HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

DESCUBRIERON A ÖTZI HACE 21 AÑOS

El 19 de setiembre de 1991, un hallazgo casual conmueve al mundo. En los Alpes suizos, a 3.200 metros de altura, dos montañistas encuentran el cuerpo momificado de un hombre que murió hace más de 5 mil años. Inmediatamente lo bautizaron “Ötzi, el hombre de hielo”.

La momia de Ötzi, muy
bien conservada.
Probablemente murió alrededor de los 45 años de edad, según informaron investigadores del Instituto médico forense de la Universidad de Innsbruck que estudiaron los restos perfectamente conservados. Con el paso de los años se conocieron las causas de su muerte, que fue a raíz de una pelea, en la que incluso pudo haber matado a sus agresores, aunque tenía un fuerte golpe en la cabeza, además de una herida de flecha que le dañó nervios y vasos sanguíneos antes de alojarse cerca del pulmón.

Este famoso antepasado de más de 5.300 años de edad tenía un rostro prematuramente envejecido y los ojos marrones, según la última reconstrucción realizada por dos expertos holandeses. Poseía una larga barba y ojos marrones. Este es el aspecto del famoso Ötzi, también conocido como el «hombre de hielo», descubierto en 1991 en la planicie subglaciar de Tisenjoch, entre Austria e Italia, por dos excursionistas que lo confundieron con un montañista despeñado unos meses antes. El cuerpo fue recuperado y trasladado a Innsbruck, donde se descubrió su verdadera edad, unos 3.300 años antes de Cristo. Actualmente, los restos se conservan momificados -6º centígrados.

Mucho se ha escrito sobre él y no es la primera vez que los científicos intentan reproducir su imagen. En esta ocasión, los dos expertos holandeses, Alfons y Adrie Kennis, han utilizado la última tecnología forense, con imágenes en tres dimensiones de la calavera de la momia, además de imágenes en infrarrojo y tomografías.

Ojos marrones
El resultado muestra a un hombre prematuramente envejecido, cuya cara estaba surcada de profundas arrugas y sus mejillas hundidas. Anteriormente se creía que la momia de Ötzi (cuyo sobrenombre proviene de Ótztal, valle de Ötz donde fue descubierto), tenía los ojos azules, pero la nueva recreación muestra que eran marrones y vivos.

Así era Ötzi según la reconstrucción
de artistas holandeses.
Los investigadores creen que Ötzi murió a los 45 años de edad. Medía cerca de 1,60 metros de estatura y era omnívoro. Posiblemente era un arquero y cazador, aunque es posible que también se dedicara al pastoreo y a la pesca. Se dice que murió desangrado en un glaciar a 3.210 metros de altitud tras ser atravesado por una flecha.

Sabemos muchas cosas sobre él, aunque vivió hace unos 5.300 años y, como es lógico, jamás pudo escribir su historia. El hielo lo hizo por él. Ötzi era un cazador prehistórico, tal vez también pastor y pescador, que falleció desangrado a una edad estimada de 45 años después de que una flecha atravesara su cuerpo por la espalda, y, de remate, recibiera un fuerte golpe en la cabeza. Así se quedó, tendido en el hielo, a 3.210 metros de altitud en el glaciar italiano Schnal Valle, en los Alpes orientales, donde fue descubierto por un matrimonio alemán un día como hoy, 19 de septiembre, hace ahora 21 años. Ötzi es la momia humana más antigua del mundo y ha acaparado la atención de cientos de investigadores. Puede que solo fuera un simple arquero, pero su historia, con tal vez un crimen a traición como final, es apasionante.

De Ötzi, sabemos muchas cosas. Incluso que tenía el estómago lleno cuando murió (de cabra salvaje). Su aspecto físico fue recreado por los hermanos Alfonso y Adrie Kennis, artistas holandeses especializados en paleontología que también han dado forma a los homínidos de Atapuerca, España. Para su propósito utilizaron tomografías, infrarrojos e imágenes en 3D. Por ellos sabemos que tenía los ojos marrones y hundidos y un rostro delgado surcado de arrugas que le hacía parecer un anciano. Era poca cosa. Pesaba 45 kilos y no superaba el 1,60 de altura.

Tres heridas en su cuerpo
Ötzi, el «hombre de hielo», como se le conoce, fue descubierto por el matrimonio alemán Simon cuando hacía una excursión por la zona. Al principio, pensaron que el cadáver pertenecía a un hombre actual, que había salido a la luz al derretirse el glaciar. La policía italiana también tuvo esa primera impresión -no eran pocos los montañistas que sufrían accidentes-, pero pronto se sucedieron las sorpresas. Los forenses descubrieron que Ötzi había vivido en la Edad de Cobre, hace más de 5.300 años. El hallazgo de la momia se convirtió en un acontecimiento mundial. Era algo sensacional. El proceso de momificación natural había permitido conservar el cuerpo en unas condiciones maravillosas para la investigación científica.

La momia de Ötzi reposa en el Museo de
Bolzano, a 6 grados bajo cero.
Los científicos que analizaron a la momia encontraron tres heridas en su cuerpo excelentemente conservado: una flecha incrustada en la axila izquierda, un golpe en la espalda propinado con un objeto afilado y un corte en la mano derecha. Estaba vestido con pieles de cabra, botas y de piel de oso y ciervo rellenas de hierba y un gorro de oso. Además, llevaba atada a su cintura una bolsa con yesca y pirita para hacer fuego. Junto a su cadáver apareció un hacha de cobre, flechas y un arco de madera, entre otros enseres. Probablemente huía en el momento en que le llegó la muerte.

Ötzi también ha sido motivo de disputas. Durante años, Austria e Italia pelearon por la momia (había aparecido cerca de la frontera alemana), pero finalmente recibió la «nacionalidad» italiana. En 1998, la momia fue trasladada de Innsbruck a Bolzano, donde reposa en un congelador del Museo Arqueológico, a menos de seis grados Celsius. Aún más tiempo duró el proceso entre Italia y los descubridores alemanes, que pedían algo más que un reconocimiento financiero. La disputa jurídica terminó hace dos años después de que el matrimonio alemán se llevara una recompensa de más de 150.000 euros.

Los científicos aún siguen obteniendo
información del cuerpo de Ötzi.
Pero no todo se sabe del hombre de hielo y todavía algunos misterios se ciernen sobre la momia. ¿De quién huía? ¿Quién cometió este crimen primitivo? ¿Tuvo descendientes? ¿Sufría enfermedades que también padece el hombre actual? Los científicos han descifrado el total de su ADN y es posible que pronto puedan responder a algunas de estas preguntas.

Un equipo internacional de científicos ha publicado la secuenciación del cadáver congelado más famoso del mundo. Los investigadores ya conocen la secuencia casi completa del ADN de Ötzi, el «hombre de hielo» del Tirol, un cazador prehistórico que falleció desangrado hace unos 5.300 años después de que una flecha le atravesara el cuerpo por la espalda y, de remate, recibiera un golpe en la cabeza. El estudio, publicado en Nature Communications, ha descubierto que Ötzi sufría de una enfermedad del corazón, una infección bacteriana y caries, era intolerante a la lactosa, se atiborraba de cabra montés y tenía los ojos castaños. Además, ha encontrado pistas sobre el paradero de sus parientes vivos más cercanos, que, curiosamente, pueden vivir en Córcega y Cerdeña.

Monumento recordatorio a
Ötzi, cerca del sitio
donde fue encontrado.
Unos excursionistas alemanes por pura casualidad descubrieron el cuerpo de Ötzi en los Alpes, cerca de la frontera entre Italia y Austria en 1991. Muy conservada, es la momia humana más antigua del mundo y una de las más estudiadas por la ciencia. Pesaba unos 45 kilos y han descubierto que Ötzi tenía algunos problemas de salud. Sufría de las arterias y tenía caries en los dientes, pero hay aún más información que puede deducirse de su genoma. «Nos gustaría saber lo más posible acerca de sus condiciones de vida, sobre sí mismo y también sobre la causa de su muerte. Realmente, tratamos de reconstruir la escena del crimen tanto como sea posible», dice Albert Zink, director del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo en Bolzano, Italia, y líder de la investigación.

En 2008, los científicos dieron a conocer la secuencia completa de ADN tomada de la mitocondria celular de Ötzi. Contenía mutaciones que no se encuentran en las poblaciones actuales, lo que dio lugar a especulaciones de que el «hombre de hielo» había pertenecido a un pueblo que había desaparecido de Europa. Para tener una mejor idea de la ascendencia de Ötzi y echar un vistazo a algunos de sus rasgos genéticos, el equipo de Zink secuenció el ADN de los núcleos de las células tomadas de una astilla de hueso de la pelvis del hombre de hielo. La secuencia representa alrededor del 96% del genoma de Ötzi.

Parientes sardos
Los datos sugieren que Ötzi tenía los ojos marrones y la sangre de tipo O, y que era intolerante a la lactosa. El equipo de Zink también ha descubierto variantes genéticas vinculadas al endurecimiento de las arterias, lo que podría ayudar a explicar los depósitos de calcio encontrados en las tomografías. «Él no era obeso, era muy activo, no tenía factores de riesgo importantes para el desarrollo de la calcificación de su corazón», dice Zink. «Tal vez desarrolló esto debido a una predisposición genética».

Aspecto que debió tener
Ötzi hace 5.300 años.
El genoma de Ötzi también apunta a otros problemas de salud. Tenía una bacteria que causa la enfermedad de Lyme. Se especula que los tatuajes encontrados en el cuerpo en la columna vertebral, los tobillos y detrás de su rodilla derecha podrían haber sido un intento de tratar el dolor en las articulaciones que produce este mal.

Otro de los aspectos más interesantes de la secuenciación del genoma de Ötzi son sus ancestros y orígenes. ¿Le quedan parientes vivos? Su cromosoma Y posee las mutaciones más comunes entre los hombres de Cerdeña y Córcega, y su genoma nuclear sitúa a sus más cercanos parientes de hoy en día en la misma zona. Quizás el tipo de Ötzi vivió una vez en toda Europa, antes de extinguirse o de mezclarse con otros grupos en todas partes excepto en estas islas. Ahí sigue vivo de alguna forma.

Los glóbulos rojos encontrados en su espalda y en su mano derecha son, además, los más antiguos que se conocen y confirman que murió a causa de un flechazo, según publicó la revista británica Journal of the Royal Society Interface.

Ötzi es la víctima del primer asesinato del que se tiene constancia científica. Su cuerpo momificado resultó gravemente herido por una flecha que le atravesó su espalda, fue posiblemente rematado de un golpe en la cabeza que le habría causado la muerte.

Sin embargo, según explicó Albert Zink, líder del equipo investigador que trabaja con la momia en Bolzano, el estudio de los glóbulos rojos confirma que murió debido a los daños graves que la flecha causó en sus arterias principales. «Sus glóbulos rojos tienen la misma morfología que los modernos, por lo que sabemos que Ötzi no sufría ninguna enfermedad derivada de una alteración en ellos. Y nos indican también que la herida de su espalda era fresca, por lo que murió pocos minutos después de recibir el impacto de la flecha», aseguró Zink. «Lo más probable es que muriese en el mismo sitio en el que fue encontrado, porque no tenemos ninguna prueba de que fuese transportado desde otro lugar».

Estos glóbulos rojos, encontrados en la espalda y en la mano derecha del 'hombre de los hielos', son además los más antiguos de los que se tiene constancia. Su hallazgo «fue una gran sorpresa porque no estábamos seguros de encontrar ninguno. Hemos estado buscándolos durante casi veinte años y es la primera vez que los vemos», afirmó Zink.

Nanotecnología
Los glóbulos rojos, las células más abundantes en la sangre, suelen degradarse muy rápidamente y no aparecieron en los escáneres previos realizados al cadáver de Ötzi.

Sin embargo, el equipo de Zink analizó muestras de los tejidos que rodean las dos heridas de Ötzi, una en su mano derecha y otra en su espalda, con un microscopio de fuerza atómica. Esta herramienta para la investigación nanotecnológica permite escanear la superficie de las muestras y distinguir detalles tridimensionales con una amplificación de varios millones de veces.

Gracias a él descubrieron varias estructuras circulares que recordaban la forma de los glóbulos rojos y Zink pudo confirmar mediante una técnica láser la presencia de hemoglobina y otras proteínas.

Este descubrimiento significa que, además del cadáver, también se conservó la sangre de Ötzi en buen estado durante más de 5.000 años gracias a las bajas temperaturas reinantes en el glaciar.

Muy bien preparado para sobrevivir
Hallado junto con una colección de ropas y armas, Ötzi ofrece una visión sin precedentes sobre el Neolítico tardío o la Edad del Cobre del 3.300 a. C. y se exhibe desde 1998 en el museo de Bolzano. En febrero de 2012 pasado los arqueólogos revelaron su genoma completo.

(Continuará)

1 comentario: