Hace 20 años Juan
Coronel mientras iba a caballo por un camino en horas de la noche se topó con
un humanoide. El caso sucedió el 15 de septiembre de 1996 y fue investigado por
Oscar Raúl Mendoza.
A continuación la investigación de Oscar Mendoza (1943-2016), publicada en su libro Ovnis: Huellas y tripulantes:
A continuación la investigación de Oscar Mendoza (1943-2016), publicada en su libro Ovnis: Huellas y tripulantes:
Oscar Raúl Mendoza y su libro Ovnis: Huellas y tripulantes, donde relata su investigación en Los Cerrillos. |
El
campo, de unas 2.000 hectáreas de superficie, está ubicado a unos 60 kilómetros al NE de la ciudad de Santa Fe, por la
ruta provincial N° 1 (camino de la costa). El acceso a éste, se encuentra a
los 4,4 kilómetros de un largo camino de tierra que se extiende a partir de una
tranquera desde la ruta hacia el oeste, llamado "Entre campos",
porque a su vez, es el acceso de otros campos colindantes. A partir de sus
primeros 3,7 kilómetros y, en un trecho de unos 670 metros, atraviesa un estero
(muy anegado por recientes lluvias) donde posee una especie de alcantarilla
para el drenaje del agua. Luego de la tranquera de entrada al campo de los
hermanos Favaro, hay que recorrer otros 2 kilómetros de camino de tierra, en
partes anegado, para llegar finalmente a la vivienda del puestero, Juan
Coronel. Hasta allí llegamos con mi
amigo y colaborador, Antonio del Pino, experto fotógrafo, en compañía de uno de
los dueños del campo, el Sr. Francisco Favaro.
El
Sr. Coronel estaba abocado en esos momentos a los menesteres de atención a una notable cantidad de crías de ovejas,
que se hallaban en un corral cercano. Al vernos llegar, se acercó a nosotros
saludándonos cortésmente. Fuimos presentados por el Sr. Favaro, quién le
comunicó el motivo e interés de nuestra visita, a la que accedió muy
atentamente.
El relato
"...Yo
venía esa noche de a caballo por el camino de entrada, el "del entre
campos" y serían como las 21:30 horas, cuando al llegar a la altura de la
alcantarilla, veo en dirección a la punta del monte, hacia la izquierda, una luz que sale del estero. Parecía de una
linterna. Pensé que serían cazadores, ya que suelen andar por estas zonas.
Pero seguidamente ésta se eleva unos
metros, se agranda iluminando todo el monte, casi como de día, y comienza a
desplazarse hacia la derecha por encima de la arboleda, para luego detenerse en
el camino, por el cual yo iba. Estaría a unos 300 metros de distancia, muy
cerca de la entrada del campo que cuido y por donde yo tenía que entrar".
Caso Los Cerrillos, el camino de "Entrecampos" que cruza el estero donde el puestero Juan Coronel se topó con lo inexplicado el 15 de setiembre de 1996. |
"Yo
desde mi caballo lo observaba diciéndome
"este se va enterrar hasta la cintura en el barro"- Y quedé
sorprendido al verlo pasar sobre éste, y no hundirse en lo más mínimo en él.
Entonces me fijo más en su persona aunque ya medio de atrás. El hombre era gordito, medio bajo y de
cuello corto; estaba vestido con ropas color verde claro, divididas en la
cintura como por algún cinturón. Llevaba un brazo recogido, como si llevara
algo; yo por eso pensé primero que era un cazador y que sería la escopeta lo
que llevaba".
"En la cabeza
tenía algo así como un casco o un sombrero, era de una forma cuadrada, con ala
cuadrada también. Parecía como transparente o de vidrio, y en la parte
superior tenía algo y unas especies de puntas hacia arriba. Y ahí fui cuando medio me asusté, y salí al
galope hacia la entrada del campo que estaba a unos 250 metros más adelante.
En eso que voy, veo que la luz, estaba detenida en el aire encima del camino,
más allá de donde yo tenía que entrar. Y en ese momento siento un ruido ensordecedor como de 50 enjambres de abejas y diviso
como 6 ó 7 luces de color celeste, que se desplazaban dejando tras de sí, como
una corta estela luminosa. Venían del sur, por arriba y detrás del monte, y
se dirigieron hacia la que estaba en el camino; al encontrarse, como que se
unieron, pero siguió quedando la luz primera. Yo seguí galopando, buscando la tranquera de entrada, pero esa luz me
encandilaba; siempre estaba adelante, a unos 100 metros de distancia, nunca la
alcanzaba. De vez en cuando cerraba los ojos y bajaba la cabeza porque me hacía
mal a la vista".
Los Cerrillos, ubicación de la luz que vio Juan Coronel a las 21.30 horas. Hacer clic para aumentar la imagen. |
"Así
que me vine al paso. De vez en cuando la espiaba de costado, hasta que al
llegar a la altura de donde se había encontrado con las otras, desapareció, y
no la vi más. El caballo, cuando di con la entrada, solito se metió. Yo estaba
preocupado por mi familia porque las luces que fueron con la otra, vinieron del
lado de mi casa. Cuando llegué, le
pregunté a mi señora si estaba todo bien, a lo que me respondió que sí. Y
bueno, recién al otro día le conté lo que me había pasado. No se lo comenté a
nadie más, hasta que después me animé, y se lo conté a los patrones".
Análisis del caso
Al
presente caso, podríamos dividirlo en dos clasificaciones. Por un lado resulta
un (E.L.N.) "Encuentro con Luces
Nocturnas" (obviamente extrañas), por cuanto dicha luz fulgurante, se
encontró en determinado momento, evolucionando en el aire, a menos de 150
metros del testigo. Y por el otro, sería un (E.N.3./N) "Encuentro Nocturno de 3ra. Fase / No
Asociado".
De
"3ra Fase", por el hecho de haber observado en esos momentos el
testigo, la presencia de un presunto
tripulante OVNI, dadas las características que presentaba y, el
comportamiento manifiesto; fundamentalmente, el de caminar sin hundirse en el lodazal. (Particularidad ya registrada
en numerosos eventos del 3er. tipo). Y, "No
asociada", por no visualizarse al navío en sus cercanías. Un detalle
que también divide el caso en estas dos clasificaciones, es el de la dirección totalmente opuesta que llevaba
la supuesta entidad, respecto a la posición en la que se encontraba la luz
fulgurante, y demás situaciones.
Hipótesis (Del
suceso)
En
el análisis del presente caso, tanto el
comportamiento como las características de las luces observadas por el testigo,
resultan muy similares a las que suelen presentar las que denomino
"sondas". En relación a estas, surge la siguiente hipótesis: Lo
que observa el Sr. Coronel en primera instancia, posiblemente sería una de
ellas; una pequeña luz de color celeste,
que surge del estero, se eleva y comienza a iluminar intensamente, para luego
desplazarse horizontalmente hacia el camino. Esta actitud no sería casual
sino, que obedecería a una acción
preventiva o de vigilancia, al detectarse la presencia del testigo, que
avanzaba en dirección de la que venía la presunta entidad.
Maqueta ilustrativa del ser y su casco cuadrado visto por el testigo Juan Coronel hace 20 años. |
Juan Coronel, de 35 años, le relata su experiencia a Oscar Mendoza en 1996. |
Por
otro lado, es de suponer que el caballo
no fue "afectado", por el simple motivo de que era el medio necesario
para alejar rápidamente al intruso.
Hasta
aquí la transcripción del investigador santafesino. Para conocerlo mejor, hacer clic en su nombre: Oscar Raúl Mendoza.
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