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jueves, 26 de diciembre de 2013

MÁS DE 60 PERSONAS MORDIDAS POR PALOMETAS EN ROSARIO

El 25 de diciembre se vivieron escenas de terror que recordaron a la película Piraña, cuando los bañistas fueron atacados por un cardumen de palometas, peces de la misma familia que las pirañas.

El 25 de diciembre, 62 personas fueron
mordidas por palometas en una playa rosarina.
Se registraron oficialmente 62 heridos, aunque otras fuentes dicen que fueron 70 las personas heridas. El caso más grave fue el de una nena de 7 años que sufrió la amputación de una de las falanges de un dedo de la mano izquierda. Derivada al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, la chiquita fue dada de alta luego de curaciones y la aplicación de antibióticos. La "mordedura colectiva" se dio sólo en la populosa playa de la Rambla Catalunya de la ciudad de Rosario, a orillas del río Paraná.

La Rambla Catalunya, al fondo, el puente
Rosario-Victoria.
El ataque comenzó a las 12.15 del mediodía del 25 de diciembre y duró unos cinco minutos. Hasta las 13, personal del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) apostado en el lugar atendió sin parar a los heridos (el 30 por ciento jóvenes y siete niños). Salían a los gritos y ensangrentados del agua, en un área delimitada por los bares del lugar donde, supuestamente, se acercó un cardumen de palometas. El paramédico Gustavo Centurión dijo que era "la primera vez" que se daba ese fenómeno.

Las palometas hirieron a siete
niños en la Rambla Catalunya.
El ataque de estos peces, que provocó casos de personas con mordeduras en los talones, los pies y las manos, sorprendió a muchos que disfrutaban de un día en el agua del río Paraná, en el balneario rosarino, buscando alivio al calor en una jornada agobiante. En el momento del ataque de los peces había 8.000 personas en mil metros de extensión.

Según informó el diario La Capital, los guardavidas advirtieron a los bañistas de la situación y por unas horas la gente salió del agua, pero el público se renovó y se siguió zambullendo. Por eso hubo que apelar a la ayuda de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y la policía apostada en un destacamento de la zona para controlar la situación.

Un niño es atendido en Rosario minutos después
de ser mordido por una palometa.
Especialistas ambientales aducen que la pesca indiscriminada alteró la cadena alimentaria y, por tal motivo, la palometa, un ejemplar de la familia de las pirañas, sale a comer "lo que puede". También, la caza masiva ha acabado con su depredador natural, el yacaré. Otra explicación refiere a que el pez es atraído por los restos que dejan los pescadores en la orilla. Una más sostiene que en ese punto del río se produce una curva que lentifica el curso de las aguas. El fenómeno, más el calor que incentiva la actividad biológica de las especies y la bajante de la cuenca del Paraná (2,71 metros, cuando su nivel habitual es de unos 4), crearían un escenario propicio para que esos peces naden y mastiquen a sus anchas.

La palometas mordieron a los bañistas
rosarinos en los talones, pies y manos.
Se detalló que este animal percibe la sangre y, por ello cuando una de ellas muerde a alguien es muy probable que las otras se acerquen para atacar a otros". Esto fue clave en la magnitud del ataque de ayer ya que los responsables de la seguridad en ese sector pedían a todos los bañistas que se retiren del agua, solicitud  que ante el asfixiante calor muchos desoyeron.

Pescadores consultados señalaron que las palometas son capaces de cortar mallas, líneas de pesca y mutilar peces, y son muy escurridizas dado que se reproducen en camalotes, donde se guarecen durante todo el año hasta que el verano y la luz las obliga a desplazarse por el río.

De acuerdo a lo señalado por los especialistas, los ejemplares de esta especie aparecen cuando se registran temperaturas muy altas, como las que se produjeron este miércoles en Rosario aunque la posibilidad de que esto se haga habitual es casi nula, señalaron.

Otra víctima del ataque de las palometas
es curada por personal del Sies.
El subsecretario de Recursos Naturales de la Provincia de Santa Fe, Ricardo Biasatti, desestimó esta mañana que pueda repetirse un ataque generalizado de palometas a bañistas en la costa rosarina tal como el registrado ayer.

"Estimamos que es un episodio absolutamente esporádico en el sentido que la palometa es una de las especies habituales en verano en el sistema de río Paraná que es muy grande. Evidentemente se ha dado alguna circunstancia por la cual un cardumen pasó en un momento que obviamente la costa estaba totalmente llena de bañistas en el agua y lamentablemente se produjo este episodio en el cual un número importante de personas sufrió daños algunos menores y otros de mayor consideración", evaluó el funcionario que es licenciado en Biología.

Las autoridades desestimaron que vuelva
a producirse otro ataque de palometas.
"La palometa es una especie habitual en esta época del año pero en otro lugar del río. Ataques de esta magnitud no hay antecedentes revisando hacia atrás hemos tenido casos esporádicos todos los años. La gente navega transita el río y es muy esporádico que un grupo de palometas ataque así", dijo tratando de llevar tranquilidad a los rosarinos que disfrutan de la playa. 

"Santa Fe tiene 800 kilómetros de costa y no tenemos registro de otro lugar, fue un episodio desafortunado porque ese cardumen se encuentra con tantos bañistas y pasó ese episodio. Ya pasó y no hay forma de tener registro más que las referencias de las víctimas. Pero no hay tampoco razones que nos indiquen que esto se pueda generalizar, ni que hay un cambio de conducta en la especie", concluyó el especialista.

El ataque se produjo a las 12.15 hs, cuando
había 8.000 personas en mil metros de playa
.
En tanto, Julián Aguilar, presidente de la Asociación de Pescadores "El espinillo", también descartó la posibilidad de que se repitan ataques de palometas de la magnitud del registrado ayer en la costa rosarina. 

"El ataque de la palometa al ser humano es ocasional, normalmente no atacan. Pasa que un cardumen puede haber pasado sintieron el movimiento y atacaron pero no es algo normal. La actividad es la normal para esta época, un poco adelantado por los calores intensos", señaló el trabajador del río. "Es un predador que cuando más caliente está más devora", explicó.

Para atender a los heridos se tuvo que reforzar
el personal sanitario en la playa.
Aproximadamente a la hora del ataque había unos 38 grados. "Es un récord de los últimos 50 años, un pico insólito", afirmó el meteorólogo local, Luis Blotta.

“Los predadores naturales de esta especie son ellos mismos, el surubí el yacaré y el dorado", detalló el pescador e insistió con que un ataque así "es ocasional, sucede muy de vez en cuando, no es que vas a ir al río y te van atacar. Es normal que haya palometas, lo que no es normal es que ataquen. Además muerde una sola vez y se va, es muy dolorosa la mordida lo digo por experiencia propia a veces la sacamos en la red y en el apuro te muerden", contó Aguilar.

Las palometas aparecen cuando se
registran temperaturas muy altas.
Federico Cornier, director del Sies, explicó al diario El Ciudadano que el total de las personas afectadas por las mordeduras de estos peces fueron 62, entre ellas siete niños; la gran mayoría fueron adultos jóvenes. La peor parte se la llevó una nena de 7 años, a quien tuvieron que amputarle una falange del dedo meñique de la mano izquierda. La pequeña fue derivada al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde después de practicarle la curación de rigor recibió el alta médica.

El resto de los heridos, sin lesiones de mayor consideración, se fue acrecentando con el correr de las horas. Todos fueron atendidos en la carpa sanitaria permanente que el Sies instala cada verano en la zona más concurrida de la costa de la ciudad. Dado el extremo calor, la cantidad de gente y el sorpresivo ataque de las palometas, la atención tuvo que ser reforzada.

"Es normal que haya palometas, lo que no es
normal es que ataquen", dijo un pescador.
Gustavo Centurión, uno de los médicos del Sies que trabajó en la carpa sanitaria especificó: “A algunos las palometas les arrancaron literalmente pedacitos de carne”, puntualizó. Por su parte, Gabriela Quintanilla, subsecretaria de Salud Pública de la Municipalidad, detalló que “las palometas vienen en cardumen y, según los biólogos, el ataque de estos peces dura pocas horas y se produce por el calentamiento del agua”.

Las palometas son peces carnívoros, su nombre científico es serrasalmus marginatus, y el de las pirañas es serrasalmus aureus, ambas con prominentes mandíbulas con dos hileras de dientes cada una, que habitan las aguas de los ríos Paraguay y Paraná. Su carácter dominante se refleja en sus poderosas mandíbulas, sobresaliendo la inferior, de filosos dientes triangulares, verdaderas trituradoras de carne.

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