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lunes, 29 de junio de 2015

SE CUMPLEN 200 AÑOS DEL CONGRESO DE LOS PUEBLOS LIBRES

También conocido como Congreso de Oriente, Congreso Oriental o Congreso del Arroyo de la China, reunido a partir del 29 de junio en la ciudad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, constituye un acontecimiento de gran importancia histórica, siendo considerado como la primera Declaración de la Independencia del Río de La Plata. Fueron invitadas todas las provincias que conformaban el ex Virreinato del Río de la Plata pero solo participaron representantes de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes y de la Banda Oriental, las cuales conformaban la "Liga de los Pueblos Libres".

El 29 de junio de 1815 el general José Gervasio Artigas convocó el primer congreso independentista, que fue celebrado con el nombre de Congreso de Oriente. El mismo tuvo como propósito la declaración de la independencia de las provincias que constituían la Liga Federal y la adopción de la bandera creada por Belgrano con el añadido de la divisa punzó –franja diagonal de color rojo simbolizando el federalismo, es decir en la variante hoy llamada bandera de Artigas.

Una de las frases de Artigas que merece recordarse en estos tiempos de políticos y funcionarios absolutamente corruptos: “Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mi empeño que ver libre mi nación”.

La Liga de los pueblos libres
Hay una razón principal para que Artigas convocara un congreso de diputados. El principal motivo radica en que el ideario artiguista se había plasmado un par de años antes, en 1813, en las famosas Instrucciones a los diputados que representando la Banda Oriental debían participar del Asamblea del Año XIII convocada por el Segundo Triunvirato. Entre esas instrucciones se incluía la inmediata declaración de independencia de España, de la familia de los Borbones y de cualquier otra potencia.

La Liga Federal o Liga de los Pueblos
Libres tuvo una duración de 6 años.
Pero, además, se propugnaba el sistema de gobierno republicano y confederal, con capital del Estado fuera de Buenos Aires. Para coronar dicho programa, se fomentaría un sistema económico signado por el proteccionismo de nuestras artesanías e industrias, cerrándole las puertas (que fueron abiertas de par en par pocos días después de la Revolución de Mayo) al comercio británico.

La Asamblea del año XIII rechazó la incorporación de los diputados artiguistas, precisamente por el ideario político y social que representaban. Las banderas del federalismo se condensaron entonces en torno de la figura de Artigas y bajo su égida formaron la Liga de los Pueblos Libres, desafiando el poder porteño aunque, en rigor, por elevación desafiaban a los poderes de la masonería que controlaba el puerto de Buenos Aires para llevar adelante otro modelo de país. Esa inveterada partida entre porteños extranjerizantes y criollos patriotas persiste hasta la actualidad.

Ubicación del Arroyo de la China,
provincia de Entre Ríos.
Otra causa que también explica el Congreso de Oriente. En el colmo de la miopía política, pocos meses antes el ex Director Supremo el general masón Carlos María de Alvear había mandado emisarios a entrevistarse con el caudillo oriental para proponerle un acuerdo en base… ¡a la independencia de su provincia del resto de las Provincias Unidas! Como era de prever Artigas lo consideró una afrenta a él y a los pueblos libres, acelerando la convocatoria al demorado congreso.

El lugar elegido por Artigas para reunir a los diputados provinciales era el conocido como Arroyo de la China, en inmediaciones de la actual Concepción del Uruguay, Entre Ríos, equidistante de todos los puntos litorales de nuestra vasta geografía. Corrientes envió como diputados por su ciudad capital a Juan Francisco Cabral y Ángel Mariano Bedoya. La provincia de Santa Fe eligió a los vecinos Pedro Aldao y Pascual Díez de Andino, pero, como dato curioso, debido a la escasez de recursos, dispuso mandar uno solo, siendo sorteado el segundo de los nombrados. Diez de Andino fue secretario de los tres primeros gobernadores federales de la provincia de Santa Fe, Candioti, Vera y Estanislao López.

Billete uruguayo con el retrato de José Artigas.
Otro dato particularmente llamativo lo aporta el historiador Vicente Sierra respecto de los diputados que habrían de representar a las Misiones Orientales, expresando: “Era comandante de armas de las Misiones Andrés Guacurarí, más conocido como Andresito, quien al recibir la convocatoria la comunicó a los pueblos indígenas a su cargo: Santa María la Mayor, San Javier, Santos Mártires, San José, San Carlos y Apóstoles, antiguas reducciones jesuíticas”. De allí salieron los diputados indígenas con ánimo independentista anticipándose en varios meses a las conferencias que el mismo Manuel Belgrano daría a los congresales en Tucumán instruyéndolos sobre las formas de gobierno. Lamentablemente los diputados misioneros llegaron con demora a Concepción del Uruguay, cuando ya se había levantado la sesión del Congreso.

Entre Ríos estuvo representado por el doctor José Simón García de Cossio y Justo Hereñú. En tanto que Francisco Martínez, Pedro Bauzá y otros por la Banda Oriental. Incluso la mediterránea Córdoba, profundamente atraída por el ideario artiguista y resentida con las autoridades del puerto de Buenos Aires, envió como su representante a José Antonio Cabrera y a José Roque Savia.

Artigas antes del Congreso de Oriente
José Gervasio de Artigas fue una de las mentes más lúcidas de esos tiempos junto con José de San Martín.

José Gervasio Artigas en su
juventud en el cuerpo
de Blandengues.
Artigas fue el tercer hijo de los seis que tuvieron sus padres. Sus hermanos fueron: Martina Antonia, José Nicolás, Manuel Francisco, Pedro Ángel y Cornelio Cipriano. Los dos últimos fallecieron antes de 1806. A los treinta y tres años, en 1797, amparándose en una amnistía para quienes no tuvieran delitos de sangre, ingresó como soldado raso al recién creado cuerpo de Blandengues de Montevideo, una milicia especialmente autorizada por el rey en el Virreinato del Río de la Plata, que tenía como fin de proteger las fronteras. En esta función, Artigas participó del control de los avances portugueses en la frontera norte y en la lucha contra el contrabando y el pillaje.

En 1806 se produce el ataque inglés a Buenos Aires, planeado por el comodoro Sir Home Popham a cuyas órdenes estaba el general William Carr Beresford. El virrey español Sobremonte huye y las fuerzas de resistencia son comandadas por el inmigrante francés Santiago de Liniers. Los invasores son rechazados. En 1806, ante la primera de las Invasiones Inglesas y la ocupación de Buenos Aires por el ejército británico, Artigas colaboró con Juan Martín de Pueyrredón y llegó a organizar por sí mismo una fuerza de 300 soldados que no llegaron a entrar en combate por la derrota inglesa 46 días después. El conocimiento adquirido hizo que desempeñara la tarea con éxito, siendo ascendido primero a capitán de milicias, posición alcanzada antes por su padre y por su abuelo, y luego ayudante mayor.

Primera invasión inglesa a Buenos Aires en
1806. Terminará con la derrota de
los invasores.
En 1807 los ingleses continúan con su plan de apoderarse del Río de la Plata e invaden Montevideo, pero las milicias criollas se resisten. Atacan Buenos Aires y los ingleses al mando del teniente general John Whitelocke vuelven a rendirse a los criollos. Artigas lucha contra los invasores desde el Buceo. Luego de la rendición de Montevideo acosa a los ingleses en una lucha de guerrillas, teniendo su centro de operaciones en el Cerro. En Buenos Aires Liniers es elegido Virrey por el cabildo.

En 1810 se elige la Primera Junta de Gobierno en Buenos Aires el 25 de mayo para las provincias que formaban parte del Virreinato del Río de la Plata. El pueblo de Buenos Aires depuso al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, cabeza del Virreinato del Río de la Plata y eligió una junta para reemplazarlo, dando inicio a la Revolución de Mayo.

El Virrey Francisco Javier de Elío,
pintura que se encuentra en
el Museo del Prado.
Inmediatamente, el poder español instaló su sede en Montevideo, importante puerto competidor del de Buenos Aires, y reclamó al Consejo de Regencia español el envío de un nuevo virrey, tropas y armas para reprimir el levantamiento. Ese mismo año, Artigas, quien por entonces permanecía en las tropas virreinales, fue enviado a Entre Ríos como comandante de un contingente militar colonial, en un intento de recuperar para España los cinco pueblos entrerrianos insurrectos, pero resultó derrotado por los caudillos locales.

En enero de 1811 llegó a Montevideo el nuevo virrey, Francisco Javier de Elío. La Junta de Buenos Aires desconoció su autoridad y le declaró la guerra el 13 de febrero.

Pintura de Blanes recreando el final
de la Batalla de las Piedras en 1811.
El 15 de febrero de 1811 Artigas desertó del Cuerpo de Blandengues en Colonia del Sacramento y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios militares al gobierno revolucionario, que le dio el grado de teniente coronel, 150 hombres y 200 pesos para iniciar el levantamiento de la Banda Oriental contra el poder español.

José Artigas escribió en abril de 1811: “...los americanos del sud están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio." Su proclama de Mercedes, el 11 de abril de 1811, reconoció la regencia de la Junta de Buenos Aires.

Toma de San José, el 25 de abril de 1811.
El 25 de abril de 1811 las tropas de Artigas vencieron a los españoles en San José. El 18 de mayo de 1811, Artigas derrotó a los españoles en la Batalla de Las Piedras.

Luego viene el Grito de Asencio, producido entre los días 27 y 28 de febrero de 1811 por un puñado de patriotas orientales cansados ya de humillaciones habían decretado su libertad en la orilla de Mercedes. La Rebelión de Artigas se extendió a los actuales estados brasileños de Río Grande del Sur y Santa Catarina, también conocida como Banda Oriental.

El Grito de Asencio inició la rebelión
para ser libres.
Era un frente social que integraba a todas las clases sociales, similar al constituido por San Martín desde Cuyo. Surgía el ejército oriental formado por fuertes hacendados, arrendatarios o meros poseedores de la tierra cuyos hombres movilizaban al vecindario; los paisanos peones de estancia, los hombres sueltos; los curas patriotas, portavoces del ideal revolucionario; los indios y los negros esclavos.

Llegó el sitio de Montevideo y fue aclamado «Primer Jefe de los Orientales». Artigas fue nombrado «teniente gobernador, justicia mayor y capitán del Departamento de Yapeyú», entonces en las Misiones argentinas.

Unas 16.000 personas con su ganado y
pertenencias siguieron a Artigas en lo que se
conoce como el Éxodo oriental.
El virrey de Montevideo, Elío no dudó en pedir ayuda a Portugal y por otro lado, ante el temor que presentaban las tropas portuguesas, Buenos Aires firmó un armisticio con Elío sin consultar a Artigas. Puesto en guardia contra el gobierno centralista de Buenos Aires a partir del convenio del 21 de octubre de 1811 (que entregó la Banda Oriental y Entre Ríos al virrey Francisco Javier de Elío y causó el éxodo del Pueblo Oriental), Artigas había comenzado a buscar aliados en las regiones del litoral y el interior que también empezaban ya a sufrir la temprana política hegemónica del Puerto de Buenos Aires.

El Éxodo del pueblo oriental.
Artigas, disgustado por el armisticio y ante la evacuación de las tropas porteñas, cumplió con su nuevo cargo trasladándose al territorio misionero, por lo que decidió pasar con sus seguidores a la orilla occidental del río Uruguay, hecho conocido como el éxodo oriental que se inició el 23 de octubre de 1811. Cruzó el río Uruguay con mil carretas y ocho mil familias siguieron al líder hasta la actual provincia de Salto en Uruguay.

En total eran unas 16.000 personas con sus ganados y pertenencias, en la primera semana de enero de 1812, instalando su campamento cerca del arroyo Ayuí Grande, pocos kilómetros al norte de la actual ciudad entrerriana de Concordia, entonces perteneciente a la jurisdicción de Misiones.

Moneda de Uruguay con la
imagen de Artigas.
Allí se estableció en un enorme campamento, desde el cual organizó un gobierno sui generis sobre el territorio que sus hombres alcanzaban a controlar. Mantuvo correspondencia con pequeños caudillos locales de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, con lo que aumentó el círculo de los que compartían sus ideas y que serían base de su futura influencia en el Litoral argentino.

A principios de 1812, roto el armisticio con la retirada de Elío rumbo a España, las tropas de Buenos Aires reanudaron el sitio de Montevideo. Pero el jefe político de las mismas, Manuel de Sarratea, hizo todo lo posible para debilitar las fuerzas de Artigas, lo que llevó a un enojoso conflicto con el caudillo. Sólo después de la retirada de Sarratea, Artigas se unió al sitio de Montevideo con sus tropas.

En tanto, el 23 de agosto de 1812 el general Manuel Belgrano realizará el éxodo del pueblo jujeño dejando detrás tierra arrasada para que no pueda ser aprovechada por los españoles. El éxodo se detiene en Tucumán. Con la Batalla de Tucumán, Belgrano puso el 24 de septiembre de 1812 un claro freno a la marcha victoriosa de las tropas que bajaban desde el Alto Perú en nombre del rey de España y las hizo retroceder, “fue una manifestación armada de una pulsión de contenido anticolonial”, afirmaron historiadores. 3.000 hombres contra 1.200 patriotas.

Representación del Combate de San Lorenzo,
el 3 de febrero de 1813. San Martín queda
atrapado por su caballo derribado
por una bala de cañón.
El 3 de febrero de 1813 el coronel José de San Martín con sus granaderos vence a los españoles en el Combate de San Lorenzo a orillas del Paraná y el 20 de febrero de 1813 Belgrano logra otra gran victoria con la Batalla de Salta. 

Con la convocatoria del Segundo Triunvirato, en su objetivo organizativo fundacional, a la Asamblea General Constituyente de 1813, ese acontecimiento agudizó el enfrentamiento entre Buenos Aires y el interior, y fue donde los diputados orientales artiguistas que llevaban el mandato de la proclamación de la independencia, la sanción de una Constitución y la organización republicana y federal del Estado, fueron rechazados y sus principales objetivos postergados.

Provincias que formaban
la Liga de los Pueblos
Libres entre 1814 y 1820.
En 1814 Artigas organizó la Unión de los Pueblos Libres, de la que fue declarado Protector. Al año siguiente liberó Montevideo del control de los unitarios aliados de Buenos Aires. La liga federal que creó duró de 1814 a 1820.

El pensamiento de Artigas a pesar del exilio perduró en el tiempo generando en Brasil La Guerra de los Farrapos o la Revolución Farroupilha, el conflicto republicano y posteriormente separatista ocurrido entre el 20 de septiembre de 1835 y el 1 de marzo de 1845 en la entonces provincia brasileña de Río Grande del Sur (anteriormente perteneciente a la Banda Oriental del Uruguay).

Durante este período Río Grande se constituyó en una república independiente (República Riograndense) cuyos presidentes fueran Bento Gonçalves da Silva y Gomes Jardim. Poco antes del levantamiento de 1835, había tenido lugar la guerra con las Provincias Unidas del Río de la Plata por la posesión de la Banda Oriental que pertenecía a las Provincias Unidas, donde varios militares y caudillos riograndenses tuvieron una importante actuación militar. Todos eran gaúchos y anteriormente sus territorios dependieron de la Banda Oriental. Los rebeldes estaban vestidos con harapos por eso el nombre en portugués de Guerra de los Farrapos.

La revolución, de carácter republicano se inspiró en la guerra de independencia del Uruguay, manteniendo conexiones con la nueva república del Río de la Plata, además de provincias independientes argentinas, como Corrientes y Santa Fe. Llegó a expandirse a la región de Santa Catarina (República Juliana) al sur del Brasil.

Argentina o las Provincias Unidas en 1815
Para situarse en la época, urgía declarar la independencia teniendo en cuenta como se venían desarrollando los acontecimientos en el continente americano.

Mapa de los Virreinatos de América.
Hacer clic en la imagen para 
aumentarla.
En 1815 no quedaba en América latina prácticamente otro foco rebelde que el Río de la Plata. En efecto, los movimientos iniciados desde México hasta los límites del Virreinato del Río de la Plata en el Sur, habían sido liquidados por las fuerzas del viejo orden monárquico. En tanto que los estadounidenses seguían luchando contra los británicos para ser libres.

Con la derrota de Napoleón en 1814 los británicos adoptaron una estrategia más agresiva y enviaron tres ejércitos de invasión a Norteamérica. Así lograron penetrar en partes de Maine y gracias a la victoria en la batalla Bladensburg en agosto de 1814 pudieron tomar la ciudad de Washington D.C. e hicieron arder sus edificios públicos, incluyendo la Casa Blanca y el Tesoro. Por su parte los estadounidenses destruyeron las fuerzas británicas compuestas de indígenas en el noroeste y el sureste. Las victorias estadounidenses en septiembre de 1814 y enero de 1815 repelieron las tres invasiones británicas en Nueva York y Baltimore. La última batalla de esta guerra fue la de Nueva Orleans en enero de 1815 cuando una flota británica de más de 50 barcos enviada por el general Edward Pakenham, navegó al interior del golfo de México y se preparó para atacar Nueva Orleans. El general estadounidense Andrew Jackson comandante del ejército norteamericano que se encontraba en el sudoeste del país, tenía compuesto su regimiento principalmente de milicianos y voluntarios, con el que luchó contra los británicos que atacaron repentinamente su posición el 8 de enero de 1815 logrando una victoria decisiva para los estadounidenses, logrando la retirada británica y la muerte del general Pakenham.

Enero 1815: El general Carlos María de Alvear (gran amigo de los ingleses y gran enemigo de Artigas, San Martín, Belgrano y Güemes). Asumió el 10 de enero de 1815 como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su primera medida fue confirmar a los ministros de su tío Gervasio Antonio Posadas (primo de su madre) en sus cargos. Alvear asume con apenas 25 años de edad y se convierte en un verdadero dictador, comenzó a arrestar a sus opositores, organizó una red de espionaje, colgó a un capitán del ejército en la Plaza de Mayo se enemistó con José Gervasio de Artigas, y ordenó reemplazar a San Martín que renunció antes, aduciendo su mala salud. En todo el territorio estallaron manifestaciones de oposición y rebeldía. La Banda Oriental, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Córdoba y las provincias de Cuyo manifestaron su disconformidad con Alvear, al que le endilgaban representar al centralismo porteño.

El coronel Manuel Dorrego fue
vencido por Artigas en la
batalla de Guayabos.
En la provincia de la Banda Oriental, Artigas reorganizó sus fuerzas, al norte del río Negro. Hasta allí lo fue a buscar el coronel Manuel Dorrego, que unió a sus fuerzas las de Valdenegro; pero aun así, apenas contaba con 800 hombres, frente a los casi 2.000 de los federales. Pidió ayuda a Viamonte, pero éste estaba prácticamente cercado por los federales — entre los que figuraba Francisco Ramírez — y no pudo aportarle nada. El 10 de enero de 1815, en la batalla de Guayabos o de Arerunguá, los federales — al mando de Rufino Bauzá y Fructuoso Rivera — destrozaron al ejército de Dorrego. Basualdo ocupó Concepción del Uruguay, de modo que Dorrego y Viamonte huyeron a Buenos Aires.

El 28 de enero de 1815, el secretario del Consejo de Estado, Manuel José García parte en misión secreta a Río de Janeiro e Inglaterra. Lleva Pliegos del Director Carlos María de Alvear para ser presentados ante Strangford y Castlereagh, diplomático y ministro del gobierno inglés proponiéndoles a ambos (sin consultar al cabildo de Buenos Aires ni a las provincias) la entregas de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El pliego de Alvear ante Strangford, (bastante extenso), tiene muchos párrafos significativos: “D. Manuel García, mi consejero de Estado, instruirá a V.E. de mis últimos designios con respecto a la pacificación y futura suerte de esta Provincias. (…) el país no está en edad ni estado para gobernarse y necesita una mano exterior que lo dirija. (…) En esta circunstancia la generosa Nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males acogiendo en sus brazos a estas Provincias que obedecerán a su Gobierno y recibirán sus leyes con el mayor placer…”.

El Pliego de Alvear para Castlereagh era más claro todavía, y tenía algunos párrafos elocuentes: “Estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, y recibir sus leyes, obedecer a su Gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Estas (Provincias) se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés. (…) Es necesario que se aprovechen los momentos. Que vengan tropas que impongan a los genios díscolos, y un jefe autorizado que empiece a dar al país las formas que sean del beneplácito del Rey y de la Nación, a cuyos efectos espero de V.E. me dará sus avisos con la reserva y prontitud que conviene para preparar oportunamente la ejecución” (Al Vizconde Strangford, representante de S.M.B. ante Brasil, 15 de enero de 1815. Original en la Facultad de Filosofía y Letras de la Ciudad de Bs. As. Archivo García).

El sentido de estas cartas es claro, no cabe duda que el masón Alvear pretendía traicionar a su país ofreciendo secretamente las provincias del Río de la Plata para que se conviertan en colonias inglesas. En general, se lo considera un gesto de traición a la patria, si a ella se la entiende como una nación independiente de toda dominación extranjera.

Ante el creciente descontento popular, Alvear se propuso intimidar al espíritu público mediante un drástico bando por el cual se condena a muerte a quienes critiquen a su gobierno.

Febrero 1815: Vale aclarar que en 1814 San Martín es nombrado Gobernador de Cuyo y comienza la preparación del Ejército de los Andes, del 14 al 17. Desde Buenos Aires, Carlos María de Alvear (1789-1852), le saboteaba todos los planes a José de San Martín y no le enviaba prácticamente nada de lo que pedía. En cuanto el coronel mayor San Martín se enteró del nombramiento de Alvear como Director Supremo renunció a su cargo de Gobernador Intendente de Cuyo, y éste resolvió reemplazarlo por el coronel Gregorio Perdriel. Al enterarse, el pueblo cuyano pidió un Cabildo Abierto. Reunido el cabildo el 16 de febrero, solicitan al Director Supremo que conservase en el gobierno al general San Martín, alegando que había un peligro cierto de una invasión realista a través de la cordillera.

En 1814 José de San Martín es designado
gobernador de Cuyo y comienza la
preparación del Ejército de los Andes.
Los ciudadanos de Mendoza deciden en el Cabildo Abierto que no obedecerán a ningún gobierno que no sea elegido por la voluntad de los pueblos. Se aclama a continuación a San Martín como Gobernador de Cuyo por la voluntad popular. Los cabildos de San Juan y San Luis confirmaron estas declaraciones. El futuro libertador de Chile y Perú no se negó al pedido del pueblo y retiró su renuncia, permaneciendo en el cargo. En tanto, el reemplazante de San Martín, el coronel Gregorio Perdiel fue rechazado por el cabildo de Mendoza, capital de la provincia de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis). Entonces San Martín emprende la creación del Ejército de los Andes, en el que el pueblo de Cuyo contribuyó con todo lo que podía. Se establecieron nuevos impuestos, se rematan las tierras públicas, se crea una contribución extraordinaria de guerra, se recibieron donaciones en joyas y en dinero, se gravó con un peso cada barril de vino. Además se usaban los transportes de carretas en forma gratuita para los materiales que necesitaba el ejército y a las personas, sin retribución para trabajos públicos, los artesanos servían en los talleres militares sin sueldo, y las mujeres contribuían con sus labores cosiendo gratuitamente los uniformes de los soldados.

Marzo 1815: La noticia de la derrota de Dorrego y Viamonte llegó a Buenos Aires cuando ya era director supremo Carlos de Alvear. Éste decidió saquear Montevideo y dejársela a Artigas y sus hombres que no querían obedecer al gobierno porteño. El 4 de marzo Alvear, se llevó todas las armas, pólvora y municiones, y los regimientos formados por esclavos. Los comercios de Montevideo estaban vacíos y el tesoro no tenía un peso.

Francisco Antonio Candioti,
primer gobernador de Santa Fe,
designado por Artigas.
En Santa Fe, el gobernador Eustaquio Díaz Vélez era resistido por la población, tanto porque era porteño y no había sido electo por la población, como por los impuestos y contribuciones forzosas que hacía pagar a sus habitantes. El 14 de marzo de 1815 estalló una revolución en la ciudad, y esa misma noche cruzaron a Santa Fe las fuerzas de Artigas y Hereñú. Rodeado en el edificio de la aduana, Díaz Vélez debió capitular el 24 de marzo. Artigas entró en la ciudad y confirmó que la provincia entraba en la Liga de los pueblos libres, de los cuales él era el protector. El 26 de abril asumía como gobernador Francisco Candioti, el príncipe de los gauchos, el amigo de Artigas.

Abril 1815: Los opositores a Alvear acordaron con Artigas, quien dispuso avanzar sobre Santa Fe como paso previo a Buenos Aires. El Director Supremo Alvear, enterado de dicho movimiento, a principios de abril, Alvear lanzó una poderosa expedición hacia Santa Fe, de más de 5.000 hombres al mando de su ministro de guerra, Francisco Javier de Viana. Éste debía después pasar a la Banda Oriental o a Córdoba. Viana envió al coronel Ignacio Álvarez Thomas como vanguardia a ocupar San Nicolás de los Arroyos y Rosario al mando de 1.600 hombres. Estando en la posta de Fontezuelas —posiblemente la actual ciudad de Pergamino — Álvarez Thomas se pronunció contra Alvear el 3 de abril de 1815, anunciando que se negaba a usar sus fuerzas en una guerra civil y que contaba con el apoyo de todos sus oficiales y soldados. Sugestivamente, unos días antes había recibido la visita de un enviado de Artigas, con el que tuvo una entrevista a solas.

Días más tarde arrestó a Viana, aseguró a Artigas que firmaría un tratado de paz con él y que lograría la reunión de un congreso verdaderamente representativo, y retrocedió a Buenos Aires. Encontró la ciudad convulsionada, con movimientos militares que pedían la deposición de Alvear, enterados en Buenos Aires de las cartas que escribió a los ingleses declarando a las Provincias Unidas Protectorado británico, la ciudad de Buenos Aires, hasta entonces un bastión del unitarismo, se plegó al movimiento para deponerlo del Directorio. Álvarez Thomas se unió a los rebeldes, reduciendo a las fuerzas leales acampadas en Olivos.

Ante el giro de los acontecimientos, días después el 15 de abril el Cabildo disolvió la Asamblea (de 1813) y se atribuyó funciones de gobierno. Alvear intentó resistir pero su lucha fue inútil porque estaba solo, debió presentar la renuncia ante la Asamblea y le fue aceptada el 17 de abril. El Cabildo se hizo cargo de la situación y disolvió la Asamblea y se abocó a formar un nuevo gobierno.

El traidor Carlos María de Alvear
propuso en secreto entregarle las
Provincias Unidas del Río de la
Plata a Gran Bretaña.
Alvear entregó el mando del ejército al general Juan José Viamonte y se alejó a Río de Janeiro, en una fragata inglesa. La presión de las fuerzas del interior provocaron la caída del gobierno central. El 20 de abril, el general Rondeau fue designado Director Supremo provisorio. Por estar al frente del ejército del Norte, en el Alto Perú y nombró como su delegado al coronel Ignacio Álvarez Thomas en calidad de suplente interino que asume el 21 de abril. Un Estatuto Provisional estableció las normas para regular la acción de gobierno pero fue objetado por las provincias; sólo aceptaron las disposiciones referidas a la elección de diputados para la integración, una vez más, de un congreso general constituyente que se reuniría en Tucumán. También, el Cabildo nombró a Esteban Gascón, Tomás Manuel de Anchorena, Pedro Medrano, Mariano Serrano y al Presbítero Antonio Sáenz como miembros de la Junta de Observación, que debía convocar a las provincias a un Congreso General.

El 25 de abril de 1815 el cabildo de Montevideo nombró a José Artigas: “Capitán general de la provincia de la Banda Oriental con el título de Patrono y Protector de la Libertad de los Pueblos”.

Al desembarcar en Río de Janeiro, el corrupto Alvear encontró un aliado inesperado en el encargado de negocios español en la corte portuguesa, Andrés Villalba, al que le entregó un detalle de todas las fuerzas militares de las Provincias Unidas, su armamento y grado de instrucción, confirmando la información que Villalba poseía. También incitaba al gobierno español a contactar a los realistas de Córdoba y Buenos Aires.

Esta es una nueva traición a la patria, semanas más tarde, Alvear, fiel a su forma de actuar, se dirige por escrito al ministro español Villalba, pidiendo su reincorporación el ejército español y regresar a “la gracia de Fernando VII”. Entre otras cosa, en su nota dice que ocupó el directorio para “aventurarse a un paso decisivo que pusiese término a esta maldita revolución, (…) pero había quienes no querían que el país volviese a su antigua tranquilidad, (…) porque mi decidido conato ha sido volver a estos países a la dominación de un soberano que solamente puede hacerlos felices. Por eso yo con mi familia, así como otros compañeros en desgracia, no trepidamos en presentarnos voluntariamente a V.S. y permanecemos bajo su protección. Espero que considerándome como un vasallo que sinceramente reclama la gracia de su Soberano y está dispuesto a merecerla, se sirva recomendarme a Su Majestad ante quien me presentaré, luego que halle seguro transporte para mi persona y mi familia”.

En 1817 se produjo la invasión luso-brasileña a la Provincia de la Banda Oriental que tomó la ciudad de Montevideo. El pueblo oriental —dirigido por Artigas— logró mantener a los invasores limitados al control de la ciudad. Alvear junto con los invasores brasileños se instaló en la ciudad ocupada de Montevideo en mayo de 1818, luego de casi tres años de exilio en Río de Janeiro. Singular forma de actuar la de Carlos María de Alvear (que todavía tiene muchos imitadores y admiradores).

Mayo 1815: Es condenado a muerte —por un tribunal militar especialmente creado para la ocasión—, el coronel Enrique Paillardell, partidario de Alvear y la causa para su condena fue haber causado bajas en defensa del gobierno depuesto de Alvear.

La Junta redactó un Estatuto Provisorio que regiría hasta la reunión de un Congreso General Constituyente. Este Estatuto, promulgado el 5 de mayo de 1815, se basó en el proyecto presentado en la Asamblea de 1813 pero con un contenido centralista. Constaba de siete capítulos y en la sección III del capítulo I, autoriza al Director de Estado a convocar "con particular esmero y eficacia", a todas las ciudades y villas para elegir y enviar diputados a un Congreso Constituyente que se reuniría en Tucumán; esta cláusula fue aceptada por casi todas las provincias. El Estatuto Provisional determinó que los diputados se reunirían en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Esta fue una decisión acertada: si la convocación hubiera sido en Buenos Aires, difícilmente las provincias hubieran aceptado concurrir de buen grado.

Para elegir a los diputados, el Estatuto Provisional determinó el método de elección indirecta: Los ciudadanos de cada ciudad designarían una Junta Electoral. Esta Junta procedería luego a nombrar un diputado por cada 15.000 habitantes o fracción superior a los 7.500.

Junio 1815: Se conoció en esos momentos que España preparaba una expedición de diez mil hombres, al mando del general Murillo, que se dirigía hacia el Río de la Plata a sojuzgar a los rebeldes y someterlos al dominio del rey. El entonces coronel mayor San Martín reunió al pueblo de Cuyo en cabildo abierto y el 6 de junio de 1815 distribuyó un bando que conviene transcribir en parte porque demuestra el temple del Libertador: "Es llegada la hora de los verdaderos patriotas. Se acerca al Río de la Plata una expedición de diez mil españoles. Ya no se trata de encarecer y exaltar las virtudes republicanas, ni es tiempo de exhortar a la conservación de las fortunas o de las comodidades familiares. El primer interés del día es el de la vida: este es el único bien de los mortales. Sin ella, también perece con nosotros la patria. Basta de ser egoístas para empeñar el último esfuerzo en este momento único que para siempre fijará nuestra suerte. A la idea del bien común y a nuestra existencia, todo debe sacrificarse. Desde este instante el lujo y las comodidades deben avergonzarnos… Desde hoy quedan nuestros sueldos reducidos a la mitad. El empleado que no quiera donar lo que deja de percibir recibirá un boleto para su abono en mejores circunstancias. Yo graduaré el patriotismo de los habitantes de esta provincia por la generosidad… Cada uno es centinela de su vida."

Las damas de Mendoza, encabezadas por María de los Remedios de Escalada de San Martín, su esposa, fueron recibidas por el cabildo en audiencia y, en presencia del pueblo, se despojaron de sus alhajas y donaron sus joyas a la patria.

Pintura de los congresales reunidos en el
Congreso de los Pueblos Libres, en Arroyo
de la China entre el 29 de junio y el 12
de agosto de 1815.
Es un capítulo casi olvidado de nuestra historia; pero es posible conjeturar que dicho olvido no sea casual. Es dable destacar que los diputados procedentes de la Banda Oriental, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Corrientes y Misiones, reunidos en Concepción del Uruguay, el 29 de junio de 1815 procedieron a declarar la independencia de esas provincias de España y de toda otra dominación extranjera. Del denominado Congreso de Oriente finalizado el 12 de agosto de ese año no quedaron actas que permitan tener certeza documental de sus deliberaciones.

Julio 1815: El 12 de julio de 1815 el doctor José Ignacio de la Rosa, gobernador de la provincia de San Juan, solicita el alistamiento de todos los ciudadanos de 15 a 45 años para incorporarse al ejército del general José de San Martín.

Agosto 1815: Finaliza el 12 de agosto el llamado Congreso de Oriente, que contó con representantes de todas las provincias litorales, que pretendía legislar para todas esas provincias. Este Congreso se abocó a firmar la paz con el gobierno nacional y se declaró independiente de España y libre de toda dominación extranjera.

En cumplimiento de los pactado en Fontezuelas, Artigas envió a cuatro representantes a firmar un tratado de alianza con el nuevo Director — se había abandonado el título de Supremo — José Ignacio Álvarez Thomas. Al llegar, éstos se encontraron con evasivas del gobierno; semanas más tarde presentaron una protesta formal por la falta de avances en las negociaciones. Se les comunicó que serían alojados en un lugar más cómodo y seguro: un buque en el río; habían sido arrestados. Unos días más tarde era arrestado también Mariano Vera, enviado por el gobernador artiguista Francisco Antonio Candioti a Buenos Aires para pedir armas con las cuales enfrentar la amenaza de los indios.

En esos mismos días partió una división al mando de Juan José Viamonte a apoderarse de la ciudad de Santa Fe. Los santafesinos no solo no tenían cómo defenderse, sino que además el gobernador Candioti estaba muy enfermo y hacía semanas que no gobernaba. De modo que debieron que aceptar que Viamonte ocupara la ciudad de Santa Fe en 25 de agosto de 1815. Candioti murió al día siguiente de la entrada de Viamonte; negociando hábilmente entre el cabildo local y una junta de representantes, el 28 de agosto Viamonte hizo elegir gobernador al unitario Juan Francisco Tarragona, que de inmediato anunció que la provincia volvía a quedar sujeta a la de Buenos Aires.

El nuevo Director Supremo de las
Provincias Unidas, Ignacio Álvarez
Thomas arrestó a los 4 diputados
de Artigas que fueron a Buenos
Aires a firmar un tratado de
alianza con él.
Unas semanas más tarde, Álvarez Thomas le explicó sinceramente a Artigas que había arrestado a los diputados porque, si los hubiera dejado en libertad, le hubieran avisado que enviaba un ejército hacia Santa Fe. El caudillo retiró indignado sus representantes de Buenos Aires.

En el centro neurálgico de la lucha en el litoral se dio en la Provincia de Santa Fe, que tenía particular importancia estratégica por su puerto fluvial. La ocupación de Santa Fe por los hombres de Viamonte fue decididamente violenta; varios gauchos que habían participado de la revuelta federal fueron asesinados, y los soldados saquearon los comercios de los simpatizantes del finado Candioti. La oposición comenzó a gestarse de inmediato, pero debido a la división de los grupos dirigentes entre partidarios y enemigos de Artigas, por el momento no pudo exteriorizarse. Las milicias provinciales, entre tanto, debían dedicarse a repeler los avances de los indios del Chaco, que habían llegado varias veces a los alrededores de la ciudad.

Cuando Viamonte envió dos contingentes al Ejército de los Andes, decidieron que la ocasión de sublevarse había llegado. La insurrección comenzó en el fuerte de Añapiré, donde se sublevó el comandante Estanislao López. Mariano Vera que regresaba de Buenos Aires se unió a ellos y a las milicias de Coronda, con las cuales sitiaron la ciudad. Además se apoderaron de dos buques de guerra, con los cuales bloquearon el puerto y recibieron la ayuda de José Francisco Rodríguez desde Paraná. Tras varios días de sangrientos combates, Viamonte capituló el 31 de marzo de 1816. Como condición para poder retirarse, se le impuso entregar todas sus armas; pero cuando las retiraron, los federales comprobaron que habían sido destruidas por orden de Viamonte. Éste terminó preso en el campamento de Artigas que posteriormente lo perdonó.

Setiembre 1815: Los autonomistas santiagueños llevaron a cabo el primer movimiento revolucionario el 4 de septiembre de 1815 encabezado por Francisco Borges y que fue reprimido por el gobernador Aráoz.

Octubre 1815: El 19 de octubre de 1815 San Martín apura al cabildo mendocino a fin de que envíe de inmediato los diputados al Congreso que se reunirá en Tucumán, expresando que era “demasiado urgente la reunión de la asamblea nacional que ha de fijar los destinos de la América del Sur”.

Se produce la batalla de Venta y Media fue librada entre tropas del Ejército del Norte y las fuerzas realistas en el Alto Perú, actual Bolivia, el 20 de octubre de 1815, durante el transcurso de la guerra de Independencia Americana. Las acciones concluyeron en un triunfo de las fuerzas leales al Rey español Fernando VII. En esta acción sería herido José María Paz en su brazo derecho, quedando inutilizado de por vida, razón por la cual fuera luego conocido como "el manco Paz". Esta acción contribuyó a disminuir la ya alicaída moral del Ejército del Norte, concluyendo la tercera expedición al Alto Perú en la derrota en la Batalla de Sipe Sipe.

Batalla de Sipe-Sipe, una victoria de Joaquín
de la Pezuela el 29 de noviembre de 1815.
Noviembre 1815: Al mando del general José Rondeau, el Ejército del Norte fue derrotado en la batalla de Sipe-Sipe. Rondeau en su retirada hacia Cochabamba se refugió en la pampa de Sipe-Sipe en las cercanías de esa ciudad. Allí fue alcanzado por las fuerzas realistas de Pezuela el 28 de noviembre de 1815, donde se enfrentaron contando las fuerzas de Rondeau con unos 3.500 hombres, y con 9 piezas de artillería, en tanto que las realistas al mando de Pezuela eran 4.100 hombres y 20 piezas de artillería. Rondeau sufrió más de 1.000 bajas y la pérdida de toda su artillería, luego de la batalla perdió para siempre las provincias del Alto Perú y quedó aniquilado definitivamente el Ejército del Norte con pérdidas significativas; y quedó en manos de Martín Güemes, gobernador de Salta la defensa de la frontera. Poco tiempo después por esta batalla Joaquín de la Pezuela sería nombrado Marqués de Viluma por Fernando VII.

Diciembre 1815: Llegamos así al final del año 1815 con las desalentadoras noticias de la derrota del Ejército del Norte, dirigido por Rondeau, en la batalla de Sipe-Sipe y deben regresar a Salta. Las fuerzas del virrey del Perú, comandadas por el general Osorio, dominan Chile. El ejército de Murillo, que debía llegar a Buenos Aires había desembarcado 10.000 hombres en Venezuela y batía a las tropas de Bolívar. Fue entonces cuando San Martín, al mando del pequeño ejército de Cuyo era la única esperanza de las Provincias Unidas. Es en estas circunstancias que reúne a sus oficiales y expone su plan del paso de los Andes y la reconquista de Chile.

Mapa de las provincias que integraban
la Liga Federal.
El 9 de julio de 1816 se declaró en el Congreso de Tucumán la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pero en el mismo, con excepción de Córdoba, que lo hizo con una escuálida representación que enarboló sin éxito ideas federalistasno fueron representadas las provincias pertenecientes a la Liga de los Pueblos Libres. Lo consideraron innecesario pues ya habían asistido al Congreso de Oriente, en Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay, hace ya 200 años.

En agosto de 1816 los portugueses invadieron la Banda Oriental. En 1825 se produjo una revolución conocida como la gesta emancipadora de los Treinta y Tres Orientales, inmediatamente continuada con la Guerra del Brasil, entre el Imperio y las Provincias Unidas del Río de la Plata terminando con la derrota del Imperio de Brasil y la creación en 1828 del Estado Oriental del Uruguay.

Recordando a Artigas en el Centro Entrerriano Pancho Ramírez de Rosario
Con motivo de cumplirse doscientos años del Congreso de los Pueblos Libres y de la Primera Declaración de Independencia, se hizo el 20 de mayo un acto en esta asociación ubicada en calle Buenos Aires 2565 de la ciudad de Rosario.

Charla sobre Artigas en el Centro
Entrerriano Pancho Ramírez de Rosario.
En la reunión se presentó el libro de Leonardo Rodríguez Maglio titulado La Filosofía popular y regeneradora del magnánimo José Gervasio de Artigas. El libro fue presentado por el historiador uruguayo Alberto Umpiérrez y contó con la presencia del Cónsul General de Uruguay en Rosario Carlos Betancourt. La presentación de ambos estuvo a cargo del secretario de la institución, el profesor Raúl Pedemonte.

Obra de Juan Manuel Blanes
titulada Artigas en la Ciudadela.
Alberto Umpiérrez destacó que en este libro, Rodríguez Maglio analizó el sistema filosófico artiguista luego de leerse los 37 tomos que reúnen toda la historia de Artigas, cartas, comunicados, etcétera. Señaló que le llevó siete años.

Cabe destacar que José Gervasio Artigas, fue calificado como “un guerrero filósofo” por Rodríguez Maglio y que a su convocatoria participaron representantes de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes y de la Banda Oriental, las cuales conformaban la “Liga de los Pueblos Libres” y en el Congreso entre el 29 de junio y el 12 de agosto de 1815 se trataron diversos asuntos tales como la organización política, el comercio entre las provincias y con el extranjero, la política agraria, así como también la protección de la producción y el consumo interno”. Además de que, entre otras medidas, “resolvió proclamar la Independencia respecto de todo poder extranjero, la reforma  de los reglamentos de tierra y de aranceles y la organización institucional federal”. Por otro lado, Artigas destaca que “el Congreso de 1815 no tuvo un objetivo separatista del resto de las provincias, representando un importante antecedente de la Declaración de la Independencia llevada a cabo en Tucumán el 9 de julio de 1816; reafirmando las bases para la organización republicana y federal de nuestro territorio”.

De izquierda a derecha: el secretario Raúl
Pedemonte, el cónsul general de Uruguay
Carlos Betancourt y el historiador oriental
Alberto Umpiérrez.
En agosto de 1816 numerosas fuerzas portuguesas invadieron la Provincia Oriental. Junto a Artigas, participaron en la defensa de su provincia sus lugartenientes: Juan Antonio Lavalleja, Fernando Otorgués, Andrés Latorre, Manuel Oribe, el misionero Andrés Guacurary, apodado "el indio Andresito". En cuanto a Fructuoso Rivera, éste luchó contra el invasor Lecor hasta 1820 cuando se plegó al ejército portugués luego de la derrota. Poco tiempo después el mismo Fructuoso Rivera entraría junto a los montevideanos del "Club del Barón" a conspirar para dar muerte a Artigas.

El libro recientemente publicado por
el historiador uruguayo Leonardo
Rodríguez Maglio.
Debido a su superioridad numérica y material, las fuerzas luso-brasileñas al mando de Carlos Federico Lecor vencieron a Artigas y sus lugartenientes y ocuparon Montevideo el 20 de enero de 1817, aunque la lucha continuó por tres años en el medio rural. Indignado por la pasividad de los unitarios instalados en Buenos Aires, Artigas les declaró la guerra, al tiempo que enfrentó a los luso-brasileños con ejércitos que se vieron diezmados por sucesivas derrotas. El 9 de abril de 1818 los portugueses ocupan Purificación, capital del Protectorado de Artigas.

En 1820 llega a su fin la Liga de los Pueblos
Libres y Artigas se exilia en Paraguay.
Después de tres años y medio de resistencia, Artigas, debió abandonar el territorio oriental, al que ya no volvería. Varios de sus lugartenientes cayeron prisioneros o abandonaron la lucha. Fructuoso Rivera, por su parte, se pasó al ejército brasileño de ocupación. Tras la batalla de Tacuarembó en enero de 1820, Artigas es finalmente derrotado. El 5 de setiembre de 1820 todos los proyectos pioneros de Artigas serán derrotados.


Artigas en la meseta, óleo de Carlos
María Herrera.
El poder de Artigas disminuyó ante el ascenso de sus subordinados Francisco Ramírez y Estanislao López, quienes derribaron el Directorio porteño luego de triunfar en la batalla de Cepeda y luego se tornaron contra Artigas, en particular Pancho Ramírez. 

El 23 de febrero de 1820 se firmó el Pacto del Pilar entre los caudillos de Entre Ríos, Ramírez y el de Santa Fe, López, ambos aliados de Artigas que llegan a un acuerdo con el nuevo gobernador de Buenos Aires, Manuel de Sarratea, por el que hacen la paz con los porteños, traicionando y desconociendo la autoridad de Artigas que no fue llamado a la firma del Pacto.

Estampilla uruguaya en homenaje a Artigas.
Después de Cepeda, el 1º de febrero de 1820, Artigas debió entrar en Buenos Aires y extender los Pueblos Libres por todo el territorio occidental; Con los recursos de Buenos Aires, arrojar de la Banda Oriental a los portugueses; y erigirse él desde Buenos Aires (al fin y al cabo centro geográfico del Plata) en Jefe o Protector de la agrandada federación. Ayudar a San Martín y tenderle la mano a Bolívar, Otra seria la historia americana entonces. Pero no fué así por los intereses mezquinos.

Detalle de Artigas en una pintura
de la Batalla de las Piedras en 1811.
Derrotado por los brasileños, Artigas atraviesa el río Uruguay seguido de unos 300 jinetes, que era cuanto le quedaba de su destrozado ejército.  Estableció su campamento en Ávalos, iniciando de inmediato el reclutamiento y la reorganización de sus fuerzas para continuar la guerra contra Brasil, mediante comunicaciones dirigidas a los caudillos de Corrientes, Entre Ríos y Misiones.

Cuando Ramírez recibe el pedido de auxilio formulado por Artigas, no sólo no lo cumple, sino que se subleva contra él.  Con anterioridad a este hecho, Artigas había increpado a Ramírez el haber suscripto el Tratado del Pilar, lo que consideraba una traición a sus ideales y un desconocimiento de su autoridad.

Artigas fue traicionado por 
todos los que lo rodearon.
El 12 de junio de 1820 las tropas de Ramírez y Artigas tienen un enfrentamiento en Las Guachas con el triunfo de Artigas, el 12 de junio de 1820. Ramírez recibe refuerzos enviados por Sarratea (implacable enemigo de Artigas y en ese momento Gobernador de Buenos Aires), derrota a Artigas en Las Tunas, y luego persiguiéndolo con saña lo obliga a refugiarse en Corrientes y luego en Misiones, donde una nueva traición, la del indio Siti, termina con su poder militar, al verse atacado por la espalda mientras sitiaba el fuerte de Cambia. Abriéndose paso con sólo 150 hombres se dirige a Candelaria, donde atraviesa el Río Paraná, el 23 de setiembre de 1820 y pide asilo político en Paraguay.

Litografía de Alfred Demersay de
Artigas en su vejez, publicada en 1865.
El líder de los orientales cuando Uruguay se independizó, en 1828, exclamó: “Yo ya no tengo Patria”. Y tenía razón: Su patria, las Provincias Unidas del Río de la Plata, había expulsado a la provincia donde él había nacido. Argentina queda mutilada con una provincia de menos.

Allí termina la titánica resistencia del héroe. Lo cierto es que su figura epopéyica desaparece del escenario geográfico de su protectorado, para encarnarse en las ideas y en las masas de sus provincias, volviendo en el justiciero lenguaje de la historia como un símbolo de redención y de gloria.

Artigas falleció en 1850 pobre y olvidado en
Asunción. Solo cuatro personas
acompañaron sus restos mortales.
Francisco “Pancho” Ramírez, el irresponsable caudillo entrerriano, su antiguo subordinado; posteriormente fue derrotado a su vez por Estanislao López.

Artigas permanecerá 30 años confinado a la lejana e inhóspita Villa de San Isidro Labrador de Curuguaty, allí vivió cultivando la tierra hasta 1840 cuando se trasladó al barrio de Trinidad en Asunción, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de septiembre de 1850, a los 86 años de edad.

El historiador uruguayo
Alberto Umpiérrez, en
el Centro Entrerriano
Pancho Ramírez.
Los paraguayos y guaraníes lo llamaban Karaí Guazú (gran señor), título que no solo le dieron a Artigas, sino que también a Gaspar Rodríguez de Francia y Francisco Solano López. Por otra parte, el historiador Gonzalo Abella recoge el apodo Oberavá Karaí (señor que resplandece), título con que los guaraníes de la zona de Curuguaty se referían a Artigas.

Además, la versión original del himno argentino celebraba las victorias de San José y Piedras, libradas contra tropas de España bajo la comandancia de Artigas en suelo oriental.

Es de destacar la iniciativa del Centro Entrerriano “Pancho Ramírez” de Rosario de organizar este homenaje al héroe nacional de Uruguay y uno de los próceres argentinos más destacado de la Independencia Argentina, creador del federalismo rioplatense. La misma Bandera de Artigas es hoy oficial en la vecina provincia argentina de Entre Ríos.

Recordando los esfuerzos casi sobrehumanos de los patriotas hace 200 años nos permite reflexionar sobre la posibilidad de repensar nuestra historia nacional desde una perspectiva regional para anticiparnos al futuro.

Por Alberto Seoane

1 comentario:

  1. Muy buena esta síntesis. Sin embargo, me ha aportado mucha información. ¡¡Felicitaciones!!

    Jorge Rendiche
    Apóstoles - Misiones
    Argentina

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