano descubrió asimismo, gracias a un test ADN, que no era la madre
biológica de la niña Manon que criaba, y buscó a la familia que se había llevado a su verdadera
hija.
Sophie Serrano a la izquierda y su hija adoptiva Manon, en los tribunales de Grasse. |
La investigación reveló que
al producirse los nacimientos en 1994, tres bebés recién nacidos habían
padecido ictericia —estas dos niñas y un niño— pero que la clínica tenía solamente dos incubadoras especiales para estos casos,
por lo que las dos niñas fueron colocadas en la misma incubadora.
La clínica de Cannes donde se hizo el intercambio de bebas en julio de 1994. |
El tribunal condenó a la clínica a pagar 400.000 euros por niño intercambiado, 300.000 euros a los tres padres intervinientes y 60.000 euros a los dos hermanos y una hermana que participan en el caso. El tribunal desestimó, en cambio, las demandas de las familias relativas a la culpabilidad de los médicos.
Manon, Sophie Serrano y Mathilde, la otra niña intercambiada que prefiere el anonimato. |
Manon con su madre no biológica Sophie Serrano, unidas desde 1994 por negligencia médica. |
“Fue un momento perturbador, muy extraño”, declaró
Manon tras la audiencia de diciembre pasado en el tribunal. “Una se encuentra
ante una mujer que es biológicamente tu madre y que es una desconocida”. Las
dos familias no se frecuentan. “Es demasiado difícil, así que cada cual sigue
su camino porque es muy trastornante. Era la única manera de recuperar cierta
estabilidad”, explicó Sophie Serrano, de
38 años, que dice estar muy apegada a su hija no biológica. “Es algo que no
le deseo a nadie”, dijo entonces Sophie, que no quiso hacer declaraciones
después de anunciarse el veredicto.
El intercambio de bebés por error en los hospitales y sanatorios es más frecuente de lo que se piensa. |
Pocos meses antes, la
prensa sudafricana se hizo eco de otro caso de dos mujeres que descubrieron que sus hijas, de tres años, habían sido
intercambiadas al nacer. En 2011, una maternidad rusa fue condenada a pagar 140.000 euros de
indemnización por haber intercambiado por error dos bebés doce años antes.
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