Un estudio dirigido por Gilles-Eric Seralini profesor en la Universidad de Caen (Norte de Francia), revela que roedores alimentados durante toda su vida (dos años) con maíz transgénico de Monsanto sufrieron tumores y daños múltiples en sus órganos.
La investigación francesa fue publicada el miércoles en la revista internacional Food and Chemical Toxicology asegura que las ratas alimentadas con maíz transgénico mueren antes y sufren cáncer con más frecuencia que las demás, unos resultados “alarmantes”, según sus autores.
Este informe es el primero en el mundo sobre la alimentación con cereales transgénicos y el estudio fue dirigido por Gilles-Eric Seralini, profesor en la Universidad de Caen, Francia.
Malformaciones de los roedores que se alimentaron con maíz transgénico. |
El grupo investigador guardó el más estricto secreto antes de su publicación en la revista profesional Food and Chemical Toxicology y de su presentación en una rueda de prensa en Londres. Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y sus colegas, dijeron que las ratas alimentadas con una dieta que contenía NK603 -una variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis de Roundup- o a las que se dio agua que contenía niveles de este químico permitido en Estados Unidos habían muerto antes que las que siguieron una dieta normal.
Los animales bajo dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios, así como daños severos en hígados y riñones. Los investigadores dijeron que el 50 por ciento de los machos y el 70 por ciento de las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo el 30 por ciento y el 20 por ciento en el grupo de control.
Seralini formó parte de un equipo que expresó temores sobre la seguridad basándose en un estudio en ratas de menor duración publicado en diciembre del 2009 en una revista científica, pero este nuevo experimento lleva las cosas un paso más allá al seguir a los animales a lo largo de su ciclo vital, de dos años.
Seralini cree que sus últimos estudios en ratas aportan un punto de vista más realista y mejor documentado sobre los riesgos que los ensayos de alimentación durante escasos 90 días que forman la base de las aprobaciones de cultivos modificados, ya que tres meses es sólo el equivalente de la primera fase de la edad adulta en ratas.
Monsanto se negó a hacer declaraciones al respecto, pero el grupo multinacional ha dicho en el pasado que "sus productos son seguros y que no hay evidencias creíbles de riesgos para la salud de humanos o animales derivados del consumo de cultivos transgénicos".
El estudio de esta elevadísima mortalidad, del 50% en machos y del 70% en hembras, sobre todo por cáncer, en los roedores alimentados con un maíz transgénico de la empresa estadounidense Monsanto a lo largo de dos años fue acompañado por explícitas fotografías de ratas con tumores como pelotas de ping-pong.
Las conclusiones son devastadoras para la industria de los transgénicos con la difusión pública de esta investigación en los roedores.
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