DETIENEN A BATMAN POR NO TENER NÚMERO DE PATENTE EN EL BATIMÓVIL

Desde hace unos meses, personas vestidas como el personaje Batman, creado por la imaginación de Bob Kane en mayo de 1939, han llegado al mundo real para hacer el bien. Uno apareció en los Estados Unidos y el otro en Eslovaquia.

Batman, uno de los pocos héroes de historietas que no tiene superpoderes, en el año 1966 pasó de las historietas a la televisión y en ese mismo año se hizo un largometraje con todo el elenco de la serie televisiva que tuvo 120 episodios que terminaron en 1968. De 1973 a 1986 el personaje apareció en dibujos animados para la televisión. Pero la primera superproducción sobre el personaje llegó en 1989 con el director Tim Burton que eligió a Michael Keaton para personificar a Batman. Y de allí en adelante hasta hoy se siguen haciendo filmes sobre Batman con distintos protagonistas. En 1986 Batman apareció en un videojuego. En 1992 comenzó otra serie de dibujos animados de Batman para televisión y paralelamente se editaba ininterrumpidamente su historieta, propiedad de DC Comics, que ha sido traducida a muchos idiomas.

Batman reemplazó el número de patente
de su Lamborghini negro por su símbolo.

Hoy vemos que Batman ya no es exclusivo de las historietas, los dibujos animados y las películas de Hollywood. Uno de los Batman apareció en Estados Unidos conduciendo un lujoso automóvil de color negro y fue interceptado por la policía porque no mostraba el número de la matrícula del vehículo.

Los oficiales de la policía de Maryland, en los Estados Unidos, se vieron en el papel de villanos hace unos días, cuando les tocó detener nada menos que a Batman, quien se desplazaba por una ruta en un Lamborghini negro sin las correspondientes patentes en su vehículo. En lugar del número de patente llevaba el símbolo del héroe Batman.

Al parecer, se trataba de un Bruno Díaz de carne y hueso, ya que debajo de esa máscara de "el hombre murciélago" se escondía un filántropo adinerado del estado, de 48 años de edad, cuya identidad no fue revelada.

Momento en que los policías le preguntan
a Batman donde está el Nº de Matrícula.

El hombre enmascarado, desde el año 2001 visita los hospitales de la región donde hay niños enfermos y que padecen cáncer y les reparte regalos o les da ánimo. Algunas veces visita los hospitales acompañado con su hijo que interpreta el papel de Robin.

El héroe tenía las patentes en el baúl de su Lamborghini Gallardo, pero no había tenido tiempo de comprar los tornillos correspondientes para que se vieran en el exterior.

Por otro lado, Batman jamás se sacó la máscara porque alegó que era demasiado complicado (sobre todo sin tener a Alfred o a Robin para ayudarlo). Dijo a los uniformados que confeccionar el "bati-traje" le costó alrededor de 5.000 dólares y que por año gasta unos 25.000 dólares en "bati-regalos" para los niños enfermos, algunos de los cuales no pueden salir de los hospitales durante semanas o meses.

Según declaró a los policías, su objetivo era aparecerse en el pabellón pediátrico de un hospital del Condado de Montgomery, en Maryland, para hacer una obra de beneficencia, algo que realiza con frecuencia en distintos hospitales con niños, llevándoles juguetes.

Les informó a los agentes que en breve aparecerá con su propio "Bati-móvil" (no es el Lamborghini), un vehículo personalizado en el que ya lleva invertidos 250 mil dólares pero que aún le faltan algunos "Bati-accesorios" antes de sacarlo a la calle.

El episodio logró captar la atención de todos y, como era de esperarse, los encargados de comunicación de la policía de Montgomery se dieron a la tarea de revelar las imágenes en Facebook y Twitter.

Vea el interrogatorio del filántropo aquí.

Un Batman eslovaco

En contraposición al personaje de historieta que es un millonario cuya fortuna le permite tener todos los dispositivos tecnológicos necesarios para luchar contra el crimen. Al igual que el héroe urbano de Maryland que fue detenido, que resultó ser un millonario del lugar, capaz de comprarse un costoso Lamborghini, existe en el otro extremo del mundo, en la República de Eslovaquia un Batman que ayuda al prójimo, pero es sumamente pobre. Se trata de un joven de 26 años que asiste a sus vecinos de Dunajska Streda, Eslovaquia, ayudándolos a cruzar la calle o bajando a gatitos de los árboles, siempre ataviado con el traje de Batman.

El joven enmascarado se dedica en cuerpo y alma a la defensa del bien, y adoptó el vestuario y las costumbres de Batman para proteger a sus vecinos.

La ciudad que protege (Dunajska Streda), está situada a unos 55 kilómetros al sur de Bratislava, poco tiene que ver con ciudad Gótica, pero esa circunstancia no impide a este Batman local convertirse en su héroe y velar por la seguridad de sus vecinos.

El Batman eslovaco hace justicia
en la ciudad de Dunajska Streda.

Algunas de sus actividades habituales son recoger la basura que los vecinos arrojan en la calle, ayudar a una anciana a cruzar la calle u ofrecerse a cargarle las bolsas del almacén.

Ya es conocido como “el héroe con el traje de Batman”, pero a diferencia del Batman de la ficción, vive en un edificio abandonado que carece de agua corriente, electricidad y sistema de calefacción. A pesar de su pobreza, este “Batman eslovaco" asegura estar dispuesto a colaborar con las autoridades en la lucha contra el crimen, ya que es un ferviente defensor de la justicia.

Por ahora, y a falta de las sofisticadas armas del superhéroe original, se conforma con ayudar a los ciudadanos tratando de mejorar su día a día. Sus buenas acciones sólo redundaron en agradecimientos y algo para comer como recompensa.

Sin embargo, a la policía local no le agrada la presencia del hombre enmascarado, porque no lleva ningún elemento de defensa para combatir el crimen de la ciudad, por eso temen que reciba una paliza si se cruza con algún delincuente peligroso.

El Batman eslovaco con su accionar
ya evitó un par de asaltos.

El Batman eslovaco se confeccionó su propio traje y aún no tuvo oportunidad de enfrentarse con supervillanos o combatir amenazas cósmicas, pero ya ha evitado que niños más grandes molesten a los pequeños, ayuda a ancianas a cargar sus bolsas de compras, escolta a mujeres por callejones oscuros, y ya un par de veces con su presencia evitó el asalto a una tienda. Este hombre es cada día más célebre y bien conocido en la localidad, y los vecinos agradecidos suelen ofrecerle comida siempre que pueden.

No cabe duda que el Batman eslovaco es un héroe de verdad como tantas decenas de otros héroes que han surgido en distintas ciudades, pero en vez de usar un nombre famoso, han preferido crearse su propio nombre de fantasía y su propio traje original para combatir al crimen, uno de ellos es el argentino Menganno y en el futuro ya hablaremos de otros justicieros enmascarados que han decidido dar parte de su tiempo libre para ayudar al prójimo.

Por Alberto Seoane