215 hombres,
muchos de ellos expertos difícilmente reemplazables fueron capturados y 169 ingleses murieron durante el ataque. Respecto a otros
219 comandos se desconoce su paradero ya que las crónicas oficiales dicen que
solo regresaron nueve a Inglaterra.
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Ubicación del puerto de Saint Nazaire, en la desembocadura del río Loira. |
El 28 de marzo de 1942 por la noche,
fuerzas inglesas intentan destruir la base de submarinos alemanes de Saint
Nazaire que está acabando con toda la flota mercante británica. El bloqueo marítimo que estaba sufriendo por parte de los sumergibles germanos, ponía a Churchill nuevamente al borde de la
derrota.
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Algunos de los 215 británicos que se rindieron en el puerto de Saint Nazaire. |
La
misión fue bautizada “Operación Chariot” (Operación Carro”). Fue
aprobada el 3 de marzo. La idea era transformar un viejo destructor de la Primera
Guerra Mundial, el Campbeltown y que pareciera un barco alemán, entrar con él al estuario del río
Loira y hacer detonar los explosivos que llevaba. La transformación del
barco y la colocación de los explosivos en su interior demandaron 10 días. Dos
de sus cuatro chimeneas fueron quitadas y las otras dos fueron recortadas para
parecerse a las de un destructor alemán. Se lo enmascaró para
parecerse lo más posible a un destructor alemán.
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El destructor HMS Campbeltown siendo transformado, en marzo de 1942. |
En la tarde del 26 de marzo la pequeña flota dejó Falmouth
rumbo a Francia. A las 7 de la mañana del 27 de marzo la flotilla
estaba a unos 270 km al suroeste de St. Nazaire, como si fuera a tomar rumbo
Gibraltar, pero dio un viraje al este en el último momento. Tras esto, el destructor
HMS Tynedale
tuvo un encuentro fortuito con el submarino U-593, cuyo comandante el teniente capitán Gerd Kelbling le lanzó una
bengala. A 5 km el destructor trató de engañarlo con otras bengalas, pero
minutos más tarde abrió fuego contra el desconfiado submarino a 5 km. Estuvo
cerca de acertar pero el submarino hizo una inmersión de emergencia. Entonces
el destructor soltó cargas de profundidad forzando al submarino a emerger para
rápidamente volver a sumergirse.
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Ruta seguida por los fracasados comandos británicos a Saint Nazaire. |
El
destructor Tynedale entonces procedió a rastrear la zona en busca del
submarino alemán ayudado por el destructor Atherstone. No se encontraron más
signos del submarino fantasma, por lo que Ryder decidió no perder más tiempo y
ordenar a los destructores que aceleraran y volvieran.
Llegaron a la costa francesa en la
madrugada del 28 de marzo, todo está tranquilo. Saint-Nazaire, ubicado en la desembocadura del Loira, ofrecía a los alemanes un excelente refugio para sus submarinos,
y además tenía un dique seco enorme, capaz de recibir a buques de gran
tonelaje, incluido el gemelo del Bismarck,
el Tirpitz. Los británicos suponían
que si dejaban fuera de servicio este dique, la Kriegsmarine no se arriesgaría a mandar a sus
escasos buques de superficie al Atlántico. St. Nazaire era precisamente el único
puerto con dique seco capaz de albergar acorazados para su reparación y
mantenimiento.
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Esquema de la transformación del Campbeltown. |
Las fuerzas inglesas usaron para la
operación a un destructor americano anticuado, el Campbeltown, cargado con 4 toneladas y media de
explosivos para meterlo en las esclusas del puerto de Saint Nazaire y volarlo.
El plan era destruir la esclusa del dique, para lo cual el
barco debería incrustarse en la misma. El destructor que estaba armado con un
sistema especial de detonación, se
esperaba que explotara ocho horas más tarde, destruyendo la esclusa y dejando
fuera de servicio al dique. Una vez que
el barco quedara literalmente clavado en la compuerta, los comandos y la tripulación del
mismo saltarían a tierra, para destruir, junto con los grupos de demolición,
las instalaciones del puerto y luego intentar escapar.
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Lancha torpedera británica. |
Las
fuerzas del ataque eran 3 destructores y
18 lanchas motoras, llevando en total a 611 comandos y marinos armados cada uno con varias granadas de mano, ametralladoras Thompson y pistolas automáticas Browning, algunas lanchas
torpederas, una cañonera y el apoyo de cazas Spitfire de la RAF.
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Plano del puerto de Saint Nazaire en marzo de 1942. |
El
destructor Campbeltown estaba
al mando del capitán de corbeta Stephen H. Beattie, y su
armamento también fue modificado y se lo llenó de cargas explosivas, preparadas
especialmente con un dispositivo que impediría a los alemanes su desactivación.
Además el destructor sería hundido en el lugar del ataque por los mismos ingleses, abriendo las válvulas del
fondo del barco, para que los alemanes no pudieran retirarlo a tiempo.
Los otros
dos destructores ingleses HMS Atherstone y Tynedale
serían la escolta durante el viaje, pero no participarían directamente
del ataque. Un total de 60 bombarderos ingleses atacarían la
zona portuaria poco antes del ataque de los comandos, como forma de distraer
las defensas, y de iluminar la zona del objetivo.
El
capitán de corbeta Robert Ryder de 34 años estaría al mando de la
agrupación naval y el teniente coronel Charles Newman mandaría las
acciones en tierra.
A finales de
diciembre 1941 los alemanes habían establecido diversas bases de U-boats en
Brest, Lorient, St. Nazaire, La Rochelle y Bordeaux. Estas bases eran auténticas fortalezas, reforzadas con hormigón para
soportar bombardeos aéreos y protegidas por minas marinas, baterías, casamatas,
etc, ante cualquier ataque anfibio enemigo.
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Cañón alemán de 20 mm en un puerto francés. |
Las
defensas alemanas en el puerto eran de unos 5.000 hombres, y otros 1.000 más de las dotaciones de las baterías del
estuario. La zona de los diques estaba protegida por esta brigada antiaérea
armada con cañones de 88 mm, que
podían ser usados tanto en su rol antiaéreo como también en función de batería costera. El largo estuario
antes de llegar al puerto estaba cubierto por 13 cañones de 40 mm, alternados
con 28 cañones de 20 mm.
Sumado a esto tenían los alemanes los cañones del Batallón III, dos buques
fuertemente armados, y un batallón de artillería de costa, con cañones de gran
calibre en la desembocadura del estuario. Toda la zona del estuario estaba al
mando del capitán de navío Zuckschwerdt. El
Almirante Karl Doenitz se interesaba por la defensa de esta
importante base naval, que tenía 14 bunkers subterráneos para
submarinos.
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El Capitán Karl Konrad Mecke que desbarató el ataque anfibio a Saint Nazaire en marzo de 1942. |
A media noche, la
RAF hizo un ataque preparatorio sin mucho éxito, dos de sus bombarderos fueron derribados por los cañones alemanes. Pasada la medianoche la
flotilla británica ingresó en el estuario, debiendo sortear los bajíos del
lechoso fondo. Siendo descubiertos por
los vigilantes alemanes a la 1:20 de la madrugada, se puso en acción el
plan de confusión. Pike, un
marinero especialmente entrenado, intercambió señales luminosas con los puestos
alemanes, tratando de aparentar ser un convoy alemán que llegaba en misión
secreta para ganar tiempo, mientras la formación seguía
adentrándose en aguas del estuario.
En la costa, el
capitán Karl Konrad Mecke que
disponía de tres batallones de artilleros navales a su disposición, con 47
piezas de 20 mm, 37 mm, y 40 mm, que cubrían las aguas más cercanas al estuario
y el propio puerto, así como el espacio aéreo sobre ellos empezó a ver que
aquel patrón de bombardeo era totalmente caótico y aleatorio en comparación con
los habituales. Mecke sospechaba que era para distraer la atención de algo y
ordenó a sus propios hombres estar en alerta con el siguiente comunicado a la
1:20, a todas sus unidades de la zona St. Nazaire con el mensaje “desembarco inminente”, lo que activó
el protocolo de emergencia. Todo el personal capaz de empuñar un fusil debía
ser puesto en alerta y ser movilizado.
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Objetivos de la "Operación Chariot" donde se entabló un feroz combate que terminó con la derrota de los británicos. |
A la 1:28
ya no existía confusión acerca de la identidad e intenciones de la flotilla
invasora, y las baterías navales de los alemanes
abrieron un mortífero fuego sobre las débiles embarcaciones británicas. Las
mismas eran alcanzadas, así como los comandos que llevaban dentro. El
destructor, al ser el mayor buque era el blanco predilecto de los artilleros
alemanes. Con la mayor parte de sus
tripulantes muertos o heridos por el fuego alemán, el Campbeltown se incrustó contra el borde de la esclusa del enorme dique. Se
abrieron los grifos del fondo y la tripulación y comandos abandonaron el barco como
mejor pudieron, para continuar atacando en tierra, y proteger un puente por el
cual deberían retirarse más tarde.
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169 comandos británicos murieron, otros 215 fueron capturados en Saint Nazaire. |
Los
comandos eran atacados por fuego desde los techos de los edificios, desde las
baterías, y desde varias embarcaciones distribuidas por el puerto e incluso
seis de ellas dentro del mismo dique seco. El
resultado pronto se sintió en un número enorme de bajas británicas, y en la
imposibilidad de realizar las misiones asignadas.
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El Campbeltown encallado en el borde la esclusa del dique seco. |
Mientras
esto ocurría las escuadras mandadas por Newman atacaba las instalaciones
portuarias, colocando cargas
explosivas en los muelles y galpones del puerto y combatiendo al
mismo tiempo con los alemanes, que acudían cada vez en mayor número al lugar de
las acciones y comenzaban a ganar de a
poco en el combate con los comandos.
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Vista aérea de la esclusa Normandie de Saint Nazaire en 1942. |
La lancha
británica encargada de destruir la puerta interna del dique no pudo cumplir su misión, pues el Campbeltown
no había penetrado en el dique y por lo tanto no le abrió el camino para
realizar su tarea.
La retirada
británica bajo un intenso ataque alemán en esas condiciones se hacía muy
difícil, pues las lanchas que se
acercaban a rescatar a los comandos eran barridas por fuego de cañones pesados,
ligeros y de ametralladoras. Al
menos ocho lanchas ardían en el río, y con ellas se desvanecían las
posibilidades de evacuación. Algunas pocas lograron cargar a cuantos soldados
pudieron, pero también eran incendiadas
por el fuego alemán en medio de los gritos de dolor de los náufragos y
moribundos. Otra lancha que logró socorrer a 30 tripulantes del destructor,
resultó alcanzada por un impacto directo.
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Comando británico muerto en Saint Nazaire el 28 de marzo. |
En el
río varias lanchas estaban en llamas, iluminando con el incendio a las demás de
modo que los alemanes podían disparar
sobre las cercanas con claridad. Dos
remolcadores ardían por cargas explosivas de los comandos.
Newman vio que todos los oficiales presentes ante él estaban
heridos y que nadie iba a poder evacuarles, estaban solos a su suerte. Solo
quedaban dos opciones, luchar o rendirse. Comenzaron
a correr en distintas direcciones. Los alemanes empezaron a dar caza a los
fugitivos. Uno a uno los comandos eran hechos prisioneros o abatidos.
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Un soldado alemán observa a los ingleses muertos en el puerto de Saint Nazaire el 28 de marzo de 1942. |
La
cañonera con Ryder a bordo logró salir del estuario a toda máquina. El resto de
los británicos que quedaron atrapados en tierra se dividieron en grupos pequeños tratando de huir hacia el campo, pero
los alemanes los iban reduciendo y apresando.
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Prisioneros británicos en Saint Nazaire, 28 de marzo de 1942. |
El coronel Newman y 15 acompañantes cobardemente se escondió
en un sótano a la espera de la siguiente noche, pero pronto fueron
descubiertos. A primeras luces del día, podía decirse que el “raid”
británico había terminado definitivamente.
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Más ingleses capturados en Saint Nazaire el 28 de marzo. |
Patrulleras alemanas recogían cadáveres y heridos enemigos de
las aguas del Loira, que entregaba montones de cuerpos a sus orillas. A las 11:35 del 28
de marzo cuando el capitán Beattie estaba
siendo interrogado por un oficial alemán explotó el barco sacudiendo toda la
ciudad. El buque se partió en dos mitades, la mitad de popa salió despedida al
fondo del agua y la mitad de la proa se desintegró en montones de fragmentos. La compuerta que había debajo de donde
estaba colocado el barco quedó averiada.
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Ilustración de la explosión del Campbeltown en Saint Nazaire. |
Partes del armazón
del barco salieron despedidas sobre el dique Normandie. A consecuencia de la
onda expansiva. Los cristales de las ventanas a muchos centenares de metros a
la redonda debieron de romperse, y algunas tejas sueltas de los tejados
salieron volando. A bordo del propio barco decenas de infelices curiosos,
alemanes y civiles por igual, fueron literalmente desintegrados, algunas partes
de cuerpos salieron despedidas sobre el puerto, dejando un espectáculo
dantesco. Hubo 50 civiles franceses muertos por la explosión
junto a 60 alemanes y 127 soldados alemanes heridos.
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Prisioneros ingleses en Saint Nazaire, esperando ser trasladados. |
Cuatro
ingleses lograron escapar a Inglaterra en medio del tiroteo en cuatro de las dieciocho embarcaciones que entraron en el
estuario. La MGB 314 de Ryder,
la ML 270 del teniente C. Irwin llegaron al punto
de encuentro a eso de las 4:30, pero decidieron no esperar más de la cuenta y
poner rumbo a Inglaterra aprovechando las pocas horas de noche que quedaban.
Mientras amanecía Ryder divisó la ML 156 del teniente L. Fenton y la ML 446 del teniente H. Falconar.
Casi simultáneamente los dos destructores aparecieron. Subieron a los
destructores, y las lanchas fueron abandonadas.
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Otro británico muerto en las calles de Saint Nazaire, el 28 de marzo de 1942. |
Otros cinco comandos británicos lograron escapar de St.
Nazaire por tierra, hasta la frontera española. Los cabos Douglas, Howarth, Wheeler,
Sims y el soldado Harding.
Un total
de 169 comandos británicos murieron en
la acción, otros 215 fueron hechos prisioneros sin cumplir casi ninguno de los
objetivos. Se ignora la suerte de otros 219 comandos ya que en la “Historia
oficial” se afirma que solo regresaron 9 a Gran Bretaña. Tal vez murieron en el
agua, el cauce del río los llevó a su desembocadura y el mar se los devoró.
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Un prisionero escocés herido, reconocible por su kilt, llora luego de rendirse a los alemanes en Saint Nazaire el 28 de marzo de 1942. |
La
operación había sido un rotundo fracaso, fueron
capturados sus oficiales, entre ellos el capitán Stephen H. Beattie y el teniente coronel Charles Newman, el
puerto estaba firmemente en manos alemanas y bien defendido. Los alemanes enterraron con todos los honores a los soldados británicos
y los submarinos alemanes siguieron
utilizando con total normalidad el puerto de St. Nazaire, amenazando desde
ahí los convoyes del Atlántico igual que como lo venían haciendo.
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El capitán Michael Burns se rinde y es escoltado por un soldado alemán en Saint Nazaire, 28 de marzo 1942. |
Solamente en
marzo de 1942, los submarinos alemanes hundieron
en el Atlántico a 98 barcos mercantes británicos por 547.000 toneladas. En
el Mediterráneo el U-652 hundió el 20 de marzo de 1942 al destructor inglés HMS Heythrop (L 85), alcanzado
por uno de los cuatro torpedos disparados por el submarino a unas 40 millas náuticas al noreste
de Bardia.
Hubo 15 muertos. El día 26 de marzo, el mismo submarino hundió al destructor
HMS Jaguar (F 34) al noroeste de
Sidi Barrani, Egipto. Murieron 3
oficiales y 190 hombres de su tripulación.
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Un soldado inglés herido es ayudado por los alemanes en Saint Nazaire. |
Y
como si la acción de los submarinos no fuera poca el buque torpedero alemán S-104
hundió al destructor inglés HMS Vortigern
(D 37), el 15 de
marzo de 1942 frente a Cromer, Norfolk, en la costa británica del Atlántico
Norte mientras escoltaba un convoy. Siete
oficiales y 140 marineros murieron. Solo hubo 14 supervivientes.
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Base de submarinos de St. Nazaire, totalmente operativa, foto tomada en junio de 1942. |
La propaganda
británica en tanto, ofrecía una imagen completamente distinta, magnificando los
informes de la RAF y del ataque de los comandos llegando a decir que absolutamente ninguna instalación portuaria de St.
Nazaire estaba ya operativa.
De la
importancia de la fortaleza de Saint Nazaire da nota que permaneció en manos alemanas hasta después de la rendición del Alto Mando
Alemán el 7 de mayo de 1945, recién el 11 de mayo, capituló, más allá del final
de la guerra.
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