HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


jueves, 8 de mayo de 2014

LLUVIA DE PECES EN SRI LANKA

En una aldea del oeste de la isla los pobladores salieron a recoger los peces vivos que caían del cielo.

Los aldeanos del distrito de Chilaw pudieron
recolectar 50 kilos de peces.
El lunes 5 de mayo de 2014 los habitantes de una aldea de Sri Lanka fueron sorprendidos por una insólita lluvia de pequeños peces. El pescado comestible cayó del cielo durante una tormenta y se cree que fuertes vientos los arrastraron desde el río a la atmósfera.

Aldeanos del distrito de Chilaw dijeron que los peces cayeron en pastos, calles y tejados de las casas.

Vecinos dijeron escuchar algo pesado caer y descubrieron un montón de pescado con un peso total de 50 kg.

Comida del cielo
Los científicos dicen que la lluvia de peces tal vez pudo producirse a causa de trombas de agua.

Los peces caídos en Sri Lanka medían
de 5 a 8 centímetros.
Algunos de los peces, que medían entre 5 centímetros y 8 centímetros de largo, todavía estaban vivos y los lugareños los pusieron en baldes de agua para comérselos luego.

No es la primera vez que esto ocurre en Sri Lanka, en 2012 se dio una "lluvia de mariscos" en el sur del país.

Chilaw, la aldea donde cayeron
los peces, está al oeste, en la isla 

de Sri Lanka.
El fenómeno puede deberse a complejos procesos meteorológicos que pueden dar lugar a una columna de aire rotatoria que actúa como una aspiradora, llevándose todo lo que encuentra en su camino.

Esta especie de tornados, podrían haber aspirado a los pequeños peces de un río, transportándolos hasta la base de la nube tormentosa, para precipitarse luego.

Lluvias de peces en el mundo
A lo largo y ancho del mundo y de la historia hubo centenares de lluvias de toda clase, entre ellas las de peces.

Lluvia de peces, grabado de Olaus
Magnus del año 1555.
Ya en el año 200 d.C., el griego Ateneo relata una lluvia de peces que cayeron durante tres días en la región de Queronea, en el Peloponeso.

Olaus Magnus (1490-1557), obispo de Suecia, menciona en su libro sobre la historia y costumbres de su pueblo, Historia Gentibus Septentrionalibus (1555), episodios en los que caían ranas, peces y ratas del cielo.

Las lluvias de peces a menudo incluyen ejemplares de tamaños distintos. En Feridpoor, India, por ejemplo, en 1830 cayeron dos especies de peces, una más grande y pesada que la otra.

Grabado del siglo XVIII que muestra una
lluvia de peces en Transilvania.
En Futtepoor, India, en 1833, cayeron peces muertos y secos. Se calculó entre 3.000 y 4.000, todos de la misma especie.

En Allahabad, India, en 1836, los peces que cayeron del cielo estaban no sólo muertos sino secos.

Una ordenada lluvia de peces tuvo lugar al sur de Calcuta, el 20 de septiembre de 1839. Un testigo presencial dijo: “Lo que más extraño me pareció fue que los peces no caían al azar... sino en línea recta, de no más de un cúbito (medida antigua, derivada de la longitud del antebrazo) de ancho.

Foto de un pez gobio.
En 1848 llovieron peces sobre Londres, Inglaterra.

En 1859 en Glamorganshire, Inglaterra, hubo precipitación de gran cantidad de peces (gobios) en el transcurso de una tormenta. 

En Mountain Ash, Gales, el 9 de febrero de 1859, John Lewis, estaba trabajando en un aserradero, quedó atónito cuando hacia las 11 de la mañana fue golpeado por pequeños objetos que caían del cielo. Uno de los objetos se coló por el cuello de su camisa. Cuando metí la mano me quedé sorprendido al descubrir que era un pececito. Declaró: “El suelo también estaba cubierto de ellos. Me quité el sombrero; el ala estaba llena de peces. Saltaban por todas partes... Mis compañeros y yo podríamos haber llenado cubos de ellos...”

Ilustración de la lluvia de peces en
Singapur, el 16 de febrero de 1861.
El 16 de febrero de 1861, una sacudida telúrica hace temblar a la ciudad de Singapur y luego sobrevienen tres días de lluvias torrenciales. Cuando éstas terminan, se descubren en los charcos de agua que cubren una superficie de unas 20 hectáreas, miles de peces-gato vivos. 

Los incrédulos afirmaron que los peces provenían de la crecida del río. Sin embargo, la crecida del río Singapur no permite explicar cómo algunos peces aparecieron en jardines cerrados que se libraron de la inundación. De este fenómeno, fue testigo Francois de Castelnau, un naturalista francés que se encontraba en el lugar.

Gilbert Whitley enumeró más de 50 lluvias de 
peces sólo en Australasia, entre 1879 y 1971.
En 1866 en Essen, Alemania, durante una tormenta muy violenta, cayó del cielo un gran bloque de hielo que contenía una carpa en el interior.

Gilbert Whitley, trabajando con los archivos del Museo Australiano, enumera más de 50 lluvias de peces sólo en Australasia, entre 1879 y 1971.

Anguila europea en el campo.
Cientos de anguilas cayeron en Hendon, suburbio de Sunderland, en el norte de Inglaterra, el 24 de agosto de 1918. El testigo A. Meek, biólogo marino, informó haber visto una lluvia que duró sus buenos diez minutos y estuvo limitada a una zona pequeña.

En 1941, el American Journal of Science publicó un artículo acerca de una granja en Cambridge (Maryland, Estados Unidos), donde se paralizaron los trabajos de un nuevo sistema de desagües a causa de la lluvia. Cuando se reinició el trabajo, la zanja apareció llena de agua de lluvia en la que había cientos de percas de dos especies diferentes que medían de 10 a 18 cm. Las inundaciones y los peces migratorios fueron descartados a causa de la distancia entre ambos lugares y las aguas más próximas.

El biólogo marino Alexander Bajkov
fue testigo el 23 de octubre de
1947 de una lluvia de peces
en Marksville, Louisiana.
El 23 de octubre de 1947 por la mañana, cayeron peces en Marksville, Louisiana, Estados Unidos. Después de un chaparrón había decenas de peces vivos y muertos en las calles. Fue testigo el biólogo marino Alexander D. Bajkov (1895-1955) que describió los peces: “Había peces sol, pececillos de ojos grandes y róbalos negros de hasta 23 centímetros de longitud”. Se encontraron más peces en los techos, muertos pero aptos para el consumo.  

Después de una lluvia torrencial, fueron encontradas muchas percas en las calles de Charleville, pero no se encontraron ni en los tejados, ni en las cisternas. Sucedió en noviembre de 1947.

En 1956 con un cielo claro en Chilatchee, Alabama, Estados Unidos, una mujer y su esposo observaron una pequeña nube oscura que se formaba en el cielo. Cuando estuvo sobre ellos de la nube cayó lluvia de agua y también un pez gato, una lobina y otros peces, todos vivos. Luego la nube oscura se puso blanca y se deshizo.

En 1966, el sacerdote Leonard Bourne cuando se encontraba en el norte de Sydney, Australia, fue golpeado en su hombro por un largo pez que cayó del cielo.

Peces cuya longitud oscilaba entre los 15 y los 30 cm cayeron en varios jardines de Essex, el 12 de agosto de 1968, según informaron los periódicos del día siguiente.

Las lluvias de peces anuales en Yoro, Honduras
En 1970, la reconocida revista National Geographic envió especialistas a Honduras para investigar lo que sucede en el departamento de Yoro que es conocido por tener una historia de lluvia de peces desde hace cientos de años. Ahora ya es parte de la cultura de esta región. La lluvia de peces ocurre cada año entre mayo, junio y julio. Los investigadores encontraron que los peces que caen tienen todos el mismo tamaño, unos 15 cm., y extrañamente son todos ciegos. Finalmente plantearon la teoría de que estos peces viven bajo tierra, y son ciegos porque nunca estuvieron expuestos a la luz.

Peces caídos del cielo
guardados por los yoreños.
Los peces caídos existen en los diferentes ríos de la región. Los yoreños los conocen como pez lancha y su tamaño es de 11 a 15 centímetros. Al caer, los peces aprovechan el agua de la lluvia para movilizarse hasta los riachuelos Machigua y Jalegua, tributarios del río Aguán.

El 16 de julio de 2006, el programa de televisión hondureño “Abriendo Brecha” hizo un informe especial sobre el fenómeno de la lluvia de peces en el departamento de Yoro que ya se incrementó a dos veces por año. Aunque los especialistas tratan de explicar que las lluvias de peces son un fenómeno climático, los peces que caen no son de agua salada, sino que son peces vivos de aguas dulces. No son muy grandes, y no se encuentran en ningún cuerpo de aguas cercanas.

Peces caídos con la lluvia en el pueblo de
Victoria, en Yoro, Honduras.
Los testigos dicen que normalmente aparece primero una nube negra, y en seguida llegan los truenos, relámpagos, vientos fuertes y dos hasta tres horas de lluvias fuertes. Una vez terminada la lluvia, el suelo aparece cubierto de peces vivos. La gente se los lleva para cocinar y comer. El pueblo de Yoro cree que la razón de la lluvia de peces se originó en 1856, cuando un sacerdote español, José Manuel Subirana fue a Honduras. Al ver a los indígenas xicaque que vivían en una pobreza absoluta, rezó por 3 días y 3 noches, pidiendo un milagro de Dios para dar comida a los pobres. Al terminar la oración, vino una gran tormenta y llovieron los peces. Desde entonces, comenzó a llover peces. Este fenómeno milagroso hace que desde 1998 la gente de Yoro comenzara a festejar cada año el “festival de la lluvia de peces”.

Niños de Yoro muestran los peces
que cayeron con la lluvia.
Los científicos afirman que los peces son arrastrados al cielo por un tornado o huracán pero eso no explica porque solo caen peces de la misma especie, sin siquiera mezclar trozos de hierbas o arbustos. Además, los tornados, trombas y torbellinos actúan indiscriminadamente. Suelen recoger muchas cosas en su camino, y esparcirlas por todas partes. Esto contradice tajantemente lo que sucede en la gran mayoría de casos de lluvias de animales, que se concentran en un área reducida, lo mismo sucede en Yoro.

Otra cuestión que plantea interrogantes es que en la gran mayoría de los casos, los peces que caen están vivos, lo que sugiere que no pasó mucho tiempo desde que el tornado o la tormenta los “recogió” y el momento en que finalmente caen como lluvia, y esto ocurre aunque no se registren cuerpos de agua en los alrededores.

Más lluvias de peces
En el Monte Isa, Queensland, Australia, hubo lluvia de peces en 1973.

En 1989, en Ipswich, en el este de Australia,
después de una lluvia se recolectaron
en un campo 800 sardinas.
Hubo una lluvia de peces en Kajabbi, también en Queensland en 1974.

En abril de 1975 llovieron peces en Kamilla, India, cerca de la frontera con Birmania. El británico Ron Spencer, se estaba lavando bajo la lluvia cuando llegaban los monzones. En una ocasión estaba en este ritual, cuando: “Unas cosas empezaron a golpearme, y al mirar a mi alrededor vi miles de formas pequeñas que se retorcían en el suelo y otros miles que eran barridas de los tejados, que caían en los canales y en los arrozales. Eran peces pequeños, del tamaño de sardinas. No hace falta decir que poco después de la tormenta no quedaba ninguno. Las aves se los comieron”. 

Ilustración para el extraño
fenómeno de las lluvias de peces.
En 1989, luego de una torrencial lluvia en Ipswich, en el este de Australia, Harold Degen y su esposa fueron testigos de una lluvia de peces, pudieron recolectar en su campo alrededor de 800 sardinas.

En 1984 cayeron peces sobre East Ham, Inglaterra.

En Camooweal, Queensland, llovieron peces en el año 2000.

En 2002 en la aldea griega de Korona, llovieron peces vivos.

En agosto de 2004, llovieron pequeños peces a las 3 de la tarde sobre la aldea de Knighton, en Powys, y también en agosto pero 2007 en Great Yarmout, Norfolk, todas localidades del Reino Unido.

Así eran los peces que llovieron en
Lajamanu, Australia.
El 25 de febrero de 2010 llovieron peces vivos en Lajamanu, un pequeño pueblo del norte australiano cercano al desierto de Tanami. Cientos de peces vivos cayeron del cielo y algunos terminaron en los baldes de los lugareños. Los científicos no pueden explicar porque estaban vivos ya que según ellos tendrían que caer muertos al no estar en su líquido elemento y caer de una considerable altura. Según los meteorólogos un tornado estaría detrás del fenómeno. Curiosamente, esa noche no se reportaron tornados en Australia, con lo cual la hipótesis de la tromba o tornado no tiene asidero. La lluvia de peces percas se extendió desde la noche del jueves 25 de febrero hasta la madrugada del viernes 26. El climatólogo Ashley Patterson dijo: “Este es un hecho muy inusual. No se registraron tornados en esa fecha para esa región. Además hay que calcular el peso de los peces al elevarse y que debieron caer de una altura entre 60.000 y 70.000 pies”.

Ubicación de Lajamanu, en el desierto de
Tanami donde llovieron centenares de peces
vivos sin que hubiera trombas ni tornados.
Según los residentes de Lajamanu, los peces estaban vivos cuando se les vinieron encima. El fenómeno fue visto por unos 650 habitantes, entre ellos, Christine Balmer una residente del lugar, coordinadora del Centro de Salud dijo: Caían desde el cielo, desde todas partes. Los recogíamos de la tierra, caían aún vivos”. Ella se encargó de fotografiar el fenómeno, ya que sabía que aparecerían los escépticos de siempre que negarían este hecho insólito. La noticia fue publicada por el diario The Northern Territory News. Con sentido del humor Balmer declaró a la prensa: “Gracias a Dios que no llovieron cocodrilos”.

Y aunque parezca fantástico, eso también ya ha sucedido: En 1877, cayeron del cielo cientos de caimanes de un pie de largo en la granja de J. L. Smith, en Carolina del Sur, Estados Unidos. Todo el terreno quedó cubierto de estos reptiles según lo que publicó el periódico The New York Times.

Les Dillon recordó una lluvia
anterior de peces en Lajamanu.
Al parecer en la década de los 80’ ocurrió una lluvia similar de peces, en la  pequeña localidad australiana de Lajamanu. Les Dillon, un residente de 48 años recuerda que “en los ochenta yo me encontraba en la taberna Alice Springs y al salir a la calle vi una lluvia de pequeños peces caer del cielo”.

En setiembre de 2008 llovieron peces en Galicia, España. Jaime Fernández, un vecino de la parroquia de Moncelos, en la provincia de Lugo, después de una tormenta que había afectado a toda la zona, vio que una de sus propiedades se encontraba completamente inundada... de pequeños peces y algas. Pocos días después del curioso acontecimiento, aún se podían apreciar algunos de los pececillos y algas que habían caído del cielo sobre una superficie de doscientos metros cuadrados, aunque los pájaros y gatos se hubiesen comido una gran mayoría. Al analizar los peces se comprobó que se trataba de jureles, una especie de pez marino muy común en las rías gallegas.

El niño Jairo Robles, de 11 años, guardó 5 de
los peces que cayeron del árbol en Santo
Tomás, cerca de Barranquilla.
El 5 de abril de 2010 cayó una lluvia de peces de un árbol callejero de mangos en el pueblo caribeño colombiano de Santo Tomás, vecino a la ciudad de Barranquilla, en momentos en que cruzaba la procesión de Jesucristo Resucitado. Uno de los testigos, Ángel Caballero, relató lo siguiente: "Empezó a estremecer un palo de mango. Del árbol comenzaron a caer pescados. Nos asomamos y eran peces pequeños, tipo bocachicos", señaló Caballero, auxiliar de la Unidad Pastoral de Santo Tomás de Villanueva. Centenares de personas que acompañaban el desfile religioso fueron testigos del hecho y muchas de ellas aseguran que se trata de "un milagro" y que se reprodujo "la multiplicación de los peces". Algunos vecinos de la calle de la Independencia dijeron a periodistas que "desde el palo de mango cayeron más de 400 peces".

El investigador Charles Fort
(1874-1932), un pionero en 

la investigación de 
fenómenos anómalos.
Estas lluvias extrañas fueron analizadas por el investigador norteamericano Charles Fort (1874-1932), que pasó toda su vida recogiendo datos acerca de fenómenos extraños, sugería que las lluvias de peces eran resultado de lo que él llamaba "teleportación", fue el primero en utilizar esta palabra, sería una fuerza que puede transportar objetos de un sitio a otro sin atravesar la distancia intermedia. Esta fuerza, afirmaba Fort, era más activa en el pasado que ahora, y sobrevive actualmente como una sombra débil y errática de lo que fue. Por efecto de la teleportación, los peces son retirados de un lugar donde abundan hasta un punto del cielo, desde donde caen. A veces este punto no está a demasiada altura con respecto al suelo, y eso explica que los peces sean encontrados a menudo vivos. Otras veces está muy cerca del terreno y eso explica la frecuencia con que aparecen en el suelo durante una tormenta. 

En la actualidad, las lluvias de peces siguen constituyendo uno de los fenómenos más raros y menos explicables de la naturaleza... Suponiendo que sea la naturaleza, tal como la entendemos, la que las provoca.

Aquí el video de una persona que fue testigo del fenómeno en Sri Lanka, el 5 de mayo de 2014:

Fish Rain Down on Sri Lanka Village!!!


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