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miércoles, 11 de junio de 2014

EL HEROICO SOLDADO OSCAR POLTRONIERI

Encontrándose solo con su ametralladora MAG combatió contra cerca de mil ingleses en el Monte Dos Hermanas, deteniendo el avance de los invasores durante 9 horas.

Oscar Ismael Poltronieri retratado
cuando fue condecorado por su
valor en combate.
El soldado conscripto Oscar Ismael Poltronieri, le permitió replegarse a más de 120 compañeros. Por su valor y heroísmo fue condecorado con la Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate (según la Ley 22.607 de 1982).

Oscar I. Poltronieri nació el 2 de febrero de 1962 en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Es hijo de Ismael Abel Poltronieri y María Esther Luciani, es el primogénito de 5 hermanos. Eran gente "de a caballo" como se denomina en el campo al verdadero paisano; Don Ismael trabajaba como puestero en la Estancia "Santa Catalina" de Mercedes (Prov. de Bs As) y Doña María Esther colaboraba con la familia realizando los quehaceres del hogar, trabajando en la chacra y cuidando las gallinas mientras su marido salía a recorrer el campo. Siguió haciéndolo hasta que el estado de su embarazo la obligó a trasladarse hasta el Hospital de la ciudad.

Pasó su infancia en el campo trabajando desde muy pequeño. En la Estancia "Santa Catalina" transcurrieron los primeros 10 años de su vida; allí nuestro héroe se crió con la sencillez y libertad que caracteriza a nuestros paisanos; aprendió de ellos a montar los caballos en pelo, diferenciar sus pelajes o hacerlos galopar como el viento.

A los doce años ordeñaba vacas de madrugada. Sus días fueron pasando en el seno de su familia donde vio nacer a sus hermanos; aprendió de su padre la rudeza de la vida del campo pero también se forjó en el crisol que moldeó a nuestros gauchos en toda nuestra historia. Aprendió del honor, la dignidad, la franqueza, la hombría de bien y su madre no estuvo ajena pues le enseñó del sacrificio sin queja, a hacer mucho con poco, a amar a su familia y a Dios, pero también aprendió algo que lo acompañaría a la guerra y le sería de utilidad, a convivir con la naturaleza y a tomar lo que ella le brinda, a levantarse antes que el sol, a sentir la fría helada curtiendo su piel en el galope matinal, a sentir la escarcha al lavarse la cara antes de salir al campo. Observó como los peones carneaban las reses y aprendió a cuerear sin lastimarla carne... Pareciese como si su Ángel de la Guarda, con infinita ternura, le hubiese ido dando herramientas para la vida, aunque por ese entonces él no lo comprendiese.

Plaza principal y catedral de Mercedes,
provincia de Buenos Aires.
Sus padres se separaron y se trasladó con su madre a la ciudad de Mercedes, estableciéndose en las cercanías del cementerio, en un barrio de casas humildes y de gente trabajadora, conocido entonces como "La Pampa Chica". En el nuevo hogar debió transformarse en el hombre de la casa y por unas monedas lustró zapatos en la Plaza de la ciudad frente a la Catedral.

Tuvo cinco hermanos mas de apellido Cisneros, fruto de un segundo matrimonio de su madre. Por ese entonces vio la necesidad de independizarse. Así fue que decidió partir hacia la ciudad de Roque Pérez. A sus jóvenes 13 años se puso en la cosecha del maíz, lo ayudaron a desarrollar la fuerza de sus brazos a la vez que su carácter y espíritu; la soledad le enseño a no doblegarse ante el cansancio, a sufrir en silencio, a soportar la sed y a administrar sus propios recursos.

Tiempo más tarde, consiguió un trabajo cuidando y montando caballos de polo en la Estancia "La Biznaga", un haras en Mar del Plata. Luego continuó su vida de gaucho en la Estancia "La Peregrina".

Poltronieri fue enviado sorpresivamente a la
Guerra de Malvinas sin darle tiempo para
despedirse de su madre.
Unos años después fue en colectivo a buscar trabajo en Mar del Plata. La fábrica "San Cayetano" le dio empleo. Todos los días descargaban montañas de peces plateados en el muelle de pescadores y necesitaban personal en las cámaras frigoríficas. Así, su cuerpo se fortaleció aún más acostumbrándose al frío de las congeladoras. Poltronieri pasó un buen tiempo en Mar del Plata.

A los 19 años, cuando fue enviado sorpresivamente a la Guerra de Malvinas, Poltronieri no sabía leer ni escribir. Sin embargo, es un héroe. Ni siquiera pudo despedirse de su madre. 

Poltronieri es el único soldado que recibió la Cruz al Heroico Valor en combate. Sólo doce condecoraciones de ese tipo fueron entregadas luego de la guerra de Malvinas. Uno de los máximos héroes no militares de la guerra de Malvinas vive hoy en la pobreza más extrema. Su casa, la número siete, se tambalea sobre una calle de tierra. 

Los fundamentos por los que le dieron la distinción más alta que duerme su sueño oxidado en la lata donde Poltronieri atesora sus recuerdos en su humilde casa, eran contundentes: "Por haberse convertido en un ejemplo para sus camaradas", decía una frase. Otras decían que Poltronieri había tenido espíritu de lucha, sencillez, arrojo, que se ofreció como voluntario para misiones riesgosas y que en combate en los montes Dos Hermanas y Tumbledown "operó eficazmente una ametralladora, deteniendo ataques enemigos. Fue siempre el último en replegarse, resultando sobrepasado en ocasiones por los ingleses. Dos veces se lo tuvo por muerto, pero logró reunirse siempre con su sección”.

Poltronieri se convierte en héroe
El Regimiento Nº 6 de Infantería Mecanizada “General Viamonte” con asiento en Mercedes (Provincia de Bs. As.) donde estaba el conscripto Poltronieri se trasladó a las Islas Malvinas en abril de 1982 bajo el mando del Teniente Coronel Jorge Halperin, y relevó al RI 25 en el sector Oeste de la posición inicialmente asignada a esta unidad en Puerto Argentino. Se destaca que el RI6 participó de última acción ofensiva realizada por el componente terrestre de la isla, acción por la que resultaron condecorados los entonces, Mayor Jaimet y el Subteniente Vilgre Lamadrid.

Oscar Poltronieri en el Cerro Dos Hermanas,
Islas Malvinas, señalado con una flecha.
El conscripto Poltronieri estuvo en combate en Monte dos Hermanas (Two Sisters) donde él solo cubrió la retirada de sus compañeros con su ametralladora MAG. Voluntariamente, Oscar Poltronieri, se ofreció a quedarse a cubrir la retirada de sus camaradas negándose a las insistencias de éstos de retirarse con él. Desde las 6:00 am hasta las 3:00 pm del 11 de junio de 1982 con temperaturas de 17º bajo cero de sensación térmica evitó el avance enemigo por monte Dos Hermanas diezmando los avances de los invasores. Sus compañeros lo dieron por muerto y sin ser capturado reapareció tres días después. 

Poltronieri estaba en el monte Dos Hermanas a 13 kilómetros de Puerto Argentino, en el 3º Pelotón bajo el mando del subteniente Marcelo Llambías-Pravaz.

Relato ofrecido por el propio Poltronieri: 
“Adelante nuestro estaba el regimiento 4 de Corrientes. Al costado teníamos al Regimiento de Infantería 7 de La Plata. Lo pasábamos todo el día en la trinchera. A veces bajábamos del cerro para matar un par de ovejas, sancocharlas así nomás y comerlas. Cuando venía un compañero de curso del teniente que me mandaba a mí, que se llamaba Llambías Pravaz, yo le pedía los binoculares y él me los prestaba Así vi cómo que desembarcaron los ingleses. Pasaron unos días desde el desembarco hasta que llegaron a donde estábamos nosotros”. 

El Monte Dos Hermanas, Malvinas.
La madrugada del 11 de junio de 1982 (04.00 hora argentina) comenzó con intenso fuego naval enemigo sobre las posiciones argentinas en el cerro Dos Hermanas. El mismo se prolongó durante todo el día, acompañado por gran actividad aérea y el accionar de las baterías de tierra.

Con las primeras luces asomando por el horizonte, el ejército invasor británico (unos 4.500 hombres de a pie) inició la marcha para dominar las alturas que rodean a Puerto Argentino: Monte Kent, Monte Harriet, Dos Hermanas, Tumbledown, Monte Longdon. El alto mando inglés calculaba que a las tropas argentinas se les habían terminado las raciones frescas el 10 de junio y calculaban que debían estar desmoralizadas.

Quienes recibían el fuego enemigo eran fuerzas argentinas que ocupaban la zona, el BIM5, la Compañía de Ingenieros Anfibios como así también sobre los Regimientos 3 y 7 del Ejército Argentino y Sección Ametralladoras 12,7 mm de la Infantería de Marina.

Foto del 11 de junio de 1982 registrando el
avance de las tropas colonialistas hacia
el monte Dos Hermanas.
Para capturar el monte Dos Hermanas, una elevación 326 metros de altura que consiste en dos picos redondeados con laderas sumamente agudas y cinco cadenas de rocas, los colonialistas británicos lanzaron un ataque en tres puntas siguiendo planes elaborados por Andrew WhiteheadEran las compañías X, Y y Z que sufrieron el fuego de la artillería argentina que tronaba sin cesar, retrasando el desplazamiento británico. 

El Soldado Oscar Poltronieri era el encargado de utilizar una ametralladora pesada MAG como integrante del Regimiento de Infantería Mecanizado 6 de Mercedes.

Al respecto recuerda Poltronieri: “Estábamos en el Monte dos Hermanas, una noche yo estaba de guardia en la posición adelantada y escucho unas voces raras. No eran de los nuestros, no entendía lo que decían. Le aviso al Teniente, que viene con visor nocturno; los tipos estaban a 50 metros”.

Movimientos de los invasores británicos
cerca de Dos Hermanas. Se marcaron los
avances de las compañías X, Y y Z.
A las 23 horas del 11 de junio de 1982 los invasores atacan el Monte Dos Hermanas (Two Sisters) y los montes Harriet y Longdon. Eran la 3ª Brigada de Comandos de Royal Marines sobre las posiciones argentinas. El Comando (batallón) 42 atacó el monte Harriet y el Comando 45 el monte Dos Hermanas. El Comando 40 era de reserva. Las unidades de elite intentaron trepar la colina al grito de guerra de “¡Zulu, Zulu!” pero los ametralladoristas argentinos se lo impedían.

Dice Poltronieri: “Los ingleses venían todos amontonados, tirando tiros por cualquier parte, gritando, tocando el tambor. Un soldado que estaba arriba del monte comenzó a tirarles con su Ametralladora (MAG) Ahí nos vieron y comenzó el fuego cruzado. A mi lado cayo un compañero con la cara llena de sangre”.

Oscar Poltronieri con una
ametralladora MAG, idéntica
a la que utilizó en Malvinas.
“...Yo le daba y le daba a la MAG. Ramón, el que había caído al lado mío, era mi compañero de arma. él era MAG N° 2 y yo MAG N° 1. Éramos muy amigos, por eso me dio tanta bronca. Ahí me dije: "Si a él lo mataron a mí me van a matar también. ¿Por qué me la voy a salvar?". Entonces tenía que jugarme....Era casi de día; yo tiraba y tiraba, mi abastecedor, el que le ponía las cintas a la MAG, estaba cansado, pero yo seguía y seguía tirando contra los tipos. No se la iban a salvar”. 

Una lluvia de fuego se abatió sobre los británicos, los proyectiles de 12,7 mm, los de FAL y de GPMG, silbaban a su alrededor forzando a las compañías X, Y y Z a arrojarse cuerpo a tierra y mantenerse pegadas al terreno.

La Compañía X del capitán Ian Gardiner encabezó el ataque a Dos Hermanas. A las 11:30 pm, hora local, la Tropa 3 del teniente David Stewart tropezó con una defensa argentina en el afloramiento rocoso y no pudieron continuar con el ataque. Rechazados en sus intentos en desalojar al 3.er Pelotón, la Tropa 2 del teniente Chris Caroe se lanzaron contra el pelotón defensor, pero el ataque se dispersó con la ayuda del fuego de artillería argentina. Durante más de cuatro horas de los marines reales de la Compañía X quedaron inmovilizados en las laderas de la montaña. El fuego naval ondeaba hacia atrás y adelante a través de la montaña, pero el 3.er Pelotón de Llambías-Pravaz contuvo a los marines reales.

Los soldados argentinos que defendían
las colinas que rodeaban Puerto
Argentino fueron un hueso duro de roer.
Los piratas recibieron orden de avanzar sea como sea y cuando esos hombres se lanzaron a la carrera, el combate en Dos Hermanas alcanzaba su clímax con proyectiles de 105 mm, GPMG, MAW de 84 mm y LAW de 66 mm, volando por todas partes.

Mientras tanto, la Compañía Y, avanzaba por la derecha pero el fuego de morteros la obligó a detenerse, provocándole numerosas bajas, entre ellas, dos jefes de sección, los tenientes Dunning y Davies, quienes debieron ser reemplazados por los sargentos Davidson y Gracie, respectivamente.

El intercambio de disparos se fue tornando feroz ya que, según Thompson, las posiciones argentinas estaban muy bien protegidas y soportaron los proyectiles británicos que estallaron sobre ellas. Después de cada explosión, las ametralladoras volvían a disparar.


Poltronieri observa la MAG que le salvó la vida.
El ataque inglés por el norte de Dos hermanas comenzó a dar sus frutos, el Subteniente Pérez Grandi que defendía ese sector cayó gravemente herido y, posteriormente, el Subteniente Mosquera; el Capitán López Patterson se hizo cargo de las Secciones y continuó el combate. La situación se tornó confusa debido a las pocas posibilidades de mantener el control en un terreno tan escarpado y de impartir órdenes que llegaran en oportunidad.

El Subteniente Pérez Grandi herido en el campo de combate fue rescatado por el Cabo Urbina, junto con dos soldados, quiénes, cargándolo al hombro, lograron salvarle la vida. El enemigo continuó su avance sobre el sector Norte; ante la proximidad del mismo, los morteros ya no podían tirar, y se combatió entre las piedras a las más cortas distancias.

El subteniente Marcelo
Llambías-Pravaz en el
cerro Dos Hermanas.
La Sección del Subteniente Llambías trataba de frenar con sus disparos al invasor; el combate duró toda la noche, y se rechazaron algunos ataques británicos. Estas fueron las últimas fracciones en replegarse.

Cuando se estaba por quedar sin munición, el Subteniente Llambías ordenó el repliegue de sus soldados, y luego de rechazar dos o tres ataques más y habiendo agotado su munición, inició el repliegue, creyendo ser el último hombre. Más tarde, se comprobó que algunos pocos soldados aislados habían continuado combatiendo desde otras posiciones. Uno de ellos era Poltronieri. 

“En un momento parecía que todos los ingleses querían pararme, les jodía mi ametralladora, sentía como pasaban las balas, a las trazantes se las veía clarito... Atrás de unas piedras estábamos nosotros amontonados, y a la orden de retirada, todos mis compañeros comenzaron a salir de sus posiciones, se fueron replegando hasta que en un momento estoy con mi abastecedor y el ayudante apuntador. Entonces les digo a los pibes: "Váyanse, repliéguense, que yo me quedo solo". Ellos no querían, me decían: "Negro, vayámonos todos, a vos solo te van a matar, te la van a dar". Yo les contesto: "No váyanse ustedes, tienen familia, amigos, todo". Yo también tengo familia, amigos, pero ellos siempre entienden. "¡Y váyanse de una vez, carajo, después voy a ir yo!".

“En tres oportunidades me quedé solo con la ametralladora, dándoles tiempo a los otros a que se replegaran. Los ingleses no podían avanzar, en cuanto levantaban la cabeza yo les sacudía. Vi caer a varios. En un momento me junte con un soldado, los ingleses se venían agachaditos. Entonces yo sentí una voz que no era una voz nuestra, era una voz inglesa y el soldado agarró una granada y se fue a tirarla a los ingleses. "vos quedate acá” me dijo. Se adelantó con la granada y se las tiró, pero se la devolvieron antes que explotara y le cayó justito a él y lo tiró para arriba y lo abrió al medio... y me quede solo otra vez”, rememora el soldado heroico. 

Ilustración del intercambio de disparos
en el Monte Dos Hermanas.
“Solamente quedaba cerca de mí un sargento, pero yo sabía que la señora de él, justo ese día había tenido una nena. Le había llegado un telegrama. Le digo entonces al Sargento: "Mi sargento, usted tiene un nuevo hijo en el mundo y tiene que verlo. Repliéguese. Déjeme a mi solo. Yo soy soltero y prefiero morir yo, antes que usted. Me voy a arreglar". y me arreglé...”, dice.

“El subteniente me decía: "Vámonos Poltronieri, que te van a matar..." Pero yo le decía que se fueran ellos. Porque yo sabía que el sargento Echeverría había tenido familia en esos días. Entonces les dije: “Váyanse ustedes que tienen hijos, que tienen familia. Yo no tengo a nadie...". 

Vista desde el Monte Dos hermanas hacia el 
este, se observan los montes Tumbledown 
y Williams.
“...A lo lejos veía como peleaba la gente del RI7 de La Plata, en Monte Longdon atrás nuestro cerca de la playa en la noche del 11 al 12 de junio, a 14 kilómetros de Puerto Argentino. Llovían las balas sobre mí, estaba solo. Me repliego y tiro, me repliego y tiro, hasta que llegué al pueblo...”, recuerda. 

Los británicos no podían creer que era un único soldado el que los frenaba disparando. Este héroe combatió contra más de mil tropas inglesas de elite. Sus compañeros lo dieron por muerto y sin ser capturado reapareció tres días después en Puerto Argentino.

Los argentinos en la batalla de Dos Hermanas pelearon duramente contra el enemigo que atacó desde el norte y desde el oeste con masivo apoyo de fuego de artillería y morteros. Si bien la posición resistió, había sido penetrada en varios puntos, pese a la sostenida oposición de sus defensores. No existen efectivos propios para contraatacar, pues todas las fracciones se encontraban aferradas. Los niveles de existencia de munición en la posición eran críticos.


Poltronieri en el lugar donde detuvo a los
ingleses durante 9 horas.
Poltronieri en Dos Hermanas cubrió la retirada del pelotón del subteniente Aldo Eugenio Franco con su ametralladora MAG luego de que los hombres de Franco habían cubierto el retroceso de los defensores del Dos Hermanas Norte. Voluntariamente, Oscar Poltronieri, se ofreció a quedarse a cubrir la retirada de sus camaradas negándose a las insistencias de ellos en retirarse con el grupo. Gracias a él todos sus compañeros pudieron alejarse a una zona segura.

El héroe recuerda que a su ametralladora MAG le realizó un mantenimiento permanente "con grasa de oveja para que no se oxidara, porque no había otra cosa".

Vista del monte Dos Hermanas donde el soldado
Poltronieri se convirtió en héroe.
Los morteros británicos impactaban en la posición que Poltronieri había ocupado segundos antes. “Disparaba y me replegaba, y volvía a disparar. Tiré desde el cerro Dos Hermanas, desde el monte Longdon y monte Tumbledown. Los ingleses nunca supieron que era uno sólo”, afirmó orgulloso.

Después de rechazar la avanzada enemiga, Oscar se desplazó hacia el Monte Longdon, donde ya de noche se encontró con soldados de diversos Regimientos, de Marina y Ejército que estaban combatiendo contra los invasores.

A las 04.30 del 12 de junio, el teniente coronel Whitehead informó a sus superiores que el total de los objetivos en Dos Hermanas estaban asegurados. Declararon los ingleses 8 muertos y 17 heridos en esta batalla. Se sospecha que las bajas reales británicas fueron más del triple.

Poltronieri se encuentra con sus camaradas
Dos días después de que sus compañeros se replegaran y lo dejaran al joven soldado como única cobertura, reapareció en Puerto Argentino sin un solo rasguño.

Mapa de Puerto Argentino, la capital
de las Islas Malvinas.
“En Puerto Argentino les pregunto a unos soldados si sabían dónde estaba el RI6, yo quería volver con los míos, Ellos dijeron que habían pasado por ahí y que les dijeron que el punto de reunión del Regimiento era el cementerio. Cuando llego al cementerio ya habían pasado casi dos días, mis compañeros me ven y no lo pueden creer. Ellos pensaban que me habían matado los ingleses. Y yo les digo: "¿Qué? ¡Esos tipos a mi no me matan, que va´cer, me salvé, no me la dieron...!" Todos empezaron a gritar, a abrazarme, se me tiraban encima, como en la cancha al que hace un Gol.

Luego me levantaron, me llevaron en andas, tenían mucha alegría de verme. Entonces lloré... Después me enteré que al hacer el parte, me habían dado por muerto o desaparecido, pero el Sargento contó que yo me había quedado en la posición tirando con mi MAG. El Teniente no podía creer que yo hubiera vuelto, me agarra y me da un abrazo, y me dice: "¡Poltronieri!". "Que va´cer", dije yo, "El destino mío era volver. Acá estoy". 

El regreso al continente
“Cuando llegamos al Continente nos llevaron a Campo de Mayo y después en colectivo hasta el Regimiento 6 de Mercedes. Mi vieja estaba en el Hospital porque un día antes que yo llegara, habían ido los militares a casa y le habían dicho que estaba muerto, que no venía... ... cuando me enteré enseguida quise ir, pero me decían que no me iban a dejar entrar, pero fui igual, cuando llegue no me dejaban pasar, y le dije: 

A la madre de Poltronieri le dijeron
los militares que su hijo había
muerto en combate. Por el
disgusto casi muere en
el hospital.
“si usted no me deja entrar, les rompo todo. Usted que se piensa, yo recién vengo de la guerra y encuentro a mi madre tirada en una cama porque le dijeron que yo estaba muerto, y no estoy muerto, estoy vivo.” Como no entraban en razón me fui por la escalera hasta el piso donde estaba y entre en la habitación justo que una enfermera le estaba por poner una inyección. 

“No le dé nada -le dije- no le dé ninguna inyección, la inyección ya esta acá, acá vine yo, ella está mal por mí.”

Mi mamá se levantó y le dije: “Quedate tranquila mamá, no llores, estoy vivo, así que quedate tranquila.” - y me la llevé a casa esa misma tarde”. 

 “La Municipalidad me dio una casa y me descuentan parte de un préstamo que nos dieron, de la pensión que recibimos por veteranos de guerra. Nos prometieron no pagar impuestos, luz, gas, trabajo, becas de estudio, viviendas... Nada de eso se cumplió. No trabajo desde el 99. Ahora el Ejército dijo que me iban a contratar como personal de maestranza en Campo de Mayo. Encontrar trabajo es difícil: si no decís que sos veterano y lo descubren cuando ya entraste a trabajar, te echan. Y si decís que sos veterano, no te llaman. La sociedad nos da la espalda porque perdimos la guerra. Pero si hubiésemos ganado sería igual. En este país se olvidaron de lo que hicimos. Y deberían recordar que pusimos el pellejo, y muchos compañeros lo perdieron, por nuestros padres, por nuestros hermanos. Pero pedís algo y te cierran la puerta. No se acuerdan del veterano”.

Después de la guerra trabajó en una empresa lechera, más tarde vendió periódicos y calcomanías de la Casa del Veterano de Guerra y trabajó en el Estado Mayor del Ejército. Es abanderado de la casa del Veterano de Guerra.

Poltronieri con su esposa y uno de sus hijos.
Poltronieri se casó en 1989 con Viviana Alejandra Carrizo. Tiene cuatro hijos, Jonathan Oscar, Melina Judith, Lucas Hernán y Matías Sebastián. 

Como muchos otros veteranos, el héroe condecorado el 4 de abril de 1983 vivía sin trabajo. Consiguió uno, de casualidad, en 1985. “Entré a trabajar a La Serenísima gracias a Juan Carlos Mareco, que estaba en Canal 7. Estuve allí diecisiete años hasta que cambiaron de dueños y quisieron que me fuera para contratarme. Pero no acepté. Eso fue en diciembre del 94”, recuerda.

Su analfabetismo sumado a la notoriedad que le dieron sus acciones en Malvinas lo llevaron a sufrir algunos problemas. Durante los noventa, el municipio de General Rodríguez le entregó una casa, pero un concejal lo invitó a firmar unos documentos que él no supo leer. Firmó la entrega del inmueble al concejal y quedó en la calle.

Así le pagamos:
"—En el 94 —contó el ex soldado— a mí me adjudicaron una casa más grande y mejor que ésta. Pero me pidieron que hasta que estuviera terminada, por un año, viviera acá. Al año vinieron un par de personas, una creo que era una inspectora de Obras Públicas de la municipalidad de aquí, que me dijeron que tenía que pagar no sé cuánto y me hicieron firmar un papel en blanco. Resulta que después en ese papel apareció como que yo renunciaba a la casa que me correspondía."

Poltronieri en la posición donde batió a los
ingleses mientras sus compañeros lograban
replegarse a un lugar seguro.
La investigación de la irregularidad, y el eventual descubrimiento de un delito, está en manos ahora de la intendencia de General Rodríguez, que reclama a Poltronieri el pago de tres mil pesos en concepto de deudas por servicios. Según las fuentes consultadas por este diario, la casa que debió ser de Poltronieri le fue adjudicada a un ex concejal de General Rodríguez.

Con el paso de los años el Municipio de Mercedes le cedió un lote donde hoy busca levantar una casa prefabricada. Trabaja en el Hospital Militar de Campo de Mayo y es un referente sobre los soldados que combatieron en Malvinas.

Aun cuando en la ciudad de Mercedes, en el oeste de Buenos Aires, una calle lleva su nombre y una plaza ostenta orgullosa un monumento a su figura, Poltronieri se muestra humilde aunque sabe que hizo con sus medios más de lo que podía esperarse. 

Después de la batalla
Treinta años más tarde, el ex infante de marina Keith Brown recordó la lucha por Dos Hermanas Norte y llegó a la conclusión:

Soldados británicos en Malvinas,
junio 1982.
“Mi impresión de un ataque nocturno era que era nada como yo esperaba que fuera - en términos de un asunto bastante ordenado, con gente corriendo y sacando fuera de combate nidos de ametralladora. Fue enormemente confuso. Fue bastante arbitraria en cuanto a quién parecía estar herido - un montón de explosiones y destellos y ruidos muy fuertes. Usted tenía la artillería naval y morteros y disparos de armas ligeras y pesadas. Fue aterradora, para ser honesto. No sé cómo se sentían mis colegas. Estábamos prácticamente inmovilizados y llegamos a estar bajo el fuego directo de los argentinos. Hasta ese momento todo tenía que ver con la artillería y proyectiles de mortero, pero esto fue fuego directo y estaban utilizando lo que nos parecía ser trazadores, que era bastante loco. Así que se podía ver donde estaban sus campos de fuego y nosotros estábamos en la planta baja”. 

El Sargento Mayor George Meachin de la Compañía Yankee, más tarde elogió la capacidad de combate y el espíritu de los defensores argentinos:

“Llegamos a estar bajo mucho fuego efectivo de ametralladora Browning M2... Al mismo tiempo, los morteros estaban cayendo todo nuestro alrededor, pero la amenaza principal era de esos ametralladoristas que podría vernos a la intemperie debido a la luz de la luna. Había tres ametralladoras y trajimos abajo salvas constantes y eficaces de nuestro propio fuego de artillería sobre ellos directamente, 15 tiros a la vez. Habría una pausa, y ellos nos contestaban otra vez. Así que teníamos que hacerlo por segunda vez, en todas sus posiciones. Habría una pausa, y luego 'boom, boom, boom,' ellos volverían a contestarnos otra vez. Los conscriptos no hacen esto, los bebés no hacen esto, los hombres que están mal conducidos y de baja moral no hacen esto. Eran buenos y firmes soldados. Así los veo”.

Un documental sobre su vida
Se estrenó en Argentina en abril de 2011. Se titula El héroe del Monte Dos Hermanas, del Director Rodrigo H. Vila. El título refiere obviamente a un cerro de Malvinas, conocido como Two Sisters por los ingleses, donde tuvo lugar una de las batallas de la guerra de 1982.

Poltronieri regresó a Malvinas para filmar un
documental sobre su vida. En el cerro Dos
Hermanas encontró su radio. 
"Tengo que cerrar el círculo", decía Poltronieri y viajó a las islas. En las Malvinas recorrió diversos lugares, como el cementerio argentino y también visitó el cerro Dos Hermanas lugar donde estuvo acantonado. "En la trinchera encontré la radio con la que escuchaba Carve (emisora uruguaya), prácticamente no dormí para andar por todos los lugares donde estuve en la guerra, como el campo minado donde corría ovejas para poder comer", recordó.

La página web oficial de El héroe del Monte Dos Hermanas resalta que la película "no es un documental político ni militar", sino que "narra una historia de vida". Una historia que demuestra la calidad humana del soldado: su amistad con el oficial británico Mark Curtis que perdió una de sus piernas en la Guerra del Atlántico Sur. Poltronieri tiene en claro que los ingleses ya no son sus enemigos e incluso coincide con Curtis a la hora de afirmar que Malvinas fue la "última guerra romántica", ya que ambos bandos respetaron los códigos de honor.

El apoyo nunca llegó
Durante el 11 al 14 de junio en el frente de batalla se pidieron refuerzos (hubo más de 2.000 hombres en Puerto Argentino que no entraron en combate directo), pero no se les concedió el deseo.

Mapa de las posiciones argentinas
en junio de 1982.
Por lo tanto, en las batallas del día 11 de junio, hasta el 14 por la tarde, los argentinos, debieron de soportar en la mayoría de los casos 6 atacantes contra un defensor, y en algunos casos la proporción era de 10 a 1, gracias a la cobardía del gobernador de las Malvinas, el general Menéndez que desistió en enviar los refuerzos necesarios, que pudieron haber cambiado el curso de los hechos. Por tanto, si bien en las islas había casi 10.000 soldados argentinos y casi 5.000 británicos, vemos que en la práctica, esa proporción no fue tal.

Poltronieri en la actualidad, mostrando
su medalla obtenida por su heroico
valor en combate.
Otra historia hubiese sido con todos los refuerzos, ya que se luchó de igual a igual contra la tecnología del enemigo y en desigual proporción de hombres. Por eso, cada valiente que participó en dicha batalla, y hoy está vivo para contarlo, como el soldado Oscar Poltronieri merece el mayor de los respetos, un verdadero héroe y valiente, de la estirpe de San Martín y Cabral, que camina día a día entre nosotros, sin ser reconocido como se lo merece, como un heroico soldado de la Patria.

Poltronieri no guarda rencor y afirma, hinchado de orgullo: “Hicimos lo que hicimos por nuestra bandera, y lo volveríamos a hacer”.

Por Alberto Seoane





Vea aquí el documental El Héroe de Monte Dos Hermanas, donde se muestra el regreso de Poltronieri a su posición en las islas, luego de más de dos décadas de haberla abandonado.


1 comentario:

  1. ..un soldado del pueblo, que cumplió su deber...estoy seguro que esos generales que ocasionaron la guerra no hubieran "aguantado" en el frente de guerra como lo hizo este sencillo y valiente soldado.

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