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lunes, 8 de junio de 2015

CHINA DESPLIEGA CÁMARAS DE VIDEO, DETECTORES DE METAL Y FACIALES, INCLUSO DRONES PARA EVITAR LA COPIA EN SELECTIVIDAD DE ALUMNOS

9,42 millones de estudiantes chinos comenzaron las pruebas de acceso a la universidad -conocidas como "Gaokao"- en un año en el que las autoridades han insistido en difundir las medidas "especiales" que han tomado para evitar los sofisticados casos de copia que se producen de forma recurrente en esta cita escolar. Han colocado cámaras de video en 280.000 clases, también detectores de metal, reconocimiento facial, drones en las aulas y pruebas de huellas dactilares en numerosos colegios, un requerimiento necesario para identificar a los asistentes y así evitar un truco habitual de los alumnos: la utilización de "dobles".

Policías descubren en el "Gaokao" 2015 a dos
estudiantes suplantando la identidad a
cambio de dinero.
La agencia oficial china Xinhua informó de un gran despliegue de las fuerzas de seguridad como si aludiera a una gran campaña contra el crimen organizado. Hablaba de toda una "operación especial" de los uniformados para "reprimir" la venta de "dispositivos inalámbricos" y hasta el momento ya se detuvo a al menos 23 "sospechosos".

En toda China se celebra el "Gaokao" para ver
que alumnos podrán ingresar a la universidad.
La terminología no era menos grandilocuente a la hora de referirse al examen, al que aludían como una "prueba agotadora" o "la batalla para decidir el futuro". Nada extraño en un país donde los maestros de un colegio de Guilin, en la provincia de Guangxi, decidieron "motivar" a sus alumnos para la crucial cita con pancartas donde se leía mensajes tan singulares como estos: "Mata a 1.000 (competidores) superando sus resultados" o "Mientras no mueras por estudiar, estudia duro hasta morir".

Alumnos durante el "Gaokao" en la
provincia de Hubei, China.
Cada año, se descubren formas de copiar más sofisticadas. Este año se desbarató una banda que proporcionaba brillantes estudiantes a sus "clientes" para que estos, gracias a carnés de identidad falsificados, asistieran a los exámenes y consiguieran una buena puntuación que les permitiese el acceso a una buena universidad.

El "Gaokao" en China en el año 1977.
En la provincia de Hubei un estudiante llegó a recompensar a su sustituto con un millón de yuanes (161.000 dólares). El domingo, hubo dos detenciones en la provincia de Jiangxi, se trataba de dos estudiantes que estaban suplantando a otros.

El "Gaokao" es considerado el "mayor
examen del mundo".
Así, en un entorno dominado por la presión mediática y familiar, 9,42 millones de estudiantes chinos comenzaron las pruebas de acceso a la universidad -conocidas como "Gaokao"- en un año en el que las autoridades han insistido en difundir las medidas "especiales" que han tomado para evitar los sofisticados casos de copia que se producen de forma recurrente en esta cita escolar.

El "Gaokao", que dura dos días ha sido calificado de "mayor examen del mundo", provoca cada año gran febrilidad en la sociedad china por la dificultad y la feroz competencia que existe en esta prueba. Xinhua admitió que "la reputación de los exámenes ha sufrido un descenso en los últimos años ante las denuncias de trampas organizadas por alumnos y docentes".

En 2008 se batió el récord de 10 millones de
estudiantes rindiendo el "Gaokao".
 
Desde el 2008, cuando se alcanzó el máximo histórico de más de 10 millones, el número de estudiantes aspirantes al "Gaokao" ha descendido. Los motivos detrás de este descenso parecen ser el envejecimiento de la población y la “fuga” a universidades extranjeras de los estudiantes con más recursos.

Las nuevas formas de copiar
Los estudiantes saben que se juegan su futuro en unas horas, y recurren a toda clase de métodos para aprobar.

Un policía muestra unas gafas incautadas en el
"Gaokao" con un sistema de cámara y
comunicación como solo se ve en películas
de James Bond.
Los estudiantes chinos ya han superado la artesanal notita escondida en los recovecos de la vestimenta o las miradas furtivas al pupitre vecino, cuando los nervios afloran, muchos  recurrían a los “machetes”, un ayuda memoria consistente en los tradicionales apuntes en miniatura en el reverso de la corbata, o en los brazos o debajo de la falda del uniforme en las chicas. La universalización de los teléfonos móviles ha traído consigo una evolución en el arte del copiado, pero también sigue presente la táctica más antigua y posiblemente también la más extendida, que es la de echar un buen ojo al examen del de al lado. En los últimos años se impone la alta tecnología.

Este año se instalaron cámaras de seguridad
en 280 mil aulas de China para detectar
a los tramposos.
Son habituales en China las noticias sobre confiscaciones de aparatos electrónicos que no desentonarían en películas de James Bond como bolígrafos, relojes, gafas y cinturones de piel modificados para recibir las respuestas del exterior. La mayoría son diminutos auriculares de plástico o receptores de radio. La policía exhibió el año pasado gafas con receptores ocultos de las que se valieron los estudiantes que parecían sacados de la parafernalia propia de un filme de James Bond.

Los aspirantes a ingresar en la universidad son
revisados con detectores de metales antes
de contestar el "Gaokao".
La venta de este tipo de artilugios está prohibida en China pero no cuesta encontrarlos en Internet porque la pujante demanda asegura la oferta.

Las autoridades educativas de la provincia de Jilin fueron mucho más lejos dos años atrás: prohibieron cualquier objeto de metal o artículo de ropa con piezas metálicas y colocaron arcos detectores. Los que tenían implantes o marcapasos solo pudieron acceder con un documento médico.

Un estudiante chino se agarra
la cabeza en el "Gaokao" 1996.
El diario Chongqing Evening informó esta semana que un grupo de "hackers" locales proclamaban haber obtenido copias de las preguntas de la convocatoria y las "vendían" en internet por un precio mínimo de 6.000 yuanes (más de 900 euros).

Según la emisora local CCTV, el ministerio de Educación ha preparado toda una panoplia de acciones para contrarrestar estas prácticas, que incluyen desde la presencia de cámaras de vídeo en 280.000 clases, a "detectores de metal, reconocimiento facial" y pruebas de huellas dactilares en numerosos colegios, un requerimiento necesario para identificar a los asistentes y así evitar un truco habitual de los alumnos: la utilización de "dobles".

Drones para detectar tramposos
En la urbe de Luoyang, en el centro del país, los responsables locales recurrirán a drones para detectar las transmisiones inalámbricas, otro de los sistemas usados para copiar. "Puede localizar las señales sospechosas y su origen", declaró a los medios oficiales, Lan Zhigang, uno de los encargados de la vigilancia.

Drones vigilan a los alumnos durante
los exámenes en China.
En Pekín, por ejemplo, se ha prohibido que los estudiantes accedan a las clases con relojes "inteligentes" como el Apple Watch. 

La normativa contempla penas de cárcel para los adultos que ayuden a los alumnos a copiar y para estos últimos la prohibición de que puedan participar en la selectividad durante los próximos 3 años.

Estudiantes chinos en un centro educativo
de Hubei conectados a un gotero de suero
durante el examen.
El examen que dura 2 días es una cita tan exigente que años atrás un centro escolar de Hubei llegó a administrar sueros a sus estudiantes en el mismo aula, para que "recuperaran la energía" y al mismo tiempo no tuvieran que "perder tiempo" trasladándose hasta el hospital.

Estudiantes chinos celebran haber
aprobado el "Gaokao" de 2012.
Las fotos de decenas de estudiantes en sus pupitres enganchados a los goteros intravenosos que colgaban del techo causaron una auténtica conmoción en las redes sociales chinas.

La misma que provocaron en abril las imágenes de las barras de metal que decidió colocar en las ventanas de sus salas un colegio de Hengshui, en Hebei, para evitar los posibles intentos de "suicidio" de los alumnos, un suceso al que ya tuvieron que enfrentarse en dos ocasiones en el 2014.

Pila de libros de texto que
debe aprender una estudiante
china para aprobar el "Gaokao"
y entrar en la universidad.
"La presión es demasiado grande. Si no consigues acceder a una buena universidad tu futuro es muy negro. Estás acabado y tu familia no te lo perdonará", explicó Chue Choi, un candidato que afrontaba la prueba en Pekín.

A quienes obtengan los mejores resultados, se les abrirán las puertas de prestigiosas universidades como las de Beida o Tsinghua, preferidas por multinacionales y trampolines políticos, que exigen más de 600 puntos sobre 750. El resto de las prestigiosas universidades son las de Pekín en la capital, o bien las de Fudan y Jiaotong en Shanghai.

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