Entre el 19 y el 22
de febrero de 1943 los Aliados fueron derrotados por Rommel en un desfiladero
de Túnez, con un saldo de 2.838 aliados muertos y 8.279 heridos.
Ilustración del avance de Rommel y sus tropas en el Paso de Kasserine, Túnez. |
El general Lloyd Fredendall (1883-1963), el gran derrotado. Fue reemplazado a toda prisa por Patton. |
La noche del 22 de
febrero de 1943 el Afrika Korps se replegó sin que los aliados se dieran
cuenta. Más de 24 horas después se dieron cuenta que los alemanes ya no
estaban. Los
refuerzos estadounidenses y británicos recién el 25 de febrero llegaron al Paso
de Kasserine pero ya no estaban las fuerzas del Eje.
Los preparativos
para la batalla
La
batalla tuvo lugar en el paso de Kasserine, en las montañas del Atlas en Túnez,
y en el que se enfrentaron las fuerzas alemanas de Rommel y las estadounidenses
dirigidas por el general Fredendall. El encuentro armado fue significativo, ya
que constituyó la primera experiencia militar importante de los todavía
inexpertos estadounidenses durante la contienda. No obstante, las fuerzas norteamericanas sufrieron
graves pérdidas y fueron empujadas 50 km atrás de sus posiciones originales.
Fue una de las últimas victorias de Erwin Rommel (1891-1944) en el Norte de
África, pero la debilidad de las fuerzas ítalo-alemanas en Túnez les impidió
sacar provecho de esta gran victoria.
La Operación Torch puso en el norte de África a 150.000 hombres. Clic en el mapa para ampliarlo. |
El
23 de enero de 1943 el 8º Ejército Británico de Montgomery tomó Trípoli, la capital
de la Libia italiana y principal base de suministros de Rommel. El mariscal
alemán ya se había planteado esta posibilidad y había establecido en la ciudad de Túnez su base de suministros, con la
idea de utilizar la Línea Mareth en el sureste del país para bloquear a los
británicos. Por el oeste se encontraba la amenaza de los británicos y
norteamericanos, que a comienzos de 1943 habían consolidado sus bases en
Argelia y extendían sus fuerzas a lo largo de la cordillera del Atlas. En
contraposición a los planes se encontraban los recientes avances de las tropas
aliadas, que para entonces ya habían cruzado las cordilleras y habían
establecido una base de operaciones en Faïd, a los pies de las montañas. Esto
los dejó en una excelente posición para empujar a la costa a las fuerzas de
Rommel en el sur de Túnez y cortar su línea de suministros.
El general británico Harold Alexander en su oficina durante la Segunda Guerra Mundial. |
Simultáneamente,
las fuerzas aliadas que avanzaban hacia
Túnez sumaban alrededor de los 150.000 hombres. En agosto de 1942, se nombró al general británico Sir Harold Alexander (1891-1969) comandante en jefe de
las tropas aliadas en el teatro de operaciones del norte de África y Oriente Medio.
Fue adjunto del general Eisenhower en este frente. Estaban bajo su mando, el comandante
británico teniente general Sir Kenneth
Anderson (1891-1959), de quién dependía el 1° Ejército británico, quién tenía bajo su
dependencia el Cuerpo de Ejército V inglés, el Cuerpo de Ejército XIX francés y
el Cuerpo de Ejército II norteamericano. El
general norteamericano Lloyd Fredendall, era el jefe del II Cuerpo del Ejército.
La ofensiva de Rommel por un lado y de Von Arnim por el otro, en febrero de 1943, provocó un duro revés a las tropas aliadas. |
Al amanecer de 1 de
febrero de 1943, la artillería ítalo-alemana bombardeó las posiciones
norteamericanas sobre la frontera argelino-tunecina. Seguidamente el I
Ejército Italiano se lanzaba al asalto tomando el Paso de Faid. Especial fue el
comportamiento de las tropas de élite italianas, los Bersaglieri, que tras intensos combates, a veces cuerpo a cuerpo
con la bayoneta, fueron desalojando a los americanos de sus posiciones en los
días venideros. Al ataque se sumó la 21ª División Panzer cortando el camino
montañoso desde Faid hacia Sfax, ruta de vital importancia táctica.
Ubicación de Kasserine, donde las fuerzas anglo-estadounidenses fueron derrotadas. |
Desde
luego la propuesta de Rommel era audaz. El Mando Supremo aprobó con
circunspección el consejo de Rommel, cediendo quizá a los convincentes
argumentos adoptados por Kesselring, quién tuvo una entrevista con los dos
comandantes alemanes. Juntos, decidieron
lanzar una pequeña operación que consistiría en dos ataques limitados: Arnim
avanzaría unos 19 km, desde Faid a Sidi Bou Zid, con dos divisiones acorazadas;
Rommel debía avanzar sobre Gtsa, con una unidad ítalo-alemana, designada con el
nombre de destacamento del Afrikakorps. Tanto Kesselring como Rommel se daban
cuenta de que un éxito les conduciría a una operación de mayores proporciones,
cuyo objetivo sería la ocupación de Tébessa, mientras Arnim se contentaría con
consolidar la posesión de los pasos principales de la dorsal oriental.
El general inglés Kenneth Anderson, no era apreciado por sus subalternos ni por sus superiores. |
Las
operaciones en Túnez estaban a cargo del
general británico Kenneth Anderson que no era apreciado por sus subalternos ni por sus superiores. Consideraba a los franceses demasiado débiles y
los norteamericanos demasiado inexpertos para reaccionar. Envió a los generales
Fredendall y al francés Louis Koeltz (1884-1970) que avanzaran hasta encontrar fuerzas enemigas. Los Aliados
avanzaban hacia Túnez en un frente de 160 km.
A
las cuatro del día 14 de febrero de 1943. Mientras un viento violentísimo
azotaba el paso Faid, levantando una tempestad de arena, la infantería y los carros de combate alemanes pusieron en ejecución
un plan de ataque impecablemente concebido. Aislaron rápidamente a unos 2000
hombres, aniquilaron un batallón acorazado, ocuparon Sidi Bou Zid y destruyeron
44 carros de combate norteamericanos, 50 vehículos semiorugas, 26 piezas de
artillería y no menos de 22 camiones.
Avance alemán en el Paso de Kasserine. |
Aunque
todo continuaba tranquilo en las proximidades de Gaísa. Anderson, con la
aprobación de Eisenhower, dio instrucciones a Fredendall para que abandonase la
ciudad, a fin de concretar sus propias fuerzas y reforzar el flanco derecho.
Fue un éxodo desordenado, que se desarrolló necesariamente en la oscuridad más
completa. Se dirigieron hacia Fériana, a 64 km de distancia, donde las fuerzas que guarnecían las
instalaciones de la retaguardia perdieron la serenidad y, presas de pánico,
comenzaron a destruir los depósitos de abastecimientos.
El Mayor Orlando Ward, en el primer enfrentamiento con Rommel perdió 98 tanques, 57 vehículos semiorugas y 29 piezas de artillería. |
El
día 16, algunos elementos alemanes, en el intento de avanzar hasta Sbeita,
provocaron momentos de pánico en las filas aliadas, rápidamente superados, pues
Ward logró replegarse y establecer una línea defensiva. Por la mañana del día 17, las fuerzas de Rommel entraron en Fériana,
mientras la retirada de los Aliados estaba ya en pleno desarrollo. Los dos
aeródromos habían sido abandonados, después de que los soldados destruyeran más
de 270.000 litros de gasolina, 34 aparatos y las instalaciones y almacenes. Sin
embargo, los alemanes pudieron salvar aún unos 22.000 litros de carburante para
aviones y grandes cantidades de municiones, víveres y otros materiales.
El teniente general Anderson junto al general Louis Koeltz en Túnez. Otros dos derrotados por Rommel en Kasserine. |
Sin
embargo, continuaba obsesionándole la perspectiva de una gran victoria. El 18 Rommel telegrafió a Kesselring: “Propongo un ataque envolvente inmediato... en Tébessa
y en la zona al norte de la localidad.... para continuar en fuerza”. Una amplia y rápida maniobra de
envolvimiento conduciría al cerco de las reservas que afluían a Túnez, cortaría
las líneas de abastecimiento y obligaría a los Aliados a abandonar el país.
Foto de las tropas alemanas en febrero de 1943, cerca del Paso de Kasserine. |
Rommel,
aunque contento con la posibilidad que se le ofrecía, se sintió desilusionado
al saber que el objetivo inicial seria el Kef. En su opinión, el Mando supremo
había ordenado una maniobra de escasa importancia, apuntando más a un triunfo
táctico que a una victoria estratégica. Pero Kesselring creía que la directiva
era lo suficientemente elástica para permitir a Rommel atacar donde mejor
creyera, y esperaba de él un ataque principal a Tébessa y otro secundario y
demostrativo contra el Kef; este último para satisfacer al Mando. Pero en esta
ocasión, Rommel interpretó la directiva al pie de la letra y elaboró un plan
que preveía el ataque a El Kef según dos direcciones: el destacamento del Afrikakorps debía avanzar a través de Kasserine y
la 21ª Panzerdivisión a través de Sbiba; una vez localizadas las defensas, que
suponía más bien débiles, lanzaría al ataque la 10ª Panzerdivisión.
Rommel y Bayerlein hablando a sus tropas en Túnez, sobre un vehículo americano capturado. |
A
las 13:30 del 19 de febrero de 1943, el mariscal de campo Rommel recibió el
visto bueno del Comando Supremo sobre el plan revisado. Recibiría el control de las divisiones Panzer 10ª y 21ª transferidas
del 5º Ejército Panzer de von Arnim y atacaría a través de los pasos de
Kasserine y Sbiba hacia Thala y el norte, despejando la zona y amenazando los
flancos del I Ejército Británico.
Erwin Rommel, fotografía de 1943. |
En
Sbiba, las fuerzas de Rommel encontraron una tenaz resistencia por parte de las
unidades británicas, francesas y americanas, y muy pronto la 21ª Panzerdivisión se vio empeñada en una acción estática para no
ceder terreno.
En
el área de Sbiba se había instalado la 6ª División Blindada británica de cara a
las fuerzas blindadas alemanas que avanzaban. También estaban presentes algunas
unidades norteamericanas de infantería y artillería, elementos de dos
regimientos británicos de artillería antitanque y algunos destacamentos
franceses. La 21ª Panzer hizo un pequeño avance contra este combinado de
fuerzas y tras contactar con ellos, para
el 20 de febrero los había derrotado y puesto en retirada. Rommel, al
comprobar la posición que habían tomado las fuerzas enemigas, vio que se le
ofrecía la posibilidad de efectuar un
avance rápido a través del paso de Kasserine hasta Tébessa, donde se
encontraban los importantes depósitos de aprovisionamiento aliados. Comenzó
desplegando tropas para retener a las fuerzas enemigas situadas al este de la
cordillera y a continuación atacó rápidamente el paso, abrió el camino y
comenzó a atravesarlo. Al tener noticia los Aliados de que los alemanes se
estaban abriendo paso en Kasserine, desplazaron las tropas situadas al oeste de
la cordillera hacia el paso para frenarlo allí.
La victoria de
Kasserine
Defendiendo
el paso se encontraba una fuerza que agrupaba a un batiburrillo de unidades
norteamericanas de infantería, artillería e ingenieros. En las colinas del
oeste estaba la Fuerza Especial del general Welvert, que agrupaba un batallón estadounidense de Rangers, 3
batallones de infantería francesa, 6 batallones de artillería y destacamentos
menores. Más al oeste la Fuerza Especial Bowen bloqueaba el camino de Feriana a
Tébessa. Entre Tébessa y la Fuerza Especial Bowen se hallaba la 1ª División
Blindada estadounidense en reorganización, aunque solo el Comando de Combate B
estaba en condiciones de combatir. Las posiciones del Paso se hallaban a las
órdenes del coronel Alexander Stark.
Ilustración de Rommel guiando a sus hombres hacia la victoria. |
Al
anochecer, las posiciones estadounidenses sobre las colinas con vistas al paso
fueron sobrepasadas y a las 8:30 de la mañana los granaderos Panzer alemanes y
los Bersaglieri italianos reanudaron el ataque. A la 1 de la tarde, Rommel tomó
dos batallones de la 10ª Panzer y los combinó para tratar de romper las
defensas aliadas. Los supervivientes
estadounidenses hicieron una desorganizada retirada hasta la salida occidental
del paso en Djebel el Hamra, adonde estaba llegando la 1ª División Blindada
del Comando de Combate B. Rommel tuvo especiales palabras de alabanza para el 7º
Regimiento Bersaglieri de la Centauro, que había atacado furiosamente y cuyo
comandante, el coronel Luigi Bonfatti,
cayó abatido durante el ataque. Los blindados italianos y alemanes llegaron
antes a la salida del paso que los Aliados y así, mientras seguían dirigiéndose
hacia el oeste, a medida que salían del boquete del paso, giraban sus torretas
hacia el norte, cañoneando a las tropas aliadas que se acercaban hacia ellos.
En la salida de Thala, la fuerza aliada comenzó una pequeña retirada para
reubicarse 10 km atrás y durante la misma perdió todos los tanques. El 20 de
febrero, las fuerzas del Eje alcanzaron sus objetivos y estaban preparadas para
atacar tanto hacia Tébessa como hacia Thala. Pero por el momento, ambas partes
hicieron una pausa para preparar sus operaciones al día siguiente.
Operaciones del Eje y Aliadas en Túnez, del 30 de enero de 1943 al 10 de abril de 1943. Clic para ampliar la imagen. |
Anderson, en vista
de que las posiciones de Sbiba se mantenían sin ceder y que la División 34
norteamericana de Ryder se batía bien, cursó instrucciones a Keightley a fin de
que se enviase al Oeste, hacia Thala, una parte de su División Acorazada 6. La
Brigada Acorazada 26, del general Charles Dunphie, cerraba, combatiendo
heroicamente, la carretera que conducía a Thala, mientras el general de brigada
G. C. Nicholson, segundo jefe de la división se ponía al frente de un grupo cada
vez más numeroso de defensores británicos.
Tanque alemán Tiger durante la ofensiva del Paso de Kasserine, febrero 1943. |
La
10ª Panzerdivisión capturó 571
prisioneros, destruyó 38 carros de combate y 28 cañones: pero no logró
entrar en Thala. Sin embargo, en aquel momento, la línea defensiva inglesa carecía totalmente de consistencia.
Anderson, convencido de que era imposible impedir que Rommel se adueñase de la
localidad y bloquearle la carretera para el Kef, ordenó a Koeltz (quien
protestó enérgicamente) que se preparase para abandonar Sbiba y retirarse 64 Km
más atrás.
Mapa del Paso de Ksserine, y la población de Thala. |
Anderson,
que seguía creyendo que Sbiba caería durante la noche, continuó adoptando
medidas drásticas. Ordenó a Nicholson
que hiciera retroceder la artillería de Irwing a El Kef, y a Koeltz, como ya se
ha dicho, que abandonase Sbiba. Pero antes de que Nicholson tuviera tiempo
de poner en movimiento los cañones de Irwing, llegó de Marruecos el general de
división Ernest Harmon, enviado por
Eisenhower, para cooperar con el general Fredendall en calidad de primer
ayudante. Harmon asumió rápidamente la
dirección de la batalla de Kasserine, y revocó la orden de Anderson referente a
la retirada de la artillería.
Soldados de infantería norteamericanos avanzando por el Paso de Kasserine, el 26 de febrero de 1943. |
Por
este motivo las fuerzas aliadas no
volvieron a entrar en Sbiba, reducida a un montón de ruinas, hasta el 24 de
febrero, y el 25 ocuparon de nuevo el paso de Kasserine, desde donde
continuaron hacia Sbeitla y Sidi Bou Zid. Pocos días después, las fuerzas del
Eje se encontraban de nuevo en la dorsal oriental. Rommel había vencido a las
fuerzas anglo-estadounidenses en Túnez, y consiguió crear una total alarma
entre todos los mandos aliados en el Norte de África y les había enseñado,
además, muchas cosas sobre el arte de la guerra. Rommel lo enfrentó a un enemigo muy superior en número solamente con 50
Panzer, de la 10° División Panzer, 30 cañones y 2.500 soldados de infantería.
Los
combates de Kasserine, costaron al Eje
unos 2000 hombres entre muertos y heridos y a los Aliados más de 11.000. De los
30.000 norteamericanos del Cuerpo de Ejército II cayeron unos 6500. En cuanto
al material, se elevaron a 183 carros de combate, 194 vehículos semiorugas, 208
piezas de artillería y 512 camiones y jeeps, además de una considerable
cantidad de carburante, municiones y víveres.
Un tanque norteamericano destruido en el Paso de Kasserine en febrero de 1943. |
El
23 de febrero de 1943, durante el
encuentro de Rommel con Albert Kesselring y su jefe de Estado Mayor, Siegfried
Westphal, estos intentaron convencer a Rommel de que cambiase de parecer,
argumentando que todavía existían posibilidades de éxito. Sin embargo, Rommel
fue firme: Kesselring finalmente estuvo de acuerdo y las órdenes formales del Comando Supremo en Roma fueron emitidas por
la noche, deteniendo la ofensiva y ordenando la vuelta de todas las unidades
del Eje a sus posiciones iniciales. Ese mismo día, un ataque aéreo masivo de la
Fuerza Aérea estadounidense sobre el paso montañoso aceleró la retirada
alemana, y al atardecer del 24 de febrero, el paso había sido ocupado de nuevo
por los Aliados. Sidi Bou Zid y Sbeitla fueron recuperadas poco después.
Consecuencias
Era
la primera vez que unidades terrestres del Tío Sam y tropas ítalo-germanas se enfrentaban
cara a cara. Los norteamericanos sufrieron importantes bajas en esta derrota. El
general Eisenhower más tarde
confirmó junto al general Omar Bradley
(1893–1981) y otros oficiales que los subordinados de Fredendall no tenían
confianza en él como su comandante. El
general británico Harold Alexander (1891-1969) comentó con los oficiales
norteamericanos: "Estoy seguro que ustedes tienen mejores hombres que
él".
El mayor Bradley, Ike Eisenhower y el general Patton. |
El
líder aliado a cargo de defender esos pasajes montañosos era el Mayor General Lloyd Fredendall, a cargo del II Cuerpo
de Ejército de Estados Unidos. Fredendall era un oficial menos que mediocre.
Para colmo tenía también la desventaja de comandar tropas bisoñas e inexpertas,
encarando veteranos curtidos por años de continua campaña en dos continentes.
Panzer Tiger I del 504 Batallón de tanques pesados, durante los combates en Túnez. |
Pero
después de cuatro días de continua derrota y fuga, los norteamericanos
empezaron a reponer tanto sus pérdidas materiales, como sus bríos para
enfrentar el enemigo. Protagonista de ese dramático cambio en la suerte de la
batalla fue la llegada de la Novena División de Artillería, incluyendo el
Batallón 34 de Artillería de Campaña, al mando del entonces Teniente Coronel William C. Westmoreland. Los cañones
norteamericanos habían recorrido 800 millas desde Orán hasta Kasserine.
Pintura de Erwin Rommel, "El Zorro del desierto". |
Casi
simultáneamente con el retiro temporal de Rommel, un general norteamericano de
dos estrellas, 57 años de edad y un récord legendario desde 1918, se hizo cargo
el 6 de marzo de 1943, del frente de Túnez. Relevó al derrotado general Fredendall.
Era el general George S. Patton Jr., tan
capacitado como Rommel y aún más agresivo, pero también arrogante y vanidoso.
Barcos aliados
hundidos en el Atlántico
En
febrero de 1943 los alemanes e italianos hundieron 50 naves en el Atlántico y
en el Mediterráneo. La mayoría de ellas
eran británicas, sumando 310.000 toneladas.
El guardacostas Escanaba, recatando a los sobrevivientes del Dorchester, el 3 de febrero de 1943. |
Luego
también el Escanaba fue víctima de un
ataque submarino, siendo torpedeado en los estrechos de Isla Belle con solo dos
miembros de la tripulación como sobrevivientes. A bordo del Dorchester había
cuatro capellanes de diferentes credos que ayudaron a distribuir los salvavidas
y a los heridos. Cuando los armarios donde se encontraban los chalecos
salvavidas se encontraban vacíos, ellos se quitaron los suyos y los repartieron
al siguiente hombre en la fila. Cuando el buque se hundía, los sobrevivientes
pudieron ver a los cuatro capellanes parados en la inclinada cubierta, con sus
brazos entrelazados, rezando y esperando su suerte. Una Medalla especial por
heroísmo fue autorizada por el Congreso además del Corazón Púrpura y la de
Servicios Distinguidos, fueron póstumamente otorgadas a los cuatro capellanes.
El 6 de febrero de 1943 fue hundido el buque de guerra Louisburg I, muriendo 38 tripulantes. |
En el mes de
febrero de 1943, 21 submarinos germanos, atacaron al convoy SC-118 (Canadá-Gran
Bretaña), integrado por 61 transportes y 12 naves de escolta. Fueron alcanzados
16 barcos, en el transcurso de cinco días de lucha incesante y de ellos, 13 se
hundieron, con un total de 59.765 toneladas.
El SS Henry R. Mallory se hundió el 9 de
febrero de 1943. Formaba parte del convoy
SC-118 rumbo al Reino Unido. El Mallory
(6063 toneladas) fue atacado y hundido por torpedos de los submarinos alemanes
U-609 y U-625. De la tripulación de 494 pasajeros y tripulación a bordo,
tropas americanas 381, guardias armados 34, civiles 2, tripulación 77, perecieron
272. Los 224 sobrevivientes fueron rescatados cuatro horas después por el
Cutter de la Guardia Costera Bibb,
205 sobrevivientes y el destructor Ingham,
quien rescató 25.
El HMCS Weyburn se hundió al chocar con una mina colocada fuera de Gibraltar. |
El 24 de febrero de
1943 se hundió en el Atlántico el submarino británico HMS Vandal (P 64) con sus 37 tripulantes. El submarino recién fue redescubierto en diciembre de 1994 al norte de la isla de Arran.
La guerra en el
Pacífico
En
Guadalcanal, una de las islas del archipiélago de las Salomón, los japoneses seguían evacuando
a sus hombres sin que lo perciban los norteamericanos.
Ubicación de las Islas Salomón, con detalle de la disputada Guadalcanal. |
El almirante Nobutake Kondo (1886-1953) envió dos
destructores de su fuerza, el Asagumo
y el Samidare, a las Shortland para
reemplazar los dos destructores perdidos durante la primera evacuación. Hashimoto lideró la segunda misión de
evacuación con veinte destructores desde el sur hacia Guadalcanal, a las
11:30 del 4 de febrero. Aviones del Campo Henderson atacaron en dos rondas las
naves de Hashimoto, comenzando a las 15:50 y con un total de 74 aeronaves. El
destructor Maikaze resultó gravemente
dañado, por lo que Hashimoto ordenó que el Nagatsuki
lo remolcara hasta Shortland. Los Aliados
perdieron once aviones en el ataque, mientras que los japoneses perdieron un
Zero.
Tropas japonesas fotografiadas en la isla de Gudalcanal. |
Creyendo
que las operaciones japonesas del 1 y 4 de febrero habían sido para reforzar,
no para evacuar, las fuerzas
estadounidenses en Guadalcanal procedieron de forma lenta y cautelosa,
avanzando tan sólo 820 metros diarios.
Al
tanto de la presencia de los portaaviones de Halsey, así como de otros buques
de guerra, los japoneses consideraron la
posibilidad de cancelar la tercera evacuación, pero al final decidieron seguir
con el plan. La fuerza de Kondo se acercó a 890 kilómetros al norte de
Guadalcanal para estar preparada en caso de que los barcos de Halsey intentaran
intervenir. Hashimoto salió de las Shortland con 18 destructores a mediodía del
7 de febrero, esta vez tomando curso por el sur de las Salomón en lugar de ir a
través del «Slot». Un grupo de 36 aeronaves de la CAF atacó la flota japonesa a
las 17:55, dañando gravemente al Isokaze,
que se retiró escoltado por el Kawakaze.
Tanto los Aliados como los japoneses perdieron una aeronave durante el ataque.
Ametralladora japonesa en Guadalcanal. Soldados de la 81° Unidad de Guardia al mando del teniente Yukio Endo. |
Al
amanecer del 8 de febrero, fuerzas estadounidenses en ambas costas reanudaron
su avance, donde encontraron a unos pocos soldados japoneses enfermos y
moribundos. Fue en este momento cuando el
general Patch se dio cuenta de que las idas y venidas del «Tokyo Express» de la
última semana habían sido para evacuar y se sintió burlado. A las 16:50 del
9 de febrero, las dos fuerzas estadounidenses se encontraron en la costa oeste,
en el poblado de Tenaro. Patch envió un mensaje a Halsey asegurando: «Total y completa derrota de las fuerzas
japonesas en Guadalcanal tuvo lugar hoy a las 16:25 [...] los Tokyo Express ya
no tienen terminal en Guadalcanal».
El "Tokyo Express", la ruta de los navíos japoneses para aprovisionar Guadalcanal y otras islas. Es el recorrido que se usó para evacuar a 10.652 hombres. |
Algunos
japoneses rezagados permanecieron en Guadalcanal, muchos de los cuales cayeron
posteriormente muertos o capturados por patrullas aliadas. El último japonés en rendirse en la isla que se conoce lo hizo en
octubre de 1947.
Ilustración de soldados norteamericanos inspeccionando un refugio japonés en Guadalcanal. |
Gracias
a la “Operación Ke” la Marina Imperial Japonesa evacuó de Guadalcanal a prácticamente
todos sus hombres. En las maniobras de combate, a los estadounidenses les fueron hundidos 4 navíos entre ellos un
destructor (USS De Haven) y 3 lanchas
torpederas (USS P-37, USS PT-111 y USS PT-123), un destructor dañado (USS Nicholas) y 53 aviones derribados.
Conclusión
La
Batalla de Guadalcanal fue una de las grandes epopeyas de la Segunda Guerra
Mundial. Con un saldo de más de 43.000
muertos y 59 buques hundidos entre ambos bandos, constituyó hasta la fecha el
enfrentamiento más largo y sangriento librado por tierra, mar y aire de la
Historia Militar.
El Kinugawa Maru, barco de la Armada Imperial japonesa parcialmente hundido en la isla de Guadalcanal. |
Japón
sufrió 32.000 bajas (31.000 muertos y 1.000 prisioneros), perdió 29 buques (1 portaaviones, 2 acorazados, 4 cruceros, 9
destructores, 1 submarino y 12 transportes), fueron dañados 10 buques (2 portaaviones, 4 cruceros y 6 destructores)
y resultaron derribados 683 aviones.
En Guadalcanal se vivieron intensos combates en tierra, mar y aire, por parte de japoneses y norteamericanos. |
Por
si fuera poco las bajas cosechadas en tierra por los japoneses fueron mucho más
elevadas que las norteamericanas, lo que constituyó la primera derrota
terrestre del Ejército Imperial Japonés contra el Ejército Estadounidense. Sin
embargo lo peor de todo para el Eje fue que la expansión nipona por el Pacífico fue definitivamente interrumpida,
Australia dejó de estar amenazada y sobretodo los norteamericanos adquirieron
una base desde la que lanzarse a la conquista del resto de las Islas Salomón y
Nueva Guinea. El mismo almirante William
Halsey describió brillantemente la nueva situación: “Antes de Guadalcanal el enemigo avanzaba a según su antojo; después de
Guadalcanal se repliega según el nuestro”.
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