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martes, 10 de enero de 2017

LOS TELÉFONOS INTELIGENTES PERJUDICAN LA VISTA DE LOS NIÑOS

En un estudio realizado a niños surcoreanos entre 7 y 12 años los oftalmólogos encontraron que el 6,6% de los niños sufrían síndrome del ojo seco. Cuando miramos la pantalla parpadeamos menos de lo habitual, de manera que el lagrimal no se activa y el ojo se seca, explican los científicos.

En la década de 1970 el 10% de los niños
surcoreanos eran miopes, desde 2010
son el 50 por ciento.
Los niños que usan el teléfono inteligente durante más de tres horas al día son mucho más propensos a sufrir el síndrome del ojo seco que los que hacen un uso más moderado del dispositivo. Lo revela un estudio de científicos coreanos publicado en la revista BMC Ophthalmology.

Este síndrome se presenta cuando el cuerpo no produce suficientes lágrimas, debido a lo cual los ojos se enrojecen y se irritan como si les hubiera entrado algo de arena. Por lo general, esta condición se diagnostica en personas mayores, pero es cada vez más común en personas más jóvenes e incluso en niños.

El celular provoca el síndrome del ojo seco.
Los teléfonos inteligentes son una de las razones principales del problema, ya que cuando miramos fijamente la pantalla parpadeamos menos y las lágrimas lavan el ojo menos de lo necesario, como resultado de lo cual el ojo se seca.

Para confirmar esta teoría los investigadores han estudiado las condiciones oftalmológicas de 916 niños y niñas surcoreanos de entre 7 y 12 años. Primero los oftalmólogos calificaron su visión, y encontraron que el 6,6% de los niños sufrían síndrome del ojo seco. Casi todos ellos usaban teléfonos inteligentes un promedio de 3,2 horas al día. Mientras tanto, sus compañeros sanos hacían uso de los móviles solo durante 37 minutos diarios.

El síndrome del ojo seco se duplicó en Corea
del Sur en la última década. De 970 mil
afectados pasó a 2,1 millones.
Los científicos señalan que, cuando los niños que presentaban el síndrome dejaron de utilizar el 'Smartphone' durante al menos un mes, los síntomas de la enfermedad prácticamente desaparecieron. 

El uso de telefonía móvil trajo como consecuencia, que el número de pacientes surcoreanos con el síndrome del ojo seco se duplicó en la última década, de 970 mil a 2,1 millones, según informó la Sociedad Oftalmológica de Corea del Sur.

Cuando los niños dejaron de utilizar el celular, 
los síntomas de la enfermedad desaparecieron.
El estudio también encontró que alrededor de la mitad de los niños en las escuelas primarias del país desarrolla la miopía desde el 2010, mientras que solo un 10 por ciento se enfrentaba a esa condición en la década de 1970.

Hoy en día un padre que no le compra un celular a su hijo es crearle un trauma psicológico, porque será diferente, ya que el resto de sus compañeritos de la escuela le harán víctima del Bullying (acoso escolar), porque si no tiene un Smartphone no es del club, está excluido. Y luego que se lo compre, el niño se aislará cada vez más de la realidad, dedicándole día a día más horas al nuevo “juguetito”, convirtiéndose en un futuro títere del Nuevo Orden Mundial que se está gestando.

Un niño surcoreano usa su celular un
promedio de 3,2 horas por día.
Desde el primer día los padres tienen que decirle al niño que el celular no es suyo, sino que es un préstamo del aparato que le hacen los adultos, y que el teléfono podrá ser solicitado y revisado en cualquier momento.

Y simultáneamente, tener un móvil en edades tempranas (menores de 10 años) pueden acarrear unos efectos nocivos en el pequeño, sobre todo en el aprendizaje de su vocabulario y ortografía.

Exposición a las ondas electromagnéticas
de un celular en el cerebro de un niño
y en un adulto.
Como todos sabemos, con el móvil se acortan palabras y letras para decir algo concreto de la manera más rápida. Esto afectará al desarrollo lingüístico del niño cuando más pequeño sea al utilizar este dispositivo de telefonía móvil.

Sin contar también que el cerebro del niño estará expuesto a la irradiación de las microondas causando trastornos en sus pequeños y aún no desarrollados cerebros en crecimiento.

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