TRES CHICAS NORTEAMERICANAS SE DEDICAN A EXPULSAR DEMONIOS

Las estadounidenses Brynne Larson y las hermanas Tess y Savannah Scherkenback hacen artes marciales y equitación, aunque ese no es el único pasatiempo o tarea que tienen. Hay algo más a lo que le dedican tiempo extra: se dedican a hacer exorcismos, en privado y apareciendo en varios programas de televisión.

Las tres adolescentes son cinturón
negro de karate.

Las chicas son cinturón negro y se conocieron en una clase de karate, hace ocho años en Phoenix, Arizona. Simpatizaron enseguida y a los golpes, se hicieron amigas. Con férrea fe cristiana, la emprendieron contra los demonios, según confesaron a la BBC.

Las jóvenes que expulsan demonios: a la
izquierda Tess, en el centro Brynne y
a la derecha Savannah.

Según las creencias de estas adolescentes, los ángeles que fueron expulsados del cielo junto con Lucifer se convirtieron en demonios, los demonios pueden poseer a un ser humano y causar sufrimiento, depresión o adicción. El exorcismo es una práctica antigua y aparece en muchas religiones, pero muchos creyentes dudan de la existencia de los demonios por haber leído a Sigmund Freud. El cada vez más cuestionado fundador del psicoanálisis, consideró la posesión espiritual como una ilusión neurótica, y los demonios, como "impulsos instintivos reprimidos".

Las tres norteamericanas realizaron
varios exorcismos en Ucrania.

Las chicas aconsejan que evitar las películas de miedo es muy recomendable para mantenerse lejos del demonio. Tal vez exagerando un poco, dicen que se consideran "luchadoras por la libertad". Cuando hacen un exorcismo -es una forma de decir- sacan cruces de plata, Biblias y todo lo que tengan a mano para enfrentar a Satanás y sus secuaces, en pleno siglo XXI. El objetivo el que el demonio vuelva a su lugar de origen: el infierno.

El reverendo Larson durante un
exorcismo, con la ayuda de 
sus colaboradoras.

Luego de expulsar demonios en Ucrania, las tres chicas fueron invitadas a Gran Bretaña y el público de Londres “la capital de las fuerzas oscuras”, según afirmaron las adolescentes, las recibió como heroínas. Para ellas no es una representación teatral sino una representación del poder de Dios. Afirman que nunca han leído las novelas de Harry Potter ni visto sus películas.

Savannah, de 21 años, afirma que “los jóvenes británicos deben dejar de invitar a Satán para que los posea recitando conjuros”. Y agrega: “Más del 50% de las mujeres del Reino Unido hacen alguna clase de brujería cada día”.

Su hermana Tess, de 17 años dice: "Cada país tiene un tipo específico de demonio, el Reino Unido, por ejemplo, es un caldo de cultivo para la brujería".

Bob Larson afirma que ya realizó
 15.000 exorcismos.

En tanto que Brynne Larson, de 18, afirma que “la pérdida de los valores morales causa las posesiones satánicas”.  "Un demonio no puede metérsele a alguien cuando quiere: Dios no lo permite", dice Brynne. "Cuando alguien peca o hace o le hacen algo que permite que el demonio entre, eso se llama el derecho legal o la razón por la que está ahí". Brynne afirma que su primer exorcismo lo realizó a la edad de 13 años.

Las chicas fueron entrenadas por el padre de Brynne, el reverendo Bob Larson, quien asegura haber realizado más de 15.000 exorcismos en su país y varios otros lugares del mundo.

El mentor de las chicas, el padre de Brynne, no está de acuerdo con los críticos que dicen que es peligroso enseñarles a los adolescentes a hacer exorcismos. "Nos parece bien que los adolescentes se emborrachen y tengan relaciones sexuales, pero si se trata de hacer cosas morales para Dios... eso sí que no", dice Larson indignado en entrevista con la BBC.

Las tres exorcistas y el reverendo Larson
que las preparó durante años.

La madre de Brynne, Laura Larson, afirma que las chicas están sinceramente tratando de ayudar a la gente. "Somos una familia que vive de acuerdo a nuestra fe", le dice Laura a la BBC, "y creo que las exorcistas adolescentes están haciendo algo significativo. Están comprometidas y defienden sus creencias".

Tres bellas chicas contra el demonio.

Ella no fomentó activamente el que su hija Brynne se convirtiera en exorcista. "Yo no quería impedir que hiciera exorcismos, pero tampoco la animé", recuerda. "Lo que pasó fue que sus amigas Tess y Savannah empezaron a capacitarse y ella me preguntó: '¿Puedo ir? Tengo muchas ganas de aprender' y, por supuesto que no le podía decir que no".

Tess, Savannah y Brynne fueron educadas en sus hogares. En el caso de Brynne fue por la profesión de su padre. "Teniendo que ir a más de 20 países y esas cosas, yo realmente no tenía tiempo para ir a la escuela, pero me sentaba en mi escritorio y estudiaba cálculo y leía todos mis libros", dice.