Un matemático y un astrobiólogo afirman que existiría un mensaje extraterrestre en el genoma humano.
El matemático Vladímir Scherbak, de la Universidad Nacional Al-Farabi de Kazajistán, y el astrobiólogo Maksim Makukov, del Instituto Astrofísico Fesenkov, también en Kazajistán, aseguran haber detectado rastros de información alienígena incorporados en nuestro código genético. En su opinión, esta señal inteligente, que han denominado ‘SETI biológico’, es "un mensaje matemático y semántico que no puede explicarse por causas naturales", informó la revista Icarus.
"El código genético es un mensaje matemático y semántico que no puede explicarse por causas naturales", dijeron los investigadores kazajos. |
Argumentan también que el genoma humano presenta un orden minucioso y preciso en la asignación entre los nucleótidos y aminoácidos del ADN.
“Las disposiciones simples del código revelan un conjunto de patrones aritméticos e ideográficos del lenguaje simbólico”, señala la publicación de Icarus. Los científicos resaltan que esos patrones subyacentes "precisos y sistemáticos" se presentan como “producto de una lógica precisa y de una computación no trivial”.
Concluyen que “sea cual sea la razón real detrás del sistema decimal en el código, parece que fue inventado fuera del Sistema Solar hace ya varios miles de millones de años”.
Coincidencias con el Premio Nobel Francis Crick
Los trabajos de los investigadores de Kazajistán están críticamente inspirados en la obra del inglés Francis Crick. En su libro La vida misma: sus orígenes y naturaleza (1981), Crick, premio Nobel en 1962 y el co-fundador de la forma de la molécula de ADN, afirmó que una civilización avanzada transportó las semillas de la vida a la Tierra en una nave espacial.
Francis Crick, premio Nóbel en 1962, afirmó en 1981 que "una civilización avanzada trajo la vida a la Tierra". |
"La probabilidad de la formación de la vida desde materia inanimada es de uno (1) en 40.000 ceros después de él. Es lo suficientemente grande como para sepultar a Darwin y la teoría de la evolución. No hubo sopa primitiva, ni en este planeta ni en cualquier otro, y si los comienzos de la vida no eran al azar, por lo tanto debe haber sido el producto de inteligencia intencional".
Estos científicos que cuestionan la "ciencia oficial" aplican el método científico para llegar a sus conclusiones. Francis Crick fue uno de los dos científicos que descubrieron la estructura del ADN en la década de 1960. Sin duda un descubrimiento importante en la historia de la ciencia, esto se produjo después de una larga investigación y una gran puesta en común de información y conocimientos. Crick ganó el Premio Nobel en 1962 por su trabajo, el cual, aplicando las mismas normas rigurosas de disciplina lo llevó a su hallazgo del origen extraterrestre de nuestro ADN.
En su libro La vida misma, el Dr. Crick dijo que "criaturas de otro sistema solar trajeron las semillas necesarias para la vida a los planetas sin vida y, gracias a ese tipo de intervención, la vida empezó aquí".
Otro científico que coincide en que nuestros genes han sido manipulados es el profesor Paul Davies, del Centro Australiano de Astrobiología de la Universidad Macquarie en Sydney, declaró en 2004 que "cree que una 'tarjeta de bienvenida cósmica' podría haber quedado en cada célula humana producto de una intervención extraterrestre en los seres humanos a nivel genético en el pasado remoto. El mensaje cifrado sólo será descubierto cuando la raza humana tenga la tecnología para leer y entender nuestro código genético".
Charles Lineweaver es otro investigador del Centro Australiano de Astrobiología de la Universidad Macquarie que coincide con Davies y juntos publicaron un artículo en la revista Astrobiology, en 2005 donde proponen la probable existencia de vida extraterrestre sobre la Tierra, habitando en las profundidades del mar y de la tierra, en lagos aislados, así como en las partes altas de nuestra atmósfera.
Charles Lineweaver es otro investigador del Centro Australiano de Astrobiología de la Universidad Macquarie que coincide con Davies y juntos publicaron un artículo en la revista Astrobiology, en 2005 donde proponen la probable existencia de vida extraterrestre sobre la Tierra, habitando en las profundidades del mar y de la tierra, en lagos aislados, así como en las partes altas de nuestra atmósfera.
Ellos sugieren iniciar una serie de líneas de investigación para identificar ambientes terrestres en los que pueda existir evidencia de vida extraterrestre; evidencia geológica que haya producido en el pasado mediante un proceso no atribuible a organismos conocidos o abióticos huellas isotópicas en rocas que pudieran haber sido eyectadas durante las grandes colisiones en la luna o en el cinturón de asteroides.
También nuevos ambientes extremos en los que las formas de vida extraterrestre prosperen y fósiles genéticos que estén incorporados en nuestros genes como remanentes de sistemas bioquímicos alternativos.
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