COMIENZAN LAS EXCAVACIONES PARA EXTRAER UN GLIPTODONTE EN EL SUR DE ROSARIO

Un equipo técnico especializado inició hoy las tareas de rescate en la orilla del arroyo Saladillo.

El fósil de gliptodonte es un antepasado de los actuales peludos y mulitas. Lo sacarán del Parque Regional Sur y una vez restaurado se exhibirá al público.

Técnicos del Ministerio de Innovación y Cultura y del Museo Provincial de Ciencias Naturales Ángel Gallardo, comenzaron este lunes la excavación para rescatar los restos fósiles descubiertos por pescadores en el sur de la ciudad. 



Ejemplar fósil de un gliptodonte.

Según detalló el gobierno provincial a través de un comunicado, los restos corresponden a un ejemplar de Neosclerocalyptus, un gliptodonte, antepasado de los actuales peludos y mulitas. Alcanzaba unos 2 metros de longitud y entre 250 y 300 kilos de peso. Estos mega-mamíferos desaparecieron hace aproximadamente 8 mil años.

El rescate de los restos forma parte de un trabajo de preservación del patrimonio paleontológico provincial que se lleva a cabo en forma conjunta entre el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia y la Municipalidad de Rosario.

Además de las tareas de rescate, está previsto que se hagan charlas y talleres para escuelas y vecinos del barrio Saladillo que se acerquen al Parque Sur durante los días que dure el trabajo.

El fósil se encuentra sobre las márgenes del arroyo Saladillo, a menos de cien metros del salto de agua. La provincia de Santa Fe y el municipio coordinan el operativo para rescatar las piezas que, en principio, pertenecerían a un animal de la familia de los gliptodontes, desaparecido hace unos 8 mil años.

El hallazgo

El parque Regional Sur se encuentra en el límite de Rosario y Villa Gobernador Gálvez. Son unas 37 hectáreas recostadas sobre la ribera del Saladillo, con una importante arboleda y espacios para la práctica de deportes.

El las márgenes del arroyo Saladillo,
situado en el sur de la ciudad de Rosario,
se encontró el fósil de gliptodonte.

Vecinos del lugar y pescadores ya habían consultado varias veces al Museo de Ciencias Naturales Ángel Gallardo por la aparición de "huesos raros" en el curso de agua. Y ese dato, más el trabajo paleontológico realizado en la zona a principios del siglo XX por Alfredo Castellanos (cuya colección actualmente integra el museo de la Facultad de Ingeniería de la UNR), llevó a un equipo del área de Patrimonio de la provincia a hurgar por el lugar.

"Fuimos un par de veces a inspeccionar las barrancas del arroyo. Y en una de esas recorridas detectamos que se veían los huesos de un animal, similar a un gliptodonte", indicó Luciano Rey, estudiante de paleontología e integrante del equipo de Innovación y Cultura.

Rey precisó que, "por lo que se ve, la caparazón y los restos del esqueleto, se trataría de un neosclerocaliptus", nombre específico que reciben los antepasados de la mulita o armadillo, comunes en la región pampeana, que "llegaron a pesar unos 300 kilos y desaparecieron, como mínimo, hace unos 8 mil años".

Se calcula que las tareas de excavación llevarán alrededor de una semana con buen tiempo. "Hay que cavar alrededor de los restos para extraerlos envueltos en lo que llamamos un mochón (una especie de molde de yeso que impide que se rompan). Después vendrá la preparación para la exhibición", comentó Rey y destacó el valor del hallazgo: "En principio, es importante porque hace tiempo que no se realizaban trabajos paleontológicos en la zona, pero sobre todo tiene un valor patrimonial y educativo para que los más chicos sepan que no tienen que ir a Disney para ver animales prehistóricos sino que en el barrio donde viven también hay seres fantásticos".

Una vez extraídos, los restos fósiles serán preparados en el museo Ángel Gallardo para su posterior exhibición en las instalaciones del Distrito Sur.

Un armadillo gigante
El gliptodonte tenía el tamaño equivalente en forma y tamaño a un Volkswagen Escarabajo. Era un herbívoro y, por su constitución, se supone que no fue muy ágil. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígido. Las diferentes especies se distinguen por los patrones y tipos de caparazones. El gliptodonte surgió en el Plioceno en América del Sur, migrando después al Norte, cuando el Istmo de Panamá unió las Américas.

Los gliptodontes más antiguos que se conocen vivieron a comienzos de la era Terciaria y no eran muy grandes. Después fueron apareciendo especies cada vez de mayor tamaño, hasta que en la era Cuaternaria, cuando existían también los megaterios, hubo verdaderos gigantes que merodeaban en lo que es hoy la Patagonia Argentina. Tenían un gran caparazón con forma de media cáscara de huevo formado por muchas plaquitas con formas hexagonales, redondeadas, etc., debajo de él se encerraba el cuerpo del animal con un robusto esqueleto, tenían una cola larga, algunas especies, la remataban con púas, gruesa y compacta.

Es muy probable que los primeros
humanos que habitaron en América
extinguieran al gliptodonte y a otras
especies de la Era Cuaternaria.

Su caparazón estaba formado por 1000 placas óseas de 2'5 centímetros de grosor. Con esta protección de lujo, el gliptodonte estaba protegido como si fuera una tortuga. Pero a diferencia de las tortugas, el gliptodonte no podía esconder la cabeza dentro de su caparazón. En lugar de ello, tenía otra capa ósea diferente en lo alto de su cabeza como si fuera un casco.

Se cree que eran cazados por la población humana de su entorno, para utilizar su carne como alimento y los caparazones de los animales muertos como refugio ante climas adversos. Muy probablemente fue la mano del hombre la que provocó su extinción hace aproximadamente entre 10.000 y 8.000 años.