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miércoles, 18 de marzo de 2015

50 AÑOS DE LA PRIMERA CAMINATA ESPACIAL

El cosmonauta ruso Alexéi Leónov el 18 de marzo de 1965 se convirtió en el primer hombre en salir de su frágil nave espacial y flotar en el espacio durante algo más de 12 minutos.

Alexéi Leónov, hace 50 años se convirtió en 
el primer hombre en pasear por el espacio.
Su audaz misión en la nave Vosjod-2, cuatro años después de que Yuri Gagarin protagonizara el primer vuelo espacial alrededor del planeta (12 de abril de 1961), confirmó el liderazgo de la Unión Soviética en la carrera por la conquista del cosmos y estimuló a otros países a desarrollar sus propios programas espaciales.

Leónov, nacido el 30 de mayo de 1934, estuvo fuera de la nave 12 minutos y 9 segundos, pasando la mitad de ese tiempo en movimiento libre a unos 5 metros de la nave, acercándose y alejándose a voluntad. Años después, recordando aquel legendario vuelo, diría: “Al abrir la escotilla vi un cielo lleno de estrellas brillantes y la Tierra completamente redonda. Toda Europa estaba debajo de mí. Había mucho silencio, un silencio absoluto, todo estaba muy quieto. Tenía una sensación muy rara, imposible de imaginar”.

El programa Vosjod
Fue desarrollado por el ingeniero Serguéi Koroliov (1907-1966) en la oficina de diseño OKB-1. La Vosjod era una evolución de la anterior nave soviética, la Vostok. Se efectuaron dos vuelos tripulados y otros tres sin tripulación.

Diferencias entre la Vosjod-1 y la Vosjod-2.
Las Vosjod podían llevar hasta 3 cosmonautas (las Vostok sólo 1).

Las Vosjod podían efectuar salidas extravehiculares (las Vostok no).

Se esperaba que las Vosjod pudieran realizar vuelos de más de 22 días, frente a los 5 días de las Vostok.

Las Vosjod contaban con un sistema de aterrizaje suave "Elbrús". Dicho sistema funcionaba con retrocohetes instalados en el paracaídas y que se activaban gracias a sensores (colgados en las cuerdas del paracaídas) que detectaban cuándo la cápsula estaba a punto de tocar tierra.

Las Vosjod pesaban más que las Vostok (5.682 kg frente a 4.730 kg).

La Vosjod-1 lanzada el 12 de octubre de 1964 fue la primera misión espacial con tres personas. La tripulación estaba formada por Vladímir Komarov, Comandante. Konstantin Feoktístov, Ingeniero de Vuelo y Borís Yegórov, Médico.

Permaneció en órbita durante 24 horas. Otra de las diferencias era que los tripulantes no emplearon trajes espaciales, sino simples monos de trabajo, gracias a los avanzados sistemas de apoyo vital, a la elevada seguridad de la cápsula espacial y al escaso espacio disponible.

La Vosjod-2 estaba preparada para realizar
la primera actividad extravehicular.
La Vosjod-2 era una astronave biplaza pilotada, diseñada para realizar una E.V.A. en la cual el copiloto podía salir al exterior a través de un compartimento estanco. La nave en sí constaba de un habitáculo hermético que alojaba a la tripulación, a sus equipos vitales, aparatos de TV, vídeo control de instrumentos, sensores médicos y espaciales, transmisores y un equipo direccional de radio para el descenso y aterrizaje.

La cabina tenía tres ventanillas protegidas por un sistema de persianas desde las cuales se podían realizar observaciones visuales, así como fotografiar y realizar filmaciones. El sistema de instrumentos consistía en una cápsula hermética con el motor de frenado y diverso equipo, entre el que figuraba tanques con gas a presión, oxígeno comprimido para los tripulantes y para la ventilación de los trajes, así como los motores de orientación y una reserva de oxígeno para emergencia en caso de despresurización.

Alexéi Leónov y el comandante Pável Beliáyev,
los dos cosmonautas de la Vosjod- 2.
Las antenas de radio y el disipador de calor para los sistemas de control térmico se encuentran en la parte exterior de la cápsula de instrumentos, y se separaba de la cápsula habitada al retorno desintegrándose en la atmósfera. Permaneció en órbita durante 26 horas.

La primera caminata espacial
La salida al espacio empezó durante la segunda vuelta de la nave alrededor de la Tierra el 18 de marzo de 1965. Quien le acompañaba era el capitán y piloto principal de la nave, Pável Beliáyev (1925-1970), presto a brindar apoyo en cualquier momento.

El cosmonauta Pável
Beliáyev (1925-1970).
Desde el cuadro de control de la Vosjod-2 Beliáyev abrió la escotilla que llevaba a la cámara de la compuerta de salida. Según los planes, el cosmonauta iba a estar unido a su nave mediante un cordón que le suministraría oxígeno y una línea de comunicación con el comandante y el control de Tierra.

Al alcanzar la Vosjod-2 la órbita a unos 495 kilómetros de altura,  200 kilómetros más alto de lo planeado, Leónov esperó más de una hora encerrado dentro de su traje espacial que pesaba más de 100 kilos, hasta que el centro del control de vuelo le autorizó la salida. Desde la Tierra le estaba guiando el primer hombre en orbitar la Tierra, Yuri Gagarin. "Puedes salir, te vemos bien", finalmente oyó Leónov, y saltó al exterior.

Leónov durante su caminata
espacial del 18 de marzo de 1965.
Leónov salió sin contratiempos por la escotilla despresurizada y abandonó la nave. “Me sentía bien e iba informando de lo que veía”, señala. "Te pueden decir mil veces que la Tierra es redonda. Pero cuando la ves desde el espacio, te sorprende igualmente", dijo Leónov sobre la primera caminata espacial realizada hace medio siglo.

"El silencio me impresionó. Oía los latidos de mi corazón con tanta claridad... Oía la respiración con tanta fuerza que no me dejaba pensar", dijo Leónov sobre los primeros momentos de su salida al espacio exterior en una entrevista a Russia Today.

Secuencia
fotográfica de
la caminata de
Leónov de
23 minutos.
Sin embargo, a los 10 minutos de paseo el cosmonauta descubrió un problema. “El traje espacial se estaba comportando de una forma muy diferente de como lo había hecho en la Tierra”.

El traje se empezó a hinchar y dificultaba los movimientos tirando de sus manos y pies. En el momento en que el cosmonauta se disponía a regresar a la nave las cosas se descontrolaron. “A pesar de que había un buen ajuste, mis pies se salían de las botas del traje y mis manos de los guantes”, recordó. “El trabajo se volvió imposible, traté de agarrar las asas [de la escotilla] pero mis dedos no podían sujetarla porque no se ajustaban a los guantes.”

Además, la escafandra se hinchó tanto que ya no cabía por la escotilla. Su compañero Beliáyev sólo podía observar desde el interior las peripecias que Leónov estaba sufriendo fuera. En ese momento Leónov, sin consultar con el control de Tierra, decidió bajar la presión interna del traje en un 200 %. “Pensé que había respirado oxígeno suficiente para evitar que el nitrógeno provocase burbujas en mi sangre (la tristemente célebre narcosis de nitrógeno que sufren los buceadores)”, contó.

Además, Leónov desobedeció el procedimiento normal de regreso a la nave entrando primero con los pies. Decidió entrar de cabeza ayudándose con las manos y lo logró. A esto se sumó que su temperatura corporal se incrementó en casi 2ºC durante su actividad extravehicular. La escotilla exterior había quedado detrás de él y no podía cerrarla.

Alexéi Leónov entrevistado el 18 de
marzo de 2015 para recordar su hazaña.
Tras un esfuerzo sobrehumano pudo girar sobre sí mismo dentro de la esclusa Volga y cerrar la escotilla exterior. Fue toda una suerte que los ingenieros hubieran diseñado esta esclusa para que fuese flexible y la construyeron de tela. Leónov había vuelto a burlar la muerte y había conseguido entrar en el interior de la cápsula donde le esperaba Beliáyev.

Problemático regreso a la Tierra
Pero el exitoso regreso de Leónov no puso fin a las desventuras de la tripulación, ya que el sistema automático de control de descenso se estropeó y Beliáyev tuvo que asumir el control manual de la nave, elegir un lugar de aterrizaje y, en el momento preciso, encender los motores de descenso.

Ilustración de la caminata espacial realizada
por Leónov.
Esto tampoco fue fácil puesto que el control manual era imposible estando los cosmonautas sujetos en los sillones de descenso, a 90º del cuadro de control. Transcurrieron unos 22 segundos hasta que Pável Beliáyev pudo conectar el panel en modo manual y orientar la nave para después regresar a su sillón, hecho que al final significó una desviación de 185 kilómetros al noreste de la ciudad de Perm, muy lejos con respecto a lo planeado.

Leónov y Beliáyev tuvieron una de las misiones
más accidentadas de la historia espacial.
Finalmente la nave aterrizó en la taiga, lejos de zonas habitadas, y además en condiciones invernales. Con la tela interior de las escafandras y con retazos de los paracaídas consiguieron abrigarse un poco y salir indemnes de la primera noche. 

Foto del rescate de Leónov y Beliáyev,
unos 185 km más lejos del lugar establecido.
El segundo día los avistó un avión y les lanzaron algunos víveres desde el aire. Los grupos de salvamento tardaron tres días en rescatarlos. El helicóptero no pudo aterrizar en el bosque y tan solo se pudo preparar una pista de aterrizaje a 9 kilómetros del paradero de Beliáyev y Leónov. Por fin, a la mañana del 21 de marzo los cosmonautas contemplaron con alivio cómo un grupo de esquiadores llegaba a su rescate. Los socorristas y cosmonautas tuvieron luego que caminar 9 kilómetros en esquíes hasta la improvisada pista de aterrizaje. Habían salido con vida de una de las misiones más heroicas y complicadas de toda la carrera espacial.

Mientras los buscaban, las radios soviéticas decían que los astronautas estaban de vacaciones luego de su viaje. "Si ahora me ofrecieran ese mismo contrato, jamás lo firmaría. Pero en aquel entonces, lo hice", confiesa Leónov en una entrevista a Russia Today.

Misión Apolo-Soyuz en 1975,
primer encuentro espacial
soviético-norteamericano.
Casi tres meses después, el 3 de junio de 1965, se produjo el primer paseo espacial estadounidense, por el astronauta Edward White en el Geminis-4.

El segundo viaje al espacio de Leónov fue igualmente significativo: En 1975 comandó a la mitad soviética de la célebre misión Apolo-Soyuz, la primera misión espacial conjunta entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Leónov dos veces fue condecorado con el título de Héroe de la Unión Soviética. De 1976 a 1982, Leónov fue el comandante del equipo de cosmonautas ("Jefe de Cosmonautas"), y director adjunto del Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin, donde supervisó la formación de las tripulaciones. También editó el periódico de cosmonautas Neptuno. Se retiró en 1991.

Estampilla soviética recordando
a los dos astronautas de la Vosjod-2.
Pero lo más extraordinario es que al terminar su carrera como cosmonauta, Alexéi Leónov encontró un nuevo oficio. Sus cuadros al óleo sobre el espacio son apreciados tanto por sus colegas cosmonautas, como por admiradores de la pintura. Publicó libros con reproducciones de sus dibujos así como sus memorias; en sus obras siempre el principal protagonista es el viejo gran conocido de los viajeros estelares: el espacio.


Recreación de la caminata espacial de
Alexéi Leónov pintada por él mismo.
En cincuenta años de historia de salidas al espacio abierto, la duración de la permanencia fuera de la nave ha aumentado desde los 12 minutos de Leonov, hasta 9 horas a cargo de James Shelton Voss y Susan Jane Helms que salieron del trasbordador norteamericano Discovery el 11 de marzo de 2001 para trabajar a bordo de la Estación Espacial Internacional. 

Svetlana Savitskaia ha sido la primera mujer en salir al espacio abierto el 25 de julio de 1984. El mayor número de salidas recae en Anatoli Soloviov. Salió al espacio abierto 16 veces, permaneciendo allí en total 78 horas y 32 minutos. Serguei Avdeiev realizó 10 salidas con una duración total de 42 horas. Entre los norteamericanos lidera Jerry Ross: 9 salidas fuera de la nave donde permaneció en total 58 horas.

Vea aquí el video ruso de la misión Vosjod-2.


 

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