Al menos 17 familias argentinas que habitaban en
tierras tradicionalmente argentinas quedaron ahora en Bolivia. “Nos sentimos
abandonados... Queremos
que se haga la demarcación de nuevo, pero con la gente que vive en el lugar
presenciando todo”, dijeron. Cancillería había negado el conflicto y había dado el
asunto por concluido. El territorio usurpado que supera los 600 Km² tiene reservas de uranio y torio.
No se discute aquí a quien les
pertenece, eso lo dicen los mapas y mojones históricos, los cuales dicen a las
claras que ese lugar es sin dudas territorio argentino. Defender el territorio nacional de las ideas expansionistas de vecinos que no
respetan fronteras, es defender la
soberanía argentina para no perder 600 kilómetros cuadrados de territorio salteño.
Foto de la zona afectada, Abra de Santa Cruz, por la instalación de un hito irregular de parte de Bolivia. |
Ninguna autoridad argentina fue al lugar, llamado Abra de Santa Cruz, solo el diario El Tribuno de Salta. Para ver los antecedentes anteriores leer aquí (Bolivia corrió un hito 30 kilómetros y la Argentina podría perder 600 Km² de territorio salteño) y aquí (Crece el escándalo por el cambio en el límite de Bolivia y Argentina).
El conflicto limítrofe con Bolivia por Abra de Santa
Cruz existe, por más que no esté planteado formalmente como tal entre las
cancillerías de Buenos Aires y La Paz. Las
evasivas de parte de las autoridades nacionales y del Gobierno salteño frente a
la denuncia de los habitantes de la zona ahora tomada por Bolivia son un
indicio claro de que, por alguna razón, se trata de eludir la responsabilidad
ante la instalación de un nuevo mojón que modifica la frontera.
Eduardo Sylvester, el ministro de Gobierno de Salta niega la realidad y ni siquiera viajó a la frontera para comprobar las denuncias de los habitantes del corrimiento del límite fronterizo. |
La Argentina ejerció la soberanía en la zona desde antes
de 1925 cuando se firmó el tratado de límites, poblándola de familias salteñas
durante al menos cuatro generaciones. Aunque la ausencia del Gobierno y el
abandono que sufren los habitantes salta a la vista para cualquiera que llegue
al lugar, los caminos y escuelas
argentinas fueron, hasta finales del año pasado, las únicas referencias de
ejercicio de soberanía por parte de algún Estado en la zona.
La gente de Abra Santa Cruz, Santa María y Santa Cruz está aislada. Desde
ahí se puede ver otro camino. Es nuevo, baja por el extremo norte hacia el sur
y lo realizó la vecina Bolivia en territorio que desde 1925 era considerado
argentino por el Estado nacional y los habitantes de la zona. A diferencia del argentino, en donde no pasan dos autos a la vez, en el
camino boliviano hay una topadora estacionada y por al lado podría pasar hasta
una camión.
La apropiación es por reservas de uranio y torio
“Particularmente debo
decir, sobre esta zona, que es muy riquísima en uranio y torio, con valores que
han sobrepasado de los normales y que se tendría que analizar hasta dónde
podría llegar esa reserva”, afirmó al diario El Deber de Bolivia, el 13 de mayo del año pasado, el jefe de la
Unidad de Minería del Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas de
Bolivia (Sergeotecmin), Víctor Rojas.
Todos los
pobladores son argentinos y en sus documentos de identidad se reconoce su
domicilio dentro del territorio argentino, aunque hoy sería parte de
Bolivia. Además, un mes antes de quedar en el vecino país fueron convocados a votar, como en todos los comicios, en las escuelas
argentinas para las últimas elecciones provinciales. Los habitantes del
Abra de Santa Cruz reclamaron al Gobierno argentino que los “rescate” y exigieron la inmediata presencia de las
autoridades provinciales, que hasta hoy aún no se habían hecho presentes en la
zona, aunque ya pasaron casi 90 días desde la instalación del nuevo hito.
Los vecinos que ahora quedaron fuera del territorio
nacional tienen miedo de que los expulsen de sus casas. El pasado 14 de febrero, en una reunión en la localidad boliviana de
Rejará, autoridades andinas recibieron a los vecinos argentinos de Abra de
Santa Cruz, quienes denunciaron amenazas.
De acuerdo al relato de las mujeres argentinas, el alto funcionario boliviano maltrató a los ciudadanos salteños y amenazó con expulsar a las familias de la porción de tierra que ahora dicen es boliviana. Al maltrato y las amenazas del funcionario boliviano los describió Abelina Portal: “Ustedes fueron a los medios de prensa y hasta los diputados pidieron informes a la Cancillería (argentina) sobre la frontera; eso no debía suceder. Ahora los vamos a sacar a todos y vamos a llevar bolivianos a que habiten suelo boliviano”, increpó Choque Alarcón, según aseguró la señora Portal. Lo mismo aseguraron otros vecinos en la asamblea del lunes en la nueva escuela boliviana instalada en Abra Santa Cruz, provincia de Salta, a donde llegó El Tribuno.
Es vox populi que los
funcionarios del gobierno de Evo Morales estaban disgustados por las
publicaciones periodísticas donde se mostraba el mojón y la crítica situación
de las familias argentinas.
En el mismo sentido, el senador por Santa Victoria
Oeste, Lino Flores, dijo que “no vamos a permitir que vulneren los
derechos de los argentinos y el lunes de la semana que viene voy a ir al Abra
de Santa Cruz para visitar a los vecinos y dialogar con ellos”.
Domingo
Castillo, otro habitante de la comarca denunció: “La tierra de mi señora quedó en Bolivia.
Antes el límite era por el borde y se respetaba. Al límite lo cambiaron. ¿Sino
como puede ser que ahora están en Bolivia y antes en Argentina? Estamos
abandonados nadie viene a ver. Queremos que rescaten el límite, que lo hagan de
nuevo con la gente del lugar presente”.
Desde que se instaló el nuevo hito
que separa la frontera de Salta con Bolivia, en el Abra de Santa Cruz, del
departamento de Santa Victoria Este, Bolivia
se apropió del control de la vega de agua por donde nace el río Santa Cruz, que
desemboca en el Bermejo. El cauce surge en el extremo norte del Valle del
Silencio, que hasta que se instaló la polémica demarcación pertenecía
tradicionalmente al territorio argentino, y corre hacia el sur internándose en
suelo salteño. La línea fronteriza por las altas cumbres divisorias de
aguas que se respetó de palabra entre los habitantes lugareños de las dos
naciones por 90 años fue súbitamente abandonada por una línea imaginaria trazada entre dos hitos existentes en el lugar
desde 1940, lo que provocó que, de un día para otro, al menos 17 familias
salteñas quedaran con sus propiedades en Bolivia.
Santos Peloc,
de 62 años, señala el valle desde el abra del cerro Santa Cruz. Con el dedo
marca todas las casas de familias salteñas de la etnia colla que quedaron en
territorio boliviano. "Nos dicen
que arreglaron todo entre autoridades grandes y que nosotros ya no tenemos voz
ni voto en el asunto. Ya está todo arreglado desde arriba y nosotros desde acá
no podemos hacer nada. El límite siempre se respetó por el filo del cerro y
ahora dicen que lo hicieron cruzar en línea recta todo el valle. El agua cae para el lado argentino, pero
ahora donde nace queda para el lado boliviano y eso no puede ser porque
nosotros somos dueños del agua, que es la que usamos para vivir ¿Y si ahora
lo contaminan qué podemos hacer nosotros si ellos dicen que son dueños de donde
nace el río? Esa agua llega hasta el Bermejo", afirmó.
Desde el año pasado el profesor boliviano Luis Miguel Churquina comenzó a impartir contenidos del Ministerio de
Educación Boliviano a 7 niños argentinos. En el vecino país comenzaron las
clases el pasado 5 de febrero, pero Churquina aún no llegó a la zona procedente
de Tarija, provincia de Arce, Bolivia.
En primer lugar, es falso el argumento que esgrime el
Gobierno salteño acerca de que es una cuestión ajena a la provincia. Se trata
de territorio soberano y cualquier diferendo no puede zanjarse sino a través de
la comisión de límites. El caso de Abra
de Santa Cruz, en el departamento de Santa Victoria, a 4.500 metros de altura,
reviste la misma gravedad que los que en los años 90 plantearon un fuertísimo
debate con Chile por la delimitación de las fronteras en la Cordillera sur,
entre los que fueron emblemáticas las controversias por Laguna del Desierto y
los hielos continentales. No hay que olvidar, por cierto, que el conflicto por
tres islotes ubicados en el Canal de Beagle a punto estuvo de desencadenar una
guerra entre Argentina y Chile.
Los relatos de los vecinos de Abra de Santa Cruz, entre
ellos Abelina Portal y Santos Peloc,
publicados en las ediciones de papel y digital de El Tribuno, constituyen un
documento valiosísimo para conocer exactamente qué está ocurriendo en este
territorio de la provincia de Salta que hasta el 28 de noviembre de 2013 las
autoridades y los pobladores consideraban tan argentino como el de las islas
Malvinas.
El conflicto, negado oficialmente, existe y lo viven todos los días los
salteños que poblaron ese paraíso enmarcado a 4.400 metros de altura. Los vecinos del Abra de Santa Cruz confirmaron lo que publicó El
Tribuno y lo que con tanto empeño habían tratado de encubrir los
medios oficialistas y funcionarios.
La gente del Valle del Silencio vive del pastoreo y de
mínimas zonas de sembradíos que garantizan su subsistencia. Autoridades del vecino país, ejerciendo la
soberanía ilegalmente, no dejaban ingresar a los animales a zonas de pasturas,
que siempre se consideraron como argentinas, según los vecinos. “Acá somos varios
los afectados y nadie vino a preguntarnos nada. Nosotros le fuimos a decir esto
al intendente Cástulo Yanque, pero no hizo nada”, afirmó Evangelista, que
agregó que el intendente le dijo que ya estaba “todo arreglado entre
autoridades” y que sobre eso “no se podía hacer nada”.
“El
Estado argentino no tomó ninguna precaución respecto del límite en Abra de
Santa Cruz”, dijo contundente David Sarapura, miembro del Qullamarka, organización del pueblo
originario Kolla.
La apropiación es por reservas de uranio y torio
“Algo tiene que haber en ese cerro para que hagan un camino tan grande,
como de ocho metros. No lo van a hacer solo para esa escuela tan pequeña. No
señor”, le dijo el lunes a El Tribuno Rómulo Lara,
en la casa de Evangelista Subelza y Ceferino Ríos. Ese día por la mañana,
los vecinos afectados se habían juntado en una escuela provisoria donde flamea
una bandera boliviana. Ahí labraron un acta y en asamblea decidieron pedirles a las autoridades de ambos países
que se defina la situación de las familias argentinas que quedaron en supuestas
tierras bolivianas.
Don Rómulo Lara
piensa que en el Abra de Rajará, por donde baja la nueva ruta del país vecino, hay minerales que pueden ser valiosos para
la explotación. “Algo hay para sacar. Ahí hay riqueza”, agregó. Lo mismo
sostiene el campesino Alfonso Camperos.
“Por eso están haciendo un camino grande y rápido. Si ahora reclaman debe ser por algo. Me gustaría saber que hay en ese
cerro”, se preguntó.
Ceferino Ríos y Evangelista Subelza en el nuevo hito que establecieron los bolivianos, 30 kilómetros dentro de territorio argentino. |
Ninguno de los habitantes que por generaciones
vivieron en suelo argentino y desde noviembre residen en Bolivia sospechaba que
allí las autoridades bolivianas
encontraron rastros de uranio y torio.
El cuestionado mojón fronterizo instalado por Bolivia obedecería a un plan para apropiarse de las riquezas minerales de la zona argentina. |
“En la región de Rejará, que dista aproximadamente
unos 80 kilómetros de la capital tarijeña y en plena frontera con Argentina, se localizaron minerales radiactivos, como
torio y uranio. Pero hasta el momento no se ha cuantificado el tamaño de la
reserva y eso se podrá definir con los trabajos de prospección”, informaba El Deber.
“La presencia de ambos minerales radiactivos está
corroborada por un informe del Sergeotecmin, en el que se devela que la región
de Rejará se convierte en un área interesante para la futura explotación”,
rezaba el artículo. Para ese entonces, ya
se construía el camino por el cerro que era considerado parte de la Argentina
hasta el 28 de noviembre del año pasado, en donde viven argentinos documentados
y domiciliados en Salta, que votaron en la Escuela Frontera Argentina desde el
retorno de la democracia.
“Nosotros no nos vamos a ir de acá. Nosotros nacimos aquí y nadie nos va a sacar,
ni por la fuerza. Aquí me ha dejado mi mamá y yo sigo aquí. No voy a dejar mis
tierras por más que se hagan de Bolivia. Si ahora dicen que estamos en
Bolivia entonces que nos den doble documentación así podemos vivir tranquilos
sin miedo a que nos saquen”, opinó Valeriana
Subelza, consultada por El Tribuno
de Salta.
“Ellos
quieren traer gente boliviana de Rejará a posicionarse aquí...
Documentos bolivianos nos tienen que dar. Porque la Argentina hace tanta
radicación para Bolivia y a nosotros ahora no nos quieren dar documentos para
que nos quieran correr. Eso duele”, agregó Abelina
Portal.
Paisaje de Abra de Santa Cruz, provincia de Salta. Allí, 17 familias argentinas pueden ser expulsadas de territorio argentino usurpado por Bolivia. |
Más allá de que un comunicado de la Cancillería lo
haya negado y que el gobernador Juan
Manuel Urtubey y su ministro de Gobierno Eduardo Sylvester descalifiquen el testimonio de los habitantes, la realidad es que hasta el 28 de noviembre
de 2013 la frontera pasaba por el “filo del cerro”, y desde ese día, cuando se
instaló un nuevo mojón sin que nadie haya documentado las razones, está
determinada por una línea recta entre los picos de Peña Orko y Mecoya, con lo
que nuestro país pierde miles de hectáreas y los lugareños, la tierra de sus
abuelos. Sea como sea, incluso aunque existiera una razón técnica, todo indica que estamos ante la posibilidad
de un atropello a la Nación y a sus ciudadanos que ningún país del mundo
toleraría.
El silencio oficial y la falta de documentación sobre
esta decisión que se tomó sin hacerla pública obliga a pensar que existe algún punto oscuro en este cambio forzado
de la frontera entre Argentina y Bolivia.
Amenazados por funcionarios bolivianos
Por otro lado, un funcionario boliviano amenazó a los lugareños de Abra de Santa Cruz: "Les dijeron a los medios y ahora van a a tener que retirarse", los desafió un funcionario de Tarija.
Amenazados por funcionarios bolivianos
Por otro lado, un funcionario boliviano amenazó a los lugareños de Abra de Santa Cruz: "Les dijeron a los medios y ahora van a a tener que retirarse", los desafió un funcionario de Tarija.
Un periodista de El Tribuno de Salta, en la frontera de Abra de Santa Cruz con Bolivia. |
Según los ciudadanos argentinos, el ejecutivo
seccional de Padcaya, Rufino Choque
Alarcón, convocó, el pasado 14 de febrero, a una reunión con las familias afectadas que quedaron atrapadas dentro
del supuesto territorio boliviano.
De acuerdo al relato de las mujeres argentinas, el alto funcionario boliviano maltrató a los ciudadanos salteños y amenazó con expulsar a las familias de la porción de tierra que ahora dicen es boliviana. Al maltrato y las amenazas del funcionario boliviano los describió Abelina Portal: “Ustedes fueron a los medios de prensa y hasta los diputados pidieron informes a la Cancillería (argentina) sobre la frontera; eso no debía suceder. Ahora los vamos a sacar a todos y vamos a llevar bolivianos a que habiten suelo boliviano”, increpó Choque Alarcón, según aseguró la señora Portal. Lo mismo aseguraron otros vecinos en la asamblea del lunes en la nueva escuela boliviana instalada en Abra Santa Cruz, provincia de Salta, a donde llegó El Tribuno.
Roberto Ruiz Bass Werner, secretario ejecutivo del Gobierno Autónomo de Tarija dijo: "las familias argentinas deberán deberán aceptar la soberanía y vivir en función de las leyes bolivianas". |
El diario El
Tribuno logró comunicarse con el secretario ejecutivo del Gobierno Autónomo
de Tarija, Roberto Ruiz Bass Werner,
quien declaró: “De ninguna manera
nosotros expulsaremos a las familias argentinas que quedaron en el lugar y
vamos a respetar todos sus derechos y la propiedad de la tierra. Ellos deben
aceptar la soberanía y vivir en función de las leyes bolivianas”, dijo. Por su parte, la cancillería argentina brilló por su ausencia ante estas agresivas declaraciones.
Respecto de la propiedad de la tierra dijo que deberán comenzar los trámites en el
Instituto Nacional de Reforma Agraria de Bolivia. Pero eso es un absurdo, porque son tierras argentinas,
no bolivianas.
Negó la presencia de militares en la zonas aunque
aseguró que luego de las publicaciones “fue
a la zona un grupo del Ministerio de Defensa de La Paz, en donde había algunos
militares, para realizar un informe”.
Natividad Luna, residente en Abra de Santa Cruz, declaró: "tenemos miedo que nos boten de la casa". |
Natividad
Luna que vive en Abra de Santa Cruz declaró: “Tenemos miedo que nos boten de la casa.
Ahí vivimos, tenemos nuestro sembradero. Eso le quiero dejar a mi hijo. Ellos
vinieron pusieron la marca y se fueron”.
"Estamos abandonados nadie viene a ver. Queremos que rescaten el límite, que lo hagan de nuevo con la gente del lugar presente", clama Domingo Castillo habitante en Abra de Santa Cruz. |
En soberana elección, los lugareños decidieron seguir
sosteniendo que desde siempre vivieron
en suelo argentino, mostraron sus DNI argentinos y aseguraron que quieren
seguir perteneciendo a Salta.
En ese sentido les pidieron a las autoridades
argentinas la asistencia necesaria pues ven
peligrar su estadía en sus tierras.
Bolivia ahora controla el agua de Abra de Santa Cruz
La instalación del nuevo hito atropelló el acuerdo tradicional que existía en el lugar.
Con el hito rechazado por los lugareños, Bolivia ahora se apropió del control de las nacientes del río Santa Cruz que desemboca en el Bermejo. |
La
modificación boliviana, negada por funcionarios que nunca estuvieron en el
lugar, dejó fuera de la Argentina a la divisoria de aguas, que es un criterio
rector en la delimitación de zonas montañosas.
Santos Peloc señala las casas de 17 familias salteñas que ahora quedarán en territorio boliviano si la gobernación de Salta y el gobierno nacional no hacen nada para revertirlo. |
En los mapas, el Abra de Santa Cruz, en Santa Victoria
Oeste, figura como territorio argentino.
En la Dirección General de Inmuebles de la Provincia, el antiguo Rodeo Santa
Cruz, que perteneciera en tiempos de la corona al Marqués de Yavi que apoyó la
rebelión americana desde la puna, aparece en el plano Nº10 de la matrícula 454
de ese departamento y tiene una extensión 12.620 hectáreas. El rodeo ocupaba
todo el Valle del Silencio, un verdadero paraíso natural enmarcado entre cerros
a más de 4.400 metros sobre el nivel del mar.
En el valle viven cerca de 3.000 personas y alrededor
de 1.600 figuraban en los padrones electorales argentinos de las últimas
elecciones provinciales de noviembre último. Ahí están las poblaciones de Santa Cruz, al sur del valle;
Santa María, en el centro, y Abra de Santa Cruz en el norte, donde familias salteñas quedaron atrapadas en
Bolivia sin que hasta el momento ninguna autoridad nacional y provincial se
acercara a la zona. "Se quieren
quedar con el agua, pero quién puede asegurar que no será contaminada, porque
es el agua que usamos y es nuestra", contó Rómulo Lara, en la casa de Evangelista
Subelza.
Una
escuela boliviana en el potrero de una argentina
A Valeriana Subelza
le instalaron una escuela boliviana en sus potreros. “Estábamos todas mujeres porque los hombres estaban trabajando.
Llegaron unos 60 bolivianos para realizar la saneación. Vinieron y de muy mala
manera dijeron que era suelo boliviano y comenzaron a medir todo. En mi terreno
dijeron que tenía que estar la escuela y nosotras no pudimos hacer nada porque
éramos solo 14 mujeres”, relató. Así comenzó la arremetida que luego siguió
con un camino de unos 8 metros de ancho
que baja por el extremo norte del valle, según los lugareños salteños de la
comunidad originaria de la etnia coya.
Escuela boliviana instalada en terrenos propiedad de la argentina Valeriana Zubelza, en Abra de Santa Cruz. |
Ahora están esperando al maestro boliviano para que
estrene la escuela. Algunos ven como beneficioso contar con la doble
nacionalidad, aunque no quieren dejar de ser argentinos. Adela Subelza cobra la Asignación Universal por Hijo. Pero tiene que
retirar el dinero de un cajero electrónico en La Quiaca. Mes a mes debe
salir y caminar por dos horas para abordar una camioneta que la deja en la
ciudad jujeña después de abonar 70 pesos de transporte por cada tramo. Cobra
250 pesos y gasta en viaje 140.
Funcionarios
ineptos
La inercia de los funcionarios argentinos fue
denunciada por los vecinos y evidenciada a lo largo el proceso del
establecimiento del nuevo mojón. Fue
tanta la desidia que ya se comenzaron a sugerir intereses espurios.
Topadora boliviana construyendo un camino en el territorio salteño de Abra de Santa Cruz. |
La presidenta Cristina
Fernández de Kirchner dio una definición muy fuerte cuando la cesión de
territorio en los hielos continentales parecía irreversible: “Las cuestiones de soberanía no se discuten
ni se modifican”. La soberanía es absoluta. Un acuerdo de límites se interpreta,
pero la colocación compulsiva de un mojón que achica el territorio de un país y
de una provincia no es una interpretación del tratado, sino un atropello. Ahora llama la atención su silencio respecto de este atropello de parte de Bolivia.
Abra de Santa Cruz es tan argentino como las Islas Malvinas. El gobierno argentino tiene que dar una respuesta inmediata ante este intento de despojo de territorio argentino. |
La
descalificación oficial a las denuncias de los ciudadanos de este rincón de la
patria y las evasivas de las autoridades demuestran que ni siquiera tienen la
menor idea de dónde queda Abra de Santa Cruz. El tratado de 1925 debe ser
respetado a rajatabla, pero nadie demostró que dicho tratado reemplace el
principio de la divisoria de aguas por una línea recta que solo es válida
cuando no hay ríos o montañas en el lugar. En este caso hay ambas cosas.
El país
enfrenta un problema mucho más serio de lo que parece y la Cancillería deberá
demostrar transparencia y pericia para resolverlo dentro de la ley. De lo
contrario, el país estaría dando una nueva muestra de flaqueza y dejaría como
antecedente internacional un cono de sombras inadmisible en una cuestión de
soberanía.
Abra de Santa Cruz es un paraíso situado a 4.400 metros de altura. |
“La
frontera se modificó y las casas quedaron en territorio boliviano”,
confirmó Evangelista Subelza,
salteña de Abra Santa Cruz. “Tenemos
miedo de que nos corran”, alertó Natividad
Luna, que la casa de su suegro quedó en el país vecino. “Nos sentimos abandonados... Queremos que
se haga la demarcación de nuevo, pero con la gente que vive en el lugar
presenciando todo”, pidió Domingo
Castillo.
Evangelista
Subelza desplegó un mapa gigante. Lleva un sombrero negro de
ala ancha, el mismo que usa en el campo, allá en el Valle del Silencio, donde
está su casa y sus potreros empircados, donde están sus sembrados para consumo
personal. Con el dedo señala en un mapa
el territorio que hasta noviembre pertenecía a Salta. “Es una zona como una
medialuna (la que dejó de ser argentina). Parte de ese terreno “quedó” en
Bolivia. Tampoco respetaron las fronteras ambientales por donde baja el río”,
dijo.
Cástulo Yanque, el intendente, que reside en la ciudad de Santa Victoria Oeste, nunca fue a Abra de Santa Cruz. |
En su momento, el ex concejal Ignacio Peloc le contó a El
Tribuno que visitó las oficinas
del municipio de Santa Victoria Oeste y del Gobierno provincial, en busca de
explicaciones, y en ninguna de las instancias le respondieron.
El ex concejal Peloc, dejó sus funciones en diciembre
de 2013. El nuevo hito se estableció en
noviembre de ese mismo año; es decir, cuando Peloc estaba en funciones. Curiosamente,
el ex funcionario le dijo a El Tribuno
que “no me di cuenta cuando pusieron el
nuevo mojón”, a pesar de que vive a unos 2 kilómetros del lugar y que tiene
a su padre ahora del “lado boliviano”.
El que tampoco se enteró de nada, o nada hizo, fue el
intendente Cástulo Yanque, que vive
en Santa Victoria Oeste y nunca se acercó hasta Abra de Santa Cruz.
La
cronología de los sucesos deja la sospecha de un plan sistemático, pergeñado en
altos niveles políticos. Primero el descubrimiento boliviano en 2012 de
uranio y torio en la zona. Luego se produjo el cambio de lugar del hito el 28
de noviembre de 2013, mediante el trabajo de una comisión binacional con el
respaldo de la Gendarmería. No lo
hicieron público y al parecer tampoco la provincia fue notificada.
Si bien es cierto Cancillería negó todo, las 17 familias salteñas que aún viven en
el lugar insisten y aportan testimonio que son irrefutables sobre una realidad
que les preocupa, ante la indiferencia de las autoridades no sólo nacionales,
sino también municipales y provinciales.
Con la negativa de la Cancillería, el gobierno
provincial respiró aliviado. “Se trata de otro invento de El Tribuno” dijeron
algunos, acostumbrados a esa muletilla fácil que los justifica de su propia
inoperancia. Pero ninguno de ellos,
incluso los que debieran estar más cerca del problema, fueron capaces siquiera
de llegar al lugar y consultar in situ por la situación. Tal vez necesiten una
partida presupuestaria extra dentro del millonario cálculo de viáticos que
tienen para este año.
Pero lejos del efecto deseado, la gravedad del caso y
el ninguneo sobre el tema ya abrieron signos de interrogación. Desde que el tema se publicó en El Tribuno, salieron cuatro pedidos de
informes de la cámara de Diputados a nivel nacional y se promovieron denuncias
penales contra funcionarios nacionales y provinciales. El Tribuno viajó al
lugar con equipos de medición satelital para seguir recogiendo pruebas y
testimonios.
Mientras tanto, el
reclamo parece ser inclaudicable. La gente se niega a abandonar el lugar, su
nacionalidad y su país, aunque sientan el desprecio y la indiferencia de este
lado de la frontera.
Ellos, contrariamente a lo que ocurre con muchos
funcionarios locales, no resignan
soberanía, ni tampoco abandonan a sus compatriotas.
"El Estado argentino no tomó ninguna precaución respecto del límite en Abra de Santa Cruz, dijo David Sarapura. |
“Acá se
puso un mojón nuevo y le dijeron a la gente que es Bolivia y nunca tuvieron el
consentimiento de la comunidad originaria; además eso es ir contra las leyes
porque nunca fueron consultados”, dijo Sarapura.
Aseguró que las
17 familias kollas del Abra de Santa Cruz “quedaron vulnerables, al margen de
toda decisión y avasallados en sus derechos humanos”.
Además hay que decir que esas familias que viven allí desde hace más de cien años, siempre
fueron reconocidas como argentinas, pues votaron en elecciones de nuestro país,
se atendieron en hospitales y tuvieron todos los beneficios por el hecho de ser
ciudadanos argentinos.
Funcionarios que se están despertando
A nivel nacional, tanto legisladores salteños como de otras provincias solicitaron en el
Congreso Nacional informes sobre la situación limítrofe. Uno de estos
pedidos fue el del diputado nacional Guillermo
Durand Cornejo quien reclamó “una
explicación creíble de lo que está ocurriendo en la frontera
argentino-boliviana”, al tiempo que exigió se presente en la Cámara de
Diputados el canciller ¿argentino? Héctor
Timerman.
Otro pedido fue el del también legislador por Salta, Bernardo Biella, quien solicitó se informe con claridad ya que las
desmentidas de las cancillerías argentina y boliviana “no han alcanzado para
tranquilizar a los pobladores”.
Por su parte, los diputados Alberto Asseff (Unir) y Federico
Pinedo (Pro) hicieron respectivamente pedidos
de informe en el Congreso de la Nación sobre lo que sucedió exactamente con el hito
demarcatorio.
Merece
destacarse la labor del diario El Tribuno
de Salta que fue el único medio del país que decidió ir al lugar para comprobar
in situ la apropiación de territorio argentino por parte de Bolivia. El Tribuno ya estuvo tres veces en la
zona de Abra de Santa Cruz desde que los
campesinos de la puna salteña denunciaron el robo de lo que sus padres y
abuelos consideraban territorio argentino. Este medio salteño recorrió los dos
hitos internacionales y el tercero que irregularmente fue colocado el 28 de
noviembre de 2013 en un campo de papas de una ciudadana argentina y que “deja” en suelo boliviano las vegas donde nace el río
Santa Cruz, del que se nutren de vida en su trayecto miles de pobladores del
departamento salteño de Santa Victoria Oeste.
Aquí los videos registrados por el diario El Tribuno con las denuncias de los lugareños de Abra de Santa Cruz:
El Valle del Silencio
Al respecto,
René Ontiveros, un dirigente político del departamento de Santa Victoria
Oeste, localidad salteña a la que representó como intendente en el retorno de
la democracia, como concejal y como diputado provincial. Nacido y criado en
esos cerros y valles de la puna salteña, por encima de los 4.400 metros sobre
el nivel del mar opinó: “hay que
escuchar a la gente del lugar que conoce mejor que nadie los límites, porque si
ellos dicen que se cambió la frontera es porque ellos saben y porque así lo
respetaban los abuelos”. Por eso, el dirigente pidió al Gobierno
argentino que analice la posibilidad de realizar
nuevamente la demarcación internacional ante la presencia de los habitantes de
la zona.
“No hay que estar pegado al asiento. Hay que ir al
lugar. Todos los parajes, chicos o
grandes son importantes porque son parte de la Argentina. Ahí es donde el
Estado nacional y provincial tiene que invertir, porque la gente que ahí vive
sufre la lejanía y las inclemencias del tiempo mientras ejerce la soberanía”,
reclamó Ontiveros.
La línea recta se trazó desde el hito del cerro Peña
Orko, que lleva el número 2, hasta el hito del cerro Mecoya, el número 3. El hito colocado en el valle en noviembre
último se instaló entre estos dos existentes desde marzo de 1940, a 4.221 msnm,
en medio de un sembrado de papas de una familia argentina.
“En los planos de la Dirección General de Inmuebles se
ve una línea recta desde Yavi hasta Mecoya. Pero en el medio hay cerros y
accidentes geográficos que hay que tener en cuenta. Se necesita una visión
amplia, por ejemplo, no podemos cortar
derecho por este cerro porque afecta la divisoria de aguas que baja claramente
para el territorio argentino. En definitiva la demarcación no puede salirse del
tratado. Los tratados deben cumplirse, pero interpretarse de buena fe”,
explicó el experto salteño en Derecho Internacional
Público, Gustavo Barbarán, ex decano
de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Salta.
Aquí los videos registrados por el diario El Tribuno con las denuncias de los lugareños de Abra de Santa Cruz:
El Valle del Silencio
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