A 26 años de otro 26 de abril pero de 1986, poco o nada se habla ya del accidente de Chernóbil, donde hubo un gran escape de radiactividad provocado, presuntamente, por una serie de órdenes procedentes de las más altas esferas, así como una inexplicable deficiente actuación de los técnicos del reactor número 4 que dio como resultante que todos los sistemas de enfriamiento del núcleo quedasen desactivados.
La explosión de un reactor nuclear en la planta de Chernobyl, al norte de Ucrania (URSS), arrojó a la atmósfera 50 millones de curies de radiación, equivalentes a 500 bombas de Hiroshima. Curiosamente, en ucraniano, Chernóbil proviene de la palabra chorno, cherno, que significa «negro» y byl es «daño», lo que significaría «daño negro».
Así se provocó la peor catástrofe nuclear de la historia conocida que causó primeramente la muerte de 31 personas, forzó al gobierno de la antigua Unión Soviética a la evacuación de unas 135.000 personas y provocó una alarma internacional al detectarse radiactividad en diversos países de Europa.
Ubicación de la central nuclear Chernóbil, en el norte de Ucrania. |
5.000.000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400.000 en áreas gravemente contaminadas, hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad poblacional
En cuanto a nivel mundial, la nube radioactiva dio la vuelta al mundo en tres ocasiones.
Las autoridades soviéticas comenzaron a evacuar la población de las cercanías de la central nuclear de Chernóbil 36 horas después del accidente. En mayo de 1986, aproximadamente un mes después del accidente, todos los habitantes que habían vivido en un radio de 30 km alrededor de la central habían sido desplazados. Sin embargo la radiación afectó a una zona mucho mayor que el área evacuada.
A las 01:22 la situación empieza a agravarse, por una corteza de cubos metálicos, ven como sale una nube rojiza, el gas del que se compone la "nube" es el xenón, un gas toxico muy pesado y que puede arruinar la fisión nuclear, tras presenciar el evento, los trabajadores discuten sobre que hacer sin saber cómo solucionar el problema. Una solución era, apretar el botón de abortamiento de la operación pero no lo hicieron.
Minutos después del accidente, todos los bomberos militares asignados a la central ya estaban en camino y preparados para controlar el desastre. Las llamas afectaban a varios pisos del reactor 4 y se acercaban peligrosamente al edificio donde se encontraba el reactor 3. El comportamiento heroico de los bomberos durante las tres primeras horas del accidente evitó que el fuego se extendiera al resto de la central. Aun así, pidieron ayuda a los bomberos de Kiev debido a la magnitud de la catástrofe. Los operadores de la planta pusieron los otros tres reactores en refrigeración de emergencia. Dos días después, había 18 heridos muy graves y 156 heridos con lesiones de consideración producidas por la radiación. Todavía no había una cifra del número de muertos, pero en un accidente nuclear aumenta día tras día la lista de víctimas, hasta pasados muchos años después.
La mañana del sábado, varios helicópteros del ejército se prepararon para arrojar sobre el núcleo una mezcla de materiales que consistía en arena, arcilla, plomo, dolomita y boro absorbente de neutrones. El boro absorbente de neutrones evitaría que se produjera una reacción en cadena. El plomo estaba destinado a contener la radiación gamma y el resto de materiales mantenían la mezcla unida y homogénea. Cuando el 13 de mayo terminaron las emisiones, se habían arrojado al núcleo unas 5.000 toneladas de materiales.
Antes del accidente el reactor contenía unas 190 toneladas de combustible nuclear. Se estima que más de la mitad del yodo y un tercio del cesio radiactivos contenidos en el reactor fue expulsado a la atmósfera; en total, alrededor del 3.5% del combustible escapó al medio ambiente. Debido al intenso calor provocado por el incendio, los isótopos radiactivos liberados, procedentes de combustible nuclear se elevaron en la atmósfera dispersándose en ella.
Los "liquidadores" recibieron grandes dosis de radiación. Según estimaciones soviéticas, entre 300.000 y 600.000 liquidadores trabajaron en las tareas de limpieza de la zona de evacuación de 30 km alrededor del reactor, pero parte de ellos entraron en la zona dos años después del accidente. La edad promedio de los 162 liquidadores que murieron durante los últimos 10 años en el pueblo de Tollyaty (provincia de Samarskaya, Rusia) fue de 46.2 años. En la provincia de Kaluga - datos del registro nacional, la edad promedio a la que murió el 84.7% de los liquidadores era únicamente de 30-39 años. La duración promedio de la vida de los 169 liquidadores de los institutos de la industria nuclear que murieron entre 1986 - 1990 fue de 45.5 años, según un informe del año 2000.
En 2004 los donantes habían depositado más de 700 millones de euros para su construcción (en total en esa fecha se habían donado cerca de 1.000 millones de euros para los proyectos de recuperación), y desde 2005 se llevaron a cabo los trabajos preparativos para la construcción de un sarcófago nuevo, cuya construcción comenzó finalmente el 23 de septiembre de 2007, después de que el gobierno de Ucrania firmara un contrato con el consorcio francés NOVARKA y cuya finalización está prevista para fines de 2012. Se prevé que la construcción de este sarcófago en forma de arca permita evitar los problemas de escape de materiales radiactivos desde Chernóbil durante al menos cien años. La firma francesa Novarka construirá una gigantesca estructura de acero con forma de arco ovalado de 190 metros de alto y 200 metros de ancho. Cubrirá por completo la actual estructura del reactor y el combustible así como los materiales de residuos radiactivos que desataron la tragedia en 1986. Y es que el reactor accidentado aún conserva el 95% de su material radiactivo original, y la exposición a las duras condiciones meteorológicas de la zona amenazan con nuevas fugas.
Antes de construir el nuevo sarcófago habrá que extraer el reactor 3 y el combustible que aún contiene. Ucrania ha firmado otro contrato con la empresa estadounidense Holtec para construir un gran almacén que haga las funciones de vertedero donde guardar los residuos nucleares generados, para ello se está construyendo en la propia central un centro de almacenamiento de residuos de alta actividad.
Suecia da la alerta
El primer país en dar la voz de alerta fue Suecia, cuando en una de sus centrales se detecto altos niveles de radiactividad en las botas de un operario, tras localizar la procedencia del escape radioactivo, el gobierno soviético negó que estuviera pasando algo en una de sus centrales mientras varios voluntarios y bomberos luchaban contra el fuego desde hace 10 horas. El motivo para ocultar el grave suceso fue para que no cundiera el pánico entre la población civil sin saber que estaban viviendo bajo una constante lluvia atómica.
Los suecos se dieron cuenta el 27 de abril al encontrar partículas radiactivas en las ropas de los trabajadores de la central nuclear de Forsmark (a unos 1.100 Km de la central de Chernóbil). Los investigadores suecos, después de determinar que no había escapes en la central sueca, dedujeron que la radiactividad debía provenir de la zona fronteriza entre Ucrania y Bielorrusia, dados los vientos dominantes en aquellos días. Mediciones similares se fueron sucediendo en Finlandia y Alemania, lo que permitió al resto del mundo conocer en parte el alcance del desastre.
El gobierno soviético en tanto estaba planeando que 135.000 personas sean evacuadas, 215.000 son relocalizadas en otras ciudades. 30.000 personas murieron por las radiaciones en los siguientes diez años. Decenas de pueblos y ciudades quedaron abandonados hasta la actualidad.
La noche del lunes 28 de abril, durante la emisión del programa de noticias Vremya (Время), el presentador leyó un escueto comunicado:
"Ha ocurrido un accidente en la central de energía de Chernóbil y uno de los reactores resultó dañado. Están tomándose medidas para eliminar las consecuencias del accidente. Se está asistiendo a las personas afectadas. Se ha designado una comisión del gobierno."
Los dirigentes de la URSS habían tomado la decisión política de no dar más detalles.
Foto del reactor 4 de Chernóbil tomada el 3 de mayo de 1986. |
Varios estudios demuestran que la incidencia de cáncer de tiroides en Bielorrusia, Ucrania y Rusia se ha elevado enormemente. Sin embargo, algunos científicos piensan que la mayor parte del aumento detectado se debe al aumento de controles. Hasta el presente no se ha detectado un aumento significativo de leucemia en la población en general. Algunos científicos temen que la radiactividad afectará a las poblaciones locales durante varias generaciones, la cual se cree que no se extinguirá hasta pasados 300.000 años.
Considerado el accidente nuclear más grave según la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, Chernobyl es de uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.
Aquel día 26 de abril, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de esta central nuclear, produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados, materiales radiactivos y/o tóxicos que se estimó fue unas 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945.
Provocó una alarma internacional al detectarse radiactividad en, al menos, 13 países de Europa central y oriental.
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600.000 personas denominadas "liquidadores" en las zonas circundantes al lugar del accidente y se aisló un área de 30 km de radio alrededor de la central nuclear conocida como Zona de alienación, que sigue aún vigente. Solo una pequeña parte de los liquidadores se vieron expuestos a altos índices de radiactividad. Los trabajos de contención sobre el reactor afectado evitaron una segunda explosión de consecuencias dramáticas que podría haber dejado inhabitable a toda Europa por miles de años.
Las primeras víctimas y el cierre de la planta
Dos personas, empleadas de la planta, murieron como consecuencia directa de la explosión esa misma noche y 29 en los tres meses siguientes. Doscientas personas fueron hospitalizadas inmediatamente, debido a la exposición directa a la radiación. La mayoría eran bomberos y personal de rescate que participaban en los trabajos para controlar el accidente. Los hospitalizados por radiación aumentaron hasta llegar a 499 internados.
Tras prolongadas negociaciones con el gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió los costes del cierre definitivo de la central, completado en diciembre de 2000. Inmediatamente después del accidente se construyó un "sarcófago", para aislar el exterior del interior, que se ha visto degradado en el tiempo por diversos fenómenos naturales por lo que corre riesgo de desplomarse. Desde 2004 se lleva a cabo la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor. El resto de reactores de la central están cerrados.
La Central eléctrica nuclear de Chernobyl llevaba el nombre de Lenin y se encuentra en Ucrania, 18 kilómetros al noroeste de la ciudad de Chernóbil, a 16 km de la frontera entre Ucrania y Bielorrusia y 110 km al norte de la capital de Ucrania, Kiev. La planta tenía cuatro reactores RBMK-1000 con capacidad para producir 1.000 MWth cada uno. Durante el periodo de 1977 a 1983 se pusieron en marcha progresivamente los cuatro primeros reactores; el accidente frustró la terminación de otros dos reactores que estaban en construcción. El diseño de estos reactores no cumplía los requisitos de seguridad que en esas fechas ya se imponían a todos los reactores nucleares de uso civil en occidente. El más importante de ellos es que carecía de un edificio de contención.
El reactor 4 luego del desastre, a la derecha el 3. |
El núcleo del reactor estaba compuesto por un inmenso cilindro de grafito dentro del cual 1.600 tubos metálicos resistentes a la presión alojaban 190 toneladas de dióxido de uranio en forma de barras cilíndricas. Por estos tubos circulaba agua pura a alta presión que, al calentarse, proporcionaba vapor a la turbina de rueda libre. Entre estos conductos de combustible se encontraban 180 tubos, denominados «barras de control», compuestos por acero y boro, que ayudaban a controlar la reacción en cadena dentro del núcleo del reactor.
El accidente
En agosto de 1986, en un informe enviado a la Agencia Internacional de Energía Atómica, se explicaban las causas del accidente en la planta de Chernóbil. Este reveló que el equipo que operaba en la central la noche del viernes 25 de abril de 1986, se propuso realizar una prueba con la intención de aumentar la seguridad del reactor. Para ello deberían averiguar durante cuánto tiempo continuaría generando energía eléctrica la turbina de vapor después de la pérdida de suministro de energía eléctrica principal del reactor.
Las bombas refrigerantes de emergencia, en caso de avería, requerían de un mínimo de potencia para ponerse en marcha (hasta que se arrancaran los generadores diesel) y los técnicos de la planta desconocían si, una vez cortada la afluencia de vapor, la inercia de la turbina podía mantener las bombas funcionando.
Para realizar este experimento, los técnicos no querían detener la reacción en cadena en el reactor para evitar un fenómeno conocido como envenenamiento por xenón. Entre los productos de fisión que se producen dentro del reactor, se encuentra el xenón, un gas muy absorbente de neutrones. Mientras el reactor está en funcionamiento de modo normal, se producen tantos neutrones que la absorción es mínima, pero cuando la potencia es muy baja o el reactor se detiene, la cantidad de xenón aumenta e impide la reacción en cadena por unos días. El reactor se puede reiniciar cuando se desintegra el Xenón.
Los operadores insertaron las barras de control para disminuir la potencia del reactor y esta decayó hasta los 30 megavatios. Con un nivel tan bajo, los sistemas automáticos detendrían el reactor y por esta razón los operadores desconectaron el sistema de regulación de la potencia, el sistema refrigerante de emergencia del núcleo y, en general, los mecanismos de apagado automático del reactor. Estas acciones, así como la de sacar de línea el ordenador de la central que impedía las operaciones prohibidas, constituyeron graves y múltiples violaciones del Reglamento de Seguridad Nuclear de la Unión Soviética.
A 30 megavatios de potencia comienza el envenenamiento por xenón y para evitarlo aumentaron la potencia del reactor subiendo las barras de control, pero con el reactor a punto de apagarse, los operadores retiraron manualmente demasiadas barras de control. De las 170 barras de acero al boro que tenía el núcleo, las reglas de seguridad exigían que hubiera siempre un mínimo de 30 barras abajo y en esta ocasión dejaron solamente 8. Con los sistemas de emergencia desconectados, el reactor experimentó una subida de potencia extremadamente rápida que los operadores no detectaron a tiempo. A la 1:23, de la mañana del 26 de abril, cuatro horas después de comenzar el experimento, algunos en la sala de control comenzaron a darse cuenta de que algo andaba mal.
El mapa muestra en rojo la contaminación por Cesio-137 en Bielorrusia, Rusia y Ucrania. En curios por metro cuadrado (1 curio son 37 gigabequerelios (GBq). |
Cuando quisieron bajar de nuevo las barras de control usando el botón de emergencia (el botón AZ-5 «Defensa de Emergencia Rápida 5»), estas no respondieron debido a que posiblemente ya estaban deformadas por el calor y las desconectaron para permitirles caer por gravedad. Se oyeron fuertes ruidos y entonces se produjo una explosión causada por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, que hizo volar el techo de 100 toneladas del reactor provocando un incendio en la planta y una gigantesca emisión de productos de fisión a la atmósfera.
Fue una cadena de errores
Los elementos radiactivos se componen de tres franjas: los Rayos Alfa (no atraviesa ni el papel ni una carpeta), Beta (Atraviesa las partes del cuerpo sin que afecte a algunos órganos) y Gamma (elemento que atraviesa hasta el acero). Aquella noche, la central emitió rayos Gamma por doquier.
Según sabemos ya, en aquella fatídica noche, los operarios convencidos de la seguridad de la central, cometen una cadena de errores jamás explicada.
Comienzan el experimento a las 21.23 horas del 25 de abril y en la madrugada del 26 de abril, a las 01:07, en el panel de control, tres operarios ven que empiezan a ocurrir una serie de anomalías, de pronto empiezan a oír como unos golpes fuertes del núcleo, a pesar de ello, siguen adelante con el experimento para aprovechar al máximo la energía eléctrica.
Chernóbil en la actualidad con el sarcófago que ya presenta fisuras. |
Siendo las 01:23 los golpes comienzan a intensificarse y empieza a cundir el pánico, como medida, se ordena bajar el sistema de barras de grafito, el objetivo era, reducir la energía que allí abajo se estaba formando, esas barras tienen la propiedad de absorber la energía y graduar el nivel. Al final pulsan el botón de abortar pero no responde.
A las 01:24 se escucha una gran explosión, todos los bloques, de 300 kilos cada uno saltan por los aires, la intensidad de la explosión hizo que surgiera una luminosidad como la de un sol a medianoche.
Los elementos que contaminaron Chernóbil se componen de:
· Iodo 131; (131I) 8 días
· Cesio 137 (137Cs) 30 años
· Estroncio 90 (90Sr) 90 años
· Xenón 133 (133Xe) 600 años
· Plutonio 239 (239Pu) 24.000 años
La central queda prácticamente a oscuras, los supervivientes de la explosión al salir al exterior comienzan a sentir mareos y nauseas y ven como sus pieles han oscurecido. Tras ser trasladados al hospital de la ciudad de Prípiat, muchos murieron tras una larga agonía, otros tenían los órganos prácticamente disueltos.
La ciudad de Prípiat de casi 50 mil habitantes, completamente abandonada. |
El primer acercamiento en helicóptero evidenció la magnitud de lo ocurrido. En el núcleo, expuesto a la atmósfera, el grafito del mismo ardía al rojo vivo, mientras que el material del combustible y otros metales se había convertido en una masa líquida incandescente. La temperatura alcanzaba los 2.500 °C y en un efecto chimenea, impulsaba el humo radiactivo a una altura considerable.
Al mismo tiempo, los responsables de la región comenzaron a preparar la evacuación de la ciudad de Prípiat de 49.400 habitantes y de un radio de 10 km alrededor de la planta. Esta primera evacuación comenzó de forma masiva 36 horas después del accidente y tardó 3 horas en ser concluida. La evacuación de Chernóbil y de un radio de 36 km no se llevó a cabo hasta pasados seis días del accidente. Para entonces ya había más de mil afectados por lesiones agudas producidas por la radiación.
Parque de diversiones de Prípiat que iba a ser inaugurado el 1º de mayo de 1986. |
Ante la evidencia, el 14 de mayo el secretario general Mijaíl Gorbachov decidió leer un extenso y tardío, pero sincero, informe en el que reconocía la magnitud de la terrible tragedia.
Sin embargo la prensa internacional manifestó que el informe dado por las autoridades rusas minimizaba la magnitud del accidente y deseaba encubrir en la mayor de las posibilidades los efectos colaterales y secundarios que arrojaría al mundo una catástrofe nuclear de esa magnitud, y que empezaban a ser evidentes en todo el mundo y sobre todo en Europa.
Comenzó entonces la construcción de un túnel por debajo del reactor accidentado con el objetivo inicial de implantar un sistema de refrigeración para enfriar el reactor. Este túnel, así como gran parte de las tareas de limpieza de material altamente radiactivo, fue desarrollado por reservistas del ejército ruso, jóvenes de entre 20 y 30 años. Finalmente, jamás se implantó el sistema de refrigeración y el túnel fue rellenado con hormigón para afianzar el terreno y evitar que el núcleo se hundiera debido al peso de los materiales arrojados. En un mes y 4 días se terminó el túnel y se inició el levantamiento de una estructura denominada “sarcófago”, que envolvería al reactor y lo aislaría del exterior. Las obras duraron 206 días.
La región en la actualidad
Más de 155.000 Km² permanecen deshabitados ya que como la contaminación de Chernóbil no se extendió uniformemente por las regiones adyacentes, sino que se repartió irregularmente, se formaron bolsas radiactivas, dependiendo de las condiciones meteorológicas. Informes de científicos soviéticos y occidentales indican que Bielorrusia recibió alrededor del 60% de la contaminación que cayó en la antigua Unión Soviética. El informe TORCH 2006 afirma que la mitad de las partículas volátiles se depositaron fuera de Ucrania, Bielorrusia y Rusia.
Nivel de radiación cerca de la planta nuclear de 0,79 Roetgens. |
Monumento en memoria a los héroes de Chernóbil. |
Por una larga carretera vacía se llega al puesto de control de la zona de alienación, una zona de seguridad de 30 kilómetros a la redonda resguardada por el ejército alrededor del área del accidente. El terreno que rodea al antiguo reactor está cercado también por un nuevo perímetro de 10 kilómetros a la redonda, donde se considera que hay más contaminación. De hecho, en Prípiat aún existen zonas en las que el nivel de radiactividad es doce veces superiores al que existe en la capital, Kiev. Especialmente peligrosos son los tejados que todavía siguen en pie, ya que albergan los mayores índices de radiación. En la zona de 30 Km alrededor del reactor había unas 94 aldeas y las ciudades de Prípiat y Chernóbil.
Inmediatamente después del accidente, la mayor preocupación se centró en el yodo radiactivo, con un periodo de desintegración de ocho días. Hoy en día (2012) las preocupaciones se centran en la contaminación del suelo con estroncio-90 y cesio-137, con periodos de semi desintegración de unos 30 años. Los niveles más altos de cesio-137 se encuentran en las capas superficiales del suelo, donde son absorbidos por plantas, insectos y hongos, entrando en la cadena alimenticia.
Ingreso a la Zona de seguridad o Zona Alienación o de Exclusión de Chernóbil. |
Inmediatamente después del accidente, la mayor preocupación se centró en el yodo radiactivo, con un periodo de desintegración de ocho días. Hoy en día (2012) las preocupaciones se centran en la contaminación del suelo con estroncio-90 y cesio-137, con periodos de semi desintegración de unos 30 años. Los niveles más altos de cesio-137 se encuentran en las capas superficiales del suelo, donde son absorbidos por plantas, insectos y hongos, entrando en la cadena alimenticia.
Con el paso del tiempo, el sarcófago construido en torno al reactor 4 justo después del accidente se ha ido degradando por el efecto de la radiación, el calor y la corrosión generada por los materiales contenidos, hasta el punto de existir un grave riesgo de derrumbe de la estructura, lo que podría tener consecuencias dramáticas para la población y el ambiente.
La ciudad fantasma de Prípiat y al fondo la central nuclear de Chernóbil. |
El coste de construir una protección permanente que reduzca el riesgo de contaminación cumpliendo todas las normas de contención de seguridad fue calculado en 1998 en 768 millones de euros. Ucrania, incapaz de obtener esa financiación en el escaso tiempo disponible, solicitó ayuda internacional. Varias conferencias internacionales han reunido desde entonces los fondos necesarios, a pesar de que el presupuesto ha ido aumentando sensiblemente por culpa de la inflación.
Frente al "sarcófago" el contador Geiger mide una radiación de 0,76 Roetgens. |
Máscaras de gas abandonadas en Chernóbil. |
Cuando los científicos dicen de la fauna y la flora salvaje está prosperando en la zona de exclusión o alienación, nadie sabe qué enfermedades y mutaciones están sufriendo los animales que no sobreviven. Nadie sabe cómo se está acortando la vida de los supervivientes aparentemente sanos ni los trastornos genéticos en las generaciones futuras de las personas que fueron contaminadas.
Pareciera que los políticos y militares no aprendieron la lección de Chernóbil y planean otra ronda de construcción de centrales nucleares para nosotros y nuestros descendientes, otra generación de armas nucleares, la perpetuación de las armas recubiertas de uranio empobrecido, y una relajación de los estándares para la incineración y el proceso deshacerse de los residuos radiactivos. Así de triste resulta la minúscula habilidad del género humano de aprender de sus errores.
Para ver documentales sobre el desastre de Chernóbil, visite estos enlaces:
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