HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


lunes, 14 de marzo de 2016

NORMA, LA ABUELA DE 90 AÑOS QUE RECHAZÓ LA QUIMIOTERAPIA PARA RECORRER LOS ESTADOS UNIDOS

Ya superó los 200 días viajando con su hijo, su nuera y su perro. Vendió su casa y se compró una casa rodante. Ahora se ríe de los médicos. Inició su viaje el 24 de agosto de 2015. Está cada día mejor y más sana que nunca.

Norma, saludando desde el motorhome
a sus familiares el día que inició el viaje
el 24 de agosto de 2015.
Su página en Facebook “Conduciendo a Norma” tiene más de 271.860 seguidores. Su actitud positiva y su curiosidad la llevaron a tomar una drástica decisión: viajar alrededor del mundo en vez de convertirse en negocio de la mala medicina. Negándose a ser torturada con quimioterapia y rayos, disfruta viajando y cada día está mejor de salud.

La viajera de 90 años visitando la NASA.
Todo parecía llegar a su fin para Norma, de 90 años. Su marido con el que estuvo casada 67 años acababa de morir de un cáncer y a ella le habían diagnosticado la misma enfermedad. En un par de semanas, esta residente de Michigan (Estados Unidos) vio su vida cambiar, pero eso no frenó sus ansias de aventura. Su actitud positiva y su curiosidad la llevaron a tomar una drástica decisión: viajar alrededor del mundo en vez de tratar su enfermedad y arruinar su cuerpo.

El 27 de setiembre de 2015, Norma firmó su
primer autógrafo, siendo el primero de
centenares en su viaje sin fin.
Su doctor fue claro y rotundo a la hora de afrontar el mal, le dijo en julio de 2015 que tenía cáncer de ovario y tendrían que hacerle una operación para extraer el tumor, quimioterapia y radioterapia -lo normal en estos casos según la “Ciencia oficial”-.

Lo que no esperaba fue la respuesta de la valiente Norma. "Tengo 90 años, me voy de viaje", explicó al médico para hacerle ver que no llevaría a cabo el doloroso tratamiento. El médico quedó atónito. Y ella se salió con la suya.

Norma y su hijo cuando
llegaron a las Montañas
Rocosas.
No satisfecho con la respuesta de la anciana, llamó a su hijo y le insistió que su madre tenía que hacerse el doloroso tratamiento anticancerígeno. Ella tomó el teléfono y le dijo al oncólogo que “ya había sido muy clara cuando le dijo que no le interesaba en absoluto hacerse ningún tratamiento hospitalario”.

Norma vendió su casa y se compró un gigantesco motorhome para recorrer todos los Estados Unidos y el resto del mundo. “Yo pienso que tengo que comenzar a vivir, no terminar mi vida rodeada de medicamentos, médicos y enfermeras”.

Durante el viaje, se encontró con Gloria
Tramontin, una jubilada y abuela de 90 años
que conduce su Harley-Davidson desde
1941 hasta la actualidad.
Esta mujer de 46 kilos de peso, con apenas 1.50 metros de altura y que cumplirá 91 años en este mes de marzo se fue de viaje con su hijo, su mujer y su perro. Partieron de Michigan y ya han hecho paradas tan emblemáticas como El Gran Cañón, Disneylandia o Yellowstone. Esta experiencia está siendo muy positiva para Norma, de hecho, Tim opina que: “Nos sorprende constantemente, se siente fuerte y cada día mejor gracias al aire fresco y a las mil y una aventuras nuevas para ella”.

Norma y su perro contemplando
el Cañón del Colorado.
Ya son más de 200 los días que lleva en la carretera. El 27 de setiembre de 2015 firmó el primer autógrafo de su vida. Ahora ya lleva firmados centenares. Es feliz con su gigantesca casa rodante con la que devora kilómetros en compañía de su hijo Tim, su nuera Ramie y su perrito, un caniche llamado Ringo.

Volando en globo aerostático con su familia,
en Palm Springs.
Norma no pierde el tiempo, pues ya ha visitado Disneylandia (Florida), el Monte Rushmore (Dakota del Sur), voló en globo aerostático en Palm Springs, visitó el Museo de la Segunda Guerra Mundial en Nueva Orleans, donde fue recibida con todos los honores, por ser veterana de esa guerra cuando trabajó como enfermera. También conoció el parque nacional de Yellowstone, en Wyoming y el Gran Cañón del Colorado. Hasta estuvo en el Museo Ovni de Roswell, Nuevo México.

Norma en el Museo de la Segunda
Guerra Mundial, en Nueva Orleans.
Y es que muchas veces la felicidad no está en vivir más tiempo sino en cómo se vive ese tiempo. Norma se ríe del cáncer y todo el dinero que le hubieran quitado los médicos para el tratamiento con quimioterapia y rayos que la hubiera fulminado en pocas semanas, ahora se lo está gastando conociendo lugares que siempre quiso visitar y cada día se siente mejor en todo sentido.

La nonagenaria Norma actualizando su
perfil de Facebook.
Así se hace, esta anciana sí que es una mujer inteligente y valiente. Norma ama coleccionar piedras, caracoles, le gusta tejer, leer, hacer crucigramas, Sudoku, toma té, cerveza, vino y le encanta viajar y conocer nuevos lugares. Dice que si pudiera iría incluso a conocer la Luna.

Su nuera aún no sale del asombro. Comenta que afortunadamente Norma no sufre de ningún dolor, que sigue muy despierta de mente, está disfrutando muchísimo viajar y cada día Norma está mejor que el anterior.

Norma empujando la silla de ruedas con su
hijo en Yellowstone porque él estaba
muy cansado.
Para seguir la aventura de Norma y qué lugares está conociendo cada día, no duden en visitar su perfil -Driving Miss Norma-, donde cada día informa de todos los detalles de su gran viaje.

Realmente, su rechazo a la "medicina oficial" es digno de ser imitado. Su correo electrónico es el siguiente: Drivingmissnorma@gmail.com

Cuando le preguntan porque viaja en vez de quedarse encerrada en su casa, responde: “Viajo, pero no para escaparme de la vida, sino para que la vida no se escape de mí”.

Por Alberto Seoane

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