Murieron 14 niños tras ser vacunados.
La Justicia argentina multó por un millón de pesos al laboratorio anglo-estadounidense GlaxoSmithKline* y a dos médicos por irregularidades en ensayos clínicos con niños en Santiago del Estero, San Juan y Mendoza.
La multa se debe a que, tanto el laboratorio como los investigadores incumplieron requisitos legales básicos para llevar adelante entre 2007 y 2008 ensayos clínicos con el fin de desarrollar una supuesta vacuna para prevenir la neumonía adquirida y la otitis media aguda.
Los denunciantes aseguran que se produjeron 14 muertes de bebés y niños (siete de Santiago del Estero, dos de San Juan y cinco de Mendoza), pero tanto en la resolución judicial como en los procedimientos administrativos del gobierno no se pudo establecer que los ensayos fueran los causantes de los decesos, como tampoco que no tuvieran ninguna vinculación.
Por su parte, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), que investigó el tema, dispuso una multa que fue confirmada por el juez de Buenos Aires en lo penal económico Marcelo Aguinsky, el 3 de enero de 2012 al rechazar una apelación de los imputados, según indicaron los medios periodísticos.
Las multas dispuestas fueron de 400 mil pesos (93.000 dólares) para GlaxoSmithKline (GSK), mientras que a los médicos Héctor Abate y Miguel Tregnaghi se les impuso el pago de 300 mil pesos (69.800 dólares) a cada uno.
El juez Aguinsky confirmó la sanción, al rechazar la apelación del laboratorio a la multa dispuesta en 2009 por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica.
El juez Aguinsky consideró que "vedar la posibilidad de un control técnico-discrecional" por parte del organismo sanitario "implicaría sin más vaciar a tal actividad de su propio objeto y cuestionar el derecho-deber que tiene el Estado, a través de sus organismos de proveer y custodiar a la salud pública".
"Es del caso señalar que en toda investigación en farmacología clínica debe prevalecer el bienestar de las personas sometidas a estudio. Dicha prevalencia lo es aún por sobre los intereses de la ciencia y la comunidad", dictaminó al confirmar las multas.
Alejandro Lepetic, director médico del laboratorio, adelantó que apelarán la medida, asegurando que la ANMAT en ningún momento cuestionó la seguridad de la vacuna ni del estudio. El laboratorio por su parte anunció que apelará el fallo porque considera que las pruebas se rigieron por "los más altos estándares éticos y científicos internacionales" y teniendo en cuenta "las leyes y costumbres del país".
Veamos algunos de los altos estándares éticos y científicos internacionales empleados por Glaxo para este aberrante experimento bautizado COMPAS que se inició en Argentina en junio de 2007 y finalizó el 30 de junio de 2011.
En primer lugar buscaban entre sus víctimas a niños de familias de bajos recursos y preferentemente analfabetas.
Al respecto, la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de Argentina (Fesprosa), denunció que primeramente el Laboratorio GlaxoSmithKline se había establecido en Córdoba, donde literalmente “tomó” el Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba y utilizó para sus servicios privados, el hospital público ganando muchísimo dinero. Cuando Luis Juez asumió la intendencia de la ciudad, inició varios sumarios y disolvió este equipo de médicos inhumanos que “experimentaba con los pacientes” del hospital. En 2005 el entonces intendente de Córdoba, Luis Juez, sancionó a 12 médicos del Hospital infantil y al infectólogo Jorge Tregnaghi, a cargo del Centro de Desarrollo de Proyectos Avanzados en Pediatría (Cedepap), en el que Glaxo desarrollaba las polémicas vacunas.
Entonces, se fueron a Santiago del Estero, donde el gobernador Gerardo Zamora (un radical kirchnerista) decretó un interés “especial” en la investigación de esta supuesta vacuna y tanto el ministro de Salud Juan Carlos Smith como su hermano Enrique Smith, director del Hospital de niños pasaron a formar parte del equipo de investigación, cobrando su sueldo estatal y también el sueldo aportado por el Laboratorio.
Lo primero que hizo este “equipo” de investigación fue echar a la directora del Hospital de Niños de Santiago del Estero, el siguiente paso fue la disolución del Comité de Bioética del Hospital, y luego ya sin control ninguno, el modus operandi era experimentar con niños pobres de padres analfabetos a los cuales les hacían firmar documentación que ni entendían, bajo la amenaza que les iban a quitar los subsidios y planes sociales si no firmaban.
“La operatoria que vimos era la siguiente: reclutaban a gente pobre de manera espuria, por 30 o 40 pesos. La llevaban a los hospitales o los centros de Salud, le daban una vacuna, ponían a dos mamás como parte del testeo independiente y les prometían una obra social. Esto sucedió entre 2005 y 2007”, relató Jorge Yabkowski, titular de la Fesprosa. “Después empezaron los primeros fallecidos y varios querían salir del programa pero los amenazaban con sacarles los planes”, completó. En 2008 el Anmat tomó la denuncia y comenzó una investigación que finalizó en la multa ahora ratificada en la justicia. Pero nada se habló de las responsabilidades políticas.
Además de la Argentina, se realizaron pruebas similares en niños de Panamá y Colombia. Actualmente, la vacuna del Neumococo fue incorporada al Calendario Nacional de Vacunación de la Argentina. La vacuna en cuestión es la Antineumocócica conjugada 10 valente, aprobada en más de 85 países (incluidos los 27 de la UE) a partir de 40 estudios hechos en países como España, Francia y Alemania.
Unos 400 médicos y otros profesionales cobraban 380 euros por cada niño vacunado. En toda Argentina 14.000 bebés recibieron la prueba.
El abogado de las víctimas declaró
De acuerdo con el abogado de las familias de Santiago del Estero que perdieron a sus hijos, la ANMAT estableció que los chicos no debían haber sido inoculados.
El representante de las familias de Santiago del Estero, Bernardo José Herrera, sostuvo que el protocolo de investigación "dice que no debe vacunarse a chiquitos con enfermedades inmunodepresoras porque, ante las defensas bajas, con ese tipo de vacunas se potencian las enfermedades".
Herrera se refirió al estudio realizado por el laboratorio multinacional GlaxoSmithKline en Santiago del Estero, San Juan y Mendoza para probar en niños una supuesta vacuna contra el neumococo.
Catorce niños argentinos murieron durante los irregulares experimentos de GlaxoSmithKline. |
"La resolución de la ANMAT es muy clara, se constató que los bebés que fallecieron eran bebés que no debían haber sido vacunados. Debían haber sido excluidos del protocolo (de investigación)", advirtió Herrera en declaraciones a radio Mitre.
El abogado expresó que en el caso del bebé de la familia Medina, una de sus representadas, "si hubieran cumplido el protocolo no lo hubieran vacunado nunca, porque estaba internado por neumonía". Herrera insistió en que "el laboratorio vició el consentimiento" de los padres de los niños.
"Recurrieron a excluidos del sistema de salud, analfabetos. El sistema de captación no era ético. Se llevaba en vehículos a bebés y padres a lugares de vacunación sin informales que era una vacuna experimental y diciéndoles que estaba dentro del calendario oficial", advirtió.
El representante de las familias damnificadas expresó que "el laboratorio quería llegar a 2.500 vacunados, por lo que pagaba una cápita por cada vacunado".
Un padre en Santiago del Estero asegura que no querían entregarle a su bebé muerto
Cuando Álvaro Ovejero se enteró de la multa impuesta al laboratorio GlaxoSmithKline supo que lo habían engañado.
Es que en 2007 su hijo Gabriel, de 4 meses, fue uno de los 14 mil bebés que recibió una vacuna del mismo laboratorio que ahora fue sancionado por la Justicia por ensayos clínicos irregulares con bebés de tres provincias.
Al poco tiempo, el hijo de Ovejero recibió la vacuna contra la neumonía y la otitis, falleció. Y nadie le explicó las razones.
"Mi mujer, Claudia (Hoyos), llevaba a nuestro hijo a un control y un agente sanitario de la zona le hizo hablar con un médico de protocolo. Ahí le ofrecieron la vacuna", contó al diario Perfil. Antes de la vacunación su hijo había estado internado dos veces con bronquitis y neumonía y tenía las defensas bajas. "La médica nos dijo que esa vacuna lo iba a mejorar y proteger de las enfermedades. Después que le dieron la vacuna le hicieron firmar un contrato y le entregan el consentimiento. Nunca explicaron de que se trataba", agregó.
El recién nacido Gabriel recibió una sola dosis de la vacuna experimental en agosto de 2007. Falleció el 2 de octubre. Las sospechas de la familia aumentaron cuando el cuerpo médico no quiso darle el cuerpo de su hijo muerto. "Fuimos a retirar el cuerpo y no lo querían entregar. Al poco tiempo un médico nos ofreció plata para arreglar. Fue Enrique Smith", señaló.
El médico Smith fue uno de los principales investigadores del laboratorio en la provincia. El que dio la autorización fue su hermano Juan Carlos Smith cuando era ministro de Salud provincial con la aprobación del gobernador Gerardo Zamora. En su momento uno de los investigadores principales del estudio.
En tanto desde el Laboratorio insisten en que "la multa solamente se debe a problemas administrativos y burocráticos que se produjeron entre el papeleo".
Es posible que haya más personas afectadas por las pruebas del laboratorio, seguramente hay casos de bebés que murieron por la aplicación de la vacuna y no fueron denunciados porque sus padres temían perder los planes sociales.
* Desde el año 2000 lleva el nombre de GlaxoSmithKline, como resultado de la fusión de Glaxo Wellcome y SmithKline Beecham, y nace una nueva compañía farmacéutica multinacional.
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