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lunes, 29 de febrero de 2016

EL MOTIVO QUE HACE DE 2016 UN AÑO BISIESTO

De no existir el 29 de febrero, perderíamos 25 días cada siglo, provocando un importante desajuste en las estaciones del año. El año bisiesto permite recuperar las seis horas que cada año pierde la Tierra.

Los nacidos en este día, celebrarán su
cumpleaños el 28 de febrero de los
años no bisiestos.
El 29 de febrero es el sexagésimo día del año del calendario gregoriano y solo existe en los años bisiestos. El 2012 fue bisiesto, el actual 2016 es bisiesto, el próximo año bisiesto será 2020. Se repite cada cuatro años y los nacidos en este día, oficialmente su cumpleaños es el 28 de febrero en los años no bisiestos.

Nuestro planeta tiene una rotación de 365,24219 veces durante una órbita completa alrededor del astro, por tanto un año dura 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos, no 365.

Para compensar, se tuvo que agregar un día cada cuatro años. En latín “Año bisiesto” es una expresión que deriva del latín bis sextus dies ante calendas martii (era el dos veces sexto día antes del primer día del mes de marzo), que correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero por Julio César.

Historia del año con 366 días
En el calendario romano el día bisiesto, era el que se añadía al calendario cada cuatro años, no era el 29 de febrero sino el 23, ya que este era el sexto día antes de las calendas de marzo. Así, había dos 23 de febrero, el primero era "el sexto día antes de las calendas de marzo" y el día siguiente también 23, era "el bi-sexto día antes de las calendas de marzo".

Julio César decidió terminar
con los desfases del
calendario romano y su
decisión nos llevó al
calendario juliano y luego 

al gregoriano que usamos 
actualmente.
Transcurría el año 45 a. C., cuando el dictador Julio César llegó a Egipto. Hasta entonces el calendario romano cargaba con siglos de desfases debido a su imprecisión. El romano solo tenía 355 días con un mes extra de 22 días cada dos años. Entre otras cosas, Julio encontró un excelente calendario en las tierras de la faraona egipcia Cleopatra VII. Fue entonces cuando delegó a Sosígenes de Alejandría, astrónomo, matemático y filósofo, la tarea de diseñar un nuevo calendario a la altura y exactitud que el imperio necesitaba. El proyecto incluía modificaciones tales como: Renombrar el mes quintilis como "julio" (iulius), en honor al emperador que financió la idea y que había nacido el día 13 de quintilis del año 100 a.C.

Sosígenes entregó a Julio su calendario, basado principalmente en el calendario egipcio, pero conservando los nombres de los meses romanos. Este calendario poseía una duración de 365 días y un día adicional inicialmente cada cuatro años, para compensar un desfase natural producido por la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol.

El astrónomo, matemático y
filósofo Sosígenes creó el
calendario juliano, basado en el
calendario egipcio, mucho más
preciso que el romano.
La compensación de los desfases que tenía acumulados el calendario romano obligó a que el año 46 a.C. se convirtiera en el año más largo de la historia, con 445 días de duración para compensar e iniciar nuevamente de cero. A este inusual año se le llamó "año juliano" o el "año de la confusión".

Ya los egipcios sabían que cada cuatro años la salida helíaca de la estrella Sothis (Sirius) se retrasaba un día, dando inicio al año nuevo. Sin embargo, doscientos años antes, en el concilio de Cánope, cuando pudieron hacer la reforma, los egipcios no la hicieron debido a pugnas entre las castas sacerdotales y la clase política.

Aproximadamente seis siglos antes, en Roma, el rey Numa Pompilio había agregado los meses de januarius y februarius al ya maltratado año romano, que hasta entonces era de diez meses lunares y fue a este último, a februarius, al que se sumó el día adicional. Los romanos solían llamar calendas (o kalendas) al primer día de cada mes y contaban hacia atrás los días que hacían falta. El día primero de marzo se llamaba "calendas de marzo" o kalendas martias. En el calendario Gregoriano, utilizado actualmente, el 28 de febrero sería el día anterior (el 2º día antes, con el cómputo inclusivo, a las calendas de marzo y el 27 de febrero sería el tercer día antes de estas calendas (téngase en cuenta que hay que contar tanto las calendas como el propio día) y así sucesivamente, de modo que el 24 de febrero sería el 6º día antes de las calendas de marzo (ante diem sextum kalendas martias).

El Papa Gregorio XIII en 1582 hizo
oficial el calendario que corregía los
errores del calendario juliano y nació
el calendario gregoriano que
usamos en la actualidad.
La reforma de Julio César añadió un día tras el 24 de febrero, el ante diem bis sextum kalendas martias. Con el tiempo continuó llamándose Bi-sextum o bisiesto, aunque se añadiera el día extra tras el último día de febrero.

El motivo porque febrero tiene menos días que el resto de los meses es a causa del emperador Augusto. El mes sextilis (sexto mes del calendario romano que comenzaba en marzo) fue el elegido por Octavio Augusto para que lleve su nombre. Y como tenía un día menos que julio (el de Julio César), a augustus por decreto se le agregó un día que fue quitado al último mes del año romano (febrero). He ahí la explicación de por qué febrero tendría menos días.

Este calendario juliano fue oficial en Roma durante los siguientes siglos, incluso en el Concilio de Nicea se advirtió que había un error de Sosígenes, pero no hicieron nada por corregirlo, hasta 1582, cuando se adoptó el calendario Gregoriano.

El astrónomo Christopher Clavius
estableció que "un año será
bisiesto si es divisible por cuatro,
pero no lo será si además es
divisible por cien.  Con la
excepción de los divisibles por
100 y 400 a la vez, que
sí lo serán".
El error del greco-egipcio Sosígenes en el calendario juliano era que cada año se introducían en el calendario litúrgico bisiesto unos 11 minutos de más, por lo que poco a poco se iba alejando del astronómico. En el siglo XVI, el error acumulado desde la implantación de la regla pascual era tal que el equinoccio primaveral -supuestamente, el 21 de marzo- había ocurrido el 11 de marzo, diez días antes. Y continuaba subiendo. Para resolver este desaguisado, el papa de turno Gregorio XIII decidió arreglar el descalabro.

El papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius, alemán y jesuita, fue coetáneo y amigo de Galileo, con quien tuvo sus más y sus menos al respecto de sus muy distintas concepciones del Universo, puesto que se mantuvo siempre fiel al geocentrismo.

Clavius corrigió de forma ingeniosa el calendario juliano, y lo hizo añadiendo una cláusula adicional: “Un año será bisiesto si es divisible por 4, pero no lo será si además es divisible por 100. Con la excepción de los divisibles por 100 y 400 a la vez, que sí lo serán”. Pongamos un ejemplo sencillo: el año 1900 no fue bisiesto, como no lo será el 2100, pero sí lo fue el más reciente año 2000. Para rematar su trabajo, el papa Gregorio -por indicación del gran Clavius- tuvo que resetear el calendario mediante la pertinente bula, eliminando de golpe los diez días de más acumulados hasta esa fecha, y así al jueves 4 de octubre de 1582 (del calendario juliano) le siguió el viernes 15 de octubre de 1582 (del calendario ya conocido como ‘gregoriano’). El trabajo de Clavius fue tan bueno que perdura hoy en día y solo tiene un error estimado de un día cada 3.300 años.

El viernes 15 de octubre de 1582
comenzó a regir el calendario
gregoriano.
El papa, el 24 de febrero de 1582 promulgó la bula Inter Gravissimas, en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582.

Con la eliminación de estos diez días desaparecía el desfase con el año solar. Para que no volviera a ocurrir, en el nuevo calendario se eliminaron tres años bisiestos cada cuatro siglos.

Si se usan métodos actuales, el cálculo de fechas anteriores al 15 de octubre de 1582 siempre será erróneo, ya que se deben utilizar exclusivamente en retrospectiva hasta esta fecha y cambiar a cálculo de fechas julianas a partir del 4 de octubre de 1582, sin olvidar estos 10 días inexistentes.

Antiguamente se creía que todos los
nacidos en año bisiesto podían llegar
a desarrollar poderes sobrenaturales.
En el calendario gregoriano, este día extra se colocó al final de mes (29 de febrero). El 24 de febrero era el sexto día antes de las calendas (primer día del mes) de marzo. Los romanos no contaban los días del mes del 1 al 31, sino que tomaban tres fechas de referencia: calendas, nonas e idus. Para contar se incluía el día de referencia (en este caso, el 1 de marzo).

Se calcula de esta manera: un año normal del calendario gregoriano cuenta 365 días cuando en realidad son exactamente 365 días, 5 horas con 48 minutos y 56 segundos (365,25 días). Estas horas se redondean a 6, lo que hace que cada cuatro años (año bisiesto) sumen un total de 24 horas (un día).

Después de la adopción generalizada en todo el mundo del calendario gregoriano, los años astronómico y civil son en la práctica coincidentes, y las peculiaridades de la fijación de la fecha pascual por parte de la Iglesia no presentan mayores problemas.

Este lunes, más de 4.800.000 personas
celebrarán su cumpleaños en todo
el mundo.
Así, cada cuatro años el almanaque suma un día, pero también decenas de mitos que conviven con nosotros durante los 366 días. Porque a lo largo de la historia, el 29 de febrero ha traído de la mano algunos terribles acontecimientos que han sentado un precedente difícil de eliminar. Catástrofes, asesinatos, y toda clase de desastres han sacudido la historia cada año bisiesto, provocando así que estas fechas sean consideradas de mal agüero. "año bisiesto, año funesto".

Pero son aún mayores las guerras, terremotos y muertes en años no bisiestos, y a pesar de que los acontecimientos no acompañan la fama de los años bisiestos, hay otras creencias populares que sí que les otorgan un cierto halo de misterio. Antiguamente se creía que todos los nacidos en año bisiesto podían llegar a desarrollar poderes sobrenaturales. Habría que estudiar a los nacidos en esta fecha a ver si es verdad. Como dato curioso, este lunes 29 de febrero se celebrarán algo más de 4.800.000 cumpleaños en todo el mundo.

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