El Instituto
Nacional de Antropología dio el sí a una empresa para un desarrollo en Valle de
Bravo, protegido desde 1984. La zona arqueológica conocida como La Peña, que alberga
casas de piedras precolombinas desaparecerá para siempre.
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El sitio arqueológico La Peña, de la cultura Matlazinca antes de ser arrasado. |
Una impune devastación arqueológica ha llegado a Valle
de Bravo, en el Estado de México. El Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) ha autorizado a una empresa de Alejandro Martí y Alejandro
Aboumrad Gabriel la construcción de un centro comercial en una zona
protegida desde 1984.
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Imagen de la zona arqueológica destruida en Valle de Bravo. |
Desde
1989, el INAH había prohibido construir
en uno de los terrenos en los que está pensado el desarrollo, pero cambió el
estatus en diciembre pasado. El centro comercial Patio Valle contempla un
supermercado, locales comerciales, restaurante, cines y cajones de
estacionamiento en los 17.355 metros cuadrados de La Peña.
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Idea de reconstrucción del sitio arqueológico de La Peña, que ahora ya no podrá hacerse. |
La
zona arqueológica conocida como La Peña, que alberga casas de piedras precolombinas y rocas labradas de grandes
dimensiones y el centro ceremonial Matlazinca, del 300 d.C. desapareció para construir
un shopping.
Manfred Reinhold fue el primer
arqueólogo que dio cuenta de la importancia de La Peña. En 1972 localizó en la parte oriental una plaza central con estructuras
laterales, nombrada “Conjunto Reinhold”. Más tarde, otros arqueólogos
constataron la magnitud de la zona cuando descubrieron al menos otras cinco
secciones de vestigios.
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Cerámica matlazinca. |
En noviembre de
2010 se inauguró un museo arqueológico,
ubicado a 2 kilómetros de la zona y no un museo de sitio como era la demanda
original y que todavía exigen los vecinos de Valle. Se trata de un
sitio arqueológico de resguardo, con
“alto potencial” para explicar la cultura matlazinca, era el único que no tenía
permiso de construcción emitido por el INAH. La Peña fue un monumental centro administrativo y ceremonial de la
cultura matlazinca, tan importante como otras civilizaciones de Mesoamérica, y
contemporánea de los tehotihuacanos. Sin embargo, no se sabrá más. El
patrimonio arqueológico que podría explicar el resto de la historia quedó
sepultado bajo las topadoras.
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Cabeza de serpiente procedente del sitio arqueológico de La Peña. |
De allí rescataron
esculturas con forma de cabeza de serpiente en la década de los 80, que forman
parte del acervo del Museo Arqueológico de Valle de Bravo; por eso es que el
INAH negó el permiso de construcción a Andrés Robertson, cuando lo solicitó en
1989, 1997 y 2000. En este lugar se
hallaron 22 áreas de actividad (monolitos, cerámica, utensilios), 28 entierros
y 112 vasijas completas.
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Sepultura de un matlazinca descubierta en La Peña. |
La
destrucción de patrimonio arqueológico será irreversible violando a la vista de todos los mexicanos lo establecido por el artículo 52 de la
Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, quien “por cualquier medio
dañe, altere o destruya un monumento arqueológico, artístico o histórico, se le
impondrá prisión de tres a diez años y multa hasta por el valor del daño
causado”.
La información fue desvelada este martes por varios medios mexicanos que recibieron una filtración de Méxicoleaks, una plataforma para enviar de forma anónima información a medios de comunicación.
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