Por segunda vez en
la historia del programa radial Contacto
con la Creación (creado el 30 de octubre de 2005), el investigador Oscar
Boutter, visitó el mismo como el “Invitado del mes”, para disertar sobre una de
sus grandes pasiones; la vida del más grande prócer de la Argentina, el general
Don José de San Martín, fallecido en Francia el 17 de agosto de 1850.
Respecto
a los intereses que obedecía San Martín dijo Boutter: “Me leí más de 40 autores sobre la vida de San Martín. Pienso que
antes de leer la historia, una persona tiene que saber quién escribe y con qué
intereses vive esa persona. Porque hay autores que dicen que San Martín fue un
enviado de los Estados Unidos, pero casualmente, el libro está escrito por un norteamericano.
Otros dicen que fue un enviado de la Corona Británica, pero son autores
ingleses o probritánicos. Otro dice que fue enviado por Napoleón Bonaparte, justamente,
un escritor francés. ¡¡Lo único que faltaría es que escribieran que fue enviado
por el Dalai Lama!! que ya existía, calculemos que esta es su 14º
reencarnación (risas).
Ante
el rumor que difunden los detractores de San Martín, que no era hijo natural de
sus padres, sino adoptado, respondió: “Pienso
que hay que leer varios autores distintos para comenzar a conocer al general
San Martín. Hay un solo autor que dice que San Martín no era hijo del Teniente
Gobernador Juan de San Martín y de Gregoria Matorras. Los demás, todos
coinciden en que era hijo de ambos, nacido en Yapeyú, Corrientes, en el
Virreinato del Río de la Plata, el 25 de febrero de 1778. Además, hay libros
donde está toda la correspondencia sanmartiniana, con la escritura de puño y
letra del propio San Martín. No son cartas inventadas. Es su propia historia y
uno de los primeros que se atrevió a escribir la biografía de San Martín fue el
general Guillermo Miller que lo acompañó en la campaña de Chile y Perú.
Escribió toda su historia, desde Yapeyú hasta el fin de la campaña libertadora en
1824. Supongo que si hubiese existido algún error sobre la historia de él,
Miller la hubiese comentado. Siempre hay que poner en una balanza lo que leemos”.
“Otros dicen que
San Martín era multimillonario”, comentó Boutter. “San Martín vivía con el
sueldo que le pagaban de Perú, que era el único país que le pagaba. Ni Chile ni
Argentina le pagaban sus merecidos sueldos. Mandó cartas a los sucesivos
gobiernos argentinos para que le abonen los sueldos atrasados y conociendo la
historia argentina dudo siquiera que se hubiesen molestado en pagarle”, afirmó.
El
invitado recordó que San Martín le
entrega su sable a Juan Manuel de Rosas porque consideraba que había defendido
la Patria frente al bloqueo francés de Buenos Aires. “Si San Martín hubiese
sido un enviado por Inglaterra, no lo hubiese premiado. No lo hubiese felicitado
por haber enfrentado el bloqueo primero francés y luego anglo-francés provocándole
graves daños en Punta Quebracho, provincia de Santa Fe, donde les hundieron 4 naves”.
“Era
problemático traer sus restos en 1850 porque se creía que se lo quería poner a San Martín como un emblema del federalismo, algo
totalmente erróneo porque no era así, solo se lo quería traer pero algunos opinaban
que después de muerto se lo quería utilizar políticamente. Por eso se retrasó
hasta el año ’80 que fue repatriado”.
“El problema fue
que se decía en ese tiempo que San Martín era masón y varios católicos se
opusieron a que sus restos descansaran en la Catedral de Buenos Aires. Resulta
que San Martín era todo lo contrario, era cristiano, católico apostólico romano
y la prueba está en que pone a la Virgen del Carmen como Patrona del Ejército
de los Andes y todas las mañanas hacía rezar el Rosario, era obligatorio que
todos los soldados rezaran el rosario. No creo que un masón hiciera eso porque
la masonería no acepta a la religión católica”, explicó Boutter.
Agregó
Alberto Seoane que, según cuentan
los que lo acompañaban cuando San Martín era gobernador de Cuyo (designado el
10 de agosto de 1814 tomó el cargo el 8 de setiembre), salía a caballo a visitar las distintas poblaciones, cuando veía una
capilla, se detenía, bajaba del caballo a rezar y pedir que todo saliera bien y
luego montaba el caballo y continuaba su recorrido.
Consta
en varias biografías que, cuando el Triunvirato lo envía a San Martín para que
se haga cargo del Ejército del Norte en reemplazo de Manuel Belgrano, que resistía a
los realistas que bajaban por el norte una y otra vez, y que ambos se encontraron en la
Posta de Yatasto en Salta. Está escrito
que cuando se está yendo el coronel San Martín de Buenos Aires, con todos sus granaderos y Carlos de Alvear que lo acompañó hasta la salida de la ciudad, dice riéndose: “Ya cayó el hombre”. Esto lo escuchó Bernardo de Monteagudo que
se encontraba al lado.
Ante
la pregunta de varios oyentes sobre si San Martín era masón, Boutter fue
tajante: “José de San Martín no fue masón”.
El
radioyente Gustavo Hipólito felicitó al invitado por hablar muy bien de San
Martín y mencionó una cita de nuestro gran prócer: “La soberbia es una
discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de
golpe con una cuota miserable de poder”.
Tras
la pausa comercial, Oscar Boutter enumeró las siguientes fechas que le solicitaron: “el teniente coronel de caballería
José de San Martín con 34 años, llega al puerto de Buenos Aires el 9 de marzo
de 1812 junto a otros patriotas que estaban en Europa, entre ellos, el Capitán de infantería
don Francisco Vera; el Alférez de
navío don José Matías Zapiola; el
Capitán de milicias don Francisco
Chilavert: el Alférez de carabineros reales don Carlos María de Alvear y Balbastro y el Subteniente de infantería
don Antonio Arellano, entre otros. En
ese mismo mes el gobierno lo autorizó a crear un cuerpo de caballería que llamó
Regimiento de Granaderos a Caballo, que lo entrenó en El Retiro durante todo
1812. A mediados de 1812, junto con Carlos María de Alvear funda la Logia
Lautaro, que no era masónica. Su objetivo era trabajar para la independencia de
América y su felicidad. Otros miembros principales de la misma eran José Zapiola, Bernardo de Monteagudo y Juan
Martín de Pueyrredón”.
“El
12 de noviembre de 1812, San Martín se casa con la joven María de los Remedios de Escalada. El 3 de febrero de 1813 es el
Combate de San Lorenzo y el bautismo de fuego de los Granaderos a Caballo, no
así de San Martín que ya había participado en 17 acciones bélicas importantes
en Europa y norte de África. Incluso obtuvo medallas y en premio por su
destacada actuación en la Batalla de Bailén (19 de julio de 1808), la primera
derrota importante de las tropas de Napoleón, y que le valió el ascenso a San Martín al grado de teniente coronel y recibe
una espada como premio, que no era su famoso sable corvo, que era morisco”,
aclaró el invitado.
“En
el Combate de San Lorenzo, frente al convento de San Carlos Borromeo 125 granaderos derrotan en una maniobra
envolvente a 250 realistas que habían desembarcado. Murieron 16 argentinos, 40
españoles, 14 realistas prisioneros y 12 heridos de ellos sin
incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo. San Martín destinó
media res para que alimente a los heridos del enemigo a bordo del barco. Un
gesto de nobleza. Este combate, permitió alejar para siempre a las flotas
realistas que merodeaban por el río Paraná, saqueando las poblaciones”, dijo.
Una pregunta de un oyente decía
que le contaron que San Martín desconfiaba de los franciscanos que estaban en
el Convento de San Carlos. A lo que Boutter respondió que “el propio San Martín escribió en el parte del combate, que se
reconozca la invaluable colaboración de los religiosos, antes, durante y
después del combate”.
“En enero de 1814 se encuentra con
Manuel Belgrano en la Posta de
Yatasto, en la provincia de Salta, porque le habían ordenado reemplazarlo al
mando del Ejército del Norte. Al poco tiempo, San Martín se dio cuenta que era
imposible llegar hasta Lima por el norte debido al poderío de los ejércitos
españoles que enviaba el Virreinato del Perú. Llegó a la conclusión que para
defender la frontera norte bastaba el coronel Martín Miguel de Güemes y sus gauchos, con los cuales hostigaba al
enemigo con una guerra de guerrillas”, dijo.
Cuando volvió a pasarse otra tanda
de llamados de los radioescuchas, la señora María del norte de Baigorria, aclaró
que “a Güemes lo emboscaron, lo hicieron
ir a la ciudad con un supuesto mensaje que lo llamaba la hermana. Cuando se dio
cuenta que era una trampa, trató de dar media vuelta y le dieron un tiro por la
espalda y se desangró porque era hemofílico y el médico azorado no lo pudo
salvar”.
Vale
aclarar que en 1814 San Martín es nombrado Gobernador de Cuyo y comienza la
preparación del Ejército de los Andes, del 14 al 17. Desde Buenos Aires, Carlos María de Alvear (1789-1852), le
saboteaba todos los planes a San Martín y no le enviaba prácticamente nada de
lo que pedía. Aún así San Martín se la ingeniaba solicitándole que Buenos Aires
le mande todos los deshechos de las curtiembres, entonces le enviaban todos los retazos de cueros que se descartaban y con eso
los talabarteros hicieron en Mendoza todos los correajes para las cabalgaduras.
Boutter
explicó que “San Martín organizó un gran campamento militar en El Plumerillo, al noreste de la ciudad
de Mendoza. Allí formó a sus soldados y oficiales, fabricó armas (sables, herrajes,
fusiles, cañones, municiones y pólvora) y uniformes. Tuvo que ocuparse de
engordar mulas y caballos, y fabricar y colocarles herraduras. El jefe de sus
talleres fue el fraile Luis Beltrán
(1784-1827), que tuvo bajo su cargo a 700 hombres y Beltrán en Chile, dio vida en 1811 a
lo que en la actualidad son las Fábricas
de Maestranzas del Ejército de Chile (FAMAE). Otro gran colaborador de San Martín
fue el coronel José Antonio Álvarez Condarco (1780-1855)
se encargó de realizar de memoria los planos de los distintos cruces de
la Cordillera de los Andes, lo envió a Chile por el Paso de los Patos, que era
el más largo y regresó por el más corto el de Uspallata”.
El 12 de febrero se libró la Batalla de Chacabuco, en la que
el Ejército de Los Andes obtuvo la
victoria sobre los realistas, que perdieron 500 muertos y 600 prisioneros
mientras que los patriotas tuvieron sólo 12 bajas. Después, el 19 de marzo de 1818 vino la sorpresa
de Cancha Rayada, donde no estuvo presente San Martín sino Bernardo O’Higgins (1778-1842) que fue
herido cuando realizaba una maniobra nocturna para evitar un inminente ataque.
En la oscuridad se generó una gran confusión, y los españoles perdieron 300 hombres, pero quedaron dueños del campo
y capturaron el parque, fusiles y cañones, levantando mucho la moral de sus
tropas. Los patriotas tuvieron 120 bajas, y gran parte del Ejército Libertador,
la división a cargo de Las Heras emprendió una retirada ordenada sustrayéndose
a la lucha.
El 5 de abril
de 1818 se produjo la Batalla
de Maipú, en que fuerzas patriotas obtuvieron una completa victoria. Los españoles dejaron en el campo de batalla 2.000
cadáveres, cerca de 2.500 prisioneros, todo su armamento y material de guerra.
El brigadier O'Higgins, herido en Cancha Rayada, no participó de la batalla;
pero se hizo presente una vez finalizada la lucha, montado en su caballo, para abrazar a San Martín y
llamarlo "Salvador de Chile".
El invitado comentó que "el 8
de setiembre de 1820 el ejército libertador desembarcó cerca de Pisco. El
virrey huyó de Lima. El 28 de julio de
1821, en Lima, San Martín proclamó la Independencia del Perú. El 26 y 27 de
julio se entrevistó en Guayaquil, Ecuador, con Simón Bolívar (1783-1830). San
Martín le cedió el Ejército Libertador a Bolívar y regresó a Mendoza, donde
deseaba pasar sus últimos días, pero alertado que intentaban matarlo, al tiempo se embarcó
rumbo a Europa con su hija Mercedes y murió en Francia muchos años después en Boulogne Sur Mer el 17 de agosto de 1850”.
Se
recordó que en muchas de las batallas de la Independencia, bajo el mando de Bolívar intervinieron los Granaderos a Caballo, triunfando en Riobamba, Pichincha, Junín, Ayacucho, y otras más. Boutter recordó también a Hipólito Bouchard,
que fue un granadero de San Martín, que “en el combate de San Lorenzo arrebató
la bandera que traían los realistas y años después dio la vuelta al mundo con
la fragata La Argentina, cruzó por el índico y cuando llegó al Pacífico tomó el
fuerte de Los Ángeles, en California y plantó allí la bandera argentina durante 6
días y cañoneó todos los puertos españoles de la costa del Pacífico”.
En el
chat, el oyente Huechulaufquén destacó que
las banderas de las mayorías de los países de Centroamérica Nicaragua, El
Salvador, Honduras, etc., tienen los colores parecidos a los argentinos, por el
color de la bandera del barco de Bouchard que cañoneó los fuertes españoles.
“Entre
todo lo que he estudiado, me leí todas las cartas que escribió el general San
Martín y las que le enviaron a él. Siempre
hay que saber que intereses ocultos tienen algunos autores cuando dicen que era
masón. Por eso, a San Martín se lo utilizó mucho. Para mí, una de las razones
de los ataques para desprestigiar a José de San Martín es destruir la
conciencia nacional. Destruir todos los símbolos nacionales”, reflexionó
Boutter.
El investigador Oscar Boutter, fue entrevistado sobre la temática de José de San Martín. |
Vale
destacar que Oscar Boutter es un
investigador independiente de 60 años de edad, que fue guía del Convento de San
Carlos, en la ciudad de San Lorenzo, provincia de Santa Fe. Además, en el
transcurso de su vida, ha leído todos los libros que existen sobre la vida de
José de San Martín, tanto los que hablan a favor como sus detractores.
Entrevistado
por Carlos Avellaneda y Alberto Seoane, el
investigador comentó que este año escuchó
“barbaridades a montones sobre José de San Martín en los medios de comunicación”.
Revista Billiken de agosto de 1958. Tapa dedicada a José de San Martín. |
“Pienso
que como no tienen forma de desprestigiar a San Martín, invocan a autores de las llamadas novelas históricas, y ya lo dice la
palabra, son novelas que no tienen nada que ver con la vida real y autores que
no tienen nada que aportar”, declaró Oscar Boutter.
Sobre
cómo empezó su pasión por la vida del prócer explicó que “yo tenía un tío que era Granadero a Caballo. Un día, cuando tenía 6
años, me regaló una bolsita con soldaditos de plomo pintados con los uniformes
de los Granaderos a Caballo. Luego en la escuela vi la historia de San Martín
en la famosa revista infantil Billiken, y recortaba todo lo que era de San
Martín, lo pegaba en hojas y me armaba carpetas con todo lo que representaba
San Martín y los Granaderos. Yo vivía en la provincia de Buenos Aires, un día,
por cuestiones laborales de mi padre nos fuimos a vivir en 1965 a San Lorenzo, porque todo tiene una causalidad. Cada tanto iba a recorrer el convento de San
Carlos y el Campo de la Gloria donde fue el famoso Combate de San Lorenzo. Años
después, en 1977, entré a trabajar como guía oficial dentro del Convento de San
Carlos, allí me apasionó aún más la vida de San Martín y empecé a estudiar más.
Antes de que me tomaran, ya hacía de guía turístico, pero fuera del
Convento. Y cuando dejé de ser guía oficial, continué con esa labor fuera del
Convento. Porque los guías dentro del convento eran municipales y sólo estaban
autorizados a hacerlos dentro del mismo”.
Boutter, actualmente de 60 años, en 1977 entró a trabajar como guía en el Convento de San Carlos, en San Lorenzo. |
Casa natal de José de San Martín en Yapeyú. Allí nació el 25 de febrero de 1778. |
Soldado de plomo, Granadero a caballo, tamaño 54 mm. |
En
una carta borrador de San Martín a Rosas, escrita en 1838, escrita en Grand
Bourg, Francia, Boutter pidió que sea leída ante el micrófono donde José de San Martín le da su apoyo a Rosas y se pone a su disposición ante el Bloqueo
francés del Río de la Plata que duró de 1838 a 1840:
Excelentísimo Sr. Capitán General Don Juan Manuel de
Rosas:
Muy Señor mío y respetable general.
Separado voluntariamente de todo cargo público en el
año 1823 y retirado en mi chacra de Mendoza… A los dos meses de mi llegada a
Mendoza, el gobierno que en aquella época mandaba en Buenos Aires, no solo me
formó un bloqueo de espías, entre ellos a uno de mis sirvientes, sino que me
hizo una guerra poco noble en los papeles públicos de su devoción, tratando al
mismo tiempo de hacerme sospechoso a los demás gobiernos de las provincias. Por
otra parte, los de la oposición, hombres a quienes en general no conocía ni aún
de vista, hacían circular la absurda idea que mi regreso del Perú, no tenía otro
objeto que el de derribar la administración de Buenos Aires y para corroborar
esta idea mostraban con una impudencia poco común, cartas que ellos suponían,
les escribía.
Lo que dejo expuesto me hizo conocer que mi posición
era falsa, y que por desgracia mía, yo había figurado demasiado en la guerra de
la Independencia para esperar gozar en mi patria por entonces, la tranquilidad
que tanto apetecía.
En estas circunstancias resolví venir a Europa,
esperando que mi país ofreciese garantías de orden para regresar a él. La época
la creía oportuna en el año 29, a mi llegada a Buenos Aires me encontré con la
guerra civil. Preferí un nuevo ostracismo a tomar alguna parte en sus
disensiones. Pero siempre con la esperanza de morir en su seno. Desde aquella
época, seis años de males no interrumpidos, han deteriorado mi constitución, pero
no mi moral ni los deseos de ser útil a nuestra patria.
Me explicaré, he visto por los papeles públicos, el
bloqueo que el gobierno francés ha establecido contra nuestro país. Ignoro los
resultados de esta medida, si son los de la guerra, yo sé lo que mi deber me
impone como americano. Pero mis circunstancias y las de que no se fuese a
creer, supongo, un hombre necesario, hacen por un exceso de delicadeza que Ud.
sabrá valorar. Si usted me cree de alguna utilidad espero sus órdenes. Tres
días después de haberlas recibido me pondré en marcha para servir a la patria
honradamente en cualquier clase que se me destine. Concluida la guerra me
retiraré a un rincón, esto es si mi país me ofrece seguridad y orden. De lo
contrario, regresaré a Europa con el sentimiento de no poder dejar mis huesos
en la patria que me vio nacer.
He aquí general, el objeto de esta carta. En cualquiera
de los dos casos, es decir, que mis servicios sean o no aceptados yo tendré
siempre una completa satisfacción que Ud. me crea sinceramente.
Su apasionado servidor y compatriota que besa su mano,
José de San Martín.
Luego
de esta lectura, Boutter aclaró que en otra carta, Rosas le encomienda a San
Martín que iba a ser más útil defendiendo
los intereses de la Argentina estando en Europa. Posteriormente, hubo un
segundo bloqueo del Río de la Plata, esta vez anglo-francés, entre el 2 de agosto
de 1845 y el 31 de agosto de 1850.
El sable corvo del General José de San Martín, custodiado en el Regimiento de Granaderos a Caballo. |
La repatriación de
sus restos
Ante
una pregunta de la audiencia fue sobre
la repatriación de los restos del general San Martín desde Francia. Boutter
dijo lo siguiente:
"José de San Martín era cristiano, católico apostólico romano", afirmó Oscar Boutter en el programa radial Contacto con la Creación. |
Al
respecto, Carlos Avellaneda preguntó
cuál fue el problema cuando llegaron los restos de San Martín a Buenos Aires.
Mausoleo del General José de San Martín en la Catedral de Buenos Aires. |
“Además
los sacerdotes no querían que los granaderos entraran con las armas a rendirle
homenaje. La situación se resolvió con la compra por parte del gobierno
nacional de una parcela dentro de la misma catedral metropolitana donde se hizo
el Mausoleo del General San Martín
custodiado permanentemente por dos granaderos con su correspondiente sable”.
Mapa del Cruce de los Andes planeado y realizado con éxito por San Martín. |
Boutter
comentó una anécdota de San Martín cuando preparaba el ejército libertador en
Mendoza, tenía 1600 sables y no tenía
los hombres para empuñarlos, así que “escribió una nota, la firmó y ordenó
empapelar las poblaciones de Mendoza, San Juan y San Luis informando que tenía 1600
sables en los depósitos y esperaba a los valientes voluntarios que los empuñen
para liberar América. Aparecieron tantos que después faltaban sables”.
No era masón
Varias
preguntas de los oyentes eran sobre que San Martín era masón porque pertenecía
a la Logia Lautaro. Respondiendo Boutter que “la Logia Lautaro en sí, fue creada porque había un proyecto
Sudamericano de la liberación de todo país de toda potencia europea y no estaba
afiliada a ninguna logia masónica. El nombre de Lautaro fue por un cacique araucano
(1534-1557) que se sublevó contra los españoles y logia es porque se trataba de
algo secreto. O sea, era un secreto que se mantenía entre ciertas personas, los
patriotas que tenían mucha confianza entre sí. El objetivo de la misma era la
liberación de toda América. Y si San
Martín era masón ¿por qué lo atacaban dos de sus contemporáneos, abiertamente
masones como Bernardino Rivadavia y Carlos María de Alvear que hacían todo lo posible para que
fracasara San Martín?", se preguntó.
El alférez Carlos María de Alvear, masón y enemigo encubierto de San Martín. |
“Uno de los
primeros que habló de la masonería de San Martín fue Bartolomé Mitre que era un
Gran Maestre masón, de ahí viene la mentira. Oficialmente en la documentación
que existe están declarados como masones Sarmiento y Mitre, pero no José de San
Martín”, aclaró
el invitado.
Al investigador Oscar Boutter, no le cabe ninguna duda: "San Martín no fue masón". |
Sobre
una supuesta enemistad inventada por los detractores, entre San Martín y
Belgrano dijo: “Fueron grandes amigos y tenían
los mismos intereses. Si San Martín estaba peleado con Belgrano, cuando se
enteró de su fallecimiento, el 20 de junio 1820, no hubiese rebautizado la nave
Lautaro con el nombre de Belgrano, en plena liberación de Perú”.
Regimiento de Granaderos a Caballo creado por José de San Martín. |
La
oyente Teresita pidió por favor que el
invitado cite fechas para orientarse mejor sobre la vida de San Martín.
Retrato del general José de San Martín. |
Remedios de Escalada, se casó con San Martín el 12 de noviembre de 1812. Madre de Mercedes, la única hija de San Martín. |
Pintura que evoca el Combate de San Lorenzo, en el centro se lucha en torno a José de San Martín que ha caído con su caballo. |
Con su caballo herido, San Martín fue salvado por los soldados Cabral y el granadero Baigorria. Cabral perdió la vida y fue ascendido post mortem al grado de sargento. |
Los generales San Martín y Belgrano se encuentran en la Posta de Yatasto, en enero de 1814. |
Sobre Güemes destacó el invitado: “Una de las cosas que se dicen para
calumniar a Güemes es que no murió en combate sino que muere asesinado porque
un marido lo encontró con su mujer”.
"En el combate de San Lorenzo murieron 16 granaderos y 40 españoles", recordó Boutter. |
También
explicó la oyente María que “consultadas
la Gran Logia de Londres, la de Francia,
la de Escocia, las de Estados Unidos y otras más, respondieron por escrito que no tienen
registrado a San Martín entre sus miembros ni a la Logia Lautaro como masónica,
eso está certificado”, aclaró.
Fray Luis Beltrán fue otro de los colaboradores invaluables de San Martín. |
San Martín presionó a los diputados cuyanos al Congreso de Tucumán para declarar la Independencia de España de las Provincias Unidas del Río
de la Plata, objetivo conseguido el 9
de julio de 1816.
Destacó Boutter que San Martín organizó un gran campamento militar en El Plumerillo. |
El cruce de los Andes
Continuando con las vivencias sanmartinianas, el invitado dijo que “antes
de iniciar la marcha, San Martín se reunió con los caciques mapuches y les pidió permiso para
invadir Chile por el sur avanzando por donde está más o menos Neuquén, donde
hay un paso hacia Chile, porque sabía que eran leales al enemigo. Alguno de
estos caciques le hizo llegar esa noticia al Capitán General de Chile, Casimiro
Marcó del Pont, por lo que éste creyó que el grueso del ataque sería
por el sur, lo que lo llevó a dividir sus fuerzas. Por eso se habla de la
Guerra de Zapa, que fue una guerra psicológica entre 1815 y 1817. En cambio San Martín cruzó el 17 de enero de 1817 con más de 5 mil hombres por cuatro
pasos, él fue por el paso más largo, el de los Patos”.
San Martín cruzó los Andes con más de 5.400 hombres y derrotó a las fuerzas españolas. |
San Martín triunfa en la batalla de Maipú el 5 de abril de 1818. |
Seoane
recordó que a O’Higgins lo trataron tan mal los chilenos después de la
Independencia que en julio de 1823 renunció a su cargo y se embarcó con toda su
familia hacia Perú y allí vivieron todos sus descendientes al punto que, en la actualidad no existe ni un solo
descendiente de O’Higgins que sea de nacionalidad chilena.
Liberación del Perú
Boutter
recordó que San Martín viajó al mando de
una flota de 25 naves con más de 6.000 hombres a bordo para liberar al
Virreinato del Perú, “cada barco fue comprado en Europa por el gobierno
patriota de Chile, pagado peso sobre peso, otros estaban alquilados y otros
habían sido capturados a España durante la liberación del país trasandino. En
la captura de varios barcos de guerra españoles en el Pacífico tuvo activa
participación el argentino Manuel Blanco Encalada (1790-1876). No es como dicen
los calumniadores que vinieron los ingleses y se la prestaron a San Martín”,
dijo indignado Boutter.
Desembarco en Pisco de José de San Martín en 1820. |
Combate de Riobamba, carga de los granaderos a caballo. |
Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822. |
"Una de las razones de los ataques para desprestigiar a José de San Martín es destruir la conciencia nacional. Destruir todos los símbolos nacionales", finalizó Oscar Boutter. |
Terminó
el programa con el agradecimiento de Seoane hacia el invitado por sus palabras
que “le dan ánimo para seguir luchando
contra la ignorancia”. Y Avellaneda destacó que “lo bueno de este programa es que permite pensar, permite discernir y permite
debatir”.
Texto: Alberto
Seoane
Fotos: Arquitecto
Alejandro Martín
Información complementaria sobre la época de José de San Martín también la encontrará en este artículo:
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