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jueves, 17 de julio de 2014

IDENTIFICACIÓN BIOMÉTRICA, BRAZALETES CON DISPOSITIVOS DE RASTREO Y DNI INTELIGENTE, SON TECNOLOGÍAS INVASIVAS QUE BUSCAN LA PERMANENTE VIGILANCIA DE LOS CIUDADANOS

Pronto nuestra propia cara o nuestro propia mano se utilizarán para controlar y realizar un seguimiento de todo lo que hagamos. Quienes desean dominar a toda la humanidad apelarán a toda clase de subterfugios para justificar el avance de estas tecnologías de control masivo: los niños enfermos, la inseguridad, la lucha contra la delincuencia, los pobres ancianitos incapacitados o los gatitos perdidos. Cualquiera que se niegue a aceptarlas o que exponga sus peligros, quedará de cara a la opinión pública como una persona paranoica, retrógrada y fanatizada.

Dentro de 10 años o menos seremos obligados
a identificarnos permanentemente.
La seguridad biométrica aún no es algo obligatoria, pero es solo cuestión de tiempo que se convierta en algo indispensable en nuestra vida diaria, en particular, a la hora de realizar pagos, cobros y transacciones de todo tipo.

Muchos lo considerarán una paranoia: pero si no actuamos con rapidez, dentro de 10 años o menos, nuestro mundo será un auténtico infierno y los seres humanos habremos perdido nuestra libertad y nuestra esencia.

La identificación biométrica será el fin
de la privacidad de los humanos.
De hecho, ya hemos dado algunos de estos pasos, muchos de ellos cruciales: Internet es un paso; la telefonía celular generalizada es otro paso; la creación de brazaletes con chips para identificación es otro paso, los documentos de identidad con datos privados de los ciudadanos es otro paso para el control total. Pasos que no permiten una vuelta atrás sin romperlo todo.

Y pronto acabaremos de dar uno de los pasos más determinantes: la instauración de la identificación biométrica.

Escanear la palma de la mano se ha
convertido en algo habitual en los
comercios de la ciudad sueca de Lund.
En algunos países, ya se están probando sistemas de pago mediante escaneo de la palma de la mano o mediante identificación facial.

Es terrible, pero pronto nuestra propia cara o nuestro propia mano se utilizarán para controlar y realizar un seguimiento de todo lo que hagamos. Nuestro propio cuerpo será el que nos delatará a las autoridades.

De momento, la seguridad biométrica aún no es algo obligatorio, pero es solo cuestión de tiempo que se convierta en algo indispensable en nuestra vida diaria, en particular a la hora de realizar pagos, cobros y transacciones de todo tipo.

En Lund unas 1600 personas se han inscripto
en el sistema que escanea los vasos
sanguíneos de la palma de la mano.
De hecho, ya se está probando un “método de pago alternativo” mediante la exploración de la palma de la mano en Suecia. En la ciudad de Lund el escaneo de la palma de la mano se ha convertido en un método de pago alternativo para sus habitantes.

Terminales de escaneo de los vasos sanguíneos de la mano se han instalado en 15 tiendas y restaurantes de Lund gracias a un estudiante de ingeniería, el cual concibió la idea hace dos años mientras esperaba en la fila para pagar.

El patrón de las venas de cada individuo es
único, dijo el investigador Fredrick Leifland.
Unas 1.600 personas se han inscripto ya en el sistema, que según su creador, no sólo es más rápido, sino también más seguro que los métodos de pago tradicionales.

‘El patrón de las venas de cada individuo es único, así que es imposible cometer fraude con este sistema’, dijo el investigador Fredrik Leifland.

Policía militar brasileño usando la lente de
reconocimiento facial que le permite
reconocer 400 rostros por segundo.
Pero antes de que la identificación biométrica se implemente ampliamente para los sistemas de pago, es probable que lo veamos aplicado de muchas otras maneras.

En el Campeonato Mundial  de Fútbol que se realizó este año en Brasil la Policía Militar Brasileña utilizó por primera vez sistemas de reconocimiento facial de precisión. Eran unos lentes con una cámara digital asociada a un sistema de reconocimiento facial capaz de analizar hasta 46.000 puntos biométricos y 400 rostros por segundo, que después son comparados con una base de datos de hasta 13 millones de personas.

 

El innovador artilugio es especialmente útil en entornos con una gran cantidad de personas pues el software instalado permite captar hasta 400 rostros por segundo. Este experimento en pocos años será aplicado por todas las fuerzas represoras del Nuevo Orden Mundial.

Por ejemplo, los escáneres biométricos ya se están utilizando desde hace años en los comedores de varios campus universitarios de los Estados Unidos.

Escáner que analiza la biometría del iris del ojo.
Las implementaciones más recientes aprovechan también las huellas dactilares e incluso la biometría del iris para vincular a los estudiantes con las transacciones que realizan. El acceso físico a los recintos ha sido la aplicación biométrica más común, pero ahora la tecnología ha ido ganando popularidad a la hora de servir comidas y otros productos.

‘El estigma social asociado a la biometría está desapareciendo, ya que los estudiantes se sienten cada vez más cómodos con esta tecnología’, dice Brian Adoff, vicepresidente ejecutivo de NuVision.

La inclusión de un escáner de huellas dactilares en el último modelo de iPhone es sólo un ejemplo más de que las generaciones más jóvenes se sienten cómodas con la biometría.

“Curiosamente, los administradores sienten más recelo por la tecnología que los estudiantes”, dice Bob Lemley, director de desarrollo de software en el Grupo CBORD. “Los estudiantes han crecido con la tecnología y por eso no sienten rechazo hacia ella”.

Ingreso al comedor de la Georgia Southern
University. Solo 2 estudiantes de
5.400 se negaron a ser escaneados.
“La Georgia Southern University (Universidad del Sudeste de Georgia) puede dar fe de este hecho. La escuela implementa la biometría del iris en su comedor y sólo dos estudiantes de 5400 se negaron a inscribirse”, dice Richard Wynn, director del Programa Eagle Card de la Universidad.

Precisamente esta es la baza que se está jugando a la hora de implantar toda esta tecnología de control: la fácil aceptación por parte de las generaciones más jóvenes.

Pulseras con chips de identificación
en los parques de Disney.
Un buen ejemplo de ello lo estamos viendo en los propios parques de atracciones norteamericanos, donde se están implementando todo tipo de mecanismos de control, como por ejemplo los escáneres biométricos mediante huella dactilar en el parque de Six Flags o las “MagicBands” en los parques de Disney, consistentes en un brazalete con dispositivos de rastreo RFID, que permiten comprar productos, acceder a las atracciones y ser localizados en el interior del recinto.

Quedan claros los subterfugios que se van a utilizar para justificar el avance de estas tecnologías de control masivo: los niños enfermos, la seguridad, la lucha contra la delincuencia, los pobres ancianitos incapacitados o los gatitos perdidos.

Cualquiera que se niegue a aceptar estas
medidas de control masivo quedará ante la
opinión pública manipulada como una persona
paranoica, retrógrada y fanatizada.
Cualquier excusa que toque la fibra es y será utilizada a la hora de aplicar el control masivo al que pronto nos veremos sometidos todos.

Y con ello, de paso, conseguirán que cualquiera que se niegue a aceptarlas o que exponga sus peligros, quede de cara a la opinión pública como una persona paranoica, retrógrada y fanatizada.

No faltaran ejércitos de voluntarios, absolutamente embobados por su amor a la tecnología, dispuestos a atacar y descalificar ciegamente a quien ponga en duda estos “progresos”, incapaces de ver las implicaciones a largo plazo.

El Programa de Reconocimiento Facial del
FBI permitirá identificar y monitorear a
cualquier persona que camine por la calle.
Y es que lo que estamos viviendo parece propio de una película de Hollywood. Un ejemplo de ello es la base de datos de reconocimiento facial del FBI que forma parte de su programa “Next Generation Identification”.

“Se proyecta que el FBI habrá compilado 52 millones de imágenes faciales para el año 2015″. Dicho en otras palabras: en pocos años, el FBI será capaz de identificar y monitorear a cualquier persona que camine por la calle solo grabándola con alguna de los miles de cámaras que ya copan las ciudades norteamericanas.

Muchos se autoconvencerán de que eso solo sucede en Estados Unidos, un país que prácticamente se ha convertido en un estado policial y que en el resto del mundo quizás nunca lleguen a implementarse métodos de control de este tipo.

Cada país se está
convirtiendo poco a
poco en un estado
policial, vigilando 

a todos sus 
ciudadanos.
Bien, en la Argentina todos tenemos las huellas dactilares registradas en nuestro DNI desde hace años, y está en marcha un DNI con datos biométricos que viola la privacidad de los 40 millones de habitantes.

Si a estas alturas alguien sigue creyendo que estos sistemas de control no se extenderán a Europa y en una década al resto de países del mundo es que tiene un grave problema con su ingenuidad.

La extensión de estas tecnologías será sutil, como lo ha sido la propia expansión de Internet. Recordemos que hace tan solo 15 años Internet era prácticamente un lujo. En poco tiempo se convirtió en una herramienta de gran utilidad. Ahora ya es imprescindible. 

El proceso para lograr el control absoluto de las personas se basa en una estructura bien sencilla:

·Primero: se presenta una herramienta útil y llena de ventajas que atrae la atención.

·Segundo: el uso de la herramienta crece rápidamente, sin fronteras ni regulaciones que ralenticen su expansión, sustituyendo a las herramientas más antiguas, incapaces de competir con sus funcionalidades.

·Tercero: una vez generalizado su uso, la herramienta se convierte en imprescindible.

·Cuarto: una vez creada la dependencia general de toda la sociedad, la herramienta se convierte en un órgano de control masivo. Es tan simple como esto.

La biometría rastreará a todos los ciudadanos.
Y una vez quedan establecidas las dependencias y las funcionalidades de cada herramienta, a medida que se producen nuevos avances tecnológicos solo tiene que sustituirse una herramienta por otra más avanzada sin que ello vaya en detrimento, jamás, de la dependencia social hacia esa herramienta.

Dicho en otras palabras: en esencia, Internet, las Google Glass o los Smartphones nunca se marcharán de nuestras vidas. En todo caso serán sustituidos por dispositivos más avanzados, más sutiles, más perfectos y ante todo más invasivos.

Google Glass, un dispositivo que muy
pronto estará en todos los hogares.
Se prevé que en el año 2018, en el mundo ya habrá más de 18.000 millones de dispositivos conectados a internet y esto solo será el comienzo.

La estrategia de los manipuladores está muy clara: sumergirnos en un rutilante carrusel de novedades tecnológicas que van apareciendo sin cesar.

Y mientras asistimos maravillados y boquiabiertos al desfile de novedades, pegándonos codazos por ser los primeros en adquirir el último chisme, la maquinaria continúa con su avance imparable, con el objetivo final de introducirse directamente en nuestro cerebro.

Lo siguiente ha sido extraído de un artículo de USA Today:

Lo que en realidad están buscando quienes
quieren dominar al mundo, es la manera de
meterse en nuestro cerebro y controlarlo.
En la Universidad de Yale se llevó a cabo un sorprendente experimento: un individuo miraba un grupo de fotos de caras y utilizando un escáner cerebral, los investigadores fueron capaces de identificar a cada momento, que cara miraba el individuo en cuestión.

Pero en la Universidad de California-Berkeley, los científicos van aún más allá de la “lectura” de pensamientos simples y buscan predecir, directamente, lo que alguien va a pensar antes de que lo haga.

Por su lado, en el Carnegie Mellon, en Pittsburgh, el neurocientífico cognitivo Marcel Just tiene una visión que hará que las Google Glass se conviertan en una anticualla ridícula del siglo pasado.

El neurocientífico Marcel Just.
En lugar de utilizar el ojo para mover un cursor para, por ejemplo, encontrar el número de teléfono de un taller mecánico, Just fantasea con crear un dispositivo que marque el número del taller mecánico solo interpretando tus pensamientos acerca del coche.

“En principio, nuestros pensamientos algún día serán legibles”, dijo Just, “No creo que tengamos que preocuparnos de esto en los próximos 5 o 10 años, pero es interesante pensar en ello. ¿Qué pasaría si todos nuestros pensamientos fueran públicos?”.

“Se puede imaginar una versión terrorífica de ese futuro, donde las autoridades leerían nuestra mente con el fin de controlarnos. Pero prefiero imaginar un mundo más positivo, con dispositivos de lectura de la mente que ofrezcan oportunidades a las personas con discapacidades”.

(Lo vemos de nuevo: el argumento propagandístico del débil y el discapacitado, como subterfugio para justificar el control de todo).

Y según Jack Galan, líder en el campo de la lectura mental en la Universidad de Berkeley:

El objetivo final será la
implantación de un chip en
nuestro cerebro.
“La decodificación del cerebro nos permite saber qué tipo específico de información puede ser recolectada del cerebro. Y también se podrá utilizar para construir una interfaz cerebro-ordenador”.

El neurocientífico Marcel Just nos habla de un plazo de 5 a 10 años antes de que estas tecnologías empiecen a ser factibles. Es decir, el tiempo necesario para generalizar a escala planetaria no solo el uso de Internet y la implementación de la nube como único espacio virtual de almacenamiento de datos de una Pc, que ya no estarán en su computadora sino en un gran servidor donde nada será secreto. 

El objetivo final será la implantación obligatoria de un chip en nuestro cerebro conteniendo todos los mecanismos de control biométrico en desarrollo en estos momentos.

No se van a conformar a simplemente
reconocer nuestra cara por la calle, sino
que quieren leer directamente nuestros
pensamientos e integrar nuestra
mente a Internet.
Dicho en otras palabras, ya están trabajando a marchas forzadas en la sustitución de los dispositivos que aún se están implementando en la actualidad, por otros que les permitan introducirse directamente en nuestro cerebro y a medio plazo, no limitarse a simplemente reconocer nuestra cara por la calle, sino acabar leyendo directamente nuestros pensamientos e integrar nuestra mente en Internet.

Lo peor del asunto es que muchas personas no se lo quieren creer. Prefieren pensar que todo esto es una fantasía y que estas tecnologías serán utilizadas para nuestro bien, como lo ha sido el teléfono o la licuadora.

Dicho en otras palabras: la mayoría de gente opta por la negación, para no tener que enfrentarse así con una realidad impactante y terrorífica. Algo que exigiría comenzar a luchar sin más dilaciones por salvar nuestro futuro como seres humanos.

La esperanza de luchar contra esta
maquinaria perversa de control se
diluye con cada año que pasa.
Y claro, eso es algo demasiado incómodo que la miserable y acobardada mayoría de la población no está dispuesta a afrontar.

Y si por si todo ello no fuera lo suficientemente terrorífico, las esperanzas de luchar contra esta maquinaria perversa de control se diluyen con cada año que pasa.

Por lo visto, las generaciones futuras perderán cualquier atisbo de nuestra libertad como seres humanos.

Lo siguiente son extractos de un artículo de The Telegraph:

Los jóvenes actuales tienen un comportamiento
compulsivo al ser expuestos a Internet y a
dispositivos digitales desde su nacimiento.
La Asociación Británica de Maestros y Profesores advierte del aumento de niños incapaces de realizar tareas simples, como el uso de bloques de construcción (por ejemplo, tipo Lego), debido a su “adicción” a los Tablet PC y a los smartphones.

El año pasado, un médico confirmó que hay un número creciente de jóvenes (entre ellos uno de tan sólo cuatro años de edad) que requieren de terapia por su comportamiento compulsivo al ser expuestos a Internet y a dispositivos digitales desde su nacimiento.

Dirigiéndose a la conferencia anual de la ATL (Asociación de Profesores y Maestros británica) en Manchester, Colin Kinney, un profesor de Irlanda del Norte, afirmó que:

Los niños se han vuelto adictos a la tecnología
e incapaces de socializar con otras personas.
“He hablado con numerosos profesores de pre-escolar preocupados por el creciente número de alumnos jóvenes que saben manipular la pantalla de una Tablet, pero que no tienen habilidades manipulativas para jugar con bloques de construcción o similares, o alumnos incapaces de socializar con otros alumnos, pero cuyos padres hablan con orgullo de su capacidad para utilizar una tablet o un smartphone”.

“Los brillantes conocimientos de informática mostrados por los alumnos son compensados ​​por sus deterioradas habilidades utilizando lápiz y papel, porque lo basan todo en el apoyo inmediato de la computadora y a menudo son incapaces de aplicar lo que deberían haber aprendido de los libros de texto”. Éstas son las generaciones del futuro.

Las nuevas generaciones, absolutamente
dependientes de las tecnologías aceptarán el
control masivo biométrico e incluso la
penetración de sus cerebros como algo normal.
Están creando generaciones no solo adictas a la tecnología sino absolutamente dependientes de ella. Generaciones que crecerán aceptando el control masivo biométrico como la cosa más normal del mundo y que dentro de 15 años serán los adultos del mañana, justo en el momento en que empiece a implementarse la tecnología de control más invasiva, la que penetre en nuestros cerebros.

La lucha debe empezar ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde. Y se deberá hacer lo que sea para salvar nuestra libertad y salvaguardar nuestra esencia como seres humanos.

Argentina ya está implementando la vigilancia de los ciudadanos las 24 horas
Una empresa ofrece el dispositivo de pulseras con chips que permite conocer la ubicación de los chicos, su historia médica y hasta sirve para controlar sus prendas en los guardarropas. Sostienen que es para dejar a los padres tranquilos y mejorar la seguridad de los egresados.

Los alumnos que coronan el final del secundario con un viaje a Bariloche podrán contar con una pulsera que, a través de un chip, contenga una serie de datos personales que, según los inventores y comerciantes del dispositivo, les brinda seguridad y tranquilidad a los padres que se quedan en casa.

Ya se están colocando pulseras con chips a los
estudiantes argentinos que viajan a Bariloche.
Martín Rimoldi, representante de la empresa Fixen, explicó los alcances de la pulsera: “Se la entregamos a los chicos que van a Bariloche, posee una radiofrecuencia tecnológica que reemplaza al código de barra, se puede leer a 10 o 15 centímetros de una manera ágil y rápida”, señaló.

“A partir de la pulsera se puede identificar al pasajero, se lo puede ubicar y validar su ingreso y egreso de los lugares, se puede asociar la ficha médica y tener un acceso inmediato a esos datos”, enumeró los beneficios. Luego, agregó que también permite saber sobre los accesos a los hoteles, a las discos y a las excursiones”. Y, aclaró: “No es un GPS, no emite ninguna señal”.

De acuerdo a lo que manifestó, el objetivo es aumentar el nivel de seguridad. Además, detalló que el servicio incluye una web para familiares desde la que se puede acceder a todas las actividades y lugares visitados por los estudiantes.

Nuevo DNI inteligente para los argentinos
El Ministro del Interior de la nación, Florencio Randazzo, anunció que a partir del 1º de enero de 2015 todos los argentinos que renueven su DNI o domicilio pasarán a tener una tarjeta de identificación “inteligente” que concentrará datos personales biométricos y biográficos, vínculos familiares, el historial clínico, un seguimiento de la rutina de consumo y la movilidad en el transporte.

El nuevo DNI que piensa implementar el
kirchnerismo concentrará datos personales
biométricos y biográficos, vínculos familiares,
el historial clínico, un seguimiento de lo que
consume y la movilidad en el transporte.
Es momento de debatir sobre la peligrosidad de estas tecnologías invasivas. El creador de Wikileaks, Julian Assange, dijo el año pasado que Argentina es el país con la vigilancia más agresiva de América Latina, no por el DNI electrónico anunciado, sino por el actual DNI que contiene datos biométricos digitalizados como el rostro y las huellas digitales. Son menos de diez los países que han aceptado crear una base nacional de datos biométricos, como es el Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (SIBIOS) en Argentina, e incluso varios países las han prohibido.

En 2010 se quiso implantar en
Inglaterra el mismo DNI que ahora
puso en marcha el gobierno de
Cristina Kirchner y fue rechazado
por los ciudadanos británicos por
constituir un avance injustificado
sobre la privacidad. Francia y
otros países prohibieron este
tipo de DNI electrónico.
En 2010 Inglaterra quiso implementar el mismo DNI “inteligente” pero la presión social lo impidió por constituir un avance injustificado sobre la privacidad y por la falta de garantías de seguridad, en especial después de que lograran vulnerar los chips en 12 minutos. Francia y otros países también prohibieron estos sistemas. Y ni siquiera España incluye tanta información en sus DNI electrónicos.

La particularidad de estos DNI “inteligentes” es que digitalizan y circulan los datos fragmentados del individuo convirtiéndolo en un dividuo, y así es tomado por los sistemas de seguridad informáticos hasta que se requiere, ante la duda, reconvertirlo en un individuo material. Esta digitalización permite construir perfiles sociales y monitorear patrones de movilidad y consumo de toda la población.

En este sentido, Argentina sería un país experimental. A nivel nacional, el uso público de estos datos conlleva riesgos. En especial porque el decreto de creación del SIBIOS no estipula mecanismos de control institucional ni civiles, y en principio, todas las fuerzas de seguridad del país pueden acceder a la base sin restricciones normadas.

La presidente Cristina
Kirchner y el ministro
Florencio Randazzo.
En dos años, los 40 millones de argentinos estarían registrados en el Sistema de Identificación Biométrico y podrán ser identificados, con el Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (Sibios).

Sobre el tema, la presidente Cristina Fernández de Kirchner explicó además que se aplicará en todos los recién nacidos para "combatir el delito" y el tráfico de menores. El sistema Sibios permitirá contar con información que individualice a todos los ciudadanos a través de un software de última generación, mediante un convenio con el Registro Nacional de la Personas.

En dos años, 40 millones de argentinos
estarían registrados en el Sistema de
Identificación Biométrico.
El Registro Nacional tiene a su cargo la inscripción e identificación de las personas físicas domiciliadas en territorio argentino o en jurisdicciones argentinas y el otorgamiento de Documento Nacional de Identidad y de Pasaportes Nacionales. El Ministerio de Seguridad será la autoridad de aplicación del sistema que será utilizado por la Policía Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Registro Nacional de las Personas y la Dirección Nacional de Migraciones.

Además, el dispositivo instituido por la presidenta de la Nación está diseñado para incorporar al sistema a las provincias. El decreto presidencial invita a las Provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherirse al SIBIOS con miras a que también puedan formular consultas biométricas en tiempo real.

El ministro del Interior Florencio Randazzo está
obligando a los argentinos a tener un DNI de
dudosa constitucionalidad ya que invade
la privacidad de todos los ciudadanos.
El año pasado una falla de seguridad permitió la descarga de fotos de todos los argentinos del padrón electoral, por lo que hoy la base de datos ya estaría en manos privadas o en manos de un servicio de inteligencia extranjero. El Registro Nacional de las Personas reconoció la falla pero le echó la culpa al Poder Judicial. Esta es la antesala de lo que vendrá: los organismos se echarán la culpa entre sí mientras que el daño ya estará hecho.

Que el Estado garantice la identidad de cada ciudadano es un derecho humano fundamental, y a eso deben limitarse los documentos; todo lo demás son aditivos que, además de su dudosa constitucionalidad, son prescindibles y traerán más riesgos que beneficios. Porque a diferencia de una llave o clave virtual, no podremos reemplazar nuestras huellas o rostro ante alguna suplantación de identidad o error técnico.

Se busca en definitiva, el control absoluto de los habitantes de cada país. ¿lo permitiremos?

Por Daniel Verón

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