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lunes, 2 de abril de 2012

OPERACIÓN “ROSARIO”, RECUPERACIÓN DE LAS ISLAS MALVINAS

Las Islas Malvinas por geografía, por historia y por derecho son argentinas.

El 2 de abril de 1982, comandos argentinos desembarcaron en horas de la madrugada en las Islas Malvinas y derrotaron a los militares ingleses que usurpaban las islas.

Fueron hechos prisioneros 114 individuos, de los cuales 70 eran infantes de Marina de su Graciosa Majestad, 11 marinos, y el resto eran civiles voluntarios.

Causas de la Guerra de Malvinas
En 1520 el archipiélago fue descubierto por el barco San Antonio, piloteado por Esteban Gómez, uno de los cinco navíos de la expedición de Magallanes.

Imagen satelital de las Islas Malvinas
tomada en noviembre de 1999.
El 2 de octubre de 1766 el rey Carlos III de España dictó una real cédula por la cual creaba la Gobernación de las Islas Malvinas como dependencia del gobernador y capitán general de Buenos Aires, en ese momento Francisco de Paula Bucarelli y Uruzúa, nombrando al capitán de navío Felipe Ruíz Puente como primer gobernador de las islas. Ruíz Puente viajó a las Malvinas con las fragatas Liebre y Esmeralda. Fue gobernador de las islas hasta el 23 de enero de 1773, siendo relevado por el capitán de infantería Domingo Chauri que permaneció en funciones hasta el 5 de enero de 1774, cuando asumió el capitán de fragata Francisco Gil de Lemos y Taboada, quien fue el último gobernador de las islas, ya que durante su gestión la gobernación fue reducida al rango de Comandancia.

En 1776 pasaron a ser posesión del recién creado Virreinato del Río de la Plata. Tras la independencia de las provincias Unidas del Río de la Plata pasaron a ser de su propiedad por el principio Utis posidetis juris. O sea “poseerás lo que poseías”.

En 1806, Gran Bretaña captura al cabo de Buena Esperanza y en ese año y el siguiente se producen las fracasadas invasiones inglesas a Buenos Aires donde fueron derrotados.

En 1815, cae la isla de Santa Elena bajo los ingleses, y en 1816, la isla de Tristán Da Cuhna. Solo faltaban las Malvinas para completar el esquema de puntos de apoyo que Gran Bretaña necesitaba para el dominio del Atlántico Sur.

En 1829, Lord Aberdeen, sostiene la necesidad de apropiarse del archipiélago malvinense y lo mismo habría aconsejado el representante británico en Buenos Aires, Woodbine Parish.

Goleta argentina Sarandí, botada
en el puerto de Baltimore en 1826.
El 3 de enero de 1833 se produce la captura de las Islas Malvinas, por intermedio del capitán John James Onslow, al mando de la Corbeta Clio, que obliga a José María Pinedo, comandante de la goleta argentina Sarandí,  pese a protestar, a abandonar las islas al día siguiente o cañoneaba la población matando e hiriendo a todos los civiles. Al día siguiente, Pinedo está a punto de zarpar dejando al colono Juan Simón como comandante provisional. Los ingleses desembarcan y arrían el pabellón argentino e izan la bandera inglesa. Un oficial inglés hace llegar el pabellón argentino a la Sarandí

Al llegar a Buenos Aires  Pinedo, el 15 de enero de 1833, se realiza una protesta por la usurpación ante los delegados británicos en Buenos Aires y también se protesta en Londres por intermedio de Manuel Moreno, representante argentino ante la pérfida Albión, sin obtener respuesta alguna.

En tanto en las Malvinas, el gaucho Antonio Rivero, un lugareño, tomó el control de las islas el 26 de agosto de 1833. En 1834 llega a las Malvinas el primer gobernador inglés (antes hubo 39 gobernantes no británicos en las Malvinas, fueron españoles y criollos). Era el teniente Henry Smith, y trae consigo a 18 pobladores súbditos de la Corona Británica, son los primeros “kelpers”, nombre despectivo que los propios ingleses dieron a la población insertada por ellos en las islas y que deriva de un alga que abunda en el lugar llamada “kelpie”. Simultáneamente, los habitantes argentinos son tomados y desalojados y se inicia una cacería por las islas desde el 9 de enero de 1834, persiguiendo a los sublevados contra Inglaterra. Henry Smith inicia la ocupación definitiva capturando al gaucho Antonio Rivero el 18 de marzo de 1834.

Ese personaje y sus compañeros son llevados a Gran Bretaña pero no son juzgados por haberse argumentado que los hechos "no ocurrieron en territorio del imperio". Finalmente, Rivero y los suyos son dejados en Montevideo y por sus propios medios llegaron a Buenos Aires.

En 1834 hubo una nueva protesta de Moreno ante Gran Bretaña. Esta se reiteraría en 1841 y 1842 sin obtener respuesta alguna. En 1843, a pesar de las protestas argentinas, la reina Victoria de Inglaterra, por medio de una carta patente, incorpora a la Corona las islas usurpadas al cumplirse 10 años de la ilegal ocupación y establece la administración civil a cargo de Richard C. Moody.

Sin embargo, la Argentina siguió reclamando su devolución año tras año.

En 1848, Sir William Molesworth, miembro de la Cámara de los Comunes, propone "reconocer el reclamo de Buenos Aires sobre las islas Falkland".

En 1849, ante una nueva protesta de la Argentina, por la ocupación de Malvinas por el Reino Unido. El diario The Times comenta: "no sabemos qué admirar más, si la insolencia del sudamericano o la resignación del ministro de la Reina que no lo lanzó a puntapiés escaleras abajo".

En 1908, el Reino Unido declara a “las Georgias del Sur, las Orcadas del Sur, las Shetland del Sur, las Islas Sandwich y el territorio de la Tierra de Graham (San Martín) como dependencias de la Colonia de las Islas Falkland”. El mismo documento incluye, además, parte de la Patagonia argentina y el sur de Chile como posesiones británicas.

Sin retroceder y con cada nuevo gobierno, la Argentina siempre reclamó la devolución de las islas argentinas que permanecen cautivas, con la excepción del período desde el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.

La causa fundamental del conflicto armado ocurrido entre la Argentina e Inglaterra de 1982, se remonta a la usurpación británica de las Islas Malvinas en 1833. En ese año, se expulsa a la guarnición, se deshacen de la población local, y se la reemplaza por otra, llegada de los dominios ingleses, que pasan a convertirse en los llamados "kelpers".

Esterilidad de los reclamos diplomáticos argentinos
Durante 149 años, la Argentina produce constantes reclamos diplomáticos, sin resultados concretos. El conflicto tuvo avances y retrocesos, pero nunca se llegó al reconocimiento esperado por nuestro país. Durante largos años la Argentina proveyó de importantes elementos de supervivencia a la población residente en las Islas, con el ánimo de ganarse su confianza y buena voluntad, sin resultados visibles.

La chispa que inició el conflicto armado en Malvinas
En setiembre de 1979, un hombre de negocios argentino llamado Constantino Davidoff dedicado al comercio de chatarra había adquirido a la compañía escocesa Christian Salvensen Co. de Edimburgo, los derechos sobre tres antiguas estaciones balleneras en Leith, Stromness y Husvik (islas Georgias del Sur). En estas islas, administradas por el gobernador de las Malvinas, únicamente vivían unos científicos del British Antarctic Survey (BAS: reconocimiento antártico británico) dirigidos por Steve Martin y estacionados en Grytviken, a unos 40 km de Leith.

Davidoff obtuvo permiso de la embajada británica para hacer puerto en Leith, junto a 39 trabajadores, con objeto de ejercer su negocio. También les solicitó el servicio del buque polar HMS Endurance con el fin de transportar a las islas el personal y equipos necesarios para desmantelar las instalaciones. Como los británicos no aceptaron el pedido de utilización del HMS Endurance, Davidoff solicitó permiso al Ministerio de Relaciones Exteriores y a la Armada Argentina para contratar pasajes en las naves de transporte antártico y firmó un acuerdo que le permitía arribar a las islas Georgias al menos dos veces al año.

Foto de Puerto Leith y
la bahía Stromness en 1955.
El empresario Davidoff, que entonces tenía 39 años, comunicó a la embajada británica su viaje para desmantelar las instalaciones balleneras. La partida llegó a Puerto Leith el 19 de marzo de 1982 a bordo del transporte de tropas Bahía Buen Suceso, comandado por el capitán Briatore. Como es protocolario, Davidoff debía presentarse en Grytviken como exigía el gobierno británico. Pero lo omitió y, 900 kilómetros al este de las islas Malvinas, una vez en tierra los trabajadores izan la bandera argentina en Leith.

Cuatro ingleses del British Antarctic Survey (BAS) que se dirigían a bahía Carlita descubrieron al ARA Bahía Buen Suceso descargando equipos en Puerto Leith, con la bandera argentina flameando. El líder del equipo, Trevor Edwards, se dirigió al capitán Briatore para comunicarle que su presencia era ilegal y que debían pasar por Grytviken, luego dio aviso al magistrado británico en King Edward Point. El comandante principal del BAS en Grytviken, Steve Martin, envió un mensaje al gobernador de Malvinas Rex Hunt, quien consultó con Londres. El comandante exigió la remoción de la bandera argentina y el reembarque de los obreros. El comandante del ARA Bahía Buen Suceso respondió que la misión tenía la aprobación de la embajada británica en Buenos Aires y ordenó arriar la bandera, el equipo de argentinos obedece y baja la bandera pero no se presentó en Grytviken como exigían los británicos.

El 20 de marzo, la primera ministra británica Margaret Thatcher fue informada de lo sucedido. Como los argentinos no habían cumplido con las formalidades diplomáticas, el gobierno británico decidió intervenir en pequeña escala y el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido (Foreign Office) ordenó el envió del HMS Endurance con el objetivo de obligar a los operarios a reembarcarse. El barco zarpó de Puerto Argentino también llamado Puerto Stanley el 21 de marzo con un complemento de 22 infantes de marina.

El 21 de marzo, la embajada británica realizó una protesta diplomática en Buenos Aires, solicitando al gobierno argentino el desalojo de los operarios. El ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, Nicanor Costa Méndez, respondió aparentando despejar la crisis, asegurando que el ARA Bahía Buen Suceso partiría pronto de las islas y que el incidente no tenía ningún consentimiento oficial. Ese mismo día informan desde Grytviken a Hunt que la bandera argentina que había sido izada días atrás ha sido arriada pero los argentinos no muestran indicios de que se estuvieran preparando para partir.

El ARA Bahía Buen Suceso llegó a las
Georgias el 19 de marzo de 1982.
El 22 de marzo por la mañana el ARA Bahía Buen Suceso partió de Puerto Leith. Sin embargo, por la tarde, un puesto de observación del BAS detectó la presencia de personal argentino y pasó la información a Londres. En consecuencia, el Foreign Office ordenó al HMS Endurance que evacúe cualquier personal argentino que permaneciera en las Georgias del Sur.

Ese 22 de marzo en el continente, el gobieno argentino tras arduas reuniones en la Embajada británica logra aclarar la situación, y el embajador inglés consideró que el incidente ya estaba superado.

El 23 de marzo, el Comandante del Grupo Naval Antártico, capitán de navío César Trombetta, al mando del ARA Bahía Paraíso que se hallaba en las Orcadas del Sur, recibió órdenes del Estado Mayor General Naval de dirigirse a máxima velocidad a las islas Georgias del Sur, con la misión de evitar el desalojo del grupo de obreros argentinos de Davidoff por parte del HMS Endurance, salido a tal efecto desde las islas Malvinas. El ARA Bahía Paraíso era un buque polar desarmado como corresponde por el Tratado Antártico (Art. 1º) y como tal no era el medio más idóneo para proceder en actitud de fuerza, pero en aquel momento, en que los sucesos se precipitaban vertiginosamente, era el único elemento de la Armada Argentina más cercano en el área.

Los movimientos británicos se encontraron con una serie de contramedidas argentinas: las corbetas ARA Drummond (P-31) y ARA Granville (P-33) fueron desplegadas entre las Malvinas y las Georgias del Sur, quedando en posición de interceptar al HMS Endurance y rescatar cualquier personal argentino que llevara a bordo.

El 24 de marzo, hubo más presión de parte de la embajada británica en Buenos Aires: "El tiempo se les está acabando", expresó el embajador Williams a las autoridades argentinas, "deben ir a Grytviken a sellar sus pasaportes" (en referencia a los operarios). El ministro de Relaciones Exteriores, Costa Méndez contesta que no hacía falta sellar pasaporte, puesto que los hombres poseían sus respectivas "tarjetas blancas", y que los obreros no serían retirados. En tanto, el gobierno argentino comunicó a la prensa la presencia de los obreros en las Georgias del Sur.

El ARA Bahía Paraíso arribó a Puerto Leith en la noche del 24 de marzo y desembarcó un grupo de 14 militares comandados por Alfredo Astiz (Grupo Alfa), con armamento individual perteneciente al buque. El ARA Bahía Paraíso permaneció en la zona y patrulló con sus helicópteros el área durante las horas subsiguientes. Al llegar a Puerto Leith el HMS Endurance encontró anclado al ARA Bahía Paraíso, luego ambos barcos estuvieron persiguiéndose y escondiéndose alrededor de las islas hasta perder contacto entre ellos el 31 de marzo.

El capitán inglés Nick Barker, del HMS Endurance, decide mandar uno de sus helicópteros Wasp a echar un vistazo. Desde el Bahía Paraíso se lanza inmediatamente su helicóptero Alouette en actitud agresiva, con el propio capitán Trombetta a bordo. Barker retira su aeronave. Desde tierra, no obstante, dos royal marines han observado estos movimientos y se los notifican a su superior en Grytviken, el teniente Keith Paul Mills. En las islas Georgias del Sur ya sabe todo el mundo que están al borde de la guerra.

Un posible conflicto militar estaba en marcha y el Foreign Office buscó lograr algún tipo de compromiso. Lord Carrington propuso a su contraparte Costa Méndez indultar a los obreros presentes en Puerto Leith, darles la documentación apropiada, la cual podría incluir el sellado de permisos temporales en vez de pasaportes, lo que era una concesión crucial para la posición argentina. La pretensión de la Argentina, sin embargo, era que la llegada de cualesquiera de sus ciudadanos a las Georgias del Sur debería seguir los procedimientos acordados en el tratado de comunicaciones de 1971 teniendo el mismo trato que si fueran a Malvinas. El gobernador Rex Hunt rechazó fuertemente esa extensión del acuerdo, válido solo para las islas Malvinas, y transmitió su negativa al gobierno británico.

Margaret Thatcher, nueve días antes de
que los argentinos recuperasen las islas
Malvinas, ordenó que zarparan 7 barcos
de guerra rumbo al Atlántico Sur con
alimentos y armas para 70 días.
El 25 de marzo, o sea, nueve días antes de que se hiciera la recuperación de las Malvinas el 2 de abril, la Primera Ministra Margaret Thatcher, sin consultar al Parlamento, deliberando solamente con dos personas, el jefe de la Marina y el ministro Pym, decide alistar siete buques de guerra que se encontraban realizando ejercicios en Gibraltar, para que vayan a las islas Georgias del Sur. Se aprovisiona con alimentos y armamentos para 70 días a los buques ingleses de Gibraltar para enviarlos al Sur, ellos eran las fragatas y destructores: HMS Antrim, HMS Arrow, HMS Brilliant, HMS Coventry, HMS Glamorgan, HMS Glasgow, HMS Plymouth, HMS Sheffield. Se dirigirían rumbo a Ascensión el día 2 de abril.

Ante el aumento de la tensión en las Georgias del Sur, la Junta Militar argentina ordena secretamente la puesta en marcha de los preparativos para una posible acción militar con el objeto de recuperar las islas Malvinas (este hipotético plan se venía analizando en las fuerzas armadas desde hace años). Por tal motivo, ese mismo día, el vicealmirante Juan José Lombardo ordenó al Comandante de la Flota de Mar (FLOMAR), Walter Allara, y al comandante de la Infantería de Marina (IMARA), Carlos Busser, “Acelerar los preparativos para el planeamiento de una operación anfibia con el objeto de estar listos en un plazo máximo de 72 horas”. La orden estaba complementada por una serie de directivas específicas para la operación y se asemejaba al típico planeamiento de un ejercicio anfibio, Allara informó que “dicha orden podría ser autorizada o cancelada en cualquier momento”. Ambos jefes sabían que dichas órdenes se repetían con cierta regularidad desde 1977, y que muchas veces se iniciaba el ejercicio y antes de completarse había sido ya cancelado, sin embargo, esta vez sería diferente.

El jueves 25 de marzo de 1982, ambos comandantes fueron informados que la operación estaba destinada a recuperar las islas Malvinas, por tanto se ordenó la preparación de los elementos encargados de participar en la misma.

Buque de asalto anfibio Ara San Antonio.
El viernes 26 de mayo, el Batallón de Infantería de Marina Nº 2 (BIM 2), inició la preparación de su personal y equipo para ser embarcado en el buque de asalto anfibio (BDT) ARA Q-42 Cabo San Antonio, lo que incluía, también, los vehículos anfibios LARC-5 u LVTP-7 del Batallón de Vehículos de Asalto Anfibio, que jugarían un papel fundamental en la operación de Malvinas al otorgar movilidad y protección a las fuerzas argentinas. Elementos de la Agrupación de Buzos Tácticos y la Agrupación de Comandos Anfibios serían elementos vitales para el éxito de la acción.

Más tarde se unió la Compañía C del Regimiento de Infantería 25 (RI 25), que comenzaron a llegar a Puerto Belgrano a bordo de aviones de transporte C-130 Hércules, de la Fuerza Aérea. Las fuerzas del Ejército se encargarían de la ocupación de las islas una vez que estas fueran recuperadas por los infantes de marina, aunque finalmente también participarían de la operación inicial. En la noche del sábado 27 de marzo, los buques estaban completamente cargados, con sus tripulaciones de tiempos de guerra, munición real y combustible al máximo. Las tropas, desplegadas y distribuidas en los buques asignados, estaban ya listos para partir.

Hasta aquí, todo era un ejercicio, solo los máximos comandantes militares sabían en realidad cuál era la misión que les sería encomendada, aunque más de uno sabía que la operación podría ser cancelada y los planes nuevamente archivados como se había hecho en más de una oportunidad.

El domingo 28 de marzo, las unidades navales zarpan desde Puerto Belgrano, la maquinaria naval puesta en marcha era impresionante para una operación tan limitada. El destino muy pocos lo sabían: Malvinas.

El 29 de marzo, para calmar los ánimos, el capitán César Trombetta leva anclas y el Bahía Paraíso se aleja de las Georgias y se pierde en el Atlántico Sur rumbo a Malvinas. En Leith permanecen infantes de marina argentinos.

Al enarbolarse la bandera argentina sobre las Georgias del Sur, Inglaterra tuvo el argumento para "indignarse", movilizando sus buques hacia la zona y provocando una reacción en cadena que reinstalaría la vieja hipótesis de conflicto elaborada por la Armada Argentina de recuperar por la vía directa a las Islas Malvinas. De tal forma, si Argentina permanecía impasible a la provocación, hubiera supuesto una renuncia tácita a sus derechos soberanos sobre las Malvinas, Georgias y Sándwich.  

La recuperación de las Malvinas
La Operación Rosario fue la primera de las operaciones tácticas programadas por las Fuerzas Armadas de Argentina como parte de la recuperación de las islas en poder del colonialista gobierno británico. Su objetivo era la toma la capital de las Islas Malvinas, Puerto Argentino. La Operación Rosario consistía en una serie de acciones de intensidad creciente encaminadas a la recuperación argentina de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur (estas últimas recuperadas en 1976), que se conseguirían en sentido inverso (de Este a Oeste y de menor a mayor relevancia política), iniciándose de la manera más discreta posible y culminando con la toma del archipiélago de las Islas Malvinas y de su capital, mediante un asalto directo, pero sin causar bajas al enemigo para evitar una futura reacción militar británica.

Puerto Argentino, ex Port Stanley,
la capital de las Islas Malvinas.
El 30 de marzo de 1982 la Junta Militar ordenó la puesta en marcha del operativo, fijando como fecha de ejecución el 1º de abril. Los efectivos que tendrían a su cargo la ejecución de este plan eran la Flota de Mar, Aviación Naval, el 5° Batallón de Infantería de Marina, Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino y aviones C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina, bajo el mando del Almirante Carlos Büsser.

Puerto Stanley, rebautizado tras la recuperación como Puerto Argentino, estaba defendido por un destacamento de unos setenta infantes de marina además de al menos 25 milicianos de la Falkland Defence Force; la toma se llevó a cabo rápida y efectivamente, aunque uno de los oficiales que lideraban las tropas, el capitán de corbeta Pedro Edgardo Giachino (nacido en Mendoza, el 28 de mayo de 1947), fue la única baja mortal del enfrentamiento.

El cabo Jacinto Eliseo Batista de los
comandos anfibios argentinos, conduce
a los Royal Marines que se rindieron en
Puerto Argentino en la mañana
del 2 de abril de 1982.
Los británicos se rindieron oficialmente a las 9:30 AM, luego de tres horas de esporádicos combates, que tuvieron lugar especialmente alrededor de la casa de gobierno de las islas. La intención de la Junta Militar era establecer la comunicación aérea y marítima entre Puerto Argentino y el continente, para facilitar el envío de tropas y disuadir al Reino Unido de ulteriores acciones.

El día 30 de marzo, la inteligencia británica notifica al gobernador Rex Hunt que la amenaza es real y que se espera la invasión para el día 2 de abril. Hunt reúne a sus pocas tropas y les encomienda la defensa de las islas. En la mañana del 1 de abril, apagan el faro e inutilizan el pequeño aeropuerto local y sus radiobalizas. Obstaculizan la pista colocando tractores, remolques y otros equipos pesados.

Mapa de la Operación Rosario que posibilitó
la recuperación de las Malvinas en poder del
colonialismo inglés. Marcar en la
imagen para agrandarla.
A las 21 horas del 1º de abril de 1982, el teniente de corbeta Schweizer y el cabo principal Pereyra reciben la orden de realizar un reconocimiento avanzado y marcar la playa de Mullett Creek para el desembarco, por lo que iniciaron su misión de manera silenciosa a bordo de un kayak. Cuando realizaron un reconocimiento de la zona, sin haber sido descubiertos por los británicos, deciden que la playa ideal para el desembarco era Lake Point, por lo que a las 21.30 horas Pereyra retorna al destructor para informar sobre la situación, sirviendo, además, como guía para la oleada de asalto posterior.

A las 22.00 horas, un grupo de 92 buzos tácticos argentinos bajo el mando del capitán de corbeta Guillermo Sánchez-Sabarots abandonan el destructor ARA Santísima Trinidad y desembarcan en Mullett Creek, a las 22.30 horas arriba el primero de ellos. Los hombres desembarcan y se despliegan de manera de comenzar a asegurar la playa, además de marcarla para que el resto de la oleada no se perdiera. A las 22.40 horas arriba el último bote y los comandos se dividen en dos grupos.

Destructor ARA Santísima Trinidad que
llevó a los comandos argentinos de
Guillermo Sánchez-Sabarots.
El primero de ellos estaba a cargo del capitán de corbeta Guillermo Sánchez-Sabarots tenía como objetivo el cuartel en Moody Brook, debiendo hacerse con el control del mismo y tratando de que los soldados se rindieran sin combatir si aún estaban allí. El segundo grupo estaba a cargo del capitán de corbeta Pedro Giachino, el cual tenía la misión de asegurar la Casa de Gobierno y capturar al gobernador de las islas, Rex Hunt, para que la plaza se rindiera ante las fuerzas argentinas sin combatir.

A las 23:00 horas, el submarino Santa Fe hace superficie y libra a otros diez buzos tácticos para colocar balizas de radionavegación.


A la 1:30 del 2 de abril, los hombres de Sánchez-Sabarots están marchando hacia los barracones de la infantería de marina británica en Moody Brook para atacarlos. El segundo grupo, bajo el mando del capitán de corbeta Pedro Giachino, avanza hacia Puerto Argentino con objeto de tomar la Casa del Gobernador y capturarlo.

A las 02.30 horas se inicia un segundo despliegue, esta vez un grupo de Comandos Anfibios se dirigen hacia la playa Charles Point, provenientes del submarino S-21 Santa Fe. El grupo de comandos anfibios transportado por el submarino tenía como objetivo la captura del faro de Pembroke Point, pues allí había un equipo de comunicaciones que podría dar la alarma a los defensores, sin embargo, cuando se supo que la sorpresa táctica se había perdido, la acción fue cancelada para evitar una posible emboscada o un enfrentamiento con los soldados británicos. Por tal motivo, a este grupo se le encomendó la señalización de las playas para el desembarco de la fuerza anfibia principal.

A las 5:45, la partida de Sánchez-Sabarots abre intenso fuego automático y de granadas contra los barracones donde suponen se ocultan los royal marines. A los pocos minutos, descubren que nadie devuelve el fuego. Están vacíos porque se han desplegado en otras posiciones en caso de un posible ataque. El ruido, por el contrario, alerta al mayor Mike Norman —quien dirige a las fuerzas británicas— de que los argentinos han llegado.

El buzo táctico y capitán de
corbeta Pedro Giachino fue la
única muerte el 2 de abril
en la Operación Rosario.
El grupo comando de Giachino se dirige directamente a la residencia del Gobernador, con intención de atacarla por la puerta trasera. Entran a las 6.15 horas al anexo de los sirvientes, donde tres royal marines están esperándoles. Se abre fuego. Giachino cae gravemente herido mientras el resto de sus hombres se repliegan. Se inicia un tiroteo mientras Giachino está herido en suelo, también es herido el teniente Diego Fernando García Quiroga que en tres oportunidades le ordenó a los ingleses en el interior de la casa que se rindieran. El cabo enfermero Ernesto Urbina acude a atender a los caídos, pero los ingleses le disparan sin contemplaciones y a pesar de mostrar claramente sus insignias de sanidad, termina también herido de bala.

A las 6:20, el barco Cabo San Antonio libra la compañía E de vehículos anfibios LVTP-7 del 2º de Infantería de Marina, orientándose con las balizas que han colocado los buzos tácticos del Santa Fe. La primera oleada, bajo el mando del teniente comandante Santillans, llega a tierra y toma la dirección del aeropuerto. La compañía D desembarca poco después para hacerse con el faro.
 
Kelpers observan asombrados a los soldados
 británicos prisioneros de los argentinos
en la mañana del 2 de abril de 1982.
Cuando la compañía E llega a las proximidades del viejo aeropuerto, sufre el primer ataque de la infantería de marina británica. El único blindado LVTP-7 que es averiado por el disparo del enemigo, fue a causa de fuego concentrado de 7.62 mm y quedó con daños en su motor, en tanto que la tripulación resultó ilesa, luego fue reparado en el continente. El contraalmirante Busser, responsable del desembarco, ordena que el 1º Batallón y una compañía de lanzacohetes de 105 mm sean helitransportados a la costa.

En 1945 había sido la última vez que los
soldados ingleses se habían rendido.
Luego lo hicieron en Malvinas en 1982.
Cerca de tres horas estuvo Giachino tirado en el suelo, un proyectil le atravesó la arteria femoral y se estaba desangrando, eso le provocó la muerte pocas horas después, cuando era atendido en el Hospital de Puerto Argentino. Pedro Giachino se convirtió así en la primera baja de la Guerra de las Malvinas.

Para las 07.40 horas, los blindados argentinos ya circulaban por las calles de Puerto Argentino y apoyaban a los comandos anfibios en distintos puntos de la población.

Asustados soldados ingleses se rinden a
los argentinos el 2 de abril de 1982.
Cuando el mayor Norman estuvo en conocimiento de que en el ex Puerto Stanley había más de 450 soldados argentinos, y que 18 blindados LVTP-7 se movían por las calles de la ciudad, ya superado en número y con el grueso del poblado en control argentino, y sin tener noticias de varios de sus hombres que habían dejado de comunicarse (señal de que habían sido nuertos o capturados) decidió deliberar a las 8:30 horas con el gobernador Hunt y muy preocupados debaten qué hacer.

Izamiento de la bandera argentina el 2 de
abril de 1982 en Puerto Argentino,
por un grupo de comandos, una hora
antes de la rendición del gobernador.
Mientras tanto, en el exterior, a las 8.30 horas, en un mástil frente a la iglesia de Santa María, unos comandos izan una bandera argentina cuando aún el gobernador Hunt no se había rendido.

Finalmente Hunt y Norman deciden que con fuerzas tan escasas tienen que rendirse. Hacen traer al Vicecomodoro Héctor Gilbert, uno de los 37 argentinos residentes en ese momentos en las islas, al que consideran un espía (era quién estaba a cargo de la oficina de LADE (Líneas Aéreas del Estado) en las islas, y le encargan negociar el alto el fuego.

Tropas inglesas capturadas por los
comandos argentinos el 2 de abril, durante
la Recuperación de las islas Malvinas.
Por medio de la radio, acordaron encontrarse con el jefe de las fuerzas argentinas frente a la Iglesia Católica de Port Stanley, el contralmirante Carlos Busser, jefe de la operación anfibia, no dudó en dirigirse allí, siendo acompañado por los capitanes Roscoe y Monnereau, todos desarmados.

Escoltados por personal del gobierno inglés, los tres oficiales argentinos llegaron al despacho del gobernador Rex Hunt. Con gran soberbia, el inglés se negó darle la mano a su enemigo, y en un acto de altanería ordenó al contralmirante Busser que abandonara las islas con todas sus tropas. El comandante argentino simplemente hizo valer un argumento mucho más valedero, disponía ya de unos 700 hombres sitiando Puerto Argentino, con gran cantidad de hombres desplegados en el aeropuerto, Darwin y Pradera de Ganso (Goose Green).

Los comandos argentinos cumplieron
eficientemente su misión capturando a
la guarnición inglesa sin causarle bajas.
El marino Busser fue preciso: "Desembarcamos -dijo- en la misma forma en que ustedes lo hicieron en 1833, y mis órdenes son desalojarlo a usted y a las tropas británicas para restituir el territorio a la soberanía argentina". Hunt miró a los mayores Norman y Noot de la infantería de marina inglesa y del ejército inglés respectivamente, y con un gesto comprendió que había que rendirse. 

A las 9:30 horas, visiblemente fastidiado, el gobernador Hunt (que horas antes había comunicado por la radio isleña a los kelpers que "jamás se rendiría a los sucios argies", rinde las islas Malvinas al contraalmirante Busser. Ciento cuarenta y nueve años de dominio colonial británico habían terminado.

En un hecho militar sin precedentes, los soldados ingleses que durante el siglo XX sólo se habían rendido ante los alemanes y japoneses, tienen que hacerlo ahora ante los valerosos argentinos.

Un avión de transporte militar argentino llevó a 88 prisioneros ingleses a Comodoro Rivadavia y de allí un Boeing 707 despegó rumbo a Montevideo, entre ellos estaba el ex gobernador inglés Hunt, su familia y los Royal Marines llegando a la ciudad a las 23.40 horas del 2 de abril. Allí permaneció todo el grupo hospedado unos días en el hotel Carrasco para partir luego hacia Londres.

Los prisioneros militares son vigilados por
los comandos argentinos en un terreno
de Puerto Argentino el 2 de abril de 1982.
La muerte de Giachino y los dos heridos que luego se recuperaron satisfactoriamente en el continente fueron las únicas bajas del operativo. La Operación Rosario fue todo un éxito a pesar que se había perdido el factor sorpresa, los efectivos que participaron en el operativo cumplieron con su cometido sin provocar ninguna baja al enemigo que era lo que se buscaba.

Antes del mediodía del 2 de abril de 1982 la bandera argentina volvía a flamear en territorio de las islas Malvinas, los sorprendidos habitantes de las islas, eran informados de la situación ante su gran sorpresa.

Plaza de Mayo colmada de argentinos que
celebraban el 2 de abril de 1982 la
recuperación de las Malvinas tras 149 años
de usurpación colonialista británica.
En tanto, en la Argentina, se le informa a los ciudadanos que las islas irredentas del Atlántico Sur habían sido quitadas de las garras del usurpador inglés. Expontáneamante, millones de argentinos salen en todas las ciudades del país haciendo flamear sus banderas y festejar este hecho histórico.

El presidente de facto, el General Leopoldo Fortunato Galtieri hace un discurso desde el balcón de la Casa Rosada ante una Plaza de Mayo colmada de público que no paraba de gritar: "¡Argentina!, Argentina!".

La estrategia de recuperación de las islas Malvinas es considerada, por los historiadores y analistas militares, como una de las acciones militares más incruentas y más profesionales de la historia militar contemporánea. Actualmente es objeto de estudio en las principales academias militares extranjeras, así como un ejemplo del empleo de la fuerza para la obtención incruenta de un objetivo político.

Ceremonia del izamiento oficial de la
bandera argentina en los jardines del
gobernador de las islas, el
2 de abril de 1982.
El gobierno militar argentino supuso que los Estados Unidos eran aliados de nuestro país. Así parecía demostrarlo la lucha conjunta contra el comunismo y el apoyo mutuo en operaciones realizadas en Centroamérica. Por lo tanto, la Junta Militar creyó, no que el gobierno norteamericano se pondría del lado argentino, pero sí que cumpliría el rol de árbitro para una solución negociada. Es decir, que no se llegaría a un enfrentamiento. Esto constituyó un enorme error estratégico, ya que los acontecimientos demostraron que la opción de la alianza con Gran Bretaña era mucho más poderosa que con nuestro país. El apoyo norteamericano al Reino Unido fue decisivo para el resultado final del conflicto armado.

Existen algunos videos y fotografías del 2 de abril de 1982 cuando la Argentina recuperó a las Islas Malvinas, véalos aquí:

3 comentarios:

  1. SI LA ARGENTINA HUBIERA CONTADO CON 100 MIRAGES F1 EL CUENTO SERIA MUY DISTINTO Y HOY ESTARIAMOS ORGULLOSOS DE SER ARGENTINOS EN CAMBIO SOLO SE CONTABA CON DELTAS MIRAGE III Y V Y A4 Y BUENO ASI NOS FUE !!!!!!!

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  2. DESPUÉS SIGUIÓ LA TRAGEDIA DE CENTENARES DE SOLDADOS CONSCRIPTOS MANDADOS AL MATADERO POR UNA DE LAS PEORES DICTADURAS (LIDERADA POR UN BORRACHO, GALTIERI), JUNTO CON LA DE ROSAS Y PERÓN.
    UN VERDADERO GENOCIDIO QUE SE SUMÓ AL QUE VENÍAN PERPETRANDO DESDE EL 24 DE MARZO DE 1976.
    COMO AGRAVANTE DEBE DECIRSE QUE LA DICTADURA NO CONTEMPLÓ EL "PATRIÓTICO" MOTIVO DE RECUPERAR LAS "ISLAS IRREDENTAS" SINO SOSTENER LA TIRANÍA FASCISTA QUE SE DESPLOMABA INEXORABLEMENTE, CON UNA MEDIDA POPULISTA Y SANGRIENTA, QUE GRACIAS A DIOS, FUE DE CORTO VUELO.(VER LA NACIÓN 02-10-2011 "LA ECUACIÓN POLÍTICA DE LA GUERRA" DE JUAN B. YOFRE).

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    1. Cuando uno escucha esta clase de (irracionales) comentarios, pareciera que no leyó ni un renglón de esta valioso trabajo. Lo cual da para pensar que le importa más descargar su dardo envenenado, interesado, rastrero y cobarde, que analizar uno de los acontecimientos más aleccionadores de la historia del revirado Siglo XX. Tal vez le pueda ayudar a este esquematico escriba o fariseo (no sé si será argentino)a abrir su estrecha mente, escuchar algún analisis de TLV1 en youtube, sobre el conflicto entre Reino Unido y la Argentina. La retórica de la desmalvinizacion (1983-2000) le quedó un tanto obsoleta, señor...Estamos en el Siglo XXI ...(y no somos tarados). Porque -como dice un periodista uruguayo en su programa de TV Canal 4...al final...TODO SE SABE.

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