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lunes, 16 de abril de 2012

MÁS DE 400 MILLONES DE NIÑOS TRABAJAN COMO ESCLAVOS EN EL MUNDO

El 16 de abril ha sido instituido como el Día Mundial contra la esclavitud infantil, ocasión propicia para recordar las denuncias de organismos y ONG internacionales, así como organizaciones religiosas que han denunciado que más de 400 millones de niños viven actualmente en situación de esclavitud, muchos de ellos trabajando en la elaboración de productos que se comercializan en Europa, en los Estados Unidos y en el resto del mundo.

Niños esclavos en el Lejano Oriente.
Fábricas, basurales, explotación minera, ventas ambulantes, prostíbulos o talleres de toda clase de elaboración de productos son sólo algunos de los lugares en los que millones de niños en todo el mundo trabajan, sin posibilidad de ir a la escuela.

La organización Misiones Salesianas ha indicado que millones de menores en la India trabajan haciendo ladrillos por sueldos míseros; unos 10.000 en las minas de esmeralda de Colombia; 367.000 niños son esclavos domésticos o prostituidos en Ecuador y el 38% de los menores de Perú sufren esclavitud en las minas de suyo, según recoge Europa Press.

Con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, las organizaciones reiteran la necesidad de luchar contra este fenómeno. La Confederación española de religiosos (Confer) declaró que “indirectamente, esta esclavitud entra a formar parte de nuestra vida de cada día”, ya que muchos de los productos que consumimos podrían ser fruto del trabajo forzado de menores. Confer anima a no escatimar ningún esfuerzo para combatir estas injusticias y brindar a todos los niños la protección legal que merecen.

Trabajo esclavo, su división
Los "trabajos esclavos" se refieren a actividades que ponen en peligro la vida y la salud mental o física del niño. Algunos de estos trabajos peligrosos son:
Explotación minera.
Trabajos que manipulan pesticidas en la actividad agraria.
Manipulación de maquinaria peligrosa con materiales punzantes o eléctricos.
Trabajo en la industria de la construcción.
Trabajos en el servicio doméstico y otros tipos de servicios impropios para su corta edad.
Venta ambulante de cosas en las calles.
Mendicidad infantil.

"Trabajos" contra la dignidad humana


Son situaciones de explotación, mal denominados "trabajos", que atentan contra el normal crecimiento de los niños y van en contra de su dignidad y respeto personal convirtiéndose además en abuso infantil:
Prostitución
Pornografía infantil
Exhibicionismo.
Venta de drogas.
Trabajos relacionados con acciones bélicas de todo tipo y la manipulación de armas.
Estas situaciones de explotación y abuso desvirtúan la percepción de los niños y adolescentes, sus modelos a seguir por lo general son negativos.

Historia del Día Mundial contra la Esclavitud Infantil
La fecha de celebración de este día mundial no es fortuita. Tal día como hoy, un niño esclavo paquistaní de 12 años, Iqbal Masih, logró liberarse de sus amos y trabajó por la liberación de otros niños hasta que fue asesinado el 16 de abril de 1995, cuando iba en su bicicleta, por miembros de las mafias de fabricantes de alfombras. Murió después de múltiples amenazas, por cerrar empresas en las que todos los trabajadores eran niños esclavos.

El niño Iqbal Masih, asesinado
el 16 de abril de 1995 por
denunciar a la mafia de los
fabricantes de alfombras.
El pobre Iqbal comenzó su esclavitud cuando fue “cedido” a un fabricante de alfombras por su padre, a la edad de 4 años, a cambio de un préstamo de 600 rupias, y durante seis años fue obligado a realizar jornadas laborales de más de 12 horas, encadenado al telar y maltratado. Su padre lo “prestó” porque necesitaba dinero para pagar la boda de su hijo mayor. A cambio, recibió un préstamo de 600 rupias equivalente a unos 12 dólares estadounidenses.

Iqbal trabajaba doce horas diarias, trenzando alfombras por una rupia diaria para saldar la deuda. Sin embargo, con los intereses, la deuda no dejaba de crecer y resultaba impagable. A menudo era golpeado si se quedaba dormido o se equivocaba. Así estuvo durante seis años hasta que a los 10 años, Iqbal consiguió escapar (1992) y asistió a un mitin sobre derechos humanos y su vida cambió radicalmente. Consiguió la libertad a través de una campaña del Frente de Liberación del Trabajo Forzado y se convirtió en un activo luchador contra el trabajo cautivo. Con el apoyo del sindicato Bhatta Mazdoor Mahaz ("Frente de los trabajadores de ladrillos") Iqbal cada día tenía más repercusión periodística.

El ejemplo de Iqbal le hizo merecer premios en metálico en Estocolmo y Boston, dedicando ese dinero a abrir una escuela, manifestando en la colocación de la primera piedra su intención de hacerse abogado para continuar la lucha contra la esclavitud infantil.

Niño soldado en África.
En memoria de Iqbal, símbolo de los más de 400 millones de niños esclavos de la actualidad hay que recordar el 16 de Abril como Día Internacional contra la Esclavitud Infantil.

Millones de niños y niñas contemplan día a día cómo se desvanece su infancia entre jornadas laborales de interminables horas, esfuerzos físicos nada apropiados, tratos vejatorios y responsabilidades ajenas a las de su edad. Sí, la esclavitud infantil existe en el siglo XXI, y cualquier esfuerzo es escaso cuando se trata de erradicarla.

El 16 de abril es una jornada dedicada a denunciar el empleo de menores en situaciones de esclavitud infantil que provoca que muchos niños dejen de ser niños bastante antes de lo previsto, lo que, la mayoría de veces, supone una condena que lleva consigo situaciones de extrema pobreza, marginación social, imposibilidad de acceder a la educación.

Niños mineros en Bolivia. Están
expuestos a gases tóxicos, derrumbes
y daños psicológicos.
Se estima que hay más de 400 millones de niños esclavos (menores de 14 años) en todo el mundo, de los cuales 165 millones tienen menos de 5 años. Ellos son utilizados en la minería, guerras, fábricas, prostitución, explotación laboral, mendicidad e incluso en mundo del espectáculo (como circos), son sometidos al hambre, malos tratos, torturas y anulación de sus derechos consagrados en las Naciones Unidos, y más allá, ya que son traficados y comercializados sin leyes o voluntad política que lo impida. La mayoría son esclavizados en el sector informal, sin protección legal o reglamentaria.

Aunque no lo quieran creer, la esclavitud aumenta constantemente, tanto en el empobrecido Sur como en el Norte rico y desarrollado. El tráfico de niños, de órganos, la servidumbre por deudas, la industria textil, del calzado, de juguetes, la pornografía, la guerra y un sinfín de actividades ilícitas son el común de millones de niños.

Ellos son parte del inescrupuloso comercio internacional, con su monopolio tecnológico, la pasividad y cinismo de los organismos internacionales, así como por las políticas económicas impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y la complicidad con los gobiernos para favorecer a las grandes compañías internacionales.

La esclavitud diaria que nadie quiere ver
Las ricas plantaciones de cacao de Costa de Marfil son un reclamo para los países más pobres del oeste de África donde trabajan 12.000 niños esclavos recogiendo las semillas de cacao para elaborar el chocolate que consumimos todos. Traficantes compran niños a sus padres en otras naciones por la tarifa de 20 dólares cada uno. Los niños atraviesan en autobús tres países por el golfo de Guinea hasta llegar a Costa de Marfil para poner su vida en manos de los capataces.

Otro de los grandes abusos, es de los niños y niñas destinados a burdeles clandestinos en Centroamérica. Los pequeños son comprados, robados y traficados a diferentes ciudades lejanas a su tierra natal. Son entrenados y hacinados en sótanos de dónde sólo tendrán acceso a la calle, bien sea para trabajar, o una vez que se esté seguro que está lo suficientemente “domado” para que siempre regrese o, simplemente cuando alguien los compre.

Unos 3.000 niños de entre dos y siete años, han sido enviados engañados a los Emiratos Árabes Unidos para ser jinetes en las carreras de camellos que fueron prohibidas desde 2003, pero aún siguen haciéndose en la clandestinidad. Se les da una alimentación escasa para que apenas alcancen los 22 Kg, y tampoco son escolarizados ni reciben atención médica. Los niños, son originarios de Pakistán, Sudán, Bangladesh y Mauritania, emigran a los Emiratos con el permiso de sus familias, a las que ofrecen un supuesto trabajo de pastor. Pero su oficio es el de jinete y por eso los padres, de muy escasos recursos, cobran unos 80 dólares al mes por permitir el abuso.

Atados sobre el camello, su tarea consiste en darle palos y pegar gritos para que corran más rápido, muchos caen, se fracturan y en algunos casos mueren por inanición o por los golpes recibidos en caídas en competencias y entrenamientos.

10.000 niños pierden su 
infancia y su salud buscando
 esmeraldas en Colombia.
En Ghana, donde operan las academias ilegales del fútbol, los niños y sus familias son engañados con promesas imposibles de triunfar en equipos europeos. Muchos padres venden todo lo que tienen y se endeudan, esperando que sus hijos lleguen al Barcelona, Real Madrid, Manchester, o Bayern. Entrenadores ghaneses e intermediarios extranjeros firman a los niños jugadores, a edades tan tempranas como los 7 años con un precontrato. Comprados a sus familias los capacitan y los vendes para ganarles cientos de miles de dólares por el traspaso a los equipos europeos. Pero obviamente, no todos son resaltantes, ni todos serán adquiridos por el deporte profesional.

También hay esclavitud infantil en Brasil, donde los esclavos producen el carbón usado en la fabricación de acero para automóviles. En Myanmar (Birmania) les dedican a la cosecha de caña de azúcar y otros productos agrícolas. En China, los niños esclavos preparan explosivos y fuegos de artificio, mientras que Sierra Leona se surte de esclavos para extraer diamantes de las minas. En la República Democrática del Congo, miles de niños son esclavizados y explotados en la extracción de la casiterita y coltán, elementos usados e indispensables para las PC, mp3, teléfonos móviles y un sin fin de instrumentos que cotidianamente usan los que habitan en el llamado «primer mundo». En tanto que en Bolivia más de 13.500 niños trabajan en la explotación minera. En Benín y Egipto se calcula que un millón de niños son forzados a trabajar en el sector algodonero porque son más baratos y obedientes que los adultos.

En Myanmar, la ex
Birmania, los niños
soldados ascienden
a 100 mil.
Más de 50 países reclutan a menores de 18 años y los arman para la guerra. Se calcula que más de 300.000 niños están militarizados actualmente en todo el mundo. Principales países donde los militarizan: Afganistán, Angola, Myanmar (ex Birmania), Burundi, Colombia, República Democrática del Congo (RDC), Costa de Marfil, Guinea, India, Irak, Israel y territorios ocupados, Indonesia, Liberia, Nepal, Filipinas, Rusia, Ruanda, Sri Lanka, Somalia, Sudán y Uganda. Media de las edades de los niños: entre 15 y 18. Existe la presencia de niños soldados en Myanmar donde hay 100.000 niños militarizados, los niños soldados pueden tener hasta 7 años. Hay más de 25.000 niños narcos en México que andan armados y defienden el territorio de sus respectivas bandas.

En América Latina se estima que cerca del 70% de niños y niñas que trabajan lo hacen en el sector rural. En determinadas condiciones, el trabajo infantil en la agricultura puede implicar explotación infantil, así como riesgos físicos, debido a la manipulación de herbicidas y pesticidas, al uso de maquinaria pesada o instrumentos punzo-cortantes, por adversidades climáticas y muchas veces por largas jornadas de trabajo. Los niños y niñas se exponen también a violencia en lugares de trabajo por parte de los adultos con consecuencias psicológicas como el abuso y el estrés ocasionado por la presión de cumplir con determinadas cuotas de producción. Todo esto lleva a que muchos de ellos abandonen la escuela, o deban combinar el estudio con largas jornadas en el campo lo que afecta seriamente su rendimiento educativo y por tanto su formación.

Existen decenas de miles de niños
esclavos en fábricas de pelotas en la India.
Muchas multinacionales tienen subcontratos con empresas locales africanas y asiáticas que ellas sí utilizan mano de obra infantil, aunque no corresponda al concepto preciso de esclavitud, la fomentan. Por ejemplo, la marca deportiva Nike cuenta con numerosas denuncias de explotación infantil en la fabricación de sus productos, principalmente en Indonesia.

Cada año, India produce más de un millón de pelotas de fútbol hechas a mano, en su mayoría para la exportación a los países del mundo, como Estados Unidos. En algunas de las regiones más pobres del país, niños con apenas seis años de edad trabajan en la industria, cosiendo las pelotas todos los días sin esperanza de una vida mejor. Una niña de 12 años recibe 15 centavos por coser una pelota que en Estados Unidos se vende a 15 dólares. Las pelotas que se fabrican en India aprovechando el trabajo de menores de edad van a unas 10 compañías internacionales, por ejemplo la compañía Mitre, que vende pelotas a la liga profesional de fútbol de Estados Unidos y también a la liga futbolista lo más prestigio en el mundo, la Liga Premier de Inglaterra.

Empresas como McDonald´s por ejemplo, utilizan la esclavitud infantil como pilar fundamental de su negocio. Las tan conocidas “Cajitas Felices” distan mucho de serlo por todo lo que implica su producción. Niñas chinas (entre 12 y 17 años) trabajan entre 14 y 18 horas, disponen de 15 minutos para comer y cuatro horas para dormir en cuchitriles situados en las mismas fábricas. Al anochecer, las trabajadoras (o dagongmei) son registradas para comprobar que no han robado nada. Con sus puertas de metal y sus barrotes en las ventanas, estos talleres parecen más un cuartel militar. Con la esperanza de salir de la pobreza, son reclutadas para montar y empaquetar las “cajitas” como autómatas, sin levantar la mirada, darse un respiro o hablar entre ellas. Otra demostración de cómo los chinos son competitivos.

Cada vez que se compra una promoción de la “Cajita feliz” de Mc Donald´s o juguetes “made in China”, se contribuye a que se siga esclavizando a la infancia del gigante asiático.

Llegará el día que el 16 de abril se conmemore otra cosa distinta a lo que se relata en estas líneas, pero antes de cumplir ese sueño habrá de luchar por él.

1 comentario:

  1. Gracias por esta información, me ayuda mucho a tomar conciencia de esta terrible realidad.

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