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martes, 29 de abril de 2014

EL HEROICO PERRO BALTO

En el Día del Animal, recordaremos a un perro heroico, uno de tantos a lo largo de la historia.

El noruego Gunnar Kaasen con
su perro Balto
.
En el invierno de 1925 un solitario pueblo ubicado en el noroeste de Alaska, llamado Nome, sufría una epidemia de difteria. La población, tenía en ese tiempo más de 10.000 habitantes por la fiebre del oro, hoy apenas llegan a 3 mil.

El 20 de enero de 1925 se descubrió el primer caso de difteria. El único médico del pueblo se comunicó por telegrama el 22 de enero con el hospital de Anchorage, a varios cientos de kilómetros de distancia para solicitar dosis de vacunas para todos los habitantes de Nome, aunque tenían un problema: el transporte.

Debido a que los mares estaban congelados no se podía llevar la antitoxina por barco y por la gran tormenta tampoco podía llevarse por vía aérea. Así que se elaboró el plan de trasladar la antitoxina en ferrocarril desde Anchorage hasta la población de Nenana y desde allí llevar los medicamentos en trineo arrastrado por perros hasta Nome recorriendo 674 millas o 1085 kilómetros.

Balto en el zoológico de Cleveland, en 1933,
pocas semanas antes de su muerte.
El 24 de enero ya habían muerto tres personas en Nome y había 20 casos más confirmados de difteria, en cuarentena estaban otras 50 personas en riesgo. El 30 de enero ya había 27 casos de difteria y 5 muertos.

La solución llegó de parte de las autoridades de Alaska que enviaron a dos inmigrantes noruegos Leonhard Seppala y Gunnar Kaasen (1882-1960) y sus equipos de Siberian Huskys. Mediante un sistema de relevos se pasarían el suero hasta llegar a Nome.

Para llevar el suero hasta Nome participaron 20 hombres y más de 100 perros, entre los que estaba Balto (formaba parte del escuadrón B liderado por Gunnar Kaasen). Algunos de los hombres sufrieron hipotermia y fallecieron varios perros durante el trayecto, soportando temperaturas con ráfagas de viento de 57 a 60 grados bajo cero.

Estatua de Balto en el Parque
Central de Nueva York con la
inscripción: Fidelidad,
resistencia, inteligencia.
Aunque su recorrido como guía fue muy pequeño, Balto tiene mérito porque en medio de una tormenta de nieve, y faltando 85 kilómetros para llegar, los perros dudaron sobre el camino correcto. Entonces Kaasen puso a su perro y solo guiado por el instinto de Balto, las vacunas llegaron a tiempo para parar la epidemia después de recorrer más de 1085 kilómetros.

Una vez llegados al pueblo, el 2 de febrero, Balto se llevó todo el mérito ya que, a pesar de no ser un perro apto para ser el líder, logró cumplir su trabajo y guiar al resto en medio de la tormenta. 

Togo, el perro del también noruego Leonhard Seppala, del escuadrón A, que había sido el guía durante la parte más peligrosa del trayecto, de 146 kilómetros, no recibió tanto reconocimiento. Togo murió en 1929 a los 16 años de edad.

Balto, embalsamado en el Museo
de Historia Natural de Cleveland.
El presidente de Estados Unidos Calvin Coolidge y el senado felicitaron a los valientes conductores de los trineos. Gunnar Kaasen y su equipo de perros se convirtió en una celebridad apareciendo en los diarios de todo el país.

Balto y los demás Siberian Huskys fueron vendidos al zoológico de Cleveland en 1927. Luego de su muerte el 14 de marzo de 1933 a los 14 años, Balto fue embalsamado, y está expuesto en el Museo de Historia Natural de Cleveland. Balto tiene su estatua en el pueblo de Nome, también en el Parque Central de Nueva York.

Por Alberto Seoane

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