Un equipo de arqueólogos halló en la región remota de La Mosquitia, la
legendaria "Ciudad Blanca" o la ciudad del “Dios Mono”.
Río Plátano, Mosquitia, Honduras. En sus alrededores estaría ubicada la ciudad perdida. |
Los
investigadores encontraron plazas
amplias, movimientos de tierra, montículos, una pirámide de tierra y una
notable cantidad de esculturas de piedra que pertenecen a esta civilización que
existió hace miles de años, y luego desapareció.
Petroglifo hallado por los arqueólogos cerca de la "Ciudad Blanca". |
La
antigüedad podría remontarse al año 500 d.C., sugiere que la civilización
prehispánica de la región estaba significativamente más desarrollada de lo que se ha creído.
En la
parte superior "encontraron 52 artefactos,
pero hay más debajo del suelo, con posibles enterramientos, que incluyen asientos ceremoniales de piedra (llamados metates) y objetos
finamente tallados decorados con serpientes, figuras zoomorfas, y buitres", dijo
el arqueólogo experto en arte mesoamericano del equipo de la Universidad
Estatal de Colorado que participó en el descubrimiento, Christopher Fisher.
Christopher Fisher afirmó que se "encontraron 52 objetos". |
El
objeto más llamativo es la cabeza de lo que Fisher especuló que podría ser "un hombre-jaguar", que
representaría un chamán o brujo transformado en espíritu. Alternativamente, el
artefacto podría estar relacionado con los juegos de pelota ritualizados que
eran una característica de la vida precolombina en Mesoamérica.
Virgilio
Paredes, director
del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) quien estuvo en el
lugar. Contó que fue una expedición de
nueve días en la que participaron expertos
en arqueología, biología y antropología del exterior y dos
representantes de Honduras entre ellos él y el director de arqueología del
IHAH, Óscar Neil Cruz, quienes
coordinaron la exploración con apoyo de las Fuerzas Armadas.
Cabeza de "Hombre-Jaguar" hallada en las ruinas de la selva hondureña. |
Por
su parte el miembro del equipo y arqueólogo en el Instituto Hondureño de
Antropología e Historia (IHAH), Oscar
Neil Cruz, cree que los artefactos
datan del año 1000 a 1400. Para proteger el sitio de saqueadores, no se
reveló su ubicación.
La expedición de la Universidad
de Colorado fue proyectada durante tres años, ya que las ruinas
fueron identificadas por primera vez en un sitio inaccesible en mayo de 2012
durante un reconocimiento aéreo de un remoto valle en La Mosquitia, también conocida como Costa de los Mosquitos, una
vasta región de árboles de 75 metros de altura, pantanos, ríos y montañas que
contienen algunos de los últimos lugares
inexplorados científicamente en la tierra.
Para el descubrimiento se contó con la ayuda del Centro de
Cartografía Laser Airborne de la Universidad de Houston, y un Cessna Skymaster, llevando un escáner de millones de dólares que
voló sobre el valle, sondeando la selva con la luz láser, apunta la revista.
Historias
de la "Ciudad Blanca" y un "Dios Mono"
Durante
cien años, exploradores y buscadores de oro contaron muchas historias de las murallas blancas de una ciudad perdida en
el follaje de la selva. Leyendas indígenas hablan de una "casa
blanca" o un "lugar de cacao", donde los indios se refugiaron de
los conquistadores españoles en un lugar
parecido al Edén del que nadie nunca regresó.
Theodore Morde en una canoa en Honduras. |
El explorador excéntrico Theodore Morde en 1940 fue contratado por el millonario George Gustav Heye para dirigir una expedición a Honduras. Cinco meses después, Morde salió de la selva afirmando que había encontrado “una
ciudad perdida del Dios Mono”, donde indígenas veneraban enormes esculturas de simios.
Morde en su campamento, estudiando los objetos hallados. |
El explorador murió a los 43 años el 26 de junio de 1954 en un aparente suicidio, colgado de la ducha de la casa de sus padres, en Dartmouth, Massachusetts. Su esposa, sus dos hijos y familiares nunca creyeron que se hubiera suicidado. Afirman que su muerte está relacionada con que estaba preparando una expedición con la intención de volver a Honduras ya que nunca reveló la ubicación de la ciudad perdida. Los artefactos encontrados por Morde forman parte de la Colección de la Fundación Heye del Museo Nacional del Indígena Americano en la ciudad de Nueva York que alberga más de un millón de objetos de los pueblos aborígenes de todo el continente.
Interpretación libre de la ciudad del "Dios Mono" de Morde, en Honduras, por el ilustrador Virgil Finlay. |
El 3 de setiembre de 1526, Hernán Cortés escribía sus impresiones de América, al Emperador
Carlos V. En esa misiva, más tarde conocida como Carta de Relación Nº 5,
el conquistador hacía alusión a la existencia de una ciudad desconocida, en la actual Honduras y de
la cual decía: “…tengo noticia de muy grandes y ricas provincias, y de grandes
señores en ellas, de mucha manera y servicio, en especial de una que llaman Hueitapalan, y en otra lengua Xucutaco, que ha seis años que tengo
noticia de ella, y por todo este camino he venido en su rastro, y tuve por
nueva muy cierta que está ocho o diez jornadas de aquella villa de Trujillo,
que pueden ser cincuenta o sesenta leguas”. En
1544, el obispo español Cristóbal de Pedraza encontrándose en la
selva de Mosquitia recibe informes de los indígenas locales que en el interior existe
una ciudad cuyos habitantes “comen en platos de oro”, esto lo escribe en Relación de la Provincia de Honduras. Respecto a Morde, escribió
un libro que tituló: Los
Misterios de la Mosquitia Hondureña: La Ciudad del Mono Dios.
Un escáner de millones de dólares Lidar, sondeó la selva con luz láser. |
Sin
embargo, el reconocido arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia dice que lo que “lo que he podido ver tiene muy poco mérito científico”, y agregó “¿Lo que
encontraron es una ciudad? Una ciudad se define arqueológicamente como un sitio
de ocupación humana con una población mayor de 10 mil habitantes. Eso se
verifica con arqueología de campo y registros de casas”, en referencia a que el equipo de la Universidad Estatal de Colorado que participó en la
expedición no hizo ninguna excavación.
Más agresiva fue la arqueóloga Rosemary Joyce, especialista en
arqueología hondureña de la Universidad de Berkeley, que dijo “Esta es al menos la quinta vez que alguien
ha anunciado que ha encontrado la Ciudad Blanca, no hay Ciudad Blanca. La
Ciudad Blanca es un mito”.
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