En 1913, mientras Lenin se daba la gran vida
viviendo en Cracovia, escribió el
siguiente Decálogo revolucionario para destruir una sociedad.
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Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924) |
1. Corrompa a la juventud y dele libertad sexual.
2. Infiltre y después controle todos los medios de
comunicación de masas.
3. Divida a la población en grupos antagónicos,
incitando las discusiones sobre asuntos sociales.
4. Destruya la confianza del pueblo en sus líderes.
5. Hable siempre sobre Democracia y Estado de Derecho,
pero, en cuanto se presente la oportunidad, asuma el Poder sin ningún
escrúpulo.
6. Colabore con el vaciamiento de los dineros
públicos; desacredite la imagen del País, especialmente en el exterior y
provoque el pánico y el desasosiego en la población por medio de la inflación.
7. Promueva huelgas, aunque sean ilegales, en las
industrias vitales del país.
8. Promueva disturbios y contribuya para que las
autoridades constituidas no las repriman.
9. Contribuya a destruir los valores morales, la
honestidad y la creencia en las promesas de los gobernantes. Nuestros
partidarios infiltrados en otros partidos deben acusarlos, obligándolos, so
pena de exponerlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la
causa.
10. Registre a todos aquellos que posean armas de
fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible
cualquier resistencia a la causa.
Esto lo escribió Lenin en 1913. Cualquier semejanza con los días de hoy en nuestra
Argentina, no es mera coincidencia.
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Reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo entre diciembre de 1917 y enero de 1918. Sentado en el centro está Lenin, a la derecha de pie Stalin. |
Vladimir Ilich
Ulianov (1870-1924), más conocido como Lenin procedía de una
familia de clase media judía de la región del Volga. Promovió en octubre de 1917 una rebelión armada en la capital
Petrogrado, hoy San Petersburgo, financiada
por los grandes banqueros de Wall
Street, los Rothschild, los Warburg, Kuhn, Loeb, Olef Aschberg, Schiff,
Lazare, Hirsch, Gunzbourg, Speyer, Wallenberg, Guggenheim, Breitung, etc..
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La Revolución bolchevique asesinó más gente que el gobierno del zar. |
Consciente del carácter minoritario de sus ideas
radicales,
demostrado por los resultados electorales, adoptó
una violenta dictadura de partido único, empleando métodos brutales de represión. Creó una policía política (la Checa
el 20 de diciembre de 1917) para perseguir
a los disidentes incluyendo a los demás socialistas, siguiendo literalmente
las tesis de Marx de acabar con los socialistas no marxistas; a escala mundial,
exigió a los demás partidos socialistas fidelidad absoluta a sus directrices.
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El "Terror Rojo" dejó 4 millones de
muertos y la "Gran Purga", 43
millones de asesinatos más. |
Disolvió la Asamblea constituyente (1918),
proscribió a la oposición y fue el primero en crear redes de campos de
concentración, de hecho, creó en las orillas del mar Blanco el primer campo de
concentración el 1º de octubre de
1918. En mayo y junio de 1918 se
cerraron 205 periódicos socialistas. Fue el primer genocida comunista de la historia, propugnando un
exterminio dirigido hacia sectores sociales concretos, grupos étnicos, también
al burgués, el clérigo, el aristócrata, el capitalista, el anarquista o
simplemente el izquierdista que no siguiera las consignas bolcheviques. Lenin
mandó asesinar en masa de 1917 a
1921 (en sólo 4 años), un millón
seiscientos setenta mil setecientos treinta y ocho (1.670.738) personas. Identificadas
por clase y profesión: 890 mil campesinos; 268 mil soldados y marinos; 56 mil oficiales;
196 mil obreros; 8.800 médicos; 6.775 profesores y maestros, y 212.263
intelectuales y empleados. Lenin
miraba a los hombres como un comprador mira el ganado en una feria. Nada de
humanidad, de reflejo del alma. Las ejecuciones, torturas y represiones masivas efectuadas durante todo el período de Lenin (1917-1924) fueron llamadas el "Terror Rojo". Luego llegó la "Gran Purga" con más de 43 millones de muertos entre 1924 y 1953 ordenada por Stalin, apodado el "Zar Rojo".
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Lenin durante uno de sus discursos. |
En
noviembre de 1921, con 51 años, mientras se dirigía a los camaradas del IV
Congreso del Partido Comunista, Lenin no encontró las palabras y tuvo que chasquear
los dedos para llevarlas a su mente. Pudo ser el primero de sus derrames cerebrales, pero no se le hicieron
pruebas. Al año siguiente sí tuvo su primer gran ataque en mayo. Se
ocultó su enfermedad a los camaradas porque todos pensaban que era imposible que se enfermara, que era casi inmortal. Aún enfermo seguía de cerca todos
los asuntos y se interesaba por ellos. Durante estos meses de convalecencia, una de las cosas que más le preocuparon fue
que se continuara con la matanza contra los social-revolucionarios. Seis
meses después volvió a tener otro gran ataque y queda postrado en su lecho de enfermo, no puede hablar
ni caminar. Le viene un tercero en 1923. El cuarto acabó con la vida de un Lenin ya
postrado. Se comenta que en estos dos
últimos años de su vida, sus secuaces, mataron 2.500.000 personas más, que,
sumadas a las 1.670.738 ordenadas por el propio Lenin, llegan a 4 millones de asesinatos entre 1917 y 1924. La causa clínica de la muerte de Lenin
en enero de 1924, tres meses antes de cumplir los 54 años, fue una arteriosclerosis generalizada con un
pronunciado grado de afección de los vasos cerebrales. La infiltración de
lípidos en las principales arterias (arteriosclerosis cerebral) las había ido
obstruyendo hasta provocarle cuatro infartos cerebrales en los últimos años de
su vida.
La Argentina al borde del
caos
Para dominar a la Argentina es necesaria una degradación previa, constante y
progresiva del tejido social. Una ocupación creciente de pequeños puntos que vayan extendiéndose
como la gangrena. El objetivo es
convertir una sociedad sana, fuerte e inexpugnable en un cuerpo enfermo,
cansado y sin ánimos de resistir.
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Imagen de los saqueos en Rosario. |
Clara está pues la tarea a realizar. Erosionar
la sociedad por cualquier medio posible. Legal o ilegal, pacífico o
violento, “político” o “militar”. Agitación y propaganda, infiltración,
terrorismo, actividad política, organización partidaria y sindical,
encuadramiento de la masa, organizaciones fachada... Resumida la actividad en
tres palabras, se trata de separar,
desarticular y encuadrar.
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Piquetes y cortes de rutas se suceden en todo el país. |
Para subvertir la sociedad todo vale. Tanto las
actividades “legales” amparadas en las libertades democráticas —participación
en elecciones y en cargos de representación política, propaganda y agitación
legal, libertad de expresión, prensa y reunión— como las ilegales —terrorismo, espionaje, sabotaje,
desinformación, corrupción, bandolerismo, piquetes, saqueos— sirven a un
mismo fin. El fin último de dominación política completa no varía jamás. El ataque es a la vez legal e ilegal,
ofensivo y defensivo, abierto y oculto.
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Córdoba vivió escenas que nadie desea que se repitan. |
Mientras esto se aplica todos los días en la
Argentina, la mayoría de sus habitantes son entretenidos con Fútbol para todos, Automovilismo para
todos, Boxeo para todos, 6,7,8, todo
sea para que no se den cuenta que están siendo rodeados, dominados, idiotizados
para terminar luego en el matadero.
Recuerden que el Decálogo mismo, sistemáticamente está
siendo aplicado por quienes mueven los hilos del mundo. Los que preparan un Nuevo Orden Mundial para esclavizar a la humanidad.
indignante escribir semejante mentira
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