Ya superó los 200
días viajando con su hijo, su nuera y su perro. Vendió su casa y se compró una
casa rodante. Ahora se ríe de los médicos. Inició su viaje el 24 de agosto de
2015. Está cada día mejor y más sana que nunca.
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Norma, saludando desde el motorhome a sus familiares el día que inició el viaje el 24 de agosto de 2015. |
Su página en
Facebook “Conduciendo a Norma” tiene más de 271.860 seguidores. Su actitud positiva
y su curiosidad la llevaron a tomar una drástica decisión: viajar alrededor del
mundo en vez de convertirse en negocio de la mala medicina. Negándose a ser torturada con quimioterapia y rayos, disfruta viajando
y cada día está mejor de salud.
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La viajera de 90 años visitando la NASA. |
Todo parecía llegar a su
fin para Norma, de 90 años. Su marido con el que estuvo casada
67 años acababa de morir de un cáncer y a ella le habían diagnosticado la misma
enfermedad. En un par de semanas, esta residente de Michigan (Estados Unidos) vio su vida cambiar,
pero eso no frenó sus ansias de aventura. Su actitud positiva y su curiosidad
la llevaron a tomar una drástica decisión: viajar
alrededor del mundo en vez de tratar su enfermedad y arruinar su cuerpo.
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El 27 de setiembre de 2015, Norma firmó su primer autógrafo, siendo el primero de centenares en su viaje sin fin. |
Su doctor fue claro y
rotundo a la hora de afrontar el mal, le dijo en julio de 2015 que tenía cáncer
de ovario y tendrían que hacerle una operación
para extraer el tumor, quimioterapia y radioterapia -lo normal en estos
casos según la “Ciencia oficial”-.
Lo que no esperaba fue
la respuesta de la valiente Norma. "Tengo 90 años, me voy de
viaje", explicó al médico para hacerle ver que no llevaría a cabo el doloroso tratamiento.
El médico quedó atónito. Y ella se salió con la suya.
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Norma y su hijo cuando llegaron a las Montañas Rocosas. |
No satisfecho con la
respuesta de la anciana, llamó a su hijo y le insistió que su madre tenía que
hacerse el doloroso tratamiento anticancerígeno. Ella tomó el teléfono y le
dijo al oncólogo que “ya había sido muy
clara cuando le dijo que no le interesaba en absoluto hacerse ningún
tratamiento hospitalario”.
Norma vendió su casa y
se compró un gigantesco motorhome para recorrer todos los Estados Unidos y el
resto del mundo. “Yo pienso que tengo
que comenzar a vivir, no terminar mi vida rodeada de medicamentos, médicos y
enfermeras”.
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Durante el viaje, se encontró con Gloria Tramontin, una jubilada y abuela de 90 años que conduce su Harley-Davidson desde 1941 hasta la actualidad. |
Esta mujer de 46 kilos de peso, con apenas 1.50
metros de altura y que cumplirá 91 años en este mes de marzo se fue de viaje
con su hijo, su mujer y su perro. Partieron de Michigan y
ya han hecho paradas tan emblemáticas como El Gran Cañón, Disneylandia o
Yellowstone. Esta experiencia está siendo muy positiva para Norma, de hecho,
Tim opina que: “Nos sorprende
constantemente, se siente fuerte y cada día mejor gracias al aire fresco y a
las mil y una aventuras nuevas para ella”.
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Norma y su perro contemplando el Cañón del Colorado. |
Ya son más de 200 los días que lleva en la
carretera. El 27 de setiembre de 2015 firmó el primer autógrafo de su vida. Ahora ya lleva firmados centenares. Es feliz con su gigantesca
casa rodante con la que devora kilómetros en compañía de su hijo Tim, su nuera Ramie y su
perrito, un caniche llamado Ringo.
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Volando en globo aerostático con su familia, en Palm Springs. |
Norma no pierde el
tiempo, pues ya ha visitado Disneylandia (Florida),
el Monte Rushmore (Dakota del Sur), voló en globo aerostático en Palm Springs, visitó el Museo
de la Segunda Guerra Mundial en Nueva Orleans, donde fue recibida con todos los honores, por ser veterana de esa
guerra cuando trabajó como enfermera. También conoció el parque nacional de Yellowstone, en Wyoming y el Gran Cañón del Colorado. Hasta estuvo en el Museo Ovni de Roswell,
Nuevo México.
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Norma en el Museo de la Segunda Guerra Mundial, en Nueva Orleans. |
Y es que muchas veces la felicidad no está en vivir
más tiempo sino en cómo se vive ese tiempo. Norma se ríe del cáncer y todo el dinero que le hubieran quitado los médicos
para el tratamiento con quimioterapia y rayos que la hubiera fulminado en pocas
semanas, ahora se lo está gastando conociendo lugares que siempre quiso
visitar y cada día se siente mejor en
todo sentido.
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La nonagenaria Norma actualizando su perfil de Facebook. |
Así se hace, esta anciana sí que es una mujer
inteligente y valiente. Norma ama coleccionar piedras, caracoles, le gusta
tejer, leer, hacer crucigramas, Sudoku, toma té, cerveza, vino y le encanta viajar
y conocer nuevos lugares. Dice que si pudiera iría incluso a conocer la Luna.
Su nuera aún no sale del asombro.
Comenta que afortunadamente Norma no sufre de ningún dolor, que sigue muy
despierta de mente, está disfrutando
muchísimo viajar y cada día Norma está mejor que el anterior.
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Norma empujando la silla de ruedas con su hijo en Yellowstone porque él estaba muy cansado. |
Para seguir la aventura
de Norma y qué lugares está conociendo cada día, no duden en visitar su perfil -Driving Miss Norma-, donde cada día informa
de todos los detalles de su gran viaje.
Realmente, su rechazo a la "medicina oficial" es digno de ser imitado. Su correo electrónico es el siguiente: Drivingmissnorma@gmail.com
Cuando le preguntan
porque viaja en vez de quedarse encerrada en su casa, responde: “Viajo, pero no para escaparme de la vida,
sino para que la vida no se escape de mí”.
Por Alberto Seoane
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