Son 2.200 guerreros
indígenas que defienden su tierra con armas ancestrales. Viven en la jungla del
estado brasileño de Maranhão, luchando desesperadamente contra los madereros que
talan ilegalmente los árboles en la zona y ponen en peligro la supervivencia de
su pueblo.
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Indígenas Ka'apor incendian un camión de una compañía maderera encontrado en su reservación, en el estado de Maranhao. |
Las
530.000 hectáreas de selva en la Reserva indígena de Alto Turiaçu,
pertenecientes a la tribu Ka'apor, que
tuvo primer contacto con los blancos hace solo 80 años -y perdió parte de
su cultura por esa interacción-, fueron reconocidas por el Gobierno brasileño
en 1989, tras una intensa lucha social por la demarcación de los territorios
indígenas.
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Los guerreros Ka'apor encuentran un cargamento de madera en su territorio. |
Sin
embargo, según un reciente reportaje publicado por diario The Guardian, las autoridades del país no protegen ni defienden
esta decisión. De este modo, los
derechos de los Ka'apor están fuertemente amenazados por las compañías mineras
que tienen intereses en la zona, la construcción de instalaciones hidroeléctricas
y la expansión de los ganaderos. Sin embargo, los madereros son una amenaza
no solo para los derechos territoriales de la tribu, sino para las vidas de los
indígenas.
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Los Ka'apor capturan a madereros ilegales dentro del territorio indio de Alto Turiacu. |
A
las compañías que obtienen madera de la selva amazónica les impulsa la avaricia: el precio del metro cúbico del árbol
'ipê' que talan alcanza los 1.300 dólares, aproximadamente 1.000 euros.
Debido a la invasión violenta de los madereros los Ka'apor ya perdieron un 30% de sus tierras y saben que, sin ese
terreno, están condenados a desaparecer. Por este motivo, sin esperar
ningún tipo de ayuda oficial, luchan desesperadamente con esas empresas
madereras, que amenazan con realizar masacres en las aldeas si los indígenas
insisten en defender su lugar.
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Un camión cargado de árboles cortados en el territorio indígena de los Ka'apor. |
Hasta
el momento, los Ka'apor consiguieron
cerrar 22 de los 24 caminos que abrieron los madereros en tierras indígenas y
organizaron grupos para controlar el perímetro de su propiedad. La
respuesta fue violenta: uno de los dirigentes indígenas, Eusébio Ka’apor, fue
asesinado en abril de este año con un disparo por la espalda y otros dos otros
dos miembros de la tribu murieron asesinados en mayo.
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Los Ka'apor, con armas rudimentarias y un viejo rifle han logrado cerrar 22 de los 24 caminos que abrieron los madereros en tierras indígenas. |
Pero
los Ka'apor no se rinden. Tidiun Ka'apor,
líder de uno de los grupo de guardias que protegen la tierra indígena, dice que
"a veces, es como una película. Ellos nos combaten con machetes, pero
después siempre se retiran en los coches. Les decimos 'No somos como vosotros. No robamos lo suyo, así que no nos roben
nuestros árboles".
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Un tractor quemado perteneciente a los madereros es un mudo testigo de la lucha de los Ka'apor por preservar la selva. |
Las armas
utilizadas por los Ka'apor son arcos y flechas y 'borduna', un bastón en forma
de espada.
Solo un miembro de la tribu posee un rifle viejo y oxidado. Con estas armas,
los indígenas luchan contra los madereros, que portan armas de fuego, pero los
Ka'apor casi siempre salen vencedores. Miraté
Ka'apor, uno de los dirigentes del tribu, sostiene que el uso de la
violencia se justifica porque "los
madereros vienen a robarnos; por lo tanto, se merecen lo que reciben. Tenemos
que hacerles sentir nuestra pérdida: la de nuestra madera y la destrucción de
nuestros bosques".
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En 1911 los Ka'apor eran considerados uno de los pueblos nativos más hostiles de Brasil. |
Los Ka'apor que
pertenecen a la familia lingüística tupí-guaraní, a fines de 1870, habitaban en
el actual estado de Pará, y desde entonces iniciaron una lenta migración a
través del río Gurupí, hasta el actual estado de Maranhão. Los colonizadores
brasileños que atacaron y aniquilaron a los habitantes de las aldeas Ka’apor,
hacia el año 1900, se sorprendieron al descubrir los espléndidos tocados de
coloridas plumas que guardaban dentro de baúles de cedro dado que los
sobrevivientes del ataque, al darse a la fuga, dejaron abandonados. Cuando las autoridades brasileñas
intentaron “pacificarlos” por vez primera, en 1911, los Ka’apor, así como los
Nambiquara de Mato Grosso, eran considerados uno de los pueblos nativos más
hostiles del país. Tal proceso de pacificación, se inició en 1928 y se
extendió por casi setenta años. Las recientes invasiones de la tierra de los
Ka’apor por parte de los occidentales, sin embargo, ocasionaron nuevas
hostilidades y están arriesgando nuevamente la supervivencia de los Ka’apor.
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Guerreros Ka'apor dispuestos a defender con
su vida las 530 mil hectáreas que poseen. |
Ibama (Instituto
Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales renovables), la
principal agencia dedicada a la protección de la selva, solo tiene 1.500 agentes
para monitorear toda la selva amazónica, un área del tamaño de todos los
Estados Unidos.
En
el último año, 70 indígenas fueron
asesinados en todo Brasil, un incremento de un 32% en relación al 2013, de
acuerdo con la investigación de Missionary Indigenous Council. En la mayoría de
los casos fueron muertos por disputas de tierras con madereros o rancheros.
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